Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

An unexpected love por yaoi-lover

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es mi primer fic yaoi. Los protagonistas son personajes de Final Fantasy VII, tanto del juego como de la película de animación. Con el añadido de Squall Leonhart, protagonista de Final Fantasy VIII; ambos son mis videojuegos favoritos. 

No diré nada sobre las parejas, descubridlo por vosotros mismos. Espero que os guste.

1.ENCUENTRO

Caminaba por las calles de Midgar, con paso ágil pero calmado, evitando cruzar la mirada con los numerosos grupos de personas que tendían a aglomerarse de una manera tan desagradable como incómoda. Pasaba desapercibido entre ellos, como alguien que tiene mucho que ocultar, o alguien que simplemente odiaba todo contacto humano. Desde que tenía memoria había odiado a la humanidad, le gustaba actuar en solitario, le asqueaba esa necesidad de la gente de depender unos de otros.

Y precisamente se dedicaba a algo que le permitía disfrutar de su soledad. Squall Leonhart era uno de los mejores SOLDADO de Shinra. Se trataba de un joven alto, delgado, de rostro inexpresivo, en el que destacaban sus ojos azules y su mirada indiferente. Llevaba el pelo oscuro largo, y vestía su uniforme impecablemente colocado. El primero de su graduación, con solo 22 años había llegado a primera clase, gracias a sus habilidades casi sobrehumanas en el manejo de todo tipo de armas, su agilidad, fuerza y resistencia y su capacidad para acatar todo tipo de órdenes sin que su conciencia le recriminara nada, sencillamente no tenía conciencia, escrúpulos, sentimientos o cualquier cosa parecida. Las órdenes eran las órdenes, y durante sus años trabajando para Shinra había cumplido infinidad de misiones con la precisión y la eficacia de un cirujano. Aquella nublada mañana de invierno, el joven SOLDADO se dirigía como cada día al edificio principal de Shinra, en pleno centro de Midgar, donde recibía instrucciones precisas sobre la misión o misiones que debía realizar.

Tras un corto trayecto, en el que atravesó una amplia avenida con una enorme fuente en su centro, tuvo ante sus ojos la imponente mole del edificio principal de la todopoderosa compañía energética Shinra. Un edificio gigantesco, de estética futurista, rodeado de enormes infraestructuras tales como cañones defensivos, reactores de energía Mako y columnas de vigilancia. Más que una empresa parecía una fortaleza, pero es que Shinra no era una simple compañía, era la megacorporación que regía los destinos del planeta desde mucho antes de que Squall naciera. El actual director, Rufus Shinra, había heredado el cargo tras la muerte de su padre, y dirigía la empresa de forma autoritaria pero eficaz, reclutando tropas, extrayendo energía de forma ininterrumpida y permitiendo a su departamento científico realizar todo tipo de experimentos para mejorar las capacidades de los empleados.


Squall contempló un día más el edificio que tan bien conocía. Le gustaba trabajar para Shinra, cobraba un buen sueldo que le permitía vivir acomodadamente, y gracias a su condición de primera clase, podía incluso desobedecer órdenes directas de un superior. Entró con paso decidido al enorme recibidor, donde tras un mostrador, dos recepcionistas recibían a los visitantes. Tras pasar junto al guardia de seguridad sin mirarle, a lo que este se cuadró automáticamente, se dirigió a uno de los tres ascensores del fondo del recibidor, ignorando las miradas entre curiosas e interesadas que le dedicaban las recepcionistas. No ignoraba su atractivo, pero no le importaba lo más mínimo.
Cuando el ascensor se paró en la planta de SOLDADO, Squall salió tranquilamente, se dirigió al panel de misiones donde aparecían reflejadas y actualizadas las misiones del día de cada uno. Paseó su mirada por aquella pantalla hasta llegar a su nombre, y tras leer la información, compuso una imperceptible mueca de sorpresa. " SOLDADO Primera Clase Leonhart.: Recuperar la cabeza de Jenova del cráter del Norte".


"Jenova?"...-pensó Squall ligeramente aturdido...-"A estas alturas todavía sigue dando guerra"...


