Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dream On por Ameyamidan

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sí, me inspiré en la canción de Aerosmith, algún problema? .w.U

 

 

 

Mmm, no creo que la canción tenga algo que ver en sí (no, de hecho, no tiene nada que ver),pero igual, la escuché en el radio y se me ocurrió esto.

 

 

 

Ni siquiera sé de dónde saque la pareja, solo quería hacer algo así y ya. Me pareció bien hacerlo con Aoi y Kai (además cuando apenas comenzaba a escuchar a gazette, a ellos los confundía mucho xDU)

Notas del capitulo:

Ya no tengo tiempo :B

 

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Comenzaba a nevar, veía desde la ventana sin expresión alguna, lleno de agonía y ya sin ánimos de seguir ahí. Otra estación más en la que tendría que permanecer entre esas blancas y finas telas mientras era tratado como cualquier otro enfermo.

Intentó verse la mano. Hacía ya 1 año que había empezado a notar sus huesos en ella, sus venas se resaltaban con un pequeño roce, o todo el tiempo estaban así.

Suspiró moviendo sus pies, recordar por todo el dolor que había pasado le entristecía bastante, y no sabía cuánto más aguantaría.

—Buenos días, Kai. —Entró a la sala con una sonrisa forzada, el otro apenas le escuchó y saludó ligeramente con la mano—. ¿Cómo sigues? —dijo un poco más honesto, Kai lo miró molesto—. Oh, bueno... —Se sentó junto a él y tomó su mano entre las suyas, frotándolas un poco—. Sabes que te pondrás mejor... —Kai alejó su mano de las del mayor.

—¿Mejor? —Fue neutro mientras miraba su mano—. ¿Qué es eso? 

—No me juegues así... —Suspiró pasando su mano por su casi calva cabeza—. Verás cómo te recuperas, saldremos de aquí y volveremos a caminar entre los arboles de sakura que tanto te gustan. —Volvió a sonreírle, Kai no le prestó mucha atención.

—Seguro que no llegaré a navidad, te ahorrarás un buen dinero.

—¡No digas eso! —Sintió un nudo en la garganta, aguantó bien romper en llanto, otra vez.
Kai lo miró un rato con la vista cansada, luego le sonrió.

—¿Sabes cuál sería mi regalo ideal para navidad? —Su amigo negó con la cabeza—. Puede que lo sepas perfectamente.

Suspiró acariciando por última vez su cara, le dio un pequeño beso en la frente y se fue de su habitación despidiéndole con varias palabras cariñosas.

 

 

 

—Entonces, ¿cómo sigue Yutaka? —preguntó atento por el estado de su amigo.

—Físicamente igual, mentalmente... —Suspiró mientras daba un sorbo a su café—. Va de mal a peor... 

—Ya veo... —También tomó un poco de su bebida—. Pero, oye, no te desanimes Yuu, pronto se pondrá bien.

—... Hoy me ha dicho que no llegará a navidad.— Reita cambió su faceta completamente por lástima—. Yo tampoco sé cuánto más aguantará, los doctores dicen que puede estar entrando en fase terminal y que así puede que no dure mucho... —Suspiró nuevamente, Reita le pasó un brazo por su hombro para calmarlo un poco.

—Oh vamos, no te dejes llevar tanto por los comentarios, ten la esperanza de que se mejorará. —Sonrió para alegrarlo, funcionó poco.
Después del almuerzo volvió a su departamento para descansar su mente una vez más.

 

Su mente lo llevó a pensar en Kai.
Perderlo significaría una agonía para él. Lo amaba, nunca se lo había dicho, pero él pensaba que Kai sentía lo mismo por él.
De vez en cuando imaginaba su vida sin él, pero, la visión era vacía, aseguraba que así quedaría su vida si su amigo se iba lejos.

Quería estar el mayor tiempo posible junto a él, quería pasar unos pocos momentos más antes de que pasara lo que temiera, aun una parte de su alma mantenía esperanzas, pero la esperanza se iba desvaneciendo con el paso de los días, y cada día que veía a Kai sufrir de esa manera la esperanza bajaba considerablemente.

Quería volver a verlo. Volvió a arreglarse para salir hacia el hospital.

Normalmente sus visitas eran cortas y súbitas, casi siempre le visitaba más de 3 veces al día, siempre que su trabajo se lo permitía.

Salió con un paraguas, aún nevaba.

No tardó más de 20 minutos en llegar al hospital, una enfermera lo llevó a la habitación donde se encontraba Kai, a pesar de que, con tantas visitas, ya sabía de memoria la habitación de su amigo.

