Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Me gustas por Aomame

[Reviews - 118]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Te hice daño, lo sé, lo que no sé es hasta que punto lo hice.

Me gustas

Novio

Debo parecer estúpido, seguramente. Estoy de nuevo en esta banca del parque frente a la estación. Y todo porque hay un enorme espectacular del anuncio de un perfume. Adivinen quien es el modelo. Claro, Zero.

A mí no me cabe en la cabeza eso de anunciar un perfume con la foto de un chico guapo. Porque los hombres no compramos perfumes porque el modelo que lo anuncia es guapo…pero seguramente las novias si lo hacen, le regalan el dichoso perfume al novio en un intento vacuo de convertirlo en el modelo. Podría decir que de esto  se trata la publicidad. Como sea vende y eso es lo que importa.

Esa fotografía es  muy buena, no es mía pero me encantaría que lo fuera, haber captado a Zero en ese instante  y de esa forma habría sido genial. Corbata desanudada y camisa parcialmente abierta, manos en los bolsillos, el viento corre en dirección opuesta como empujándolo y él mira detrás de él hacia el origen del viento, una mirada limpia, serena, tranquila, con una sonrisa apenas palpable en los labios, sutil, como si añorara algo… “Yesterday” se llama el perfume. Él mira al ayer con amabilidad.

Ya llevo tres días que vengo  y observo la imagen. Zero no me habla, ni siquiera un “buenos días” cuando nos topamos en los pasillos de la revista, él no trabajará ahí por siempre, así que mi tiempo para obtener su perdón se vuelve cada vez menor.

-Buenas tardes-me dice una chica, tendrá más o menos mi edad y trabaja en la florería a lado de la estación, la he visto de vez en vez.

-buenas.

-¿usted viene aquí a menudo verdad?

-ah sí-supongo que he de verme sospechoso-solo descanso un rato.

-ya veo-la chica me miró y luego al anuncio-es guapo ¿verdad?

-sí que lo es.

-he comprado todas las revistas donde sale.

-¿en serio?-la miré, su forma de vestir era muy común, quiero decir, tenía buen gusto pero no podía decirse que fuera una seguidora de la moda-¿te gustan esas cosas de la moda?

-oh no, para nada. Me gusta él-dijo señalando el anuncio-Zeki es tan guapo, me puse muy feliz cuando pusieron el anuncio. Incluso compre el perfume, aunque no tengo a nadie para regalárselo.

Se rió. Vaya, pienso yo, una verdadera fan de Zero.

-bueno, me retiro-dijo-que tenga buena tarde.

-igualmente.

Me pregunto, cuantos fans como ella tienes, Zero.

Al menos algo es seguro, la publicidad funciona.

+++

-no quiero-Zero está justo frente a mí con los brazos cruzados y los pies sobre la mesa, se balancea peligrosamente con las patas traseras de la silla. Me da un poco de nervios, temo que se caiga. Pero lo principal es que él, justo en este momento se está negando a trabajar conmigo-La primera vez fue porque no sabía quién era el fotógrafo. Pero esta vez  tengo la oportunidad de decir que no.

-Kiryuu san, esto no es cuestión de querer o no, es parte de su trabajo ¿sabe?-ese de ahí es el representante de la agencia de Zero- así qué…

-dije que no.

Tan testarudo como siempre. Si las cosas no son como él lo dispone por lo general simplemente no son, no ha cambiado y en cierta forma eso me alegra. Me rio. Y él frunce el ceño.

-Kiryuu san-esta vez interviene el editor en jefe, mi amigo Takuma- las fotos que Kuran san tomo de usted son las mejores y es la combinación que ustedes hacen las que nos interesa.

-¿de qué combinación habla? Hemos trabajado una solo vez y ni siquiera fue una sesión normal.

-es que usted no lo vio-Takuma saco de nuevo las fotos-hay amor en ellas.

Zero lo miró perplejo-¿qué?

-quiero decir, transmiten amor, como si el fotógrafo y el modelo tuvieran un idilio, dejan la sensación de que alrededor de ellas existe amor. Y no estoy insinuando nada…

-eso no importa, no quiero hacerlo.

-Está bien, pero dígame una sola excusa válida para no querer trabajar con Kuran san. Solo una, y le concederé su deseo.

Zero lo miró duramente, seguramente su mente estaba buscando la excusa perfecta. La razón real por la que él no quería trabajar conmigo, la sé de sobra, pero claro que no puede decirla.