Jenova era ni más ni menos que el ente alienígena que había chocado con el planeta muchos años atrás, causando toda una serie de infortunios para la empresa y el mundo que habían culminado cuando Sephiroth, el SOLDADO legendario, había enloquecido al descubrir su siniestra relación con Jenova y finalmente había acabado con ella. Shinra había ordenado su confinamiento en el cráter que la propia alienígena había creado, junto con los restos del desaparecido Sephiroth. Squall se estremeció ante la idea pero sacudió la cabeza reprochándose a si mismo haber tenido aquella reacción. En su opinión, Shinra ya había jugado bastante con ese ser, y no entendía por qué querían remover el pasado de nuevo.

Incluso se guardaban en el laboratorio científico reservas de las células de Jenova. Se encogió de hombros, suponiendo que necesitaban recolectar más. No le habían asignado compañía, aunque al tratarse de un sitio inaccesible, no le quedaba más remedio que volar en algún helicóptero de los Turcos. Rezó para que no le tocara Reno como acompañante, ese chico siempre conseguía sacarlo de sus casillas. Salió de la sala de misiones, y se encaminaba hacia el despacho del presidente para enterarse de con quién debía ir, cuando al girar la esquina se topó con alguien.

-Vaya, el SOLDADO Leonhart tan puntual y eficaz como siempre...-dijo una voz suave con un tono irónico. Se trataba de Lazard, director de SOLDADO. Squall se cuadró ante él por costumbre, manteniendo su mirada impasible y sin responder.

Maldito niñato pijo...-pensó como siempre que se encontraban. No le caía nada bien, y no le gustaba nada la relación tan estrecha que mantenía con el presidente. Era un enchufado.


-Ibas a ver a Rufus? Deduzco que ya has visto tu nueva misión...-dijo Lazard con una risita impertinente.


-Es obvio...-respondió Squall con calma...-Para qué queremos de nuevo la cabeza de esa criatura en Shinra?...-preguntó. Lazard se puso serio de repente.


-Me temo que ni siquiera a mí me lo han dicho...-murmuró...-Ya sabes, asuntos de de Rufus y mucho me temo que nuestro querido profesor está también metido en esto...-soltó una carcajadaencogiéndose de hombros...-Células, supongo...

Squall asintió levemente con la cabeza y continuó su camino ignorando al director. Así que Hojo...-pensó mientras caminaba hacia el despacho del presidente. De ese hombre nunca salía nada bueno, o al menos, nada que no tuviera un punto siniestro.

Por fin llegó ante la lujosa puerta del despacho de Rufus Shinra. La puerta se abrió automáticamente, y entró en la estancia. Un despacho enorme, más grande que tres habitaciones de SOLDADO juntas. Situado en el piso más alto del edificio, un amplio ventanal permitía controlar más allá de la ciudad.

Y eso hacía Rufus, controlar, y bastantes más cosas que la empresa. Se hallaba sentado tras su mesa. Era un hombre joven, de la edad de Lazard y también rubio y de aspecto pijo, como lo habría denominado Squall si no sintiera por él más respeto que por cualquier otra persona. Postrado en una silla de ruedas por una enfermedad incurable relacionada precisamente con Jenova, miraba a Squall con una media sonrisa, mientras los dos enormes Turcos que aguardaban a ambos lados de la puerta se cuadraban automáticamente ante el SOLDADO.

-Squall...qué agradable sorpresa...-dijo Rufus separandose de la mesa...-Jenova eh?..-rió...-Siempre te tocan las misiones más...desagradables, aunque el hecho de que seas el mejor lo justifica todo.

Squall no contestó, se limitó a hacer una inclinación de cabeza. No le había gustado el tono usado por el presidente y mucho menos el cumplido...

-Bien, déjame consultar un momento...-mientras decía esto, tecleó en su ordenador unos segundos...-Mmm supongo que este servirá, no hay muchos más que estén libres...-murmuró distraídamente.

Finalmente dejó de teclear y sacó un móvil...-Reno? Tienes trabajo, preséntate en mi despacho inmediatamente...No, me da igual que estés en el baño, esos detalles ahórratelos...-rió colgando el teléfono y suspiró mirando a Squall...-Reno conducirá el helicóptero que te llevará al cráter.


