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¡¿Me QUE?! por Arkady Nekozukii

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¡¿ME QUE?!

Episodio 3: ¡Sorpresas, acosos y rubias! Cambios para Duo-kun.



Duo se quedo de una pieza. ¿Era su imaginación o de verdad Heero acababa de declarar casualmente que era su prometido? Una mirada a las caras de sus amigos le demostró que no, no lo había imaginado.

- ¿Per..dón? – musito Quatre, comprensiblemente confundido.

Hilde volteo a ver a Duo con curiosidad. Entre el abrazo de Heero, el trenzado seguía en shock.

- ¿Fue por esto que Relena 'corto' contigo? – pregunto la chica con algo de diversión.

- ¿Ah? No, ella no sabe. – contesto automáticamente el joven, aun viendo incrédulamente a Heero, quien le regreso la mirada neutralmente.

Quatre por fin salió de su propio shock.

- Eh... pues, me da mucho gusto por ti Duo. – felicito, su usual tacto regresando ahora que ya había asimilado que, si, su mejor amigo era gay y estaba comprometido con otro hombre.

- ¡Cállate, Quatre, que no sabes lo que dices! ¡Esto no es por mi voluntad! – se quejo Duo entre gritos y zafándose de paso de Heero, quien solo redirigió su atención a la comida.

- ¿Entonces Heero es el seme de la relación? – hablo maliciosamente Hilde.

Ignorándola, aunque mayormente porque no entendió la pregunta, Duo se volteo hacia Heero, quien para esos momentos ya estaba bien concentrado en comer mecánicamente e ignoraba completamente la conversación.

- ¡Y tu! – le grito Duo - ¡Como se te ocurre anunciar a los cuatro vientos que eres mi prometido!

- Porque lo soy – contesto sin inmutarse el chico. – Y tú eres quien lo grita a los cuatro vientos.

- ¡No te hagas el listo, que sabes bien a lo que me refiero! – se indigno el muchacho - ¡Odio esto! ¡Odio el compromiso, odio a nuestros padres y te odio a ti!

Heero levanto la vista de su plato e ira relampagueó en sus ojos por unos segundos.

- Eres un niñito llorón – siseo con furia contenida – Gimoteas por este arreglo, pero no haces nada al respecto. Si alguien debe lamentarse, debería de ser yo. Para ti solo es una molesta promesa y un prometido, pero a mi me cambio la vida completamente. Ahora yo... – sacudiendo la cabeza con un gesto enfadado, Heero tomo sus cosas y se retiro rápidamente.

Duo se quedo con la boca abierta. Era la mayor muestra de emoción que había presenciado del ojiazul... pese a haber sido rabia.

Hilde rodó los ojos.

- Tonto – le recrimino la chica, dándole una zape, sacándolo así de su estupor.

- ¡Hey! – se quejo el trenzado - ¿Y eso porque demonios fue?

Hilde se le quedo viendo como si llevará puesto un tutú rosado y aclamará ser admirador de Britney Spears – ósea, como si fuera un perfecto imbécil.

- Duo – hablo Quatre – Heero esta pasando por una gran transición. Ha venido desde Japón a, no solo un nuevo país y continente, sino a toda una nueva cultura. – al lado del rubio, Hilde asintió efusivamente. – Además es un tanto reservado y es obvio que se le dificulta relacionarse. Las cosas ya son lo suficientemente difíciles para él sin tu desprecio.

- Aja, así que no necesita que su prometido se este quejando cada cinco minutos de lo injusta que es la vida cuando a él le va mucho peor.

- Y será aun peor – los sorprendió una voz tras ellos.

- ¡Dorothy! – exclamo con sorpresa Duo al ver a la muchacha. Ella rara vez les hablaba, a menos que fuera para advertirles algo sobre Relena o para ayudarle a él a escapar de su acechadora.

- Relenita ha fijado su vista en su amigo. Les recomiendo que lo pongan sobre aviso antes de que se lleve una desagradable sorpresa.

- Pero él es gay. – replico Quatre confuso.

- Como si eso fuera a detener a Relena. – rodó los ojos Dorothy sin siquiera inmutarse ante la noticia. – En estos momentos ella afirma que él es el hombre con el que esta destinado a casarse y formar una familia. – la chica se encogió d hombros – He cometido mi acto caritativo del día. Yo ya me voy – se despidió con una sonrisa.

Duo suspiro.

- Ósea que aun tendré que lidiar con la rubia maniática. – murmuro – Me retracto de lo que dije de Dios: no me quiere ahorcar, ¡me quiere aplastar!

