El libro está en runas antiguas y parsel, ya me lo esperaba, por suerte he estado estudiando lo suficiente como para poder comprenderlo a la perfección, aunque salió más barato de lo que suponía.
No puedo cometer un solo error, por suerte tengo a uno de los mejores hombres que he conocido a mi lado, aun me pregunto cómo es que he llegado a apreciar tanto a Severus, supongo que mi madre también vio esa parte de él y por eso es que fueron tan grandes amigos.
Sibyl se acerca hasta mí, supongo que mis palabras en parsel la despertaron, Malfoy pega un chillido con solo verla, vaya cobarde.
-Tranquilo Malfoy, no muerde – le contesto sin apartar la vista del libro
-Disculpa, todos mis recuerdos que incluyan a una serpiente no son precisamente muy agradables, que digamos. – Cierto, Nagini estuvo en su casa.
-Es una pitón real, no confundas
-Me da igual lo que sea, aléjala de mí.
-Como quieras –supongo que no hace falta decirle que es una serpiente no venenosa y que no atacara a nadie a menos de que se lo pida, aun así dudo que lo haga, ella es muy floja.
Severus entro al living con unos libros y varios pergaminos entre manos y los dejo sobre la mesa de centro, eran los libros que había dejado en la biblioteca la noche anterior.
Harry tomo varios pergaminos y los extendió sobre la mesa, tomo uno nuevo y apareció pluma, fue uniendo todos los pergaminos, tomaba una parte y la dibujaba en el nuevo pergamino, cuando termino había dibujado un pentagrama de formas extrañas, parecía que tenía letras en otros idiomas, runas muy antiguas, incluso la última parte que dibujo era una copia exacta que se encontraba en el libro que recién había comprado y estaba en parsel.
-Está listo, solo le enviare una lechuza a Kingsley informándole que le haremos una pequeña visita
-De acuerdo, ¿pero qué pasa con Draco? –pregunto Severus
-Parece que al fin recordaron que existo
-No importa, vendrá con nosotros, será de utilidad
-Bien, yo iré a ver una poción que deje en el caldero
Dicho esto se retiró a su laboratorio, Harry tomo un pergamino nuevo y escribió al ministro y Draco solo lo observaba, a él y a la pitón que de un momento a otro se le había acercado para observarle.
-Potter… -advirtió en un tono ligeramente bajo y mordaz
Draco se había replegado contra el respaldo del sofá buscando alejarse de aquel ser, solo por si las dudas también había tomado su varita por debajo de su túnica.
-“Sibyl, aléjate de él”
-“Pero me agrada su olor”
-“Adivina, tú lo asustas”
-“Aun así él me agrada, además no huelo miedo o peligro”
-Serpientes albinas tenían que ser –susurro por lo bajo
-Potter hablo en serio, aleja esa cosa de mi
-No le digas “cosa” tiene nombre, es Sibyl, o puedes herir sus sentimientos, además no es como si fuese mi culpa que le agrades –doble el pergamino y lo coloco junto al otro, tomo los libros y los acomodo.
-“Sujétate bien”
La pitón se acomodó mejor sobre mis hombros, tome la mitad de los libros ya que estos eran demasiados para mí.
-¿Me ayudas con eso?
Pregunte parándome y haciendo un gesto con la cabeza hacia los libros, Draco, aunque un poco reticente tomo la otra mitad de los libros y un par de pergaminos y me siguió hasta la biblioteca, camine hasta uno de los estantes y fui acomodando uno por uno los libros en sus respectivos lugares, subí a una escalerilla para acomodar los más altos, Draco se acercó y me fue pasando libros para de igual manera acomodarlos.
-Gracias
Baje de la escalerilla y me acomode a su lado y lo mire esperando una respuesta.
-…de nada, supongo
Desvió la mirada hacia uno de los ventanales que daban vista al exterior y fingía mirar como los nubarrones se acumulaban presagiando una tormenta más tarde, Harry sabía que le seguía observando por el rabillo de ojo, se acercó al ventanal y este le siguió a una distancia prudente. Draco abrió una de las ventanas y cerró los ojos al recibir la fresca brisa proveniente del campo. Harry observo su figura durante un momento, y la imagen que se presentaba ante él lo hipnotizo, alguna vez en su vida había notado cuan bien podía lucir Draco con una sonrisa sincera en los labios y ninguna de sus máscaras encima, por un momento se preguntó cómo sería pasar sus dedos por ese cabello tan rubio, descubrir si era tan suave como parecía, tuvo la intención de hacerlo y lo hubiese hecho si Sibyl no le hubiese distraído con un movimiento cuando ella trataba de acercarse al rubio, además de que lo devolvió a la realidad de que si se llegaba a tomarse esa libertad este lo podría tomar como una amenaza y atacarlo sin posibilidad de una rápida defensa.
Harry reflexionaba en como hubiese sido su vida si en primer año hubiera aceptado la mano de Draco, cuan diferente podrían haber sido sus vidas, probablemente serian grandes amigos, incluso más, pero como siempre Voldemort se había entrometido en sus vidas y en su destino.
-Sabes –hablo Harry en una voz baja, pero perfectamente audible para Draco que solo abrió los ojos pero no volteo a verlo- cuando cumplí once años y recibí mi carta para Hogwarts, el día de mi cumpleaños y que Hagrid me llevo a Diagon Alley, en verdad estaba fascinado por todas las cosas, no podía creer que realmente fuera un mago, incluso hubo veces que durante mi estadía en el colegio que llegue a creer que todo un sueño
Harry espero una respuesta por parte de Draco, aunque se dio cuenta de que lo miraba fijamente, posiblemente preguntándose qué era lo buscaba contándole esto, al no recibir palabra por parte del rubio continúo hablando sin corta el contacto visual.
-Pero hay algo que no olvido de ese día, una cosa en especial es que en la tienda de túnicas de Madame Malkin –regreso su vista a Sibyl para impedir que se acercara de más a Draco- cuando conocí a cierto rubio peli-teñido un tanto engreído.
-¡Yo no soy peli-teñido! Mi cabello es completamente natural.
Harry soltó una risita
-Y tampoco soy engreído
Harry volteo a verlo con una expresión de “eso ni tú te lo crees”
-Bueno… tal vez solo un poquito, ¡pero solo un poquito!