Squall asintió maldiciendo interiormente su suerte. Reno, el Turco más torpe de toda Shinra. No, el hombre más torpe de todo el planeta, eso estaba mejor. No entendía cómo podía haber llegado a formar parte de la guardia personal del presidente. Tras unos segundos de espera, la puerta del despacho se abrió nuevamente y Reno entró corriendo, metiéndose apresuradamente la camisa por dentro de los pantalones y peinándose con la otra mano.

Era un chico muy joven, un par de años mayor que el SOLDADO, llevaba el pelo largo y rojo recogido en una coleta, unas permanentes gafas de sol sujetándole el flequillo y sus ojos azul claro estaban enmarcados por unos tatuajes rojos. Al contrario que los demás Turcos, Reno era extrovertido, alegre, descuidado, informal, y sobre todo, torpe; en resumen, el tipo de persona que alguien como Squall detestaría. El SOLDADO puso los ojos en blanco mirándolo con frialdad...

-En fin...-murmuró mientras Rufus y los Turcos de la puerta se aguantaban la risa.

Squall se despidió del presidente con una nueva inclinación y salió por la puerta sin esperar a que Reno lo siguiera. Este intercambió unas palabras con Rufus y por fin salió también. Caminaron por los pasillos sin hablar hasta llegar a los ascensores. Salieron a la recepción y se dirigieron al helipuerto.

-Cuál prefieres?...-preguntó Reno alegremente señalando los diversos helicópteros.


-Uno en el que lleguemos vivos, o en el que llegue vivo...-respondió Squall con indiferencia...-Aunque por lo que se cuenta de tí, creo que debería ir pensando donde quiero que se me entierre...


-Eh!...-protestó Reno sin saber muy bien qué responder...-Y-yo...eh! No sé lo que habrás oído pero soy el mejor piloto de los Turcos...-dijo con un tono orgulloso.


-Bah, entonces Rufus debería plantearse hacer una limpieza entre vosotros...-respondió con crueldad....-Oh, lo siento Renny, había olvidado que serás tú quien me lleve al cráter, mejor tratarte bien si no quiero que nos estrellemos...antes de tiempo...-soltó una carcajada y despeinó a Reno tranquilamente, dándole la espalda y acercándose al helicóptero más cercano.


Reno llegó hasta él refunfuñando y peinándose con las manos, y tras echarle una mirada de furia que el otro ignoró, subió al helicóptero y abrió la compuerta lateral para que Squall le acompañara. El SOLDADO se sentó apoyado contra una de las paredes metálicas, mientras el Turco encendía los motores y el helicóptero se elevaba lentamente aunque con un ruido infernal. Parecía que habían elegido la peor chatarra de Shinra, y Squall cruzó los dedos para que no se partiera en dos a mitad de camino....

-Todo bien ahí detrás?...-preguntó Reno alegremente girándose.

Squall murmuró un "bah" despectivo mientras el helicóptero ya sobrevolaba la enorme ciudad dejándola atrás, internándose cada vez más en las largas cadenas montañosas de la zona. Tras un par de horas de viaje silencioso, al menos silencioso por parte de Squall, el helicóptero comenzó su descenso. Quedaban todavía unos metros para poder aterrizar cerca del cráter, cuando Reno soltó una maldición. Squall se puso en pie instintivamente, temiéndose lo peor. Entró en la cabina del piloto, mirando fríamente al Turco.

-Se puede saber qué pasa?...-preguntó, aunque por las sacudidas que empezaban a sentir, no necesitaba respuesta.


-B-bueno...-tartamudeó Reno...-Parece que nos estrellamos...pero no es culpa mía...-se apresuró a decir ante la mirada del otro....-La suerte es que estamos muy cerca del suelo, así que coge un paracaídas y disfruta del paisaje...-rió despreocupadamente....-Ya era hora de jubilar esta chatarra, luego vendrán a buscarnos.


Squall se abstuvo de comentar quién necesitaba la jubilación en realidad, se limitó a poner los ojos en blanco y a colocarse un paracaídas. Saltaron a la vez, justo cuando el helicóptero se estrellaba ruidosamente contra la ladera de una montaña y estallaba en llamas.

