Me gustas
Reencuentro
-¡Me gustas!-dijo sin más.
-¡¿Qué demonios te pasa?!! ¡¡ ¿Estás enfermo o qué?!!-dije yo-¡No seas asqueroso!!
Si probablemente no me gane el cielo, por ello, pero en ese momento fue lo único que se me ocurrió decirle a mi mejor amigo cuando se me confesó.
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Zero Kiryuu y yo nos conocíamos desde niños, no vivíamos cerca pero en el jardín de niños nos volvimos inseparables. Él por lo general era un chico calmado pero de carácter fuerte. Y así como su carácter también su constitución física, aunque delgado, en cualquier pelea siempre ganaba. Hábil tirador de arco y por supuesto mi mejor, mejor amigo.
Yo también soy calmado y serio, las veces que me enojo son escasas pero terribles. En ese entonces era el presidente del consejo estudiantil, y tenía muchas cosas en la cabeza, incluyendo en examen de ingreso a la universidad y ciertas presiones familiares. Como sea yo siempre esperaba el final del día para encontrarme con Zero, que al terminar su práctica en el dojo me esperaba en el patio.
Adoraba pasar tiempo con él y verlo sonreír, escuchar su voz, simplemente verlo. Durante la secundaria me enteré o más bien acabe por darme cuenta que yo estaba enamorado de él. Entonces, se preguntarán, ¿por qué le dije todas esas cosas horribles cuando mis sentimientos eran claramente correspondidos? La respuesta es que no lo sé.
Simplemente ese día, en ese momento, aquello salió de mi boca como dagas. Como era de esperarse después de eso, dejamos de hablarnos y los días en la escuela se volvieron oscuros e insoportables.
Su confesión, impredecible se había dado en medio del patio de la preparatoria, estoy seguro que a él sencillamente se le salió. No quería decirlo, pero entonces, quizás ya no podía soportarlo más y me lo dijo. El problema fue eso, decirlo en frente de todos, porque todos comenzaron a molestarlo.
Zero se los quitaba de encima fácilmente, su sola mirada infundía miedo, pero un día dejo de ir a la escuela. Los profesores nos riñeron porque pensaban que la causa de su deserción eran las burlas de las que era objeto, y era probable, me sentí culpable y fui a su casa a disculparme. Sin embargo cuando llegué, su mamá me dijo que Zero no quería verme.
Y sí, ya no volví a verlo más. Aunque…yo sigo pensando en él como en aquel tiempo, enamorado de él y sintiéndome el estúpido más grande sobre la tierra, porque el amor estaba en la palma de mis manos y yo lo tiré a la basura.
Han pasado siete años desde entonces, y a mis 25 años de vida, aun no encuentro a alguien que me haga sentir ni la decima parte de lo que él hacía.
A mis 25 años termine la universidad y comencé un trabajo como fotógrafo profesional, por lo general son fotografías de paisajes o de ceremonias y noticias importantes, a veces solo aquello que se me antoja fotografiar. Igualmente no es un trabajo que deje mucho dinero si no eres famoso. Obviamente yo no lo soy.
Hace poco mi amigo Takuma que trabaja en una revista me ofreció trabajar ahí, pero se trata de una revista de moda super mega importante, así que la plaza de fotógrafo está altamente solicitada. Designarán al ganador mediante un concurso, fotografiaremos a varios modelos y elegirán las mejores fotos.
No puedo decir que me entusiasma eso, fotografiar personas siempre me ha sido aburrido, no me gusta…pero necesito el dinero, así que al menos haré el intento, sino lo logró al menos no diré que no lo intente.
En fin, aquí estoy, fotografiando modelos, pero ¿por qué recordé a mi mejor amigo y su confesión ahora? Es porque el chico que tengo frente a mí se le parece mucho. Según su ficha de identificación se llama Zeki, tiene mi edad y es un graduado de la universidad de Tokio, por lo que no me explicó que diablos hace modelando ropa para una revista.
Tal vez es su hobby y él es abogado o empresario o una cosa así…no lo sé, pero se parece tanto a Zero que no puedo dejar de mirarlo a través del lente. Su cabello es plateado y cae rebeldemente sobre su frente, el color violáceo de sus ojos es idéntico, incluso los finos rasgos de su rostro. ¿Será él? ¿Será mi Zero?
Como sea es un buen modelo, entiende lo que quiero sin que yo hable demasiado, es sexy y lo explota con increíble facilidad. Nació para esto, pienso, nació para llevar esas ropas de diseñador y ser admirado y amado por miles de chicas a lo largo del mundo. Aunque, en su manera de ser, de hablar con los miembros del staff o incluso sus ademanes, demuestren que no hay soberbia en él y que sus pies están bien plantados sobre la tierra. Como si tomara aquello como yo lo hago, un trabajo nada más para ganar dinero y claro, comer y tener en donde dormir.