-¿y bien, Kiryuu san?-dijo mi amigo-¿tiene su motivo?

-No-dijo sin vacilación pero derrotado.

-entonces, por favor, cuide de Kuran san que es nuevo en esto.

Zero suspiró y asintió. Takuma sonrió y con una reverencia se retiró. Quedando así solo él, el representante y yo.

-Zeki-lo llamo el representante por su nombre artístico-¿Por qué ahora te niegas?

-eso no importa.

-claro que importa, sé que no haces esto por dinero, o porque realmente quieras dedicarte a esto. Pero, no crees que la persona  por la que te volviste modelo, no te encontrará sino trabajas…

-cállate-dijo Zero mirándome de soslayo.

-¿A quién buscas Zeki san?-dije yo curioso.

-¡¿qué te importa?!

-¡Zeki san!-lo reprimió el representante-no tiene nada de malo, es más bien algo tierno si te das cuenta.

-por lo que más quieras, cállate-dijo Zero balanceándose en la silla.

-Pero Zeki san, si  la persona que te gusta es un fotógrafo, entre más anuncios haya de ti es más fácil que te encuentre.

Zero frunció el ceño iba a decir algo, pero se movió bruscamente, el equilibrio de las patas de la silla de rompió y se fue de espaldas contra el piso.

-¡Zero!-grité y corrí a auxiliarlo.

-¡Ah Zeki san! ¡Voy por alguien!-dijo el representante exagerando la caída y salió apresurado.

Zero se había incorporado, y estaba de rodillas, tomándose con las manos la cabeza.

-Zero ¿estás bien? ¿Te duele mucho?-dije tomando su hombro.

-estoy bien-dijo moviendo su hombro y apartando mi mano.

-¿seguro?

-que sí, igual, a ti no te importa.

-claro que sí, porque se trata de ti.

Zero levantó  la vista, tal vez fue mi imaginación, pero por un segundo me pareció que sus mejillas habían enrojecido.

-no digas tonterías –dijo retirando sus manos de su cabeza, y entonces yo pose la mía en su cabello.

-no son tonterías-dije suavemente-dime Zero ¿la persona que es fotógrafo, esa que te gusta, de casualidad soy yo?

Zero dio un respingo y apartó mi mano de su cabello con la suya.

-¿cómo podrías ser tú, idiota?-dijo, se levantó y yo lo seguí con la mirada.

-¿no lo soy? Qué pena-dije- de ser yo, ¿sabes? Eres completamente correspondido.

Zero me miró desde arriba y en sus labios se dibujo una media sonrisa, que en realidad no supe descifrar.

-es tarde para decir algo así, ¿no crees?... No intentes ser condescendiente conmigo. Imbécil.

Se dio la vuelta y salió de la sala. Definitivamente me odia ¿verdad?

+++

Recuerdo una tarde de primavera cuando íbamos en secundaria, caminábamos juntos a la estación donde nos separábamos y nos dirigíamos a nuestras casas. Era en realidad, para ambos, un camino más largo; para Zero era más sencillo tomar el autobús que salía en la esquina de la escuela y yo podría decir en mi casa que fueran por mí. Pero caminar hasta la estación era mejor, porque ambos podíamos pasar unos minuto más juntos.

Ese día hacía calor, así que nos habíamos quitado el saco del uniforme, quedándonos solamente con la camisa blanca, nuestras carteras colgaban de nuestro hombro y se mecían al compás de nuestros premeditados pasos lentos. Hablábamos, reíamos, aunque no recuerdo de que o porqué.

Entonces frente a nosotros aparecieron dos chicas con una cámara fotográfica y unos papeles en las manos. Querían tomarnos unas fotos para una revista que descubre chicos guapos anónimos. Zero y yo nos reímos, pero ellas insistieron. Así que por mera cortesía o curiosidad nos las tomamos.

Jugando, posamos creyéndonos modelos reales, aunque seguramente algo hacíamos bien, porque las chicas se sonrojaban cada vez que mirábamos a la cámara.

-¿Unas juntos les parece bien?-dijo una de ellas, ya que hasta el momento las fotos habían sido individuales.

-¡claro!-dije yo y pasé mi brazo por los hombros de Zero. Claro que parecía un gesto de amistad y confianza, un gesto normal, que para mí se convirtió en el pretexto adecuado para abrazarlo sin que supiera mis intenciones.