—Buenas noches Kai —le saludó con tranquilidad, Kai apenas movió las manos, en señal de saludo—. ¿Cómo te sientes? 

—Igual que hace 5 horas que me visitaste —enfatizó recordándole las veces que ya lo había ido a ver.

—Me preocupo por ti, quiero estar al tanto de lo que te sucede, no puedo dejar de verte. Es como... si no puedo verte un día, presiento que morirías... 

—¿En serio? —Kai rió sarcástico—. Entonces, no me visites mañana, quiero dejar de sentir este dolor.

—¡No! —Se asustó, en auto reflejo sujetó su mano—. ¡Te dije que no puedo! ¡Tampoco quiero que mueras! —Kai lo miró sin expresión, después le sonrió con la misma vista cansada.

—Admítelo, ambos sabemos que no me queda mucho tiempo.

Aoi lo miró perplejo, si bien, sus razonamientos llegaban a la misma conclusión, pero no quería aceptarlo, no quería aceptar los pocos días que le quedaban a Kai.

—No, estoy seguro que vas a vivir mucho más, saldrás de aquí, llegarás a los 100 años viviendo plenamente y caminaremos por los parques del hanami otra vez. —Apretó su mano entre las suyas para darle más confianza, aunque sabía que no lo haría del todo.
Kai se quedó en silencio, perdiendo su vista para no dársela a su amigo.

Unos minutos después, llegó una enfermera.

—Disculpe, la hora de visitas ha terminado —anunció la mujer con voz dulce, Aoi asintió, besó la frente de Kai y se despidió de él mientras salía por la puerta de su habitación.

 

 

 

 

Regresó, como siempre, a su departamento, quería descansar, aunque desde la enfermedad de Kai, no lo hacía tanto como quería.
Mañana el trabajo le esperaría con otro nuevo cargamento, así que planeaba dormir bien esa noche.

 

 

 

 

 

—Volviste a visitarlo en la noche, cierto? —Le asintió—. ¿No volviste a poder dormir? —Volvió a asentirle, Reita suspiró—. Estás preocupándote demasiado, ¿no crees? —

—No, claro que no —respondió apresurado—. Sólo... sólo intentó que no se me pasé algún detalle cada día...

—Vamos Aoi, yo sé que tú estás enamorado de Kai. —
Notablemente nervioso, intentó encontrar excusa para contradecirlo, pero no pudo—. ¿Ves? Te preocupas por él porque te gusta, vas a visitarle todos los días no para saber su estado en sí, sólo para asegurarte que está vivo. — Le dejó con la boca totalmente cerrada, Aoi suspiró. Todo lo que Reita había dicho era cierto.

—Bien, me descubriste —finalizó rendido—. Sí, lo amo, no sé qué haría si el muriese, mi vida se volvería vacía, ya no habría nada que hacer, perdería todas las ganas de vivir... 

—Nadie quiere que ocurra eso. No te vayas planeando algo que no quieres que pase. — Fue serio, Aoi volvió a suspirar.

—...Creo que le iré a visitar en cuanto acabe con estos papeles —dijo mientras tomaba varios papeles y los reacomodaba sobre su escritorio. Reita le asintió y se fue.

 

 

 

Eran las 4 de la tarde y, además de que ya había comenzado anochecer, había comenzado a nevar.
Él aún no salía de su trabajo, pensar en Kai todas las horas que había estado ahí le distraían. Así no saldría pronto y no tendría tiempo de verlo.
Terminó las hojas sin revisarlas o algo, las dejó a la secretaria y salió corriendo de la oficina.

 

 

—¡Estoy aquí! —gritó, dándole un susto a su amigo—. Oh, lo siento. —Entró a la habitación y le saludó cordialmente.

—Bien, si sigues así vas a terminar por darme un infarto... aunque no te imaginas cuánto deseo eso.

—¡Por Dios Kai! ¡Deja de ser tan pesimista! —exclamó. Kai cerró los ojos y recostó su cabeza en la almohada hasta hundirla casi completamente.

—No, no soy pesimista, realmente deseo eso, no voy a aguantar más, voy a morir en..., seguro que unos días.

Aoi golpeó la mesa donde estaban algunas medicinas, haciendo que algunos de los frascos impactaran con el suelo, y sólo los de vidrio se rompieran.

—Oye, vienes a hacer desorden.

