-¡Maldita sea llegare tarde de nuevo! - gritaba un profesor enojado al percatarse de la hora, el reloj marcaba las 7:45 de la mañana – Nowaki! ¡Porque no me despertaste, por tu culpa llegare tarde de nuevo! - gritaba el profesor aun molesto y con algo de sueño, el día anterior se había quedado corrigiendo los exámenes de sus queridos pero fracasados alumnos, ninguno había logrado aprobar cosa que al profesor no le pareció extraño, sus clases eran muy estrictas por algo se había ganado el apodo de ‘’el demonio Kamijou’’
– Hiro-San! Ya despertaste, lo siento te desperté como 20 veces pero no reaccionaste, aparte de veías tan bello durmiendo que no me atreví a despertarte – decía el menor con un tono dulce y a su vez regalando una cálida mirada, se dirigió hacia su castaño que tanto amaba y poso sus labios sobre los suyos de una manera tan tierna que sintió que sus labios se derritan .. - ¡Cállate! Nowaki- apartando su boca y frunciendo el ceño para luego continuar - ¿Qué no vez la hora que es? Debo llegar a tiempo al trabajo y tú me distraes con tus estupideces y no olvidemos tus molestos besos e insinuaciones pervertidas por las noches, jamas te detienes a pensar de que tan cansador es ¿dime no lo sabes?, es agotador realmente, me aburres Nowaki Baka , ¡me tienes harto!- gritaba el mayor sin percatarse de las palabras tan crueles y frías que había dicho.
Nowaki no apartaba la vista de aquel profesor, siempre era lo mismo, todos los días, pero últimamente los malos tratos por parte de Hiro- San había aumentado, sin mencionar que ya ni siquiera tenían vida intima, con sus turnos en el hospital y con el trabajo de su pareja en la universidad se veían cada vez menos, provocando en Nowaki una inmensa tristeza pero lo sobrellevaba porque amaba a aquel orgulloso, terco y despreocupado profesor. Pero aquellas palabras, palabras que jamás Nowaki había escuchado decir a su pareja, lo de despertarlo era un cuento diario pero el resto realmente lo habían lastimado, provocando en el mayor lagrimas de verdadero amor, lagrimas que no pasaron desapercibida por Hiroki..
– Qu-Qué te pasa Nowaki, baka lo-lo dije sin pensar, es tu culpa ! tu provocas esto- respondía mayor algo preocupado por Nowaki, jamás lo había visto llorar, siempre le regalaba esa cálida y bella sonrisa, la verdad el que siempre terminaba llorando, sonrojado o diciendo alguna estupidez era él, por ese maldito orgullo que le impedía mostrar sus verdaderos sentimientos hacia su pareja, a la cual realmente amaba, el podría ser un demonio tal vez, fruncir el seño, no ser muy querido o provocar miedo la mayor parte de tiempo a sus estudiantes, pero amaba a Nowaki más de lo que se amaba así mismo, por lo que al ver las lagrimas y la mirada de Nowaki sintio que algo le causaba un terrible dolor en su interior, algo que jamás había sentido, al punto se faltarle el aire..
-Entiendo, ¿soy una molestia verdad? Yo..Yo jamás eh querido dañarte, siempre… siempre quise lo mejor para Hiro-San, yo le amo con mi vida, pero si solo causo molestias ….creo que es mejor que…- decía el menor con un tono triste y a su vez de aquellos hermosos ojos azules caían lagrimas, lagrimas de amor, que le dolían demasiado… – Eres cruel Hiro-San, te puedo perdonar y dejar pasar todo, pero no puedo soportar tus palabras, ya ni siquiera me tocas.. ¿Que seguirá mañana? .Eh dime, dime Hiroki- y diciendo esto voltea dándole la espalda a aquel profesor que parecía tener el corazón de hielo...- Me voy, lamento ser lo peor de tu vida, creo que un poco de atención y amor hacia tu pareja no estaría mal... Oh pero disculpa, el demonio Kamijou jamás se disculpa, jamás se equivoca, jamás renuncia a su orgullo, pues bien Hiro-Sa… Hiroki, se acabo y esta vez no hay vuelta atrás, te perdone una vez, no habrá una segunda oportunidad, ¡ahora tendrás todo el tiempo del mundo! - terminando la frase casi sin aliento, aun no podía creer lo que había dicho, pero era lo correcto, basta ya se ser siempre el, por una vez quería sentir que era importante para Hiro-San quería sentir que este le amaba, realmente tres meses sin sentirlo era demasiado, se dirigió hacia la puerta la cual se cerró unos segundos después de que el mayor saliera..
Esto estaba provocando en Hiroki una sensación de desesperación y llanto descontrolado, allí estaba inmóvil, aun no procesaba bien las palabras de su amado, ¿Orgullo? ¿Molestia? ¿Cruel?... ¿yo?, se repetía una y otra vez el castaño con lagrimas en sus ojos, no podría creer lo que estaba sucediendo, la persona que mas amaba lo había dejado y todo era su culpa, esta vez realmente no midió sus palabras. Recobrando el sentido que creía perdido, apretó los dientes , limpio sus lagrimas y emprendió la búsqueda por su amado, debía pedirle perdón, esta vez el demonio Kamijou podría contra su orgullo y si era necesario se arrodillaría por su amado, no le perdería de nuevo, no otra vez…
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