Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destino por darkmiss

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este facs se la dedico mucho a La joven Poeta, camus_ mi_H20, Neomina y a todas las fans de esta pareja

Destino


En esa estación de tren la gente iba y venía, muchos iban hacia sus trabajos, otros simplemente se despedian de sus seres queridos que se iban de viajes para despues regresar en otro tiempo, otros iban a recibir a aquellas personas que amaban que se habian ido en algun tiempo de sus vidas.


-----------------------------------------------------


Una niña de grandes ojos color grises y de larga cabellera del mismo color, acompañada de su madre esperando el regreso de su amado esposo y padre a la vez, pero en cada ida a la estacion siempre lo veía, tenia hace días viendo a aquel señor mayor de cabellera canosa con gran saco color cafe tabaco se cubria su cuerpo con pantalon de vestir color gris oscuro, unos lentes que apenas le ayudaba a su vista que a esa edad ya estaba muy gastada viendo hacia los rieles de los trenes, siempre con esa expresion sin vida en su rostro viendo siempre viendo la llegaba de todos los trenes que la estacion,a aquella niña  llena de curiosidad varias veces se le acercaba pero no mucho, con el temor de ser regañada por su madre al alegarse hasta  en el momento de irse a su hogar cuando llega su padre de trabajar eso de los primeros viajes del dia , de lejos lo venia, siempre sentado en uno de las bancas.


En las tardes cuando el sol estaba por ocultarse, salia a jugar con sus amigas a jugar rayuela cerca de es estacion, hay lo venia otra vez sentado sin moverse, varias personas de la estacion siempre le decia algo, tal vez lo invitaban a comer, eso no le era extraño porque cerca de la estacion habia varios puestos, , pero el siempre se negaba con un movimiento en su cabeza y con una triste sonrisa, pero al menos ella se sentia conforme al ver que alguien le daba algo, una pieza de pan o alguna frutilla de la temporada para que comiera, hasta la noche cuando ellas se iban a sus casa, ella se quedaba al fin viendo como aquel hombre mayor, con una gran tristeza en sus ojos ( que hace poco descubrio que eran un hermoso color turquesa, un color que casi nadie podia tener ) y con una pequeña lagrima se iba a su hogar con paso lento ayudado por un baston de madera.


--------------------------------------------------------------------


Aquella niña de nombre Natasha, su familia hace poco se habia mudado a esa region del país, el lugar era muy tranquilo, la gente no tenia porque preocuparse de su seguridad, los niños podian salir a jugar en las calles sin tener que preocuparse, la estacion de trenes era uno de los medios de transporte mas importantes de la ciudad, nuevamente habia ido a acompañar a su madre a recoger a su padre que trabajaba por la noches condiciendo los ultimos viajes a la estacion, ella es habia encariñado con la gente de la estacion, y vicerersa era muy curiosa para su edad pero era muy inteligente para su edad, y otra vez veia a aquel viejo sentado pero ahora lo que le prestaba atencion se veia mucho mas desgastado que los otros dias, ahora si sin importarle lo que le dijiera su madre se atrevio a acercarsele, con pequeños pasos para que no lo viera aquel señor se le coloco a un costado de la banca viendolo sentado, que aquel señor no le hizo caso tenia la vista perdida viendo hacia las vias del tren  , provocando que Natasha frunciera el ceño, y ahora colocandose a un lado de él-


-Hola señor- a ver si le sacaba una palabra, pero el seguio con ese silencio


-me llamo Natasha ...¿y usted señor?- pero siguio con ese con esa ley de hielo, Natasha se le quedo viendo ahora viendo que aquellos ojos color turquesa no poseian brillo, estaban vacias como sin vida, provocando que Natasha derramara una pequeña lagrima.


-es mejor que le vallas con su madre, se va a preocupar por ti- fueron esas palabras que aquel hombre, Natasha escucha esa voz sin vida, triste, completamente fria haciendo que se le erizara la piel a la joven.


Natasha no habia conocido en su corta vida alguien asi, era hablar con un muerto viviente y le daba mucho miedo hablar con el y ahora se a rrependia por eso, pero eso le provocaba mucho mayor curiosidad, estaba a punto de pregunta que era lo que tenia pero escuchaba la voz de su madre llamandola.


-Lo lamento mucho jovencita pero es mejor que te vayas- con esa voz ahora sonaba mucho mas triste, algo que soprendio mas a Natasha no creia que esa voz sonara mucho mas triste.