—¡Deja de decir que vas a morir! ¡No vas a morir! ¡Vas a vivir todavía mucho tiempo! ¡Ni siquiera estás en fase terminal para decir que ya no hay remedio! 
Kai se quedó callado, perdió su vista en la ventana, luego se miró las manos.

—...Esta mañana me han vuelto a hacer uno de esos molestos chequeos, ya sabes, para ver como estoy... —Hizo una larga pausa, Aoi le miró desesperado.

—... ¿Y c-cómo sigues...? — Kai le miró con esa mirada cansada, que se había vuelto típica de él.

 

 

—Entré en fase terminal.

 Hubo un silencio tenso.
Aoi se quedó atónito. Miró a Kai perplejo.

—¿Fase terminal...? —Kai asintió ligeramente

Aoi no supo qué hacer o cómo reaccionar. Se acercó a su amigo y lo abrazó moderando su fuerza. Comenzó a llorar en silencio, para que Kai no lo notara.

Le dio unas palmadas en la espalda.

—Ya, todos sabíamos que iba a llegar este momento.

—¡NO ES VERDAD! —Se separó de Kai haciéndole notar su ojos llenos de lágrimas—. ¡NADIE QUERÍA QUE ENTRARAS A FASE TERMINAL! ¡HAY GENTE QUE SE PREOCUPA POR TI! ¿¡CÓMO PUEDES SER TAN INSENSIBLE!? —Le miró sorprendido, luego bajó la vista.

—... ¿Crees que no siento dolor? —Aoi se tranquilizó al oír su tono de voz—. ¿Por qué crees que ya no quiero estar aquí? Todos los días, todo el tiempo, estoy sintiendo dolor, tienen que venir y administrarme los medicamentos por inyecciones porque no pueden administrármelas oralmente... ¿Crees que eso es tan normal como respirar? No, no lo es. Es molesto, tedioso, insoportable. No es fácil acostumbrarse a los dolores, ¿sabes? No lo soportó más, quiero morir, no hay más remedio, estoy en la agonía completamente, ¿qué más se puede hacer? Yo ya no tengo esperanza, la perdí hace mucho. —Se mantuvo callado, Aoi también quedó sin habla.

—Kai… yo…

—No sabes cómo me duele todo el cuerpo en este mismo instante, ¿eso no es suficiente? 

—Kai…

—Además de todas las operaciones que me han hecho no sirvieron de nada. ¿¡Sigue sin ser suficiente!?

—¡Kai! ¡Escúchame! 

Los dos se quedaron callados, Kai lo miró fijamente, esperando a que dijese algo.

—Kai… —Se arrodilló, quedando al mismo nivel que la cama y por ende, de su cara—. ¿Sabes por qué me importa que estés bien? ¿Acaso lo sabes? —Le negó, extrañado—. Porque tú eres importante para mí, no sé qué haría si tú mueres, no tendría otra razón para vivir... — Kai le miró inexpresivo, después se extrañó.

—Un momento, ¿me dices que yo te... ? 

Lo interrumpió, se acercó directamente hasta caer en sus labios, sin darle tiempo de reaccionar.

Fue un pequeño beso, pero lleno de cariño, intentó que durara lo más que se pudiera sin tener que forzar a Kai a seguirlo.

Pronto se separó, agachando un  poco la cabeza para evitar ver a Kai directamente a los ojos.
Y es que con su carácter, ahora dudaba que sintiera lo mismo por él.

—Lo siento —susurró levantándose del suelo pausadamente. Sacudió un poco su playera y se dispuso a irse.

—Oye, Yuu... 

—Vendré mañana, tengo cosas que hacer.

—Pero...

Cerró la puerta. Pensó que le rechazaría, no podía enfrentarlo en ese justo momento.

Caminó a paso rápido todo el trayecto hasta su casa.

Realmente ya no tenía nada que hacer, había acabado con el trabajo completamente para hacer esa visita.
Pero por un lado se sentía bien, había liberado ese sentimiento que conservaba desde que conoció a Kai.
Aún era temprano, tomó una ducha, vio un rato la televisión y se fue a dormir.

 

 

 

 

 

 

 

—Shiroyama, el jefe le solicita en su oficina.  
Habló la chica que se asomó por la puerta de entrada.

—En seguida voy. —Terminó se ordenar algunos papeles y se levantó hacia la salida.

 

 

—Buenos días, Shiroyama.

Saludó respetuosamente a su empleado. Aoi hizo lo mismo.

—¿En qué me necesita, jefe?