-Oh vaya...había olvidado la cartera ahí dentro...-murmuró Reno.


-Preocúpate de lo que dirán en Shinra cuando se enteren de que has vuelto a romper algo...-respondió Squall sin poder contener una risa despectiva.


-P-pero mi cartera...-insistió Reno.


-Quieres callarte de una maldita vez?....-exclamó Squall que empezaba a perder la paciencia...-Qué pasa, que llevabas una foto de Rude dedicada? No te preocupes, yo le pediré una pero cierra la boca.
Ante aquella respuesta, Reno se sonrojó y murmuró algo, callándose de inmediato.

Habían aterrizado cerca del cráter, así que Squall avanzó, desenvainando la espada por precaución, mientras Reno le seguía visiblemente asustado, mirando a su alrededor y enarbolando una barra electrificante extensible que todo Turco llevaba como medida disuasoria. Tras un corto paseo penetraron en una cueva que conducía al interior del cráter.

Squall caminaba en silencio, con precaución pero sin miedo, apuntando con una linterna, y Reno le seguía todavía asustado. Los Turcos no estaban hechos para aquel tipo de aventuras, y ese menos todavía. Al rato llegaron a un punto en el que Squall se detuvo haciendo un gesto con la mano para que el otro se parara. Habían llegado al interior del cráter, una estancia profunda que demostraba el inmenso tamaño del meteorito que lo había causado. Bajo una trampilla con la marca de Shinra que Squall se apresuró a abrir, hallaron una caja negra sellada que al transportarla demostraba que estaba llena de líquido...y de algo que flotaba en ese líquido.

Cuando se disponían a volver por donde habían venido, Squall se detuvo. Había oído voces. Le puso a Reno bruscamente la caja en las manos, que el Turco tomó horrorizado y procurando mantenerla bien alejada de sí. Squall avanzó hacia aquellas voces espada en alto, aunque las voces parecían acercarse a ellos por otro pasillo de piedra justo en la pared de enfrente. Se apresuró a cerrar la trampilla y de pronto irrumpieron en la estancia tres extrañas figuras. Su aspecto era peculiar y tanto al SOLDADO como al Turco le resultaron inquietantemente familiares.

Los tres tenían cabello plateado y ojos verde brillante con pupilas verticales, unos rasgos nada desconocidos para cualquiera que hubiera oído hablar de Sephiroth. Cuando los vieron a la luz, notaron que ninguno de los tres pasaría de los 20 años. Eran prácticamente tres adolescentes. El más alto de los tres era corpulento y musculoso, peinado con tupé y luciendo largas patillas, parecía también el más tímido. El mediano, muy delgado y de aspecto femenino debido a su larga cabellera, tenía un rostro inexpresivo aunque muy atractivo, y el más pequeño de los tres, que no tendría más de 16 o 17 años, se parecía mucho al mediano, aunque su pelo era más corto y sus facciones más dulces y expresivas.

Los tres iban armados con espadas de diferentes estilos y vestían ropas de cuero y botas. Squall, desconfiado por naturaleza alzó su enorme espada ante ellos, que todavía no habían dado señales de hostilidad. Miraron a Squall con curiosidad y entonces el más mayor descubrió a Reno sosteniendo la caja.

-Eh, mira eso Yazoo!...-gritó tirándole al mediano de la ropa...-Es madre! Han venido para llevarse a madre!. Para sorpresa de Squall, rompió a llorar tapándose la cara con las manos...-Devolvednos a nuestra madre....-dijo entre sollozos.


-Perdonad a Loz...-dijo el tal Yazoo con una risita cantarina...-Es un llorón y eso que es nuestro hermano mayor...-puso los ojos en blanco dando un puntapié a Loz...-No ves que tenemos visita?...-rió alegremente mientras el otro sollozaba con más fuerza.