-pe... pe.. pero... señor, al dia volveremos a hablar  señor- regalandole una sonrisa pero aun asi no le logro sacar nada, ninguna sentimiento, solamente la miro y volvio a su trabajo mirar la llegaba del tren


Natasha llego a un lado de su madre y su padre que habia llegado y se veia cansado despues de su turno


-mi pequeña ¿donde estabas?- le dijo su padre que siempre estaba feliz de ver a su pequeña hija, ambos padres le tomaron una de sus pequeñas manitas mientras bajabam las escaleras de la estacion


-estaba hablando con ese señor papi- le contestaba muy feliz a Natasha pero en eso siente como su mano que sostenía su padre le lastimaba, detuvo su camino, asustando a Natasha como su madre, era como su hubiera visto un fantasma, empezaba a estremecerse y algunas gotas de sudor empezaron a recorrer su frente amplia


-ahhh!!! papi, me estas lastimando-se dijo Natasha que ya tenia su mano roja por el fuerte apretón


Cuando su padre salió del desconcierto aflojo los músculos para no seguir lastimándola


-lo siento hija solo me asuste un poco, y ¿que te dijo ese señor?-


-nada papi- dijo Natasha volviendo a mostrar su sonrisa, olvidando lo que susedio hace unos momentos, y asi siguieron su camino, hablando de cosas triviales hasta llegar a su casa para que el pudia descansar y ella a prepararse para ir a la escuela


Unas semanas despues


En la tarde, Natasha fue a acompañado a su padre a su trabajo y nuevamente volvió a ver a aquel señor y otra vez lo vio con alguien dándole algo de comer,  este lo acepta con una triste sonrisa y lo deja a un lado de él, y otra vez volvió a ver las vías del tren


Natasha quería saber porque lo hacía, había hecho amistad con los trabajadores del tren pero no se atrevía a preguntarles a ellos, tenía miedo a que alguno de ellos se enojara con ella, ese día se había quedado con el que consideraba el mas veterano de los trabajadores, podía decir que era igual o un poco mas viejo que aquel señor que tenía toda su curiosidad


-Hola Natasha, como estas el dia de hoy-


-Buenas tardes señor, muy bien hoy me dejaron acompañar a mi padre yo sola a la estacion del tren-


-que bueno, pero ya te he dicho Natasha que no me digas señor, llamame Joseph-


-lo se se... dijo Joseph pero se cuesta mucho trabajo-


-no te preocupes- mientras le revolvia unos sus cabellos-de todos modos ya este viejo, ha tenido muchas experiencias- y asi siguieron hablando de cosas triviales, hasta que llegaron a un tema que tenia a Natasha con esa curiosidad


-Joseph... no... quiero que te enojes con migo....


-porque tendría que enojarme-


-pues... me gustaría ... que me hablaras de aquel señor- señalando al señor que estaba sentado .


Joseph cuando escucho la petición de Natasha su expresiones cambio, ahora estaba estático, se le borro su sonrisa de hace unos momentos y ahora mostraba una silueta seria.


_Natasha en serio quieres saber su historia-


-Si-


-esta bien- sentándose ambos en unas bancas alejadas de todo el bullicio de las vias del tren- hace mucho tiempo más de que tu papi y tu mami nacieran, aquel señor que ahora ves, no es ni la sombra de lo que fue en su juventud, era un joven lleno de viva, era muy apuesto para su edad sus ojos turquesas brillantes  y una sonrisa que nunca se borraba, pero lo que tenia en aquel entonces  era el amor,  en todo su entorno hasta en su vida, amaba vivir y nunca se dejaba vencer por pequeñeces y quien no lo haría  teniendo a la persona que amaba a su lado y que te correspondía en ese entonces , hasta que este ya no volvió, aquel hombre se murió llamaba Milo, murió cuando Camus no volvió-. 


Flashback


Dos jóvenes llenos de alegría, corrían hacia la estación, pero eso no significaba que dieran unos cuantos saltas y brincos en su camino y las risas los acompañaran por sus juegos


-ya es muy tarde, voy a perder el tren-


-No te preocupes, ya casi llegamos- corriendo ya los últimos metros para entonces llegar a las puertas de la estación.