Esta vez fueron sus amigos quienes ignoraron lo dicho – no tenían idea de que hablaba.

- Estás consciente de que tendrás que disculparte con Heero, ¿no es así? – cuestiono gentilmente Quatre, regresando al antiguo tema.

- Si... ya lo se – contesto desanimado el trenzado.

- Ya, ya... seguro lo resolverán – le sonrió benignamente su amiga, pero pronto su sonrisa se volvió pícara – Oye Duo... ¿de casualidad alguna vez te mencione que soy fanática del yaoi?

¬¬' ¬¬' ¬¬'

Duo volteo a ver de reojo a Heero, quien miraba hacia al frente enfocado completamente en lo que hacía. El trenzado suspiro. Aun no se había disculpado por lo que había sucedido en el almuerzo y es que en realidad le daba pena hacerlo. Sabía que sus amigos tenían razón, pero simplemente no podía admitirlo. Duo suspiro al ver que ya habían llegado a su casa.

- Mm, pues nos vemos mañana – murmuro al bajar del carro, pero Heero lo detuvo, tomándolo de la muñeca - ¿Ah?

- ¿No te lo dijo tu Padre? – pregunto sin emoción alguna Heero – Ya que nunca esta él en las tardes, Madre insistió en que comieras en la casa en lugar de que recalentaras Maruchans.

Duo sudo una gotita al imaginar a la mujer cocinando.

- Lo agradezco, pero en realidad siempre he comido eso. No hace daño.

- Madre es necia, no podrás rechazarla, así es que mejor ni lo intentes. Además si la conozco te obligara a que nos acompañes toda la tarde a comprar.

- ¿Comprar?

- Esta mañana me dijo que quería ir a comprar una mascota. Seguramente tú conoces algún lugar en donde pueden vendernos una.

- Pues si, supongo que en el centro de la ciudad – dijo el trenzado.

- Bien, entonces nos acompañaras.

- De veras que pides las cosas de una manera tan, pero TAN educada – gruño Duo – De cualquier modo adelantate, ahorita voy.

- ¿Por qué?

- Tu mamá olvido su bolsa ayer en la casa. Se la iba a llevar en la mañana, pero lo olvide.

- Hn.

Al volver, quien le abrió la puerta a Duo fue Kaori, si bien Heero estaba a su lado.

- Tenga señora Yuy – dijo Duo, tendiéndole la bolsa. – La olvido ayer que fue a casa.

La madre de Heero lanzo un grito emocionado, tomo la bolsa y abrazando al objeto comenzó a murmurar lo mucho que la había extrañado y lo mala que había sido por no haberla seguido a casa como normalmente lo hacía.

- Me alegra que tu casa no se la haya comido – suspiro con alivio la mujer.

- ¿Eh? – murmuro Duo, aun no saliendo de su shock al ver el comportamiento de la mujer.

- El señor Maxwell vino ayer y Madre le pregunto por su bolsa. Él la fue a buscar, pero no la encontró. Madre asumió que tu casa se la había 'comido' – explico Heero, rodando los ojos.

- Si, pero ya que esta aquí hay que rellenarla con nuevas cosas – sonrió Kaori y se retiro hacia la cocina. Porque a la cocina, nunca sabremos....

Duo se quedo de una pieza viendo a la mujer, pero Heero (ya acostumbrado a las locuras de su madre) simplemente le tomo la mano y lo arrastro hasta el comedor. Ya ahí, el trenzado se zafo, algo sonrojado.

- ¿Qué vino a hacer papá aquí si ya habían estado juntos todo el día?

- No lo se, no me meto en los asuntos de mi Madre.

Duo suspiro, decidiendo quedarse callado de momento... al menos hasta que lo alimentaran.

-_-' -_-' -_-'

- ¡Welch ein glück! [1] – exclamo Hilde con una sonrisa – ¡Es el último que queda de ese volumen!

- Eres rara – murmuro desinteresadamente Wufei - ¿A quien le interesaría ver esas cosas? Ninguna chica decente las vería y mucho menos las coleccionaría.

- Cállate, te crees mucho pero aun así trabajas aquí, así es que te deben de gustar estas cosas – contesto con facilidad Hilde con una gran sonrisa, sin siquiera inmutarse por el comentario del muchacho.

Hilde conocía a Wufei desde hace ya dos años, desde que el joven oriental de 19 años se había metido a trabajar a ese lugar. En realidad Hilde no sabía porque Wufei trabajaba en una librería... era absurdo, ella sabía que los padres del muchacho tenían mucho dinero.