-Callaos los dos!...-exclamó el más joven que hasta ahora se había limitado a observar la escena. Tenía una voz suave y algo infantil...-Ni siquiera sabemos lo que contiene esa caja, no tenemos porqué ponernos nerviosos!...-dijo paseándose ante ellos como un animal enjaulado...-Y bien, qué contiene?...-preguntó con una especie de sonrisa encantadora mirando a Reno, que ya sudaba de puro nerviosismo.


-Eso no es de tu incumbencia...-respondió Squall seriamente mirándolos a los tres sin soltar la espada...-Primero dime quienes sois vosotros, qué hacéis en este lugar, que además es propiedad de Shinra, y qué queréis exactamente....


Los extraños hermanos se miraron entre ellos y el más joven volvió a hablar..

.-Somos descendientes de Jenova, vivimos en este cráter que nos recuerda que madre vino a buscarnos...-dijo retirándose el pelo de la cara con un gesto de la cabeza que provocó en Squall una media sonrisa involuntaria que le perturbó bastante.


-De Jenova?...-preguntó Squall extrañado. Aquello parecían nuevos problemas, esos tres se parecían demasiado a Sephiroth, aunque parecían bastante patéticos, y si de verdad eran descendientes de esa maldita alienígena, debía matarlos en aquel mismo momento. Pero no estaba en la naturaleza del SOLDADO precipitarse en sus acciones así que decidió esperar..

.-La caja contiene materia, nada más...-respondió con calma bajando la espada...-De todas maneras no os debemos ninguna explicación así que sentíos afortunados...-dijo seriamente.


-Aquí vive madre, o lo que dejasteis de ella...nosotros somos sus hijos y si esa caja contiene sus restos, yo...-saltó el más mayor avanzando con su espada hacia Reno, limpiándose las lágrimas de la cara.


-He dicho que te estés quieto, Loz...-gritó el joven, que por alguna razón parecía el líder de los tres....-Ya has oído al SOLDADO...-murmuró mirando de reojo a Squall con una amplia sonrisa...-Es materia. Squall desvió rápidamente la mirada frunciendo el ceño...-Está bien...-continuó el joven volviendo a pasearse de aquella manera, como si estuviera dando un discurso...-Nos fiamos de vosotros, ahora nos iremos...-dijo haciendo un gesto a los otros dos.


-Un momento, todavía no me habéis dicho vuestro objetivo...-inquirió Squall acercándose al joven.


-Simplemente vivimos aquí, no hacemos daño a nadie, solo cuidamos de madre...-respondió sin dejar de sonreír de aquella forma que hacía desviar la mirada de Squall. Tras escuchar su respuesta, se giró dándoles la espalda a los tres hombres...-Vámonos, anda...-murmuró mirando a Reno y saliendo por el túnel.


Pensó si había hecho bien dejando a aquellos tres allí, tal vez tendría que avisar a Shinra de que posibles residuos de Jenova andaban sueltos, pero pensó que eran inofensivos, especialmente el más joven, con esa voz aniñada y esa sonrisa que...Squall sacudió fuertemente la cabeza horrorizado. Posiblemente había en aquella cueva alguna sustancia que volvía estúpida a la gente, si no no se explicaba aquellos pensamientos vergonzosos, ni el hecho de que no pudiera quitar la mirada de aquel joven durante el tiempo que estuvieron en la estancia.

Por fin salieron a la superficie, donde la realidad volvió a ellos bruscamente. El helicóptero estaba destrozado....y el móvil de Reno también iba dentro. Squall sacó el suyo dispuesto a llamar a Shinra para que mandaran otro helicóptero lo antes posible, pero descubrió horrorizado que no tenía batería. Maldiciendo su suerte y sin hacer caso a las quejas de Reno, se paseó explorando el terreno decidiendo que podrían hacer. Barajó muchas posibilidades, desde volver andando, hasta llegar a algún pueblo cercano y alquilar un vehículo, pero estaban realmente aislados de toda civilización. En ese momento vio tres figuras conocidas salir por el mismo túnel.


-Parece que la todopoderosa Shinra no invierte mucho en transportes decentes...-dijo Yazoo sin dejar de reír estúpidamente...-Fíjate en esos restos Kadaj, apuesto a que ninguno es más grande que el cerebro de este...-dijo alegremente señalando a Loz.

