Capítulo 7 El accidente
Draco dio vueltas por toda la casa, incluso en el jardín, reviso cada habitación, cada rincón. La cocina, la biblioteca, su habitación, la de los demás, en el invernadero, en el pórtico, pero ni pista de Harry.
Dio un profundo suspiro y se recargo en la pared, su exhaustiva búsqueda no tenía resultados y comenzaba a desesperarse, pero se recordó que un Malfoy nunca se da por vencido, pero ya había revisado en toda la casa y simplemente no lograba encontrarle, el único lugar que le faltaba era el laboratorio de pociones de su padrino, pero sabía que ese lugar era casi sagrado para él.
Siendo su última opción volteo hacia su lado derecho para poder abrir la puerta, lo hizo muy lenta y cuidadosamente procurando no realizar el más mínimo ruido, dio un vistazo hacia adentro, todo lucia tan impecable como siempre, claro, descontando el precario desorden que se encontraba sobre la mesa. Su padrino siempre era así cuando trabajaba, por lo regular solía mantener todo en un completo orden, pero cuando se ponía a trabajar causaba un desorden inigualable, utilizaba todo el espacio disponible, llenándolo con libros, ingredientes, anotaciones, pergaminos y otras tantas cosas.
Entro a la habitación y cerró la puerta detrás de si, sus pasos resonaban en el lugar con un ligero eco, al pisar la madera del suelo. Le agradaba el olor de ese lugar, y aunque no era el mismo laboratorio, recordó cuando era niño y veía a su padrino trabajar con sus pociones, mesclando, revolviendo y agitando todo, tal vez de hay surgió su gusto por la materia, un ligero e imperceptible suspiro lo distrajo de sus pensamientos, se acercó hasta el alfeizar de la ventana que se encontraba al otro lado de la habitación, por fin encontró lo que buscaba.
Encontró a Harry sentado en el alfeizar de aquel ventanal que daba hacia la parte trasera de la casa, en la que se podía apreciar el invernadero y una parte del bosque. Abrazaba una almohada, sus mejillas aún se veían húmedas y sus ojos se veían con cierto tono rojizo, era más que obvio que había estado llorando, ¿Cuánto habría tardado en buscarlo? Se acercó hacia él, y este volvió a soltar otro profundo suspiro, por alguna razón detestaba la idea de verlo de aquella manera, se dijo que era porque solo él tenía el derecho dejarlo en ese estado, ¿no lo había intentado prácticamente durante siete años? O al menos eso fue lo que quiso pensar.
Se sentó a su lado y se dedicó simplemente a observarlo, después de un rato le tomo de la mano, pero este ni se inmutó, tal vez tendría que dar el primer paso.
-¿Expresarte siempre te pone de esta manera?
-No realmente, es solo que… -se veía indeciso- todo lo que dije, nunca lo expresado realmente, no me gusta ser una carga ni nada por el estilo, así que prefiero guardarme ese tipo de cosas, el problema es que a veces soy demasiado fácil de leer y eso no me gusta.
-¿Vez?
-¿El qué?
-A veces es más fácil ser solo un hijo de puta, nadie sabe realmente que es lo que piensas y todos te dejan en paz
-¿Hablas en serio? –Harry por fin volteo a verlo, sin saber realmente si reírse o tomar el consejo
-Por supuesto –respondió Draco fingiendo una cara muy seria- ¿A caso no te lo he demostrado lo suficiente?
Soltó una risilla de incredulidad, el otro le regalo una sonrisa y volteo hacia el exterior.
-Todos tenemos armaduras, a veces es más fácil vivir con una máscara, pero no es sano llevarla todo el tiempo –hablo el rubio sin mirar al otro
-Supongo que ese es el problema de las apariencias, al final te las terminas creyendo
-Hasta cierto punto, sí
-Pero sigo sin creer que sea razón suficiente
-Oh, vamos, ¿me vas a venir con moralidades, Potter?
-No, es solo que…
-¿Solo que qué?
-Nada olvídalo
Harry se levantó y camino hacia la puerta, hay estaba otra vez, huyendo de las cosas, Draco había aprendido que bastaba con presionar un poquito para que Harry cediera. Pero también estaba el hecho de que nunca había soportado el hecho de que lo dejasen hablando solo o que le ignorasen si tenía algo que decir, estaba acostumbrado a recibir la atención cuando quería, y a pasar inadvertido (por más complicado que suene, vamos, es un Malfoy, es difícil que pase desapercibido) si así lo deseaba.
-¡Te estoy hablando!
-Y yo te estoy ignorando
-No huyas Potter, ¿acaso es lo único que sabes hacer?
Obviamente al moreno le molestaron aquellas palabras, se dio la vuelta para enfrentarlo y de suerte alcanzo a esquivar una botella con el contenido de alguna de las pociones de Severus que Draco le había lanzado, posiblemente con el fin de golpearlo, aunque esta reboto contra la pared, más específicamente a la altura de la cabeza y después cayó al suelo haciéndose añicos el cristal. Le dedico una mirada tanto de sorpresa como de reproche. Más este no se inmuto, sino que simplemente se cruzó de brazos y le dedico una de aquellas miradas que había prendido a reconocer como de marca registrada Malfoy®.
Deshizo el camino recorrido para llegar hasta el rubio, tenía un par de palabras que dirigirle desde hace un par de días, pero no había tenido motivo para ello. Pero como no, resbalo con la poción que se había escurrido por el piso de madera después de caer al suelo y quebrarse el vidrio, esta logro hacer que terminase por patinarse y resbalar, en un intento por evitar su caída se sostuvo de un anaquel, lamentablemente para Harry este no era lo suficientemente firme como para poder sostenerse, estaba a punto de caer
Tarde reacciono Draco cuando se acercó para tratar de ayudarlo pero en vez de ello solo logro resbalar de igual manera cayendo estrepitosamente al piso, provocando que Harry terminara por caer junto con varias pociones del anaquel, Draco se derrapo hasta topar contra la pared golpeándose en el acto, el sonido de los cristales al quebrarse provocaron que levantase la vista, fue observador de primera fila como las pociones caían y las gotas de colores de cada una de ellas rebotaban contra el suelo y terminan esparcidas y mezcladas en algún lugar.
Definitivamente la mezcla de los colores era única, si no fuera por el hecho de que había un ser humano, más específicamente Harry, recibiendo directamente una exposición a todo aquello, hubiese sido maravilloso, pero no era el caso.
Draco sabía perfectamente que no era adecuado el mezclar pociones, podía llegar a ser muy peligroso, más si tomamos en cuenta que desconoces que clase de poción es y sus efectos, y también el hecho de que no eran ni dos ni tres, eran docenas de ellas.
La habitación de empezó a cubrir de humo, un humo denso de tonalidad verde claro, empezó a toser, el humo también tenía un olor extraño, pero lo que más le preocupaba era que Harry no daba señales de vida, tal vez estaba inconsciente.
Draco comenzó a entrar en shock, no estaba seguro de que hacer, ayudar a Harry o correr a pedirle ayuda a su padrino, aterrado ante lo que pudiese pasar prefirió salir corriendo de la habitación para buscar al pocionista. Por suerte este ya había escuchado los gritos que Draco profería y llego rápidamente al laboratorio.
Lo siguiente que ocurrió para Draco fue un caos total, no recuerda las cosas tan claramente como desearía. Lo último que recuerda claramente fue a un Harry en cama y con fiebre.