—Justamente le he llamado para hablar de eso. —Suspiró hondo mientras masajeaba su frente con dos dedos, pensando—. Me he dado cuenta que ha estado muy distraído estos últimos meses, ¿es por algún problema familiar? 

—No, jefe... —Agachó la cabeza un poco—. Es por un amigo al cual aprecio bastante. Ayer ha entrado en fase terminal.

—Mis condolencias.

—Gracias.

—Pero, no puedes dejar que eso te afecte a ti, tú tienes que seguir concentrándote en tu vida —Aoi sintió un nudo en su garganta—. Los últimos reportes no están como los pedí, tampoco lo estaban los de hace 6 meses... y esos reportes son importantes tanto para mí como lo deberían de ser para ti. Además has dejado de hacer varias cosas igual de importantes, y sabes a cuales me refiero.

—Sí, lo sé.

—Por eso, te pido que te concentres más, no puedo darte el lujo de hacer las cosas de otra manera. Tampoco estás aquí gratis, por algo te pago —Asintió apenado, el mayor dio otro suspiro—. Espero mejoras para antes de enero del año que viene, ¿de acuerdo? —Asintió—. Puede retirarse —Hizo una reverencia y salió de la oficina.

 

 

 

 

—Esta mañana te vi saliendo de la oficina del jefe. ¿Qué ha pasado? 

—Había querido hablar conmigo.

—¿Sobre qué? 

—Sobre que me distraigo bastante, pero él es el que no lo comprende, no comprende cuánto amo a Kai, voy a morir si él muere.

—Oh ¡no digas eso! —Le sujetó del hombro—. ¡Vamos, tenemos que mantenernos en esperanza de que Kai va a recuperarse! —

—... Honestamente, ya no sé qué pensar. Ayer le han hecho un chequeo y... dicen que entró en fase terminal... —Reita quedó atónito.

—¿Fase terminal...? —Asintió, desanimado—. No... No puede ser... No pudo ser tan rápido... 

—Lamentablemente sí. — Suspiró, Reita le dio un abrazo. Aoi intentó no llorar, sólo brotaron un par de lágrimas, que en seguida se secaron.

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy iba a volver a visitarle, como diariamente lo hacía.

Llegó a la entrada del hospital, se puso a pensar en lo que el día anterior había hecho, y por más que no quisiera, Kai iba a tocar ese tema, y Aoi tendría que darle una explicación directa.

 

En cuanto entró, la misma chica le atendió, ella le sonrió y lo llevó a donde siempre.

Entró a la habitación, Kai mantenía la vista perdida en la ventana. Había amanecido nevando.

—Hola... —saludó en voz baja, Kai pretendió no escucharlo—. ¿Cómo te sientes? —Siguió con la vista perdida, totalmente estático—. Perdón por lo de ayer... —Finalmente, él inició el tema que no quería tocar.
Kai lo miró sin expresión alguna.

—¿Perdón? ¿Perdón por qué? —Aoi lo miró directamente a los ojos, por primera vez, no parecía neutro, sino... feliz.

Aoi volvió a abrazarlo con cuidado, Kai le abrazó con menos fuerza.

—Kai, te amo, no sé qué haría si no estuvieras conmigo, no me importaría arriesgar mi vida con tal de que tú fueras feliz, haría cualquier cosa para que tú estuvieras feliz... 

—Que bien —dijo con simpleza, pero a Aoi no le importó, con esas palabras, era más que feliz, sabía que Kai no podía expresarse bien en ese sentido, y le daba completamente igual.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pasaron varios días, Kai había comenzado a ponerse peor, y eso no ayudaba en nada el carácter de Aoi, el cual iba haciéndose más abstraído, causándole más problemas en el trabajo. Y una pequeña depresión que lo estaba comenzando a carcomer.

Faltaban 2 días para navidad.

 

 

—¿Ves? ¿Quién dijo que no ibas a aguantar hasta navidad? — Dijo intentando trasmitir felicidad a Kai, aunque éste no la captara.

—Bien... Seguro que no llego a año nuevo.

—Oh, seguro que sí —Le abrazó de lado, sonriendo un  poco, Kai sólo acarició un poco su brazo.

 —... ¿Qué me darás? —preguntó de repente, Aoi le miró extrañado.

—¿Qué te daré? —

—Sí, todos los años me regalas algo, me pregunto que será esta vez.
Aoi sonrió y rió en voz baja, se acercó un poco a su pómulo y lo besó.

—No lo he pensado, además es una sorpresa, ya se me ocurrirá algo... 

—Y yo... ¿podría pedirte algo?

—Por supuesto.
Kai asintió ligeramente.