Zeki, se llama, no Zero. Pero me pregunto que estará haciendo mi amigo, aquel que rechacé cruelmente en contra de mi propia voluntad y que desapareció de mi vida, dejando un vació imposible de llenar. Me pregunto, si le pidiera perdón ¿Me perdonaría?
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-Gracias-le digo con una sonrisa, creo que con él hice las mejores fotos, al menos de mi prueba. Él me mira y lo hace muy fijamente, pero no me contesta, en su lugar frunció el ceño y bajó de la plataforma-gracias por tu trabajo-insisto, hay algo en mi que quiere escuchar su voz dirigida a mí.
Pero él no habla, asiente y se marcha. Es todo. Me sorprende porque les sonrió a todos ahí, menos a mí. Quizás es porque soy un extraño total. En fin no me preocupare por eso ahora.
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-Kaname, llegaron los resultados-dijo Takuma tocando la puerta de mi departamento, repetidamente-¡hey mueve tu trasero y ábreme la puerta!
-¡Ya voy! ¿Cuál es la maldita prisa?-digo abriendo la puerta y viendo como mi amigo entra hecho un torbellino.
-Pues nada, hombre, que ganaste. Poca cosa nada más.-dijo a modo de reprimenda.
-¿en serio?
-Sí, mira-saco un sobre y lo vació en la mesa-ganaste con estás fotos, son muy buenas la verdad.
Tome la fotografías entre mis manos, era Zeki. Realmente se veía muy bien, elegante y sexy en unas, rebelde y sexy en otras…siempre sexy…
-Aunque he de decirte que te toco un muy buen modelo, Zeki san hizo más de la mitad del trabajo.
-gracias por lo que me toca-digo algo molesto-Oye, ¿Zeki san trabaja en otro lado?
-no sé, no habla mucho, es un chico amable pero introvertido.
-ya veo.
-¿por qué preguntas?
-no por nada. Es que…se parece mucho a alguien que conocí hace tiempo.
-¿alguien que te gustaba?
-¿cómo se te ocurre decir algo así?
-bueno es que-Takuma levantó una de las fotografías, una que enfocaba principalmente el rostro del modelo-perecen tomadas con mucho cariño.
Tragué saliva, sí, probablemente mientras pensaba en Zero durante la sesión, trasmití mis pensamientos a las fotografías.
-no, no es nada de eso.
-¿O pudiera ser que te gustó Kiryuu san?
-¡¿Quién?!- ¿Había escuchado mal o Takuma menciono el apellido de mi antiguo amigo?
-Kiryuu san. Ah perdón, quiero decir, Zeki san. Es que Zeki es solo su nombre artístico, ¿sabes?... Ahora vamos a festejar que ganaste y…
-¿cuál es su nombre?
-¿eh?
-el nombre de Zeki san ¿cuál es?
-¿ah? Pues… Kiryuu Zero ¿por qué?
El vuelco en mi corazón no sabría cómo explicarlo. Era él, que idiota soy, claro que era él.
-Takuma ¿sabes donde esta Zero…quiero decir Zeki san, en este momento?
-en una sesión ¿por?
-quiero agradecerle por su trabajo, tú lo dijiste sin él no habría ganado.
-…supongo… Sí, así es mejor, podremos ir a festejar más personas, entre más mejor.
-sí como sea.
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Zero terminó su sesión y estaba hablando con una maquillista que le sonreía.
-¡yuju, Zeki san!-dijo Takuma a mi lado. El chico volteó, lo vio a él y luego a mí, frunció el ceño y se despidió de la chica-¡Hey Zeki san! quiero presentarte a este chico, sin saberlo le has hecho un favor.
Zeki no dijo nada, solo me miró con el ceño fruncido.
-Vamos Kaname, preséntate.
-¡¿qué demonios?! ¿No deberías hacerlo tú?
-ah no te quejes antes di que te traje hasta aquí.
Suspiré y me voltee para ver al chico, si era él, era Zero. Y entonces comprendí lo que el sintió ese día en el patio de la escuela, simplemente no podía callarlo, desbordaba en mi pecho y las palabras se volvieron tangibles en el aire.
-¡Zero soy yo, Kaname!-tome su mano impulsivamente-Kuran Kaname ¿te acuerdas de mí? ¡Fuimos juntos desde el jardín de niños! ¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas de mí?
Zero quitó su mano de entre las mías bruscamente y me miró no solo con el ceño fruncido sino con una furia que me dejo congelado.
-¡¡Claro que te recuerdo!!- dijo- ¡¿Cómo podría olvidar al bastardo que arruino mi vida?!!!
Como debí esperarlo, él sigue molesto…