Despertó ligeramente sobresaltado, con la respiración agitada y los últimos rayos de la luz del día colándose por el ventanal. Se sentó en la cama, apoyando una mano sobre el colchón y con la otra tallando sus ojos, tratando de alejar un poco el sueño. Se sentía extraña y peculiarmente desorientado.
La incomodidad del pantalón del pijama, el cual nunca utilizaba, solo dormía con bóxer y camiseta sencilla, y la sensación de que la camiseta le quedaba más grande, sin tomar en cuenta de que está de por sí ya era ya era dos tallas más grande y las pijamas suelen ser holgadas se le sumo el hecho de sentir todo un poco diferente. Sentía que algo estaba… diferente, pero no supo qué.
Como pudo, y con un par de trompicones de paso camino hasta el baño, abrió la llave de la ducha para que el agua se templara mientras se deshacía de sus ropas. ¿Por qué llevaba puesto el pantalón de su pijama? De a poco en poco las memorias de los últimos acontecimientos que lograba recordar le cayeron como un balde de agua fría.
Rápidamente termino por deshacerse de la camiseta que ya tenía en el cuello. Su respiración de había vuelto errática de un momento a otro, camino hasta el espejo de cuerpo completo que tenía y se contempló.
Se sintió surreal, dentro de otra de sus pesadillas, es decir, había tenido un accidente con un montón de pociones, podía esperar otro resultado menos este, no creyendo lo que ojos le mostraban (bastante borroso, por cierto) tenía que ser una ilusión, llamo a los lentes con un simple Accio no verbal, había estado practicando magia sin varita por un buen tiempo, las coloco en su lugar y cuando la imagen se le presento imposible más nítida su cerebro entro en un estado de shock emocional. Pudo haber esperado y hasta soportado cualquier otra reacción, como que se piel se hubiese quemado, que estuviese deformado, incluso la de morir, pero… ¿eso?
Era imposible.
Simple y sencillamente irracional.
La imagen que se reflejaba para él era sencillamente escalofriante, o así fue como lo proceso de momento. Ese no era su cuerpo, si bien la piel era del mismo tono, incluso un poco más clara, se más tersa, el verde de sus ojos era el mismo, eso era indiscutible, solo él tenía el brillo como el de las esmeraldas, el revoltijo de cabello negro se veía idéntico pero más crecido, más largo, tanto como para que le llegase por debajo de los hombros, pero… él era un chico, lo había sido durante toda su corta y no tan aburrida vida. Pero ahora, frente a él se presentaba la imagen de una chica, bastante guapa por cierto, con un rostro de incredulidad y esas horribles gafas redondas.
Harry por un momento tuvo la decencia de sonrojarse, jamás había visto a una chica desnuda, pero era su cuerpo, es decir, sus ojos jamás lo habían engañado o algo por el estilo. No podía con la conmoción de sentimientos y emociones, distraídamente percibió el vapor del agua caliente regándose por la habitación.
Se metió bajo la cascada de agua caliente y la regulo a una temperatura media, estaba como ido. Distraídamente tomo la ducha, por lo menos el chorro de agua estaba haciendo maravillas para relajarlo, de a poco a poco su mente volvió a racionalizar como normalmente lo hacía. Le dio una mirada hacia su cuerpo, los voluminosos pechos y el sexo liso entre sus piernas, pero igualmente con los risos oscuros provocaron que el sonrojo volviese a sus mejillas.
¿Cómo diablos había terminado así?
No era un sueño, o en todo caso una pesadilla, la temperatura del agua lo había despabilado lo suficiente, solo pudo llegar a la conclusión de que toda la culpa era de Malfoy, aún no estaba listo para decir que también había participado en ello, por el momento necesitaba definir una figura contra la cual dirigir su creciente odio e ira.
Cerro las llaves del agua y tomo una toalla, comenzó a secarse mientras buscaba algo que ponerse, la mayoría de su ropa le parecía aún más grande de lo normal, vagando por el armario se topó con la ropa que hacia comprado dos semanas atrás, esta al sí ser de su talla normal le pareció más adecuado, tomo una camiseta y una sudadera, esta última le quedaba poco más debajo de la altura de los slips negros, lo cuales agradecía le hubiesen quedado tan bien, de casualidad se encontró con unos shorts negros, los cuales no reconoció, no eran suyos, pero bastarían por el momento.
Se secó el cabello y lo ato con una cinta que estaba sobre el lavabo, si no mal recordaba era de un regalo que le había dado Severus, y hablando de otras personas, tal vez era hora de enfrentar a los demás. Si lo analizaba bien, todo había sido culpa de Malfoy, ese sería un pensamiento que permanecería por un tiempo, necesitaba un objeto contra el cual enfocar toda la ira que tenía, había aprendido que todo era más fácil cuando se concentraba en las cosas y mantenía un enfoque impersonal ante las cosas, aunque esto era diferente.
Aun con los pies descalzos se colocó frente a la puerta de su habitación y tomo el pomo en su mano, tomo aire y lo dejo ir en un largo suspiro mientras abría la puerta y se dirigía las escaleras. A cada paso que daba la realidad se hacía contundente, como un balde de agua helada que te lanzan directo al rostro.
Cuando bajo el último escalón su respiración estaba tranquila y en su cabeza había demasiadas ideas para llevar a cabo, algunas un tanto indecorosas.
Entro al living, encontrándose con las otras tres personas con las cuales compartía la casa.
A nadie le agrado el silencio que se produjo a continuación, esperaban una rabieta, ira, enojo o lo que sea, de parte de Harry, gritos, insultos, cualquier cosa, pero no ese silencio tan espeso. Conocían cuanto poder tenía el chico y de lo que era capaz, y ese silencio no auguraba nada bueno, no al menos para ellos.
-Y bien… ¿Qué fue exactamente lo que sucedió?
Tragaron duro y se voltearon a ver entre ellos, definitivamente ni el Señor Oscuro les había causado tanto miedo en toda su vida.