Sehun era un adolescente ejemplar por así decirlo. Era un excelente estudiante, era amable, cooperador, un buen hijo, bastante talentoso, muy admirado por eso. Sabia tocar el piano, la guitarra, el violín y la flauta traversa, también estaba en un curso de arte, uno de los mejores.
Los fines de semana en que sus padres estaban libres del trabajo, Sehun llevaba el desayuno a la habitación de estos siempre con esa hermosa sonrisa característica suya.
Sehun tenia 16 años, el color de su cabello era un castaño algo oscuro, su piel era pálida, pero que hacia resaltar esos hermosos ojos color miel.
También era un buen hermano, con su hermana mayor Yoona siempre se la pasaban haciendo un hermoso concierto para sus padres en la sala de estar. El tocaba algún instrumento, mientras que ella cantaba y bailaba aquella hermosa melodía compuesta por ambos.
Sus padres realmente estaban orgullosos de como era Sehun, un hijo ejemplar junto a su hermana Yoona que estudiaba enfermería en la universidad.
Se podría decir que eran la familia casi perfecta, ya que como todas a veces tenían alguna leve discusión que no duraba más de un día.
Sehun era realmente feliz, si, él se sentía feliz.
Cierto día los padres de Sehun tenían una invitación a una celebración de la empresa de sus padres, pero al menor no le apeteció ir ya que prefería leer un poco o tocar algún instrumento. Sus Padres aceptaron ya que realmente eran pocas las veces en que Sehun no los acompañaba a alguna fiesta.
La madre de este se veía realmente hermosa con un vestido color pastel con algunos brillos y su cabello recogido en una coleta ladina que dejaba ver a aquellos hermosos aretes. Y que decir de su hermana, Yoona vestía un vestido color violeta que le llegaba bajo las rodillas, mientras su cabello suelto hacia relucir el hermoso collar que portaba.
Sehun sonrió ampliamente mientras las elogiaba a ambas y por supuesto a su elegante padre. Se despidió de ellos con un beso en la mejilla y una extraña sensación.
-Sehun, no te quedaras solo, un ángel estará cuidándote- dijo su madre como siempre, pero esta ves sonó un tanto diferente.
Pasó la noche y el pequeño no podía conciliar el sueño ya que tenía una extraña sensación en el pecho. Sonó el teléfono de la sala, mientras Sehun tomaba un baso de leche en la cocina, a paso rápido llego hasta donde se encontraba aquel aparato y sin mas contesto.
-Diga… - contesto con cierto miedo en su tono de voz.
-¿Casa del señor Oh? - Pregunto aquella desconocida persona y Sehun respondió afirmativamente. - Ellos están en el hospital, acaban de tener un accidente automovilístico- agrego esa persona haciendo que el teléfono resbalara de las manos de el menor.
Lagrimas comenzaron a salir de los ojos de este mientras temblaba levemente, a penas tomo su celular y marco a su amigo.
-Diga…- Respondió al otro lado de la línea.
-k-kai… hyung.. - Susurro Sehun – v-ven por favor… - sollozo mas fuerte cortando la llamada, mientras apoyaba su cuerpo en la pared resbalando lentamente hasta tocar el suelo doblando sus piernas escondiendo su cabeza entre estas haciendo aun mas fuerte su llanto.
No pasaron unos cinco minutos y la puerta principal se abrió dejando ver a un joven de cabello color oscuro, piel algo morena, labios gruesos y hermosos ojos. Este vio a Sehun en el suelo y rápidamente se acerca a él abrazándolo.
-Estarán bien… - Susurro intentando calmar al menor - Debemos ir… -
El menor asintió mientras se ponía de pie y el otro chico corrió hasta la habitación de este tomando una chaqueta y volviendo de igual manera hasta el menor colocándole aquella prenda y luego saliendo de la casa no sin antes dejar todo bien cerrado.
En el corto trayecto hacia el hospital Sehun no podía dejar de llorar en los brazos de Jongin.
Al llegar aquel lugar hizo que el dolor en su pecho aumentara provocando algunos espasmos, mas la noticia que recibió lo hizo desfallecer por completo en su interior.
-Hicimos lo que pudimos…. Pero las tres personas fallecieron al llegar aquí debido a las graves heridas obtenidas en el accidente- Dijo aquel doctor con pesadez en su voz.
Sehun cayo al suelo sin poder reaccionar, solo lagrima corrían por sus finas mejillas.
Todo se había acabado, la hermosa voz de su madre aconsejándolo, protegiéndolo, apoyándolo se había apagado, el cálido amor, los conciertos de alegría de su hermana también, aquellos triunfos celebrados con su padre ya no volverían, su familia se había caído, su felicidad se había esfumado por completo aquella noche.
Aquella noche en que Sehun cambio, aquel Oh Sehun extrovertido se marcho junto a aquellas personas que tanto amaba y necesitaba que eran su razón de luchar, ya no volverían por mas que llorara y rogara, no volverían.
Algo dentro de Sehun se rompió aquella noche.. ¿qué fue? oh.. su corazón.