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Kinjirareta futari por Tananlobo

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Notas del fanfic:



Rena a la izquierda, Ayame a la derecha.

Notas del capitulo:

Empiezo un nuevo fic sobre estas dos chicas que me encantan y para dar a conocer las idols que son muy buenas. Espero que le deis una oportunidad!

—¡Quita esa música, Ayame! —gritó mi padre desde el comedor—. Siempre escuchando lo mismo… ¿cuándo aprenderás que ese no es tu mundo? Además, prepárate que ya casi es la hora de llevarte a clase de violín.

 

No me quedó más remedio que apagar la música y prepararme para ir a clase de violín. Antes de salir de mi habitación miré aquel póster de AKB48 que tenía colgado dentro del armario. Era el único sitio en el que podía ponerlo porque así mi padre no lo descubriría. Cómo me gustaría ser una de ellas, brillar en el escenario, poder ver millones de sonrisas gracias a mi voz y mi baile… pero no, ser hija de un senador era más complicado de lo que podéis imaginar.

 

Me monté en el coche con mi padre sin mediar palabra. Mi vida era así, de la escuela privada a la academia, si no a clases de violín y si no aburrida en casa todo el día. No podía salir con amigas, que por cierto, no tenía, no podía escuchar música, ni vestirme como quisiera, ni siquiera escoger qué quería hacer. De pequeña siempre me habían criado de esa manera, todo en mi infancia fue encaminado a aprender ”lo que una señorita debe hacer”. ¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Tocar el violín para ser una buena esposa del hombre que mi padre escogiera? Odio esta vida y odio no ser capaz de hacer nada para cambiarla. Mi madre simplemente es una mujer honesta, tradicional, pero no es mala persona, simplemente se casó con el hombre equivocado. Y no es que odie a mi padre, es que estoy frustrada.

 

Llegamos a clase de violín, ni siquiera me despedí de mi padre quien suspiró resignado y se fue. Las mismas chicas de siempre haciendo lo mismo. Esta vez me tocó representar una pieza a mí. Una vez terminé mis compañeras y la profesora me miraban con los ojos abiertos.

—Como siempre una técnica excelente pero le falta alma y viveza. Ayame, el violín necesita cariño y emoción, no se tarta simplemente de tocar las notas, se trata de lo que quieres transmitir a través de la música. Si no solo son notas vacías.

El mismo discurso de siempre. ¿Cómo voy a tener cariño por una caja de madera? ¿Cómo voy a transmitir todo lo que siento con esto?

—Simplemente toqué como dice la partitura. No cometí errores por lo que no puede reclamarme nada.

—Sé que lo hiciste perfectamente, pero yo solo intento…

—¿Intenta qué? ¿Que sea feliz tocando el violín? —Noté los ojos húmedos y en un arranque de rabia tiré el pedestal con la partitura y salí de allí.

Pude oír como la profesora gritaba mi nombre pero no me detuve. Salí corriendo de allí. No me fijé dónde iba, tan solo corría y corría. Quería desaparecer del mundo, sentía los ojos arder por las lágrimas retenidas y la cabeza doler, como si me estuvieran martilleando. No supe cuanto rato corrí pero cuando me detuve no reconocía el lugar, miré los alrededores para tratar de ubicarme pero no sabía donde estaba. Por los edificios parecía un barrio pobre, de esos de los trabajadores que mi padre me prohibía visitar. Merodeé por allí y pensé que no estaría mal hacerse pasar por una chica de “clase baja” como decía mi padre durante al menos una tarde. Me quité el collar y la pulsera y me desordené un poco el pelo. Vi un grupo de chicas que estaban sentadas en un banco del parque, debían ser de mi edad así que disimuladamente me acerqué a ellas. Me senté en el banco de al lado tratando de disimular. Escuché su conversación, era sobre los chicos de su clase y demás vulgaridades. ¿Cómo unas chicas de esa edad estaban pensando en eso? Me aterraba yo nunca me había relacionado con ningún chico, el colegio era femenino y mi padre no me permitía salir. Las miraba disimuladamente y justo en ese momento a una de ellas se le cayó el pañuelo. Lo recogí y me acerqué a devolvérselo. Me miró mal, ni siquiera me agradeció y se marcharon de allí. ¿Qué significaba eso? No sabía que hacer, me sentía desorientada y descolocada en ese lugar, pero no sabía dónde estaba ni cómo volver. Merodeé un poco más y entré en una cafetería. El local estaba sucio a mi gusto y el ambiente no era bueno. No solía frecuentar ese tipo de establecimientos tan solo a veces iba con mi madre, pero a las cafeterías que yo iba no tenían nada que ver con esa. Me senté en una mesa apartada y vi como un par de chicas se aprovechaban de otra que parecía menor que ellas. La camarera amablemente me pregunto qué quería tomar pero no respondí, tenía la vista fijada en eso. La chica a la que molestaban era delgada, blanca de piel y con el pelo largo, le llegaba por los hombros. Nunca me había visto en vuelta en ese tipo de situaciones y no se que es lo que impulsó a hacerlo pero cuando me di cuenta tenía agarrada la mano de una de las chicas mayores que iba a pegar a la otra chica.