Aoi últimamente estaba corto de dinero, pero no le importaba, mientras estuviera con Kai estaría bien.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Shiroyama, el jefe le solicita en su oficina —habló nuevamente la chica que asomaba la cabeza desde la puerta.

—Voy.

 

 

Volvió a entrar a la oficina.
Su jefe tenía las manos en la cara, como si estuviera pensando.

—¿Qué necesita jefe? 

—Necesito hablar con usted Shiroyama.—Por el tonó de voz, iba muy en serio—. Verá, le he dado el tiempo necesario para poder mejorar sus reportes pero... —Sacó algunos papeles, los reportes de Aoi, de hace algunos días—. Esto no es lo que le pedí. —Fue mostrándoselos uno por uno—. Aquí han faltado varios detalles y se ha saltado muchas cosas que son importantes... —Vio los detalles perdidos. Sí, eran bastantes, detalles que no podía pasarse de largo—. No ha mejorado su carácter, de hecho, está cada vez peor.— Aoi asintió con la cabeza agachada—. No sé qué pasará mientras más días me entregue esto... —Asintió—. Por eso, he estado pensándolo bastante, lo mejor sería que se marche. —Aoi le miró perplejo.

—¿Debería irme...? —El hombre asintió lentamente, siguió pasmado por unos cuantos segundos, después volvió a agachar la cabeza mientras daba un suspiro—. De acuerdo, creo que, estaré mejor así...

—Que tenga suerte. —No habló más, Aoi se fue, con algo de rabia contra esa persona.

 

 

 

 

Esa misma tarde, fue a visitar a Kai, de nuevo

Llegó, Kai estaba dormido.

Le movió un poco con las manos, tardo unos segundos en despertar.

—Hola Yuu —saludó ligeramente contento, notó pesadumbre en su mirada—. Hey, te ves peor que yo, ¿qué ha pasado? 

—Me han despedido del trabajo —habló casi en susurro, Kai suspiró.

—Bueno, con el pedazo de jefe que tenías no me extraña... 

—Voy a tener que pedirle prestado a Reita para pagar la renta... Con lo que tengo no me alcanza... —Kai extendió los brazos, indicándole que fuera a abrazarlo, y así lo hizo.

—Oh vamos, no te pongas triste, podrás encontrar otro trabajo fácilmente.

—Ya lo espero, por el momento, tendré que hacerlo de esa manera... —Kai asintió, dándole varias palmadas en la espalda para que se calmara un poco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En tan sólo 2 días, Kai estaba peor que nunca, por consecuencia, Aoi también.

Ese día se encontraba junto a él. Tomándolo de las manos y acariciándolas un poco.

 

—Lo siento —dijo casi susurrando—. No pude comprarte algo... —Kai lo miró también acarició sus manos.

—¿Aún no adivinas... cuál sería mi mejor regalo? —Aoi le negó. Se mantuvo en silencio un gran rato—. Mi mejor regalo sería que... —apretó sus manos contra las suyas— éstas manos... — Dejó un pequeño beso en ellas— me mataran...

 

Aoi lo miró impactado, más no podía estarlo.

—¿¡Q-Qué!? 

—Por favor, Aoi... Es lo que más deseo... —le rogó tomándolo de las manos para que no se alejara de él.

—¡N-No puedo matarte! ¡No voy a asesinarte! ¡No! —Lo miró triste, apretó un poco más sus manos.

—No vas a asesinarme... —Se frotó la cara ligeramente con sus palmas—. Vas a darme el mejor regalo que pude desear... Además, tú dijiste que harías lo que fuera por mí, yo en serio quiero eso, por favor...

—¡N-Nunca hablé sobre matarte! 

—Tampoco mencionaste excepciones...

—¡Pero estaba claro que no iba a hacerte eso! —Lo miró con lástima, sacó su lengua y la mantuvo entre sus dientes, Aoi le miró desesperado.
—¡No! ¡Por favor! ¡No quiero que mueras! 

—Voy a morir pronto, Yuu—Intentó llevarlo a sus brazos—. No quiero que la enfermedad me mate... Quiero que tú me mates. Me parece más triste rendirme a la enfermedad que rendirme a ti... 

—¡P-Pero tú eres muy especial para mí! ¡No podría matarte! Además, ¡no tendría con qué! —Kai lo vio a la cara, sonrió y le besó por unos momentos. Hasta que se separó y volvió a abrazarlo.

—¿Sabes qué? Hay suficiente morfina en uno de esos cajones, también varias agujas... Puedes utilizar eso... — Aoi le miró aún impactado.