Wufei lanzo un bufido.

- ¡Ni que estuviera loco! No soy un enfermo como tu.

Hilde le saco la lengua infantilmente y estaba apunto de replicar cuando vio a Trowa entrar al lugar. Lanzándole una última mirada indignada a Wufei, Hilde fue de inmediato con el otro muchacho.

- ¡Trowa! – llamo su atención la chica. El muchacho levanto la vista

- Hilde – asintió, dándole a entender que la había visto.

- ¿Buscas algo en particular? – le pregunto entusiastamente una vez a su lado.

- No realmente. – contesto calmadamente Trowa – Una conocida me recomendó este lugar. Dijo que aquí encontraría... variedad. – termino mientras veía la portada del libro que tenía la chica.

Hilde sonrió al ver como Trowa levantaba una ceja al ver su manga yaoi, pero no menciono nada. Además, en estos instantes le interesaba más otra cosa.

- ¿Conocida? – noto con curiosidad. - ¿De casualidad no será la admiradora de Duo? – pregunto lo mas inocente que pudo.

- No, no lo era – contesto sin inmutarse el chico. – Y ya deja ese asunto por la paz, no te voy a decir quien es.

- ¡Pero Trooowwwaaa! – chillo quejumbrosamente la muchacha - ¡Esa información debería de ser conocida! Sería injusto que el público se quedará por siempre con la duda. – informo mientras hacia pucheros.

Más sin embargo Trowa era inmovible. El editor del periódico escolar se cruzo de hombros indiferentemente.

- Ya que – suspiro la chica. – Como sea, al menos te puedo pedir un favor?

El chico cabeceo.

- Dile a la chica que se tardo demasiado para hacer su jugada... y que olvide a mi amigo, ya que el muy suertudo tiene un novio ardiente... si bien algo callado.

- ¿Novio?

- De hecho es su prometido, aunque no se como esta eso muy bien, así es que supongo que por ahora el termino novio sería suficiente.

- ¿Duo es... gay? – pronuncio lentamente Trowa, entre confundido y sorprendido.

- Deja de hablar así, no te queda. Y si, es gay. – la chica se encogió de hombros. – No puedo decir que me sorprende, lo he estado sospechando desde hace un tiempo.

Trowa sacudió ligeramente la cabeza, alejando esos pensamientos.

- Como sea, debo apurarme – murmuro – Nos vemos. – se despidió apresuradamente.

Hilde pestañeo.

- ¿No ibas a comprar algo? – pregunto, pero el chico ya se había ido.

@_@ @_@ @_@

- Si yo fuera Heero Yuy, en donde estaría – se preguntaba Relena mientras observaba con atención predatoria los caminos que llevaban a las diferentes tiendas.

Dorothy rodó los ojos.

- Te recomiendo que dejes a un lado los binoculares. – recomendó su amiga viendo como cada que una persona que salía de la tienda de mascotas que miraba su amiga, se encontraba con una rubia obsesiva aparentemente viéndolos fijamente con unos prismáticos.

"La única razón por la que dejo el casco de guerra es porque arruinaría su peinado" suspiro Dorothy. "Oh bien. Al menos la convencí de que no nos escondiéramos en esos árboles falsos para compensar la falta de casco"

- ¡Pero Dotty! – chillo Relena, regresándola (estridentemente) a la realidad - ¡Si los dejo ya no podré ver a Heero en la lejanía! – declaro y siguió con su inspección de la tienda. En esos momentos salieron una mujer y su hija pequeña. La niña se rió al ver a la rubia pero su madre la jalo hasta que se alejaron de la loca chica.

- Solo por curiosidad Relena. ¿Qué te hace pensar que Heero se te va a declarar cuando no lo ha hecho las otras cien veces que lo has acechado en este día? – pregunto su amiga, aun asombrada por lo mucho que había acosado al ojiazul en solo medio día. Aunque el hecho de que el pobre chico estuviera junto al salón de Relena ayudaba. Duo había estado bastante alejado y la rubia siempre lo había logrado acechar varias veces en la escuela.

- ¡Dotty! ¡No lo acecho, lo admiro desde la lejanía! – ignorando la fría mirada que le lanzo su amiga siguió hablando – Ya verás que cuando me vea y yo le lance mi significativa y coqueta mirada...

- Tus ojos de borrego a medio morir querrás decir.

- Mirada significativa y coqueta – se defendió la otra rubia, alzando el rostro altivamente – Como sea, el punto es que cuando me vea no podrá resistirse.