-ves que te dije Camus, ya llegamos- mientras lo abrazaba en su espalda


-eres un tonto Milo- correspondiendo el abrazo, girando su cuerpo para quedar al frente de él,  se le acerca lentamente pegando sus labios a los de Milo, dándole un beso apasionado, no les importaba que la gente los viera, la mayoría que los conocía y lo veían con buenos ojos, ya que era una pareja de recién casados, se veían en todo su alrededor que se amaban con locura, y que sin importar lo que sucedieran siempre se serian fieles, los empleados les causaba mucha felicidad en verlos, juntos, sus corazones se alegraban mucho en escucharlos reír, siempre se les veía juntos, Milo era la representación de la vida, alegría, la infancia en su esplendor, el amor; el cambio su pareja Camus era la madurez del ser humano, la perfección en el universo, eran tal para cual, eran almas gemelas


-¡Camus, vas a volver a la misma hora verdad?


-Claro que si tontito, nunca te dejaría solo, te amo con todo mi corazón-


 -esperare como siempre- yéndose hacia las vías, mientras Camus se va a comprar su boleto para subir, Milo ve como Camus se sube y sin evitarlo derrama algunas lagrimas, aunque sabe que es el único medio de transporte para que Camus puede ir a su trabajo siempre le causaba mucha melancolía verlo ir tenía miedo a que algún día no regresara, Camus al verlo se acerca y dándole un beso pequeño para consolarlo, sabia el dolor que le causaba sus idas a Milo, y lo menos que deseaba era causarle ese dolor.


-tranquilo mi niño, no importa el tiempo, ni la distancia, cueste lo que cueste, volveré a verte, y al final estaremos juntos- dice Camus limpiándole con el dorso de su mano las lágrimas de su amado niño, tomando sus manos para besarlas con gentileza


-Yo Milo, te prometo que no importa el tiempo que tome, t esperare, hasta el último día de mi vida, para estar juntos, como el cielo y la tierra, somos cosas diferentes pero no podemos vivir sin el otro- dándole otro beso, de despedida, Camus se dirige hacia el tren para entrar y tomar su lugar, a un lado de la ventana, se asoma y ve como Milo se queda parado esperando a que el tren empezara su marcha, escucharon el silbido del silbato y como los ruedas de acero, empezaron su marcha, Milo ve como empieza a moverse  al mismo tiempo que el tren, Camus ve como su niño trata de alcanzarlo abre la ventana y extiende su mano tratando de alcanzarla , Milo corría con todas sus fuerzas pero no lograba alcanzarla hasta que termino la estación al final, simplemente todo un roce con sus dedos, se quedó parado una de sus manos se la coloco sobre su pecho y con la otra se despedida , siempre los empleados que los veían esta todo un espectáculo como el final de una obra trágica, ellos dos hacia un año que habían llegado en la ciudad, por cuestión de trabajo del que se había ido en el tren, mientras su compañero el solamente velaba su bien a escondidas, Milo al ya no lograr ver el tren donde iba Camus, se retiró de la estación para irse de ahí, hasta en la tarde cuando Camus apareciera, sin saber que aquel día fue el último que vería a Camus y empezara su martirio


Fin flashback


-Gracias a aquel juramente, Milo vuelve a esta estación todos los días esperando a que regrese su amor y eso ya tiene exactamente 59 años que lo hace, todos los que lo conocimos vimos su cambio cada día, Milo tiene la esperanza de que vuelva y es por eso que no se ha vuelto a casas después de que su esposo ya no lo recuerda- dijo Joseph algo triste por todo lo que había vivido


-A qué se refiere Joseph?- pregunta Natasha intrigada por  lo último que dijo


-yo soy el único que sabe que le paso a Camus, ese día antes de llegar a su destino el tren, se descarrilo, provocando un gran accidente, la mayoría de los pasajeros sufrieron  heridas menores, pero el sufrió un golpe muy fuerte en la cabeza que lo dejo un mes en coma-


-que horrible- interrumpió la menos


-no tanto, hasta hubiera sido mejor para Milo-


-¿porque lo dices?


-Cuando despertó ya no recordaba nada, ni su nombre, no tenía identificación cuando lo internaron y los papeles que llevaba consigo  se perdieron en el accidente, entonces le pusieron Antonien.


“Antonien estuvo internado casi un año por rehabilitación ya cuando casi se recuperaba, se enamoró de la enfermera que lo cuidaba y  viceversa,  salieron algunos meses y se casaron al año, tuvieron a sus hijos y vivieron muy felices en Francia- concluyo el mayor con una pesadez en su voz y una tristeza al recordar aquella historia, mientras Natasha tenía lágrimas en sus ojos por el


 -Qué triste Joseph, y si sabias que le había pasado a Camus porque no le dijiste a Milo-


-lo intente pero el para ese entonces se había encerrado, ya se había perdido esa risa, esas ganas de vivir por la partida de Camus, todos los que trabajamos en esta estación nos causa un gran pesar por todo lo que ha hecho hacia el amor que le profesa a Camus aunque este haya dejado de existir -


Natasha estaba muy triste por la historia de Milo, es por eso que dejo de indagar, esa clase de dolores soy algo que ni ella misma puede sentir y se sentía mal por no ayudarle, se retiro de la estación.


