Capítulo 4: Sirius Black
Por la chimenea apareció primero Severus, después Harry y por último Draco, los tres caminaron hacia el recibidor que se encontraba al final de ese enorme recibidor, Harry pudo divisar a lo lejos a un hombre de piel morena que le sonreía, a pesar de su aspecto cansado seguía con la misma sonrisa, Kingsley les saludo afectuosamente y caminaron directamente hacia un elevador.
-Me alegra mucho verte de nuevo Harry, ¿pero crees que ahora si podrías decirme a que debo tu visita en el ministerio? Porque si no mal recuerdo dijiste que pensabas en apoyarnos o algo por estilo
Draco solo levanto una de sus cejas al escuchar aquella información, ¿San Potter no ayudar?
-Ya lo dijiste Kingsley, yo ya hice suficiente con deshacerme de Voldemort –los demás temblaron con su sola mención, excepto Severus, por supuesto- los que me van a ayudar son ustedes, necesito que especialmente tú me hagas el favor
Los cuatro entraron al elevador
-Pues bien, tú dirás
-Necesito ir al noveno piso
-¿Al departamento de misterios? ¿Para qué?
-Eso es algo privado, por el momento, tengo algo planeado en la cámara de la muerte
-Pero… -el actual ministro vio un brillo en los ojos de Harry que le decía que lo más prudente era hacer el favor y no preguntar nada, un brillo que le aterro más que la simple idea de enfrentar al que-no-debe-ser-nombrado, simplemente presiono el botón del noveno piso y durante el trayecto nada dijo palabra alguna, el ministro aun poco abrumado por la repentina petición y los demás porque simplemente no tenían necesidad de hacerlo.
Cuando llegaron al noveno piso y bajaron del elevador, Kingsley solo los miro y dio un largo suspiro
-Solo espero que te puedas dar una vuelta por mi oficina cuando terminen aquí, solo estaré esperando
Dicho esto oprimió uno de los botones y las puertas se cerraron dejándolos solos en esa habitación, Harry se dirigió con paso seguro hacia una de las puertas, ahí se encontraba el velo de la muerte, en el cual había caído Sirius tiempo atrás, pero para eso estaban ahí, para recuperarlo.
Harry saco tizas de color rojo de la mochila que llevaba, le paso una a Severus y otra a Draco, ya sabían que hacer, en completo silencio empezaron a dibujar un gran pentagrama lleno de símbolos antiguos y extraños, era realmente grande. Después de quince minutos habían terminado de dibujar, Harry se colocó al centro, justo en frente del velo, y aun con el temor de caer dentro de este, saco su varita y con firmeza en su voz empezó a recitar algo en otro idioma, tan antiguo y tenebroso que a Draco se le erizo la piel de tan solo escuchar.
Harry lo recitaba una y otra vez, Severus empezó con su parte y a Draco no le quedo de otra más que hacer lo suyo, las voces de los tres en conjunto sonaban como un extraño cantico celta, y en conjunto con el aura de aquel lugar daba la sensación de estar realizando un ritual satánico, aunque si tomamos en cuenta que lo que estaban haciendo era traer a alguien de la muerte, el conjunto era perfectamente adecuado.
Una extraña luz azulada, impropia del lugar, empezó a invadir a aquel sitio para después concentrarse en el centro del velo y salir expulsada directamente hacia el pecho del moreno, esta lo lanzo hacia atrás, dejándolo inconsciente y cayendo sobre Draco, por el imprevisto ambos terminaron en el suelo.
El rubio se sorprendió de lo ligero que le resulto el otro al tratar de levantarse y quedar sentado con Harry recargado sobre su pecho, al verlo inconsciente se preocupó en demasía, ¿Qué tal si algo había salido mal?
Aun sostenía fuertemente su varita, la acomodo en dirección el rostro del otro y susurro
-…aguamenti
Harry reacciono ante el contacto del agua fría sobre su rostro con un pequeño sobresalto, Draco soltó un suspiro de alivio al ver que este estaba bien, se veía aturdido pero bien.