—No... No puedo... No voy a hacerte eso... 

—Por favor... —Sus ojos se cristalizaron, a su amigo casi se le destroza el alma con tan sólo verlo—. Esto va a terminar matándome, quiero que me hagas el último favor en esta vida... 

—No voy a hacerlo... Después, ¿¡cómo andaré por la calle diciendo que maté a mi amigo por petición suya!? 
Kai volvió a mirarlo sin expresión, tomó una hoja de papel que estaba cerca de su cama, tomó un bolígrafo y empezó a escribir.

Llevó media hora así, el día comenzaba a oscurecerse y las luces que adornaban la calle iban prendiéndose poco a poco, hasta que la misma luz de éstas traspasaba la ventana del cuarto.

Kai le entregó la hoja. Aoi respiró difícilmente.

—E-Esto... ¡Esto parece un testamento! 

—Así ya no habrá mucha evidencia.

—¡No! ¡Incluso así! ¡No voy a matarte! —Lo miró con lástima, Kai volvió a poner su lengua entre sus dientes —Por qué me haces esto!? —

—Porque prefiero morir por ti que por la enfermedad... 

—¡Pero esa no es razón lógica! —

—Claro que lo es, los dos sabemos perfectamente que voy a morir pronto, me gustaría que me dieras ese “regalo” como el último y el más especial que me han dado. —Aoi siguió negándose, pero no podía evitar pensar que el último día que podría verle fuese mañana...
O que tarde o temprano, Kai se fuera lejos.

Suspiró dejando un llanto al aire, dejando que las lágrimas se escapasen de sus ojos sin importar cuántas fuesen...

No iba a controlarse cuando Kai muriera.

Pasaron varios minutos, iba a hablar, pero Aoi le interrumpió.

 

 

 

—Lo haré.

Le dejó ver una amplia sonrisa, Aoi se sorprendió, desde que estaba enfermo nunca sonreía, y mucho menos de esa manera.

Caminó hacia los cajones que Kai le había mencionado, tomó varios frascos que tenían la etiqueta de “morfina” en ellos.
Tomó 2 jeringas, las 2 las lleno al tope con el líquido.
Miró tristemente a Kai.

—Entonces... Esto es un adiós... — Kai asintió—. ¿Seguro que quieres esto...? 

—Sí, de igual manera voy a morir, pero,no quiero morir por la enfermedad en sí... —Acarició sus manos levemente—. Voy a morir por ti, eso me hará muy feliz... Mientras siga respirando... —Aoi asintió.

Realmente él no tenía conocimientos avanzados en la medicina, pero, al menos sabía donde tendría que inyectar la morfina para acabar con su vida.

Cuando posó la aguja a unos milímetros de su piel, no pudo evitar entrar en el llanto de nuevo.

—Voy a extrañarte, no te imaginas cuanto. —Kai acarició su cabeza.

—Voy a descansar en paz por ti... Eso me hace muy feliz a mí. —Aoi sonrió ligeramente. Se acercó a su cara y le besó.

Se separó antes de insertar la aguja por la piel y comenzar a llenarlo de esa sustancia.

No tardó más de 1 minuto para acabar. Iba a utilizar la otra jeringa, pero Kai le detuvo.

—Basta con eso —dijo mientras sonreía y lo atraía a él, para que cayera en sus brazos nuevamente—. Gracias, eres el mejor, nunca olvides que te amo, ¿de acuerdo? —Aoi le negó, permanecieron abrazados así por unos cuantos minutos.

 

Después Aoi dejó de sentir su respiración.
Lloró en su pecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cada mañana, como lo hacía desde hace 2 años, iba junto con Reita a entregarle flores.
Siempre susurraba las mismas palabras, nunca nadie pensó que la causa de su muerte hubiera sido él mismo.
Cantaba ligeramente una canción, después de eso, iba al parque para apreciar como los sakura florecían, anunciando que la primavera llegaba.

Notas finales:

Evite mencionar algunas cosas, aunque ustedes pueden suponerlas.

 

La  enfermedad que escogí fue porque de esa misma enfermedad murió mi abuela materna.

 

 

 

Mmm... Tampoco es muy fuerte, pero ya que.

 

Rápido y corto, no me gusta mucho, pero tenía que sacarlo de alguna manera xD

 

*Hanami es cuando ves a los sakura florecer (flores de cerezos), hay parques donde la familia se junta para ver el momento (hanami literalmente significa "ver flores")


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).