Después de la foto nos separamos, pero ellas querían más. Recuerdo que Zero negó con la cabeza suavemente.

-tengo que irme-se excusó, era verdad, tenía que ir a casa porque su hermano estaba enfermo, sus padres saldrían y él tenía que cuidarlo. De hecho, ya había tonteado demasiado.

-Solo una más-rogaron- por favor.

Zero negó y se giró para retirarse. Entonces yo lo jale, lo atraje hacia mí. Mis brazos rodearon su torso por la espalda, mi mano apretó su pecho, atrayéndolo, de forma que su espalda quedara pegada a mi pecho. Apoye mi mejilla en su hombro y miré a las chicas.

-Con esta bastara, supongo- ellas asintieron y tomaron aquella foto rojas como tomates.

 Después nos soltamos y continuamos nuestro camino, solo que esta vez no hablamos, Zero mantuvo el rostro cabizbajo mirando sus pasos. Yo tampoco quería hablar, aquel impulso extraño de abrazarlo así, había hecho revolotear las mariposas que dormían en mi estomago, se movían tan violentamente que pensaba que si abría la boca vomitaría.

Compre la revista naturalmente, y esa foto fue publicada, el rostro de Zero, que no pude ver mientras lo abrazaba,  tenía un  ligero color rosado, y en sus labios se pintaba apenas la sombra de una sonrisa. Y yo apoyado en su hombro apresándolo contra mí, sonreía  de forma imprecisa, con mis manos en su pecho.

Conservo aquella revista que se ha vuelto vieja con los años, pero sus hojas amarillentas, oxidadas, aun mantienen los colores vivos de esa imagen que rezaba “Amigos inseparables”. Y cada vez que la veo, siento en mi pecho el mismo golpe de mi corazón cuando su cuerpo chocó con el mío, aun siento las violentas mariposas que hacían saltar mi estomago de impaciencia. Aun puedo sentir la calidez del pecho de Zero, y en mi palma, su corazón martilleante, amenazando con salir, como si quisiera quedarse en mi mano, como si quisiera ser mío. Aun lo siento.

Justo ahora, que estoy a punto de fotografiarlo, esas mariposas y ese recuerdo llegan agolpadamente, agobiándome. Me pregunto sí, en ese entonces él ya me amaba. Pensándolo detenidamente, quizás sí, quizás por eso su corazón deseaba salir de su pecho.

+++

Zero era la imagen de una colección de ropa juvenil de una diseñadora muy buena, que había confesado en una entrevista que dicha colección fue hecha pensada en él. Es decir, él era la inspiración de aquella ropa casual que él mismo llevaba. Me gusta. La diseñadora logró captar en aquella ropa su personalidad rebelde y sensual. Aquellas características con detalles aquí y allá que atrapaban la idea de un hombre melancólico pero firme en sus ideas, alguien que sabe quién es, y lo que quiere, aun con sus inseguridades. Ropa que sobre su cuerpo parecía adecuada, probablemente a nadie más se le vería así.

Mientras disparo el obturador de la cámara una y otra vez, pidiéndole esta o aquella pose, procuro concentrarme, vaciar mis pensamientos de amor por él, y mirarlo como un modelo. Pero eso es una tarea imposible. Porque todo el ambiente se llena de su presencia, lo envuelve todo y lo consume.

Me detengo y respiró hondo. Siento la presión de mis sentimientos ahogar mis pensamientos, debería hacer algo, necesito acercarme a él y decirle…Suspiro, me tallo los ojos.

-Zeki san-lo llamo de nuevo por su nombre falso, que, a pesar de serlo suena muy bien-podrías subir un poco más tu mano y ladear la cabeza.

Él asiente, lo hace sistemáticamente como seguramente le asiente a todos los fotógrafos. Lo hace justo como yo quería, y eso me molesta. Me molesta que pueda ver a través de mí con tanta facilidad. No. Lo que me molesta es pensar que él puede hacer lo mismo con otros fotógrafos, que puede ver a través de ellos y posar justo como ellos quieren. Me molesta, profundamente, no ser único para él.

-No, así no- miento retirándome de la cámara-levanta la mano un poco más.

Él lo hace, la pose se descompone y yo sonrió, me encamino hacia él.

-mmm…-digo subiendo a la plataforma donde la escenografía será rellenada con programas de computadora-tal vez es un poco difícil, deja acomodarla.