- Aja – murmuro escépticamente Dorothy preguntándose interiormente que había hecho en vidas pasadas para merecer esto. Fue entonces que noto algo. - ¿No es ese Duo? – se pregunto, viendo como el trenzado estaba colgado al ojiazul y agitando las manos frenéticamente...

^o^ ^o^ ^o^

- ¡Aléjala de mi! ¡Yo y las víboras no nos llevamos nadita bien! ¡¡Es mas, soy alérgico!!

- En realidad es una serpiente [2] – sonrió la muchacha, depositando al animal en una caja traslucida que se encontraba cerca. – Lamento haberte espantado. Mi intención no era causarte miedo...

- ¡No es miedo, es precaución! – se defendió el trenzado, pero una risita de la encargada junto con un cabeceo le hicieron notar en donde estaba. – Oh. – musito, saliendo rápidamente de los brazos de su prometido. El otro ni siquiera se inmuto.

Kaori veía todo con ojos divertidos, pero su atención se centro en el animal que había abandonado la encargada. Tomándolo sin miedo alguno, la mujer lo saco de la caja y lo acerco a su rostro.

- Hola señora serpiente – canturreo Kaori con una gran sonrisa. – Yo soy la señora humana. ¿Te agradan los humanos?

- Madre, devuelva ese animal a su caja. – reprendió estoicamente Heero.

Kaori ignoro a su hijo y se puso a platicar animadamente con el animal. Heero, no queriendo ver como la serpiente asfixiaba a su madre, se la quito y la coloco donde estaba. Kaori hizo un puchero, pero ya no agarro al animal.

- Pero Hee-kun, si no me dejas conocer a los animales, no podremos encontrar a una mascota que le agrademos. – se quejo ella.

Duo miraba entretenido a ambos discutir. De verdad pareciese que Heero fuese el padre y Kaoru la hija. A decir verdad ahora que se estaba acostumbrando a todas las cosas tan locas que habían sucedido últimamente, podía apreciar el carácter de ambos. Kaori era muy parecida a él – solo que aun más excéntrica. Heero era muy serio, aun mas serio que su padre, pero sabía como divertirse, si bien no tan alocadamente como él.

"Esto no es tan malo" pensó el trenzado, pero entonces meneo la cabeza con fuerza "Que tonterías estoy pensando... ¡por supuesto que esto es malo! ¡Prácticamente se me ha privado de la libertad de elegir pareja! Aunque... Heero si es guapo..."

Afortunadamente (o desafortunadamente, depende del punto de vista) el chico vio interrumpidos sus pensamientos por un estridente grito.

- ¡¡Heeeerrrrrrrrroooooo!!

Habiendo desarrollado un instinto de supervivencia al oír esa voz, Duo salto como diez pasos lejos de Heero, quien pronto se encontró con una muy contenta rubia subida en su espalda.

"¿Cómo hace eso?" admiro Duo al ver que su prometido no se caía y simplemente se inclinaba ligeramente hacia delante para aguantar a Relena. Cada que Relena había hecho algo así con Duo el pobre trenzado siempre terminaba en el suelo.

Heero frunció el ceño con irritación.

- Peacecraft – reconoció finalmente.

Relena soltó una risita supuestamente coqueta. A Duo le sonaba mas como una hiena atragantándose.

- Ay Heero, tenle confianza a tu novia. Puedes llamarme por mi nombre.

- Lena, bájate del muchacho – reprendió Dorothy con aburrición, finalmente entrando a la tienda. - Estas causando una escena y a diferencia de la escuela aquí no saben que supuestamente estas en tus cinco sentidos.

Relena hizo un puchero, pero obedeció.

- Ah, hola Duo – saludo, finalmente notando al trenzado.

Algo incierto porque no sabía si realmente estaba a salvo de la rubia, el muchacho se limito a agitar la mano, retrocediendo otros dos pasos precavidamente.

- ¿Qué hacen por acá? – pregunto Dorothy con un poco de curiosidad, mientras Relena comenzaba a platicar con Heero. O mejor dicho, Relena parloteaba y Heero ni siquiera se dignaba a verla.

- Heero se acaba de mudar y en Japón él y su mamá vivían en un departamento y no los dejaban tener mascota. La señora Yuy siempre quiso una.

- ¿De donde se conocen ustedes dos? – cuestiono con interés la muchacha.

- Nuestros padres son amigos... pero la verdad es que nos acabamos de conocer.