Los meses se presentaron en la estación de tren para darle paso al blanco invierno, la gente llegaba a la estación, para pasar el invierno con su familia, pero no todos tenían el privilegio de hacerlo,  Natasha nuevamente  había salido sola a la estación a la espera de su padre que gracias a su desempeño recibió el horario de las tardes y ahora podía parar las noches en compañía de su familia, estaba en las bancas esperando su tren cuando algo la desconcertó, estaba Milo sentado en el lugar de siempre, pero ella veía algo diferente, no sabía que era pero era algo, en su miraba reflejaba algo, ya no tenía la sombra de sus ojos, no sabía cómo explicarlo, pero ya no pudo investigar mas porque su padre había llegado para llevarla a casa, dio un último visitado y por fin pudo ver, en sus ojos por primera vez pudo ver al brilla el brillo que en esa ocasión le describió Joseph en sus ojos era muy hermoso, era como ver un lado virgen, le saco una sonrisa a la niña antes de irse


En la noche Milo se quedó solo, solamente estaba en boletero para irse, estaba viendo como siempre las riele


-Milo, un susurro llego a sus oídos esa voz le era muy familiar, la había escuchado antes, provocando que se desconcertara totalmente y que instantáneamente levantara la vista  para vez quien lo llevaba pero no veía nada vuelve a su lugar sin percatarse que  poco a poco en el horizonte ve como un tren se acercaba a paso lento, hasta que se frenara al frente de la estación, y de ese tren saliera un joven de cabellos azules y mirada penetrante


-Milo- nueva era esa voy llego a sus oídos y cuando nuevamente levanto su vista al fin lo pido ver estaba completamente sorprendido lo po que estaba viendo pero el estaba al frente su vida, la única persona que amo, su corazón, su Camus; esos ojos color azul, esa piel nívea que si tocaba seguramente sus manos reconocerían al instante, esa sonrisa que siempre le regalaba cuando lo veía, después de mucho tiempo sus ojos se llenaron de lágrimas, sus ojos recuperaron su brillo, sus labios se formó esa sonrisa que se había perdido hace años, sin pensarlo se dirigió abrazarlo pensando de que su mente le jugaba, pero no estaba al frente de el al Camus que amaba tanto, sus pobre corazón no soportaba la adrenalina de la emoción , lo abrazo como si su vida dependiera de eso, y Camus le correspondiera en el acto, el llanto no se hizo esperar de Milo y estaba llorando en el pecho de Camus mojándolo , mientras Camus le acariciaba su canosa melena, después de todo estos años tenía lo que más quería, estuvieron así hasta que  Camus lo toma de la barbilla para darle lo que mas deseaba Milo, un beso de amor, pegaron sus labios en un roce, para Milo esos besos seguían siendo iguales, tenían los mismos sentimientos como los de la ultima vez, se separan en el momento que Milo lleva sus manos al rostro de Camus y se percata que  sus manos, su cabello, su piel habían recuperando la juventud que se le había ido hace tiempo.


-Ca… Camus… -y trata de decir algo pero un beso se le poso en sus labios-


-shhhh, no hablas Milo, he venido por ti-


-¿por mí?, ¿a dónde vamos?-


-a nuestro nuevo hogar- dice Camus al momento que se sube a las escalerillas del tren y ofreciéndose su mano para que suba, Milo no lo duda dos veces y ambos suben dando marcha a su viaje sin retorno.


Al día siguiente


El personal del tren estaban muy tristes por la muerte de Milo, los médicos les había dicho que fue por el frio del día de ayer que su corazón no pudo mas y se detuvo, fue una muerte rápida e indolora, pero dos personas no estaban convencidas de ello, creían que al final el corazón de Milo se cansó de llorar, pero al menos tienen el consuelo de que la felicidad lo invadió en sus últimos momentos al ver una sonrisa en sus labios y una lagrimas corriendo en sus mejillas.

Notas finales:

Espero que les haya gustado muy pronto axtualizare, caceria de brujas, juego macabre, bebe  luego nos leemos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).