-¿Funciono? –fue lo único logro preguntar
-No estoy seguro
Del lado contrario de la sala se lograban divisar dos cuerpos oscuros tendidos en el suelo, Draco lo ayudo a levantarse, aunque no por ello pudo evitar el sonrojo en su rostro al darse cuenta de la posición en la que estaban, sentado entre las piernas del rubio y este rodeando su cintura con uno de sus brazos. Se levantaron y se dirigieron hacia los otros dos.
Se acercaron hacia donde estaban los otros y con sorpresa observaron que todo había salido de acuerdo a lo planeado, o bueno… casi todo, Draco dio un brinco hacia atrás al ver a su padrino con esa apariencia, mientras que Harry hacia más o menos lo mismo con su respectivo, Sirius llevaba la misma ropa que cuando había caído en el velo, pero parecía que le quedaba grande y esta estaba hecha girones en algunos lugares, al darse cuenta de la reacción de Draco volteo a ver a Severus pero se quedó más o menos igual que el otro.
Tanto Sirius como Severus tenían una apariencia muy joven, tal vez de como cuando tenían cerca de veinticinco o treinta años, Harry por fin reacciono y se aseguró de que ambos estuvieran bien, todo estaba en perfecto orden, parecía que en Severus había sido un simple desmayo por utilizar tal cantidad de magia de una sola vez y en Sirius, parecía que este simplemente dormía tranquilamente la siesta.
Cada uno se dedicó a concientizar a su respectivo padrino, cuando por fin lo lograron Severus se sentó y tomo su cabeza entre sus manos, masajeando fuertemente sus sienes, tratando de alejar el horrible dolor de cabeza con el cual se encontraba, aparte de que su cuerpo dolía como si hubiera recibido una golpiza, al voltear hacia su lado derecho se encontró con Harry tratando de despertar a Sirius, aunque este parecía no querer hacerlo, al escucharlo murmurar algo como “cinco minutitos más James” un sentimiento de rabia lo invadió, y olvidándose por un momento del dolor que invadía su cuerpo lo tomo por las solapas de la camisa que llevaba y empezó a sacudirlo.
-¡Despierta de una vez por todas maldito holgazán lleno de pulgas! ¡No venimos a sacarte del velo solo para que salgas con una tontería como “cinco minutos más”! ¡Despierta de una maldita vez!
Al escuchar aquellos gritos a Sirius no le quedo de otra más que despertar por completo, incluso Harry y Draco habían dado un brinco hacia atrás ante tan repentino cambio de humor y escuchar esos gritos, y por supuesto que Sirius no podía tener una cara más de que cuando te caes de la cama justo cuando estas en el quinto sueño y sobretodo se sorprendió de ver a un Severus Snape tan joven.
-Está bien grasiento, ya desperté, ¿Podrías dejar de sacudirme de esa manera?
Severus detuvo su ataque por un momento pero sin quitar la mirada asesina que le dirigía a Sirius, que está más bien trataba de ignorar, ¿Qué diablos estaba sucediendo? Al ver a Harry a un lado de no pudo más que soltarse del agarra de Snape y saltar sobre su ahijado con toda la intención de darle un gran abrazo de oso, digo con toda la intención porque Draco le metió el pie, aunque este más bien había sido un insospechado y repentino ataque de celos por parte del rubio, aunque aún se encontraba en etapa de negación no podía negar que sentía cierta necesidad de proteger a Harry (por no decir tenerlo para el solo).
-Malfoy tenías que ser –rezongó Sirius al ponerse de pie, Draco solo le regalo una sonrisa ladina.
Harry se acercó a su padrino y lo abrazo fuertemente, escondiendo el rostro en su cuello y murmurando algo en su oído que lo hizo sonreír.
Severus tosió un poco para llamar la atención de los otros dos que llevaban demasiado tiempo, a su parecer, sumidos en aquel abrazo. Se separaron y Harry le regalo una sencilla sonrisa al pocionista en señal de disculpa.
-Creo que es hora de salir de aquí, además creo que Kingsley nos debe de estar esperando.
Todos se dirigieron hacia la salida, en un completo silencio, aunque este no era incomodo, si no que parecía de lo más normal, y tomaron el elevador hasta el piso del ministro.