Así que Kadaj...-pensó Squall sin reprimir aquella media sonrisa.


-Eh!...-exclamó el mayor visiblemente ofendido...-Deja de meterte conmigo...-murmuró volviendo a sollozar.

Squall puso los ojos en blanco; no eran más que tres niños malcriados. Reno soltó una risita.

-Oye...Kadaj,...no?...-dijo Squall mirando impasible al más joven...-No crees que deberías meter en cintura a esos dos?...-rió levemente señalando a los otros; en ese momento estaban en el suelo. Yazoo aplastaba al mayor, Loz lloraba y trataba de estirar a su hermano del pelo, aunque este lo esquivaba fácilmente. Kadaj los ignoró.


-Se pasan la vida así, no tienen remedio...-suspiró exageradamente...-Supongo que queréis volver a Midgar...-murmuró pensativo observando los restos del helicóptero...-Bien, tenemos las motos por ahí detrás...-sonrió mirando tanto a Reno como a Squall.


-Qué queréis a cambio?...-preguntó Squall, ya que nadie daba nada sin pedir algo a cambio.


-Oh poca cosa, nos gustaría ver la ciudad, además tenemos un asunto que tratar con vuestro presidente, y antes de que me preguntes, es confidencial...-rió suavemente.


-Mm está bien, pero tarde o temprano acabaré enterándome de ese misterioso asunto...-respondió Squall echando una fría mirada a Kadaj, que se limitó a sonreírle con cierta inocencia.


Sin decir nada más, rodeó la montaña hasta que descubrió tres imponentes motos, se subió a una de ellas, decidido a conducir. No pensaba dejar que uno de esos críos le llevara a ningún sitio, y menos después de la mala experiencia con el helicóptero.

Al poco llegaron los otros; Reno, sosteniendo fuertemente la caja de Jenova contra su cuerpo, se sentó detrás de Loz. No sabía conducir motos y Loz le había parecido el menos peligroso. Desde luego no pensaba montarse con el tal Yazoo, que parecía el tipo de loco capaz de hacer caballitos y esas cosas que horrorizaban a Reno.

Efectivamente, pronto Yazoo salió disparado sin esperar a nadie, riendo escandalosamente y gritando: "Nos veremos en Midgar!" mientras hacía un caballito, a lo que Kadaj soltó una risita mientras se subía tranquilamente detrás de Squall, quien maldijo haber elegido justamente aquella moto.

Loz también había partido con un pálido y asustado Reno sentado detrás. Kadaj se agarró a su cintura con suavidad, como si hiciera aquello cada día, rodeando con sus brazos el torso del SOLDADO, que agradeció el cuero de aquellas mangas ya que el uniforme de SOLDADO no era precisamente de tela gruesa. Aun así, reaccionó encogiendo instintivamente la tripa y poniéndose muy tenso....

-Prefieres que conduzca yo?...-preguntó Kadaj cerca de su oído apoyando su barbilla en su hombro con una risita divertida...-No pareces muy buen conductor...-dijo apretándole un poco más fuerte, pensando que aquella tensión se debía al hecho de conducir una moto como aquella.

Pero no era nada de eso, Squall había conducido motos mucho más grandes, coches, camiones e incluso tanques.


-N-no digas tonterías...-murmuró Squall con un leve estremecimiento sin girarse...-Después de estrellarme con un helicóptero no pienso dejar que nadie conduzca por mí.


Se sentía confuso, hasta ahora nadie había conseguido provocarle el más mínimo sentimiento positivo, aunque no estaba muy claro que aquellas reacciones fueran muy positivas. No es más que un crío. Un niño malcriado, extraño, entrometido, impertinente, cautivador...No, eso no...debía dejar de pensar en eso último, mantener la cabeza fría; no era tan difícil.

Tras decir aquello, arrancó la moto y sin hacer caso a aquellas reacciones tan extrañas, puso rumbo hacia Midgar.


Ninguno de ellos vio las gotas de un extraño líquido verde moverse inquietantemente en el hueco que había dejado la caja sellada dentro del cráter.

Notas finales:

El fic está terminado, son 11 capítulos.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).