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¿Violación? por Tem-chan

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Notas del fanfic:

Oles a todos, jeje... 

es mi primer fic de Inazuma eleven Go y claro está espero que les gusté, jeje.

Estaban Yoichi e Ichiban en casa del segundo. Yoichi estaba tumbado en la cama leyendo una revista. Mientras Ichiban, el pobre de Ichiban, estaba haciendo mirando la tele, aunque la vista se le iba a la visión que tenía de su querido novio. Tenerlo tumbado en su cama con la camiseta un poco subida, con ese mini-mini-pantalón hacía que la sangre le ardiera por dentro. Y este… bueno, lo hacía a propósito para ver si así conseguía hacerlo con su novio, que por lo que parecía no tenía interés en su cuerpo y si lo tenía se resistía bastante. Todos sus amigos había tenido alguna que otra experiencia sexual con sus novios o novias o con algún que otro ligue, pero él aun no. Y eso lo tenía bastante frustrado. Empezaba a pensar que su novio en verdad no le quería y se estaba deprimiendo. Así que intentaba provocarlo como podía, pero parecía que no hacia ningún efecto en el chico de cabello naranja. Suspiró y se acercó a este.

—Ichibaaan —dijo con voz cantarina.

—Dime.

—Tu ¿de verdad que me quieres? —preguntó con tono mimoso mientras se sentaba en sus piernas.

—Claro, porque que no tendría que hacerlo.

—Es que nunca hacemos nada y bueno...

—Si que hacemos cosas, el otro día fuimos al cine y al anterior a comer fuera después de dar una vuelta por un parque. También fuimos al zoológico…

—No me refiero a este tipo de cosas —gritó Yoichi un poco molesto.

—Entonces ¿a qué te refieres?

—A cosas más para adultos. Ya tenemos 18 años, hace más de dos años que somos novios y no hemos hecho nada, absolutamente nada.

—Bueno es que…

—NO me quieres, es eso ¿verdad? Si me quisieras ya lo habríamos hecho ¡¡¿Tu sabes la vergüenza que paso cuando estoy con Kirino y me cuenta las cosas que ha hecho con Shindo?!! No, no lo sabes. Se ríen de mi porque tú no quieres hacerlo conmigo.

—No es que no quiera es que…

No continuó la frase porque no sabía que decirle. En verdad es que no tenía ninguna excusa para eso. Simplemente es que le daba miedo hacerle daño a su novio en el acto, según él aun no había leído el suficiente Yaoi para saber y estar preparado. Pero le daba vergüenza decir que era por eso así que no dijo nada.

—Lo ves. Ni excusa tienes —dijo Yoichi llorando.

—Pero eso no significa que no te quiera.

—Si que lo significa… si me quisieras me desearías.

—Yo te deseo.

—¿Entonces porque no quieres hacer nada conmigo?

—Porque…

Por suerte para él en este momento le llamaron del trabajo para ir a una emergencia de la empresa del cual era presidente. Y se marchó de allí sin decir nada.

—“Te crees que te salvarás de mi tan fácilmente… Ya verás como conseguiré que lo hagamos”

Y así se a conseguir una sustancia “prohibida” que solo se usa en medicinas para dormir pero que con alcohol es una droga bastante afrodisíaca, o no exactamente pero sirve. Es la mejor droga para las violaciones. Yoichi ya se había informado sobre ella y estaba decidido a usarlo con su novio. Todo fuera para no quedarse atrás de sus amigos. Esa droga que iba a usar era la mejor porque hacía que perdieras la razón, los miedos, la capacidad de reacción, inhibía la moral de tu mente y te rebajaba a tus instintos primarios, es decir, el sexo. Duraba de entre 6 a 12 horas y encima luego la “victima” no recordaba nada.

—Ahora solo tengo que ponerle el Rohipnol en una copa de alcohol... a ver... él suele tomar... una copa de vino con la cena así que se lo pondré en ella —dijo mientras se reía.

Unas horas más tarde Ichiban volvió del trabajo y se encontró como siempre con la cena preparada, por unos sirvientes, obviamente y la copa de vino tinto. Al cabo de un rato ya se había terminado la cena y la copa de vino por lo que sin pensarlo dos veces, más que nada porque no pensaba se lanzó encima de Yoichi. Le recostó encima de la cama y lo desvistió rápidamente. En estos momentos solamente tenía una cosa en mente, saciar su sed de sexo y poco le importaba lo demás. La droga hacía su efecto y solo seguía sus instintos por bajos que fueran. Una vez desvestidos los dos del todo se puso encima de Yoichi, le abrió las piernas y sin prepararlo ni nada lo penetró.

