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= Pecados e Ilusiones= por Yuxhiina

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Domingo Agosto 20

Estornude. Llevaba hora y media esperando al Tío Itachi, no aparecía y había comenzado a llover, la lluvia había empezado a caer ligera, algunas personas corrían hacia la iglesia frente a nosotros, hice una mueca… ¿hace cuantos años no me paraba en una iglesia? O claro… cuando Karin aun me quería, cuando Suigetsu aun no aparecía en nuestras vidas.
Buena forma de arruinarlo todo…
El clakson de un auto la alerto, a pesar de la lluvia pudo reconocer la silueta dentro del auto ¡sin duda el tío Itachi!... no intente resolver que auto era, podría ver un lamborghini y una pickup y no notar la diferencia, corrí bajo la lluvia al interior del auto que ya me esperaba con las puertas abiertas, busque un lugar para mis maletas y comenzaba a frotarme los dedos, algún día me harían falta… y un millón de preguntas alojaron su mente…
¿Realmente era el Tío Itachi?
¿Qué tal se eran secuestradores, narcotraficantes o asesino en potencia?
¿Si me secuestraban, violaban y mataban?
–Ehh…tu debes ser Fenix…– y en el momento que escucho esa voz, hubiera preferido subirse a la misteriosa caminata negra de vidrios polarizados que hace minutos le había ofrecido llevarla…

Domingo Agosto 20

De nuevo su puño se estrello contra mi mejilla… el inmenso ardor provoco que casi por inercia salieran dos lagrimas de mis ojos, comenzaba a gritarme pero no podía escucharlo… ni verlo… y de nuevo me encontraba en el suelo frio… dejándome absorber por la oscuridad.
Todo parecía una película antigua, mal grabada, llegaba como cualquier día a mi casa, esperando que mi madre volviera del trabajo, para así poder platicar con ella, su largo y sedoso cabello, su piel aporcelanada brillante, y aquel par de ojos expresivos llenos de vida… y después nada, las luces encendiéndose y apagándose, un golpe seco, la bella figura de mi madre, marchitándose, desojándose, cayéndose poco a poco, su largo cabello ahora blanquecino por las canas, su brillante piel ahora solo alojaba los surcos causados por las arrugas, sus ojos antes expresivos, lo seguían siendo… solo que ahora solo se encontraba el dolor, ambas atadas por innumerables cadenas, temblando y llorando, y su padre sonriendo, con los ojos rojos tirando de cada una de las cadenas que solo les causaban mas daño, y entonces el espejo se rompía…
–Femenino de dieciséis años…–
Su alma envejecía poco a poco, esa no era su madre, era ella, y ahora se veía, recostada, por debajo del agua, ahogándose…
– ¡Mierda!–
Y su sutil reflejo acercándose, tomando forma poco a poco, su cabello rojizo, contrastando con el caos de aquella obscuridad lejana “Fenix” mascullo mientras el poco aire se escaba de sus pulmones.
–Inicien RCP–
Y su sonrisa sincera atreves del agua, solo logros escuchar el “splash” de alguien que se acababa de lanzar al agua, dos brazos rodeándola, esforzándose por retenerla por sacarla de la oscuridad “suframos juntas”
–Despejen–
La corriente eléctrica, me aferre más a su cuerpo, el olor de su cabello, el tacto de su piel, su calor…
–Despejen–
Y entonces, tantos pares de manos que salían de la nada nos alejaban, grite, grite como nunca, te alejaban, intentaba alcanzarte pero era inútil, era su presa, tu seguía sonriendo como siempre, me mostraste algo, aquel hilo pequeño atado a tu meñique…
– ¡La perdemos!–
.. Y al mío… de un espectral color rojo.
Domingo Agosto 20

“Si odiaba a alguna persona en el mundo era a Suigetsu. Su cara, su voz y su forma de mirarme me resultaban aberrantes. Me recordaban a el.
Y el me recordaba que no podía confiar en nadie.
Solo una persona había logrado romper la gruesa capa de mentiras que me cubría.
Y estaba dispuesta a matar por verla feliz.”
Sasuke parecía todo de lo Karin se jactaba, no lo negaría, era guapo, o al menos lo fue, los años pasan por encima de todos, mi madre también debió de ser hermosa, pero los años habían terminado por agotarla y dejarla perecer bajo una gruesa capa de maquillaje, Sasuke en cambio parecía haberse conservado demasiado bien, podría calcularle menos de veintinueve años pero sin duda mas de veinticinco, conservaba una complexión delgada y un rostro sin ningún rastro de arrugas, excepto por aquella imperceptible que se formaba en su seño, tal vez por algo se recompensaba su falta de habla, un tipo reservado, el no preguntaba y yo no daba mas explicaciones de lo estrictamente necesario…
Tal vez nos llevaríamos bien.
Recosté mi cabeza sobre el cómodo asiento, según mis cálculos faltaría mas de una hora para llegar, me acomode de tal forma que consiguiera poder dormir, aquella canción sobre amores no correspondidos se oía cada vez mas lejana, Sasuke cambio de estación, gruñí bajo, ahora se escuchaba una canción al mas puro estilo “ya no me tienes perro”
Aquellos pasillos obscuros parecían no tener fin, todo parecía ser un hospital, por el pulcro color blanco y el olor a antiséptico en todo el lugar, se acercaba a la sala de maternidad, un bebe lloraba, paso los cuneros y entro, el único en toda la sala, lo tomo entre sus brazos, para darse cuenta que solo había tomado las cobijas, que aun continuaban tibias, giro la vista a uno cuantos pasos una mujer se la había adelantado, se acerco, tomándola por el hombro, reprimió el grito que lucho por salir de su garganta, estaba completamente helada, cayo en cuanto el toque fue un poco mas profundo, ahora la observaba sus cabellos poseían una tonalidad rosácea, teñida en algunos lugares por el rojo de la sangre.
Corrió, no supo como pero llego a una especie de lago, y pudo verse al otro lado “¿Y tu que vas a hacer cuando tu dios se muera?” La pregunta le erizo todos los cabellos, intento retroceder pero una figura se lo impidió… Mayu estaba al otro lado, se lanzo sin dudarlo, tal parecía que se ahogaba, pero junto antes de abrazarla algo la detuvo, una barrera invisible “Mayu” “Mayu” Las vibraciones retumbaban por toda la berrera pero Mayu no podía ni verla ni oírla… su desesperación solo aumento cuando pudo verse abrazarla y sonreír de manera totalmente desquiciada “Mayu” pero su reflejo no hacia mas que susurrarle al oído “¿quieres ver su sangre? ¿Quieres sentir sus últimos latidos en tus manos? ¿Su último alieno?
“Mayu”
Y pares adicionales de manos salían de la nada. Justa antes de que yo pudiera llegar a ti, te hacían daño, y entonces lo note, todas esas manos me pertenecían.
Y todas me unían a ti por delgado hilo rojo.

Notas finales:

ha ha ha .... pueblo magico????? ¡Todop se desaparece!!!


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