Mis manos tocan la suya suavemente, la muevo al lugar donde estaba antes, mi respiración agitada choca contra su cabello que, tiembla ligeramente cuando exhalo. Me alejo un poco, como un pintor que revisa su obra. Me acerco de nuevo, esta vez levanto su mentón. Estoy tan cerca que quiero abrazarlo, el deseo  nace en mí como una combustión espontanea. Pero no lo hago. En cambio le digo casi al oído, una simple e inocente palabra. Una que en este caso no tiene ninguna doble interpretación, para nadie más que para mí.

-Perfecto-pero sé por el sonrojo en sus mejillas que él ha entendido, que sabe sin duda alguna que ese adjetivo no va para el modelo que sabe hacer su trabajo, sino para el hombre que antes de todo fue mi amigo. Ese amigo que regresaba conmigo a través de un largo camino a la estación. Un camino a veces solitario, a veces imperceptible, porque a veces, éramos solo él y yo en un espacio perdido de la realidad, donde nadie más existía.

+++

-Buen trabajo-se dicen todos en el staff, terminamos y más pronto de lo que esperaban, así que contentos se retiran uno a uno, comentando animadamente la sesión, por demás silenciosa.

Zero baja de la plataforma, una maquillista se acerca.

-yo lo hago –dice el muchacho tomando lo que parecía una loción desmaquilladora- lo dejo en el vestidor.

-está bien Zeki san-dice ella y se va. Mis ojos y los de él entonces se cruzan momentáneamente.

Sin mirarme de nuevo se aleja, yo me apresuró a guardar la cámara y lentes. Quiero hablar con él, me doy cuenta que no puedo permanecer callado por más tiempo.

Al abrir la puerta de vestidor, guardo silencio y pretendo parecer imperceptible. Zero se está quitando la ropa con parsimonia, la chaqueta y camisa antes modeladas permanecen apoyadas en un sillón cercano.

Ha cambiado. La constitución de su cuerpo se diferente, antes era más delgado. Ahora, sus músculos  se flexionan apaciblemente con un orden estructurado, se han desarrollado y se marcan suavemente en su piel clara, que se me antoja como crema batida.

-Eres más guapo que lo que recuerdo-le digo, y es entonces que repara en mi presencia. Me mira con la camiseta entre las manos, aun no se la pone y no quiero que lo haga.

-¿qué?

-Que eres más atractivo que la última vez que te vi.

-¿de qué demonios hablas?-dice poniéndose la camiseta, a través de ella se adivinan los músculos de su torso, de su pecho, sus tetillas…

-¿Recuerdas que, en la vacaciones anteriores a que empezáramos la preparatoria, fuiste de vacaciones con tus abuelos? No te vi en todos esos meses.

- ¿a qué viene eso?

-es solo que cuando volviste, habías cambiado. Tu cuerpo de incipiente adolescente se había vuelto más maduro, creciste varios centímetros y te dejaste crecer el cabello. A mis ojos eras más hermoso.

Zero se sonrojo y me dio la espalda, a través del espejo vi como se quitaba el maquillaje con la loción antes dada.

-lo mismo pasa ahora-dije- es como si cada vez que no te viera tú aprovecharas para volverte más, y más atractivo.

Zero suspiró dejo la loción y se seco el rostro. Se dio la vuelta y me miro apoyando las manos en el tocador detrás de él.

-¿por qué vienes a decir todas esas tonterías, Kuran?

Vaya, pienso, definitivamente no dejara de tratarme con hostilidad.

-sólo es un pensamiento vago-dije fingiendo que no tenía importancia- Zero, en realidad vine a hablar contigo.

-¿de qué?

-del pasado, de lo que hice y de lo que no dije.

-no quiero escucharte-dijo- en el pasado está, y yo lo que quiero es dejarlo ahí. No pretendo leer ese capítulo de mi vida otra vez.

-pero Zero, es importante para mí.

-Para mí no-dijo y atravesó la estancia con tres firmes zancadas, tomó otra chaqueta que colgaba del perchero y se la puso encima de la camiseta.

-espera-dije tomándolo del brazo, antes de que saliera-necesito decírtelo.

-no quiero escucharlo ¿qué no entiendes? He intentado borrar cada recuerdo a tu lado, cada uno. Pero tú insistes en venir, en regresar y atormentarme. ¿Por qué? ¿Por qué lo haces? ¿Eh?

