Capítulo 6: Bienvenido a tu nuevo hogar.
Todos salieron de la chimenea al living de la casa, naturalmente Sirius no sabía en donde se encontraban, tuvieron que explicarle toda la historia, aunque este no se sentía muy cómodo de no estar en su casa sino en la de nada más y nada menos Severus Snape, eso lo ponía muy nervioso
Sí, Grimuld Place era lúgubre y un poco vieja, pero al final de cuentas era su casa y se sentía cómodo en ella, podía estar en ropa interior todo el día si así lo deseaba, pero por el momento permanecerían en la propiedad Prince, según Harry era lo mejor por el momento.
Llamaron a la elfina, esta les sirvió te a los cuatro, Harry ponía al corriente a Sirius, con la ocasional intervención de comentarios del pocionista y del rubio, para constatar o reafirmar ciertas cosas, o un simple comentario. Por supuesto que Sirius entristeció al saber de las muertes cobradas en la guerra, sobre todo la de Remus y Tonks, pero aún estaba Teddy, y otras tantas cosas, en medio de la narración Sirius casi se va sobre Severus al saber que había matado a Dumbledore, tuvieron que tranquilizarlo para poder terminar de explicarle los hechos, el porqué de las cosas, el viaje que realizo, la participación clave de Severus, todas aquellas cosas que había descubierto en ese tiempo, y por último la muerte y derrota de Voldemort.
-Y a pesar de que Voldemort murió, sus Death Eaters no han parado los ataques, es notorio que el ministerio aún tiene problemas, pero por lo menos la comunidad mágica respira más tranquilamente.
-Vaya…
-Sí, además Kingsley no dejaba de presionarme para que ayude al departamento de Aurores… pero ya les deje bien en claro que no pienso hacer nada más, Voldemort me condeno a… -lo pensó un momento- no, nos condenó a que uno no podía vivir si el otro también lo hacía, él está muerto y yo estoy vivo, y eso es todo, no estoy obligado a hacer nada más.
Harry se encogió de hombros y se hundió más en el sillón, tomo la taza de té y abrazo fuertemente uno de los grandes cojines. Sabia cuan egoístas eran sus pensamientos pero no le interesaba, al menos ya no, sus prioridades habían cambiado.
-¿Supongo que esa es también la razón por la cual no estás en la madriguera con los Weasley?
-Sí –asintió levemente con la cabeza- después de meditarlo, de estar un par de días con ellos comprendí que no podría tener paz, ni conmigo mismo ni hacia los demás, un par de días bastaron para ver cuán derrumbado y deprimido estaba George después de perder a Fred, de las miradas que sentía sobre mí, las miradas de todo el mundo mágico estaban sobre, fue realmente estresante, hasta que sin saber cómo me encontré hablando con Severus, aun no logro entender como fue todo, las memorias de esos días están demasiado difusas…
>>Pero tome la decisión de vivir con él –volteo a mirarlo, y el pocionista simplemente le devolvía la mirada, cosa que ni a ninguno de los Black les agrado- después de no sé cuánto tiempo, por fin logre sentirme más libre, más liberado conmigo mismo. No había nadie con expectativas sobre mí, no había nadie que esperase que terminara con ningún señor Tenebroso, nadie que tratase de su elfo domestico –esto lo dijo con una sonrisilla amarga- por fin logre sentirme solo como una persona más, sin reproches, sin problemas, sin expectativas, sin más… -la última frase la dejo incompleta, fue ahí cuando se dio cuenta de que había expresado sus pensamientos en voz alta, sentimientos de tantas y tantas semanas reprimidos habían salido a flote sin su consentimiento.
Dejo la taza de té sobre la mesa de centro y salió disparado a quien sabe dónde, dejando a los demás presentes desconcertados, Harry se había abierto con ellos, cosa que parecía no había hecho nunca con alguien más.
Draco se levantó y se dirigió a buscar al pelinegro, ambos adultos se quedaron solos en el living, Severus ensimismado en sus pensamientos y Sirius mirando al pocionista, ambos estaban demasiado metidos en sus propias ideas, así que cuando Severus levanto la vista y se topó con la de Sirius este se sobresaltó y un sonrojo cubrió sus mejillas, se sentían como un par de adolescentes nuevamente, y en parte lo eran , de cierto modo volvían a su juventud, tal vez esta era una oportunidad para volver a empezar.
Tal vez… o también existía la oportunidad de que el rumbo de las cosas cambiara.
Severus se levantó de súbito y le hizo una seña a su compañero para que le siguiese, este le acompaño, subieron hacia el segundo piso, dando vuelta hacia la derecha se encontraron frente a la segunda puerta que estaba en medio de otras dos puertas pero del lado contrario. Entraron en aquella habitación, todo era muy luminoso y cálido, los rayos del sol se colaban por la ventana e iluminaban por completo, era una habitación sencilla. Un escritorio, un armario, un librero, una cama y una puerta que daba al baño.
-Esta es tu habitación, la mía y la de Harry están en frente por si necesitas algo–a Sirius no le gusto la forma en la que el otro había mencionado el nombre de su ahijado- puedes hacer con ella lo que quieras.
Sirius camino hasta el centro de la que se suponía sería su nueva habitación, en el que se suponía seria su nuevo hogar. Observo el lugar por un momento, a pesar de parecerle sobrio le pareció cálido, más propio de Harry que de el otro par de serpientes, aunque seguía sin comprender que hacia el hijo de Narcisa ahí.
-Supongo que… ¿bienvenido a tu nuevo hogar?
Severus parecía que trataba de ser amable, al no recibir respuesta despues de un tiempo, salió de la habitación dejándole solo.
Sirius soltó un largo suspiro y se tiro a la cama para pensar un rato, esta era cómoda, pronto el sueño comenzó a vencerlo, inconscientemente se abrazó a una de las almohadas y cayo profundamente dormido, en parte gracias a la poción para dormir sin sueños que le habían puesto en el té sin que se diese cuenta.