—Detente.

—¿Quién eres tú? —espetó la chica.

—Eso no te importa. Dejadla en paz.

Las camareras de la cafetería y los demás clientes se empezaron a fijar en el altercado y las chicas, temerosas de que fuera a más, se marcharon de allí maldiciendo entre dientes. Cuando las vi salir solté un suspiro. Había acumulado mucha tensión pero ahora me sentía bien. Me dispuse a girarme pero una tímida voz me lo impidió:

—Gra-gracias.

Me volví y v a esa chica. No era mucho más pequeña que yo pero sentía que la diferencia entre ella y yo era abismal. Le sonreí y la chica sonrió tímidamente.

—¿Quién eres?

—Hikawa Ayame, futura idol —me presenté.

No esperé a que respondiera simplemente me marché de allí. A pocos metros de la cafetería había una parada de autobús y tras indagar un poco descubrí que esa línea me llevaba de vuelta al conservatorio. Estaba empezando a anochecer.

 

 

Esa chica me dejó impresionada. Tenía un aura y un carisma que no había visto nunca pero que me fascinó. Tardé un poco en volver al mundo real pero cuando me di cuenta ya era tardísimo y aún no había comprado la cena. Salí de la cafetería, compré la cena en el supermercado y me fui a casa.

—Ya estoy aquí.

—Bienvenida, hija. ¿Qué ha pasado que llegas tan tarde?

—Nada, me entretuve en el camino. Ahora mismo preparo la cena.

De camino a la cocina pude ver a mis dos hermanos jugando en el comedor. Yo era la mayor y como mis padres trabajaban fuera todo el día muchas veces me tenía que encargar de las tareas de la casa. Éramos una familia pobre, pero era feliz. Después de cenar fui a mi pequeña habitación y saqué un póster doblado del cajón. Era un póster de AKB48 que conseguí en la calle y sí, mi sueño era ser idol. Practiqué varias canciones durante más de una hora, como hacia cada noche pero ese día habían pasado muchas cosas y estaba cansada así que pronto me fui a dormir. Antes de cerrar los ojos pensé en ese nombre “Hikawa Ayame, futura idol…”. No sabía porqué pero estuvo rondando por mi mente toda la noche.

 

 

Quizá era una tontería pero me acaba de demostrar a mi misma que era capaz de valerme sola, que podía salir al mundo exterior. Estaba contenta por eso pero por otra parte había quedado muy claro que no pertenecía a ese mundo. No me sentí identificada con las chicas de “clase alta”, tampoco con las de “clase baja”. Me sentí incomprendida. Cuando llegué al conservatorio allí estaban mi madre y mi padre. Mi madre corrió a abrazarme sollozando.

—¿Dónde estabas, hija? Nos tenías muy preocupados.

Me sentí muy mal. De reojo pude ver la sonrisa de satisfacción de mi padre cuando me vio aparecer y también corrió a abrazarme. Noté los ojos húmedos.

—No vuelvas a hacer eso, Ayame.

—No lo volveré a hacer papá —prometí.

—Ahora discúlpate con la profesora Takarai.

—Siento mucho mi actitud de antes, profesora. No volverá a ocurrir.

—Lo importante es que estás bien —sentenció la mujer.

 

Al cabo de un rato llegamos a casa y cenamos los tres juntos, la verdad es que tenía mucha hambre. Cuando subí a mi habitación, me puse los auriculares con música de AKB48 y practiqué el baile de alguna canción. Lo único definitivo que había sacado del día de hoy es que me convertiría en idol, costara lo que costara.

Notas finales:

Espero que os haya gustado. Gracias por leer y no olvideis dejar un review con vuestra opinión~


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