-No pretendo atormentarte, o herirte. Solo…Zero, te quiero. Esa es la única verdad. Te quiero.

Zero me miró y después echo a reír sarcásticamente.

-sí, claro-dijo- como me querías entonces ¿no? ¿Vas a burlarte de mí de nuevo? Te advierto que no va a resultar como aquella vez.

-¿eh? ¿De qué hablas? Yo jamás me burle de ti.

-No, claro que no, solo estabas bromeando.

-Ah, espera, acaso ¿hice algo que no recuerdo?

-¿cómo pudiste olvidar algo así?-dijo,  su mirada no solo era hostil, había un profundo dolor, una tristeza de la cual me supe culpable de inmediato.

-si me dices que fue…Zero, yo…

Justo entonces la puerta se abrió, un chiquillo rubio entró alebrestadamente y se colgó del torso de Zero cual chango.

-Zeki chan-le dijo-por fin te encuentro, te extrañaba.

Zero lo aparto.

-¿qué haces, aquí?

-Me contrataron para una campaña. Pero eso no importa-dijo volviendo apegarse a Zero, eso obviamente me molesto-lo que importa es que puedo verte.

-Ah Hanabusa-dijo Zero apartándolo por segunda vez- ya hablamos de esto. Por favor ya no insistas.

-pero, Zeki chan…-dijo pegándose por tercera vez.

Esta vez fui yo quien aparto a aquel mocoso.

-¡oye tú qué…!-me dijo mirándome furioso.

-¿qué no escuchaste?-le dije sin soltarlo de la camisa.

-¡suéltame!-pataleó.

Y  Zero aprovechó para escabullirse e irse. Dejándome con aquel que al parecer también era un modelo. Lo solté y me miro furioso. Viendo bien, no era un mocoso, tendría nuestra edad, era guapo, claro, como todos los modelos.

-¡Por tú culpa Zeki chan se fue!-me gritó indignado.

-Fue tu culpa más bien-dije yo- Zero se fue porque viniste a molestarlo.

El tipo se me quedo viendo y luego estalló.

-¡¿Por qué le dices “Zero”?!-gritó-¡¡ ¿Quién infiernos te crees que eres para llamarlo por su nombre?!! ¡Eh! ¿Por qué tanta familiaridad? ¡¡ ¿Por qué?!

-¡Cállate! ¡¿Tú por qué lo llamas “Zeki chan”?! ¿Qué derecho tienes?

-¡¿quién eres?! ¡¿Quién?!-repitió enojado. Que puedo decir a mí también me estaba cabreando, y acabaría por repartirle un buen puñetazo.

-¡soy un fotógrafo!-dije y añadí maliciosamente-lo estoy convenciendo de que  posé desnudo, para mí.

Lo vi enrojecer, quiso golpearme y lo esquive.

-¡¿tú quién eres?!- espeté, pensando que su enojo no era normal, claro que, ya me había dado cuenta que le gustaba Zero pero por lo que veo había un poco más que “gustar” en su rostro.

-¡¿qué quién soy?! – Dijo cruzando los brazos en su pecho con superioridad- Yo soy Hanabusa Aidou.

-eso no me dice nada-dije agitando mi mano para decirle que su nombre me importaba un bledo.

-¿Ah no? Bueno, a ver si esto te interesa-dijo- Yo soy el NOVIO de Zeki chan.

Ah claro ahora entendía el por qué de su enojo. Ahora yo también estaba molesto. Era obvio que en siente años, Zero no pudo quedarse soltero, incluso yo he tenido novias y novios, buscando la forma de olvidarlo. Era lógico que Zero tuviera novio, pero el hecho de que lo tuviera me enfadaba. Simplemente estaba profundamente celoso, y mientras más miraba a ese rubio, más lo odiaba, y pensaba que aquello no podría ser.

-sí, claro-ironice.

-por supuesto que lo soy, y te digo de una vez fotógrafo de mierda, si alguien puede ver a Zeki chan desnudo, ese, soy yo.

Si me preguntan alguna vez si existió alguien a quien realmente quisiera matar, inmediatamente diría que este chico encabezaba la lista.

Notas finales:

Hola! espero que les haya gustado. Es la segunda entrega, y aun quede un poco más... En fin. Aidou como novio de Zero? bueno es un AU todo puede pasar no? además como que no se me hace descabellado jaja

hasta pronto...

Continuará....


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).