Me levanté un poco cansada y pensativa,pero decidí que iba a ser un buen día y me animé.
Me destapé y salí de la cama dándome cuenta de que Bay y Haruta habían madrugado y seguramente estaban desayunando.
Rebusque en mi cajón varias ropas que me había dejado Bay.Entre ellas escogí un hermoso vestido melocotón junto a un sombrero ya que el sol parecía pegar fuerte incluso a través de la ventana.
-Wa,que cómodo y fresquito se siente estando de vestido –Reí acicalándome frente al espejo- Creo que empiezo a envidiar a las mujeres.
( FONDO www.youtube.com/watch?v=Ek5C0NhnNlA&feature=related )
Abrí la puerta de la habitación saliendo de ella y antes de bajar a desayunar me acerque a la barandilla del barco observando el cielo matutino y el sonido del agua.
Lo que más me sorprendió es saber que estábamos embarcados en una isla,al parecer llegamos por la noche.De este sitio se podía observar las hermosas flores y la brisa dulce que salía de ella.
-Menuda tranquilidad…-Inspiré profundamente-.
-Anne…-Escuché una voz detrás de mi-.
-Lo bonito dura poco…–Maldije en un susurro mientras me volteaba a ver a Marco- ¿Se te ofrece algo? –Pregunté en tono tajante.Estaba inquieta,no sabía que hacer-.
-Solo quería pedirte disculpas otra vez por lo de anoche,si hice algo malo ruego que me perdones,no era mi intención –Dijo apenado-.
No tenía que comportarme así con el,al fin y al cabo no me ha hecho nada.
-No tienes porque disculparte…-Dije mirándome los pies mientras estos se movían inquietamente- No has hecho nada.
Pude ver una sonrisa nacer en su rostro.
-Menos mal…-Dijo suspirando de alivio- Pensé que me odiabas –Sonrió-.
-No digas tonterías –Me sonroje evitando su mirada-.
-Por cierto,te he traído algo –Me ofreció un ramo de flores Hibiscus rojas-.Me ha dicho un pajarito que son tus favoritas –Sonrió sonrojado-.
Me emocione tanto que me lancé encima de él quedando así los dos en el suelo.
-¡Muchas gracias! –Dije ruborizada mientras sujetaba las flores con delicadeza- ¿Cómo lo sabías?
Se incorporó del suelo dejándome sentada encima de el.
-Hace dos meses cogí el libro que tanto leías y al abrirlo se cayó una foto donde salías tú de pequeño y tu madre mientras ella en la cabeza llevaba esa flor y tu sostenías muchas en las manos.
-Gracias…Son preciosas –Añadí dándole un beso en la mejilla-.
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-No tanto como tú –Me sonrojé ante tales palabras mientras se iba acercando a mí muy despacio así sintiendo su respiración sobre mis labios.
Estaba a punto de besarle cuando le cogí de los hombros apartándole de mi.
-Marco…Esto no está bien…-Me excusé-Dentro de unas semanas volveré a ser Ace…
-Y eso es lo que más deseo en la vida –Respondió seguro-.
-¿Ah? –Pregunté incrédula con los ojos como platos-.
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No sé cómo llegamos a tal situación pero ahora me encontraba encima de ella dándole leves besos en el pecho mientras ella se aferraba a la cama.
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-Marco…Te quiero –Decía entre jadeo y jadeo-.
-No tanto como yo a ti –Le besé lentamente el estomago mientras jugaba con sus pechos-.
-¡TIRATELA YA! –Se escuchó a Thatch gritando fuera del camarote-.
-Thatch! Vete a donde amargan los pepinos! -Le gritó Anne furiosa-.
Me levanté a bajar la persiana mientras me burlaba de Thatch desde dentro.
-Envidia cochina –Le saqué la lengua a lo que él me miró mal-
Me dirigí otra vez hacía la cama tumbándome encima de Anne.
La desnude lentamente haciendo que se sonrojara y se tapará los pechos con las manos.
-Dios…Ahora sé lo que se siente ser chica –Rió sonrojada a más no poder-.
Intenté acercarme a ella pero me retuvo poniendo su pie en mi cara.
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-Jijiji –Rió con su voz chillona-.
-Muy graciosa…-Dije mientras le apartaba el pie y me tumbaba exitosamente encima de ella devorando sus pechos.
-Wah..ng…-Gimió aferrándose a las sábanas- Marco…Entra ya –Me pidió avergonzada entre gemidos-.
Aunque quería hacerle sufrir un ratito más no me hice esperar a su petición.
Comencé a entrar lentamente en ella mientras esta arañaba mi espalda delicadamente.
-¡Oh Dios! –Gritó-.
-¿Qué pasa?! ¿Te he hecho daño? –Pregunté asustado-.
-Ahora sé porque las mujeres gritan tanto –Comentó tumbándose rendida en la cama- Que bien se siente…
Me reí y me acerque a besarle la frente mientras seguía con mi trabajo acelerando el ritmo haciendo que gimiera sin control hasta llegar mutuamente al orgasmo.
Le bese la mano y me tumbé junto a ella.
-Ha sido…
-Estupendo –Dijo esbozando una sonrisa mientras su cara seguía roja y sudada-.
Le abracé delicadamente besándole el cuello.
-Te Amo…-Le susurré-.
-No tanto como yo a ti…-Sonrió- Por cierto,tengo hambre –Añadió cambiando totalmente de tema-.
-Lo bonito…Dura poco –Musite tras un suspiro-.