- ¿Uh? – musito Dorothy - ¿Y porque se la pasan juntos? – pregunto, sabiendo perfectamente bien (gracias a la antigua obsesión de su amiga) que pese a que el trenzado era sociable, no le gustaba pasar mucho tiempo con la gente fuera de las fiestas. Sus únicos amigos realmente eran Quatre y Hilde. Los demás eran simples conocidos.

Duo la miro sorprendido. Él pensaba que ya todos lo sabían... ok., apenas se había revelado su relación con Heero esa mañana, pero en la escuela había muchas chismosas que expandirían el rumor en menos de dos minutos. Ya había sido acorralado por un montón de chicas que ni siquiera había visto antes, quienes le pidieron con ojos llorosos que desmintiera los rumores.

- Pues veras... – comenzó nerviosamente, pero se vio interrumpido por Heero, quien se paro a su lado y se cruzo de brazos.

- Somos prometidos.

Al ver los ojos de ambas rubias abrirse enormemente y sus quijadas caerse, Duo se pregunto si su prometido siempre había tenido tal cantidad de tacto o si solo lo era un imbécil para molestarlo.

^-^' ^-^' ^-^'

Luego de despedirse Duo, Kaori se volvió a su hijo, quien ya estaba subiendo las escaleras para poder ir a encerrarse en su cuarto y disfrutar de su vicio: la computadora.

- Heero – llamo suavemente, haciendo que su hijo se detuviera inmediatamente. - ¿Ya lo has decidido hijo? Me refiero tu duda sobre tus preferencias. – cuestiono aclaro la mujer con delicadeza, sabiendo lo sensible que podía ser su hijo.



Kaoru no era tonta, ella conocía a su hijo. Y si bien no había estado lo suficientemente cerca en la tienda de mascotas para escuchar lo que hablaban los muchachos con las rubias, pudo llegar a tiempo para oír la declaración de Heero.

Si había algo que admiraba de su hijo era su capacidad de ser honesto consigo mismo y la manera en la que se conocía tan bien. Había pocas personas que eran así, y aun menos adolescentes que se conocía como Heero se conocía a si mismo. Cuando su hijo había comenzado a tener dudas sobre sus preferencias sexuales, le había informado inmediatamente este hecho. Había sospechado que le gustaban los chicos, simplemente porque le parecían más interesantes que las muchachas que lo acosaban, pero en realidad tampoco le atraían los hombres.

Fue por eso que a Kaoru le había sorprendido esa declaración.

Porque, para Heero, decir algo de una manera tan seria, tan intensa si bien no podía verse en su expresión pero si en sus ojos, decir algo así era algo serio. Significaba algo.



Aun en las escaleras, dándole la espalda a su madre, el muchacho asintió casi imperceptiblemente.

- Soy gay – anunció finalmente – Pero – agrego volteando el rostro solo lo suficiente para ver a su madre de soslayo – Eso no significa que estoy de acuerdo con esta tonterías.

Kaoru sonrió picaramente, sus ojos llenos de humor infantil.

- Tampoco significa que no lo estas. – señalo ella simplemente y Heero meneo la cabeza antes de seguir con su camino.

La sonrisa de Kaoru se suavizo cuando su hijo desapareció de su vista.

Si, su hijo siempre era honesto consigo mismo. Pero ser honesto con los demás era algo que aun no dominaba.



Notas de Arkady:

[1] Es alemán y vendría a ser algo como: “¡Que suerte!”

[2] Que yo sepa las serpientes son mas largas y anchas que las víboras. Esa es la única diferencia que conozco entre ambas.



Empezando con una disculpa para cualquier fan de Britney Spears, pero he de decir que no me agrada la Barbie esa (como ya lo han notado). Y también me disculpo por haberme atrasado, pero tomen en cuenta que subo esto desde la oficina cuando nadie esta viendo, pero ahora el viernes no pude... teníamos demasiado trabajo (y fue un día infernal en general).

Sobre la “pregunta sorpresa” que puse en el capitulo anterior... pues su propósito era que la primera persona que respondiera (que fue vikyng) tendría el privilegio de seleccionar otra pareja aparte del establecido 1x2x1. Si, ya se que al menos debí de haber dicho que había premio o algo, pero no quería que contestaran por interés.

No tengo nada escrito del siguiente episodio (una hoja, pero eso no es mucho) así es que puede que actualice hasta el otro lunes. Si las cosas van bien, los maestros no son malos en la Uni y no tengo mucho trabajo en la oficina, entonces actualizo el viernes.

Ugh, lo malo es que esta historia parece que si llegara a los diez capitulos... al principio nada mas iban a ser cinco -_-U

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