—Ahh —gritó fuertemente Yoichi por el dolor que en ese momento sentía recorrer por todo su cuerpo.

Nunca en su vida hubiera imaginado que dolería tanto pero la cuestión era que por fin cierto hombre de pelo naranja lo había poseído, por fin. Suerte para él una vez dentro Ichiban se quedó quieto un momento por lo que pudo relajar su cuerpo pero este pequeño tiempo de pausa no fue suficiente para acostumbrarse a la invasión y cuando Ichiban se movió notó como el dolor volvía a aumentar. A las pocas embestidas el peli naranja tocó un punto en él que hizo que el placer fuera aminorando un poco el dolor, pero tampoco mucho.

Unos movimientos después Ichiban terminó dentro de Yoichi, pero este por culpa del dolor no había podido ni siquiera una pequeña erección así que no pudo terminarse con su novio que prácticamente lo había violado por una droga que él mismo le había dado.

Para mala suerte de Yoichi el efecto de la droga tardaría un poco en irse y parecía que su novio quería otra ronda así que sin más su novio de nuevo le cogió para repetir la escena de minutos antes.

—Kita… no… —fue lo único que pudo decir antes de ser tomado de nuevo por el de pelo naranja.

 

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Al día siguiente Yoichi despertó y se incorporó o al menos eso probó ya que un dolor intenso en su trasero se lo impidió. Con un esfuerzo enorme se desplazó hasta el baño y se metió en la ducha. Necesitaba limpiarse y refrescarse un poco para ver si así se sentía mejor cuando despertara su novio. Se suponía que él no recordaría nada de lo sucedido la noche anterior así que él no quería que se enterase por el dolor que sentía. En verdad ahora empezaba a arrepentirse de haberle dado la droga y no porque le doliera todo cuerpo sino porque no sabía qué hacer ahora. ¿Debía decírselo a Ichiban que le había dado la droga y que por culpa de ello lo había violado? No, de seguro que se enfadaría. Y con razón. Pero es que él ya estaba harto de ser virgen y en ese momento no pensaba ya que parecía que su novio no quería nada con él y estaba casi desesperado. Ahora que tenía la mente más claro veía que había sido un error. Pensándolo bien, podía ser que su novio lo dejara… no nadie podía dejar a un chico tan bello como él.

Se limpió bien e hizo todo lo posible para que no sé notara que le dolía algo, mientras su novio estuviera por la casa. Una vez se fue a trabajar se fue a su habitación y se tumbó en ella para no moverse en todo el día para evitar el dolor que lo atravesaba cada vez que se movía. Los sirvientes se extrañaron por su comportamiento pero no dijeron nada. Antes de que Ichiban volviera del trabajo Yoichi dio la orden de no decir nada a su novio sobre el hecho de que había estado todo el día en la cama.

Pero de todas formas Ichiban lo había notado raro y se había preocupado por la mañana y quería preguntarle a su novio si le pasaba algo pero por la mañana no había podido porque tenía que ir al trabajo. Había sido una suerte que los efectos hubieran pasado cuando se había despertado porque al tener que ir al trabajo no hubiera podido con la droga en su cuerpo. Y eso Yoichi en su interior lo agradecía en sobremanera.

—Yoichi —le llamó su novio cuando se quedaron solos en su habitación.

—Hm.

—¿Te pasa algo?

—No.

—Pero estás muy raro.

—No estoy raro.

—Si lo estás. Por la mañana te has levantado temprano, no me has dirigido la palabra en casi ningún momento. No me has recibido con el abrazo y el beso de cada día…

—No tengo un buen día.

—¿Por qué? ¿Te ha pasado algo? —preguntó acariciando su cabello, ya que estaba tumbado en la cama boca abajo, porque aun le dolía el trasero.

Que el de pelo naranja le diera mimos y lo tratará bien le hacía sentir un poco mal por lo que había hecho el día anterior. Así que decidió decirle la verdad a pesar de que seguramente su novio se enfadaría con él. Pero tenía que decírselo así que se armó de valor y se levantó como pudo.

—Bueno… simplemente es que ayer te metí una droga en el vino para que sacaras tus instintos primitivos y por fin pudiésemos hacerlo y funcionó demasiado bien.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!

—Pues que por culpa de una droga que te di, me violaste dos veces anoche.

—¡¡¡Pero como se te ocurre hacer una cosa así!!!

—Bueno es que como no te decidías y parecía que me quedaría a vestir santos eternamente pues…

—Pero y si te hubiera hecho daño. ¡¿Entonces qué?! ¡¡¡Eres un inconsciente!!!

—Bueno no fue para tanto. Solo me duele el trasero y…

—¡¿Cómo que y…?!

—Bueno pues que me duele también la espalda.

—La espalda… ¡¿pero sangraste?!

—Bueno… —bajó un poco la cabeza— un poquito.

—Por Dios. ¡¡¡Ichiban eres un idiota!!!

—Esto si que lo eres, pero la culpa ha sido mía.

—Es decir que tanto esfuerzo para nada.

—¿Esfuerzo para qué?

—Pues para no hacerte daño.

—No entiendo nada.

—Yo no quería hacer nada contigo para no hacerte daño. Quería saber un poco más del tema para hacerlo sin que te pasara nada y lo que he conseguido ha sido lo contrario.

—Esto… pero… ¡¡¡¿Cómo querías du saber más del tema?!!! Si se puede saber. Supongo que no pensabas ponerme los cuernos, ¿no?

—¡¿Cómo?! Claro que no. ¿Por quién me has tomado? Quería aprender leyendo yaoi y con algún video de Youtube y eso, para poder hacerlo de forma que no te doliera.

Hubo un momento de silencio en la habitación en el cual cada uno pensaba en sus cosas. Uno se sentía mal por haber dudado de su novio y haber usado una droga con él. Y el otro estaba enfadado consigo mismo por haber hecho daño a su rubito, aunque sabía que era culpa de este y no suya.

—¿Te duele mucho?

—Bueno… ¿Estás enfadado?

—Sí.

—¿Conmigo?

—Sí, pero más conmigo mismo.

—¿Por?

—Por confiar en ti.

—Lo siento.

Ichiban suspiró. ¿Qué más podía hacer? Nada. Solo podía enfadarse con el rubio o intentar olvidar lo sucedido, que no era muy difícil ya que la droga le impedía recordar nada sobre lo ocurrido la noche anterior.

—No importa —dijo dulcemente, pero luego su voz cambió a una de regaño— pero ni se te ocurra volverlo a hacer.

—Te quiero Kita —gritó el rubio tirándose encima de su novio, pero hizo un gesto de dolor al notar una punzada en el trasero.

—Yo también te quiero, pero no sé el porqué.

—Porque soy lindo rubito, de ojos azules, con un cuerpo de ensueño y una personalidad adorable…

—Claro, será por eso —dijo dándole la razón no muy convencido pero dándole un tierno beso en sus labios.

 

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Habían pasado cinco meses des de el incidente y todo estaba muy cambiado… bueno básicamente la casa y la relación de la pareja que vivía en ella. Bueno para resumirlo se habían enterado de que iban a ser padres lo que había puesto contentísimo a cierto rubio, que no cabía en él de la felicidad que sentía des de la noticia, se habían casado y ya lo habían hecho sin el efecto de drogas de por medio. Por lo que el rubio era la persona más feliz del mundo.

Por otra parte el de pelo naranja no sabía si reír o llorar. En cuatro meses seria padre, tendría al rubio manipulador de marido para toda su vida y por culpa de que su novio quería sexo a casi todas horas estaba que se caía del cansancio. Pero no podía quejarse porque en el fondo le gustaba esta situación, pensar en ser padre no era tan malo y él amaba al rubio por encima de todo así que no le molestaba para nada que fuera así de “cariñoso” como lo llamaba él.

 

FIN

Notas finales:

Espero que les haya gustado este corto fic.

¿Qué les pareció? No sé si me ha quedado bien ya que no soy buena con temas de sentimientos y de copiar comportamientos, así que si alguno de los dos personajes no ha quedado bien pido disculpas.

¿Creen que merezca algún comentario?

Hasta pronto


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