Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¿Me QUE?! por Arkady Nekozukii

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Episodio 5: Complicaciones en una cita de sábado. La fobia de Duo-kun.



Caminando hacia la sala, el rubio vio a una persona sentada en uno de los sillones. La persona se volteo ligeramente y le sonrió con burla al chico al ver la cara de sorpresa del rubio.

- ¡¿Tú?! – grito Quatre, completamente asombrado.

- Si, yo – respondió el chico, sus ojos maliciosos - ¿Tanto te asombra verme?

- Tu.. desde hace dos años... tus papás... Duo.. yo pensé... – decía entrecortadamente el rubio, completamente fuera de si.

- Si, bueno... ya volví – anunció desinteresadamente él, cortando al otro – Y... necesito tu ayuda.

- ¿Mi ayuda? – repitió el árabe, tratando desesperadamente de recuperar la compostura - ¿Con que?

- No es con que, sino con quien – corrigió y esta vez sus ojos ámbar brillaban con decisión. – Y la respuesta es muy obvia, mi querido Quatre... quiero que me ayudes con Duo.

- - -

Chris estaba lavando los trastes cuando bajo Duo, ya cambiado y bañado pero aun algo adormilado.

- Buenos días – le sonrió – Kaori me ha dicho lo de su cita del sábado.

- No es una cita, papá... – se defendió Duo, mirando oscuramente a su padre, todo su sueño completamente disperso.

Chris siguió sonriendo.

- Bueno, tal vez, pero aun así es bueno ver que al menos conviven un poco – comento él – Te doy permiso, pero luego de que salgan de la feria quiero que vayan directo a casa de Heero

- ¿Uh? – murmuro Duo - ¿Por qué? – pregunto el confundido muchacho.

- Es que dormirás con él. – explico su padre.

Duo parpadeo... y entonces se puso rojo como tomate.

- ¡¡¡¿¿¿QQQQQUUUUEEEEEEE???!!! – grito, completamente ofuscado - ¡¡¡Ah, eso si que no!!! ¡¡¡Ya suficiente tengo con este extraño arreglo, no voy a intimar con Heero!!! – se negó, humo saliendo de sus orejas.

Chris lució extrañado por unos segundos, pero pronto soltó una risa un tanto apenada.

- Hijo, no me refería a eso. – interrumpió a Duo, quien aun estaba en medio de gritos indignados – Simplemente te quedaras a dormir en su casa porque yo tengo que salir de la ciudad. – lo tranquilizo con calma – Y aunque dormirán en el mismo cuarto, cada quien tendrá futones individuales y Kaori estará en la habitación de al lado, así es que no habrá sesiones... ejem, hormonales.

- ¿Futones? – repitió Duo, ya mas apaciguado - ¿Por qué papá? – cuestiono con ojos llorosos - ¿Por qué tengo que quedarme con Heero? Ya antes has salido de la ciudad y me he tenido que quedar solo... – le recordó su hijo.

- Y lo he odiado – dijo Chris – No me gusta dejarte solo, es peligroso – explico él – Tanto para ti, como para la casa... sin supervisión causas destrozos Duo.

Duo hizo un puchero, pero no replico porque sabía que era verdad.

- Aun así... – intento protestar una vez mas, pero el timbre lo interrumpió.

- Vamos, no hagas esperar a Heero – lo urgió Chris, haciendo gestos para que saliera a recibir a su prometido.

- Si... – soltó desganadamente Duo

- - -

- ¡Buenos días! – anuncio alegremente el trenzado mientras entraba a su salón.

Al no recibir la cálida respuesta a la que estaba acostumbrado (si bien algunos compañeros lo saludaron) el trenzado parpadeo.

- ¿Uh? – musito, buscando con la mirada a Quatre y, como era costumbre, el rubio se encontraba ya en su lugar pero lo inusual no era solo que no lo había saludado, sino que tenía el rostro gacho y lucía algo triste.

Preocupado, Duo de inmediato fue hacia él y aventó su mochila descuidadamente en uno de los asientos.

- ¿Quatre? – pregunto una vez cerca del rubio - ¿Te sientes bien? - Quatre cabeceo, pero lucía tan deprimido que el trenzado no le creía nada. - ¿Qué te...?

- Duo – hablo súbitamente el otro chico - Somos amigos... ¿cierto? – susurro

- Por supuesto – contesto Duo, muy confundido – Eso ni se pregunta.

Quatre sonrió.

- Claro. – asintió, satisfecho - Y... verdad que si alguna vez me ocultas algo, no será porque no confías en mi, sino por algún otro motivo, cierto?

Duo cabeceo, pero Quatre lo seguía viendo, expectante.

- Yo solo te ocultaría algo si eso no solo me incumbiera a mí, sino también a otra persona y solo si esa persona es importante para mí – respondió Duo, muy seguro.

Quatre volvió a sonreír, esta vez más sinceramente

- Bien. Me alegro.

Y sin más saco cuadernos, plumas y demás, preparándose para las clases, su humor aparentemente restaurado.

Duo se le quedo viendo, turbado por la actitud de su amigo, pero no queriendo decir nada, especialmente en la escuela. Ya esperaría en la noche para hablarle.

Con un suspiro saco él también sus cosas, tratando de ignorar el extraño presentimiento que comenzaba a invadirlo...

- - -

Heero volteo a ver Duo de soslayo, regresando la vista inmediatamente al camino al ver que el trenzado seguía frunciendo la boca y portando una expresión pensativa.

- ¿Y a ti que te pasa? – pregunto finalmente, harto de ver al chico de esa manera.

"Ni siquiera ha parloteado sobre como le fue en la escuela..." pensó extrañado, y él que ya se había acostumbrado a las animadas charlas de su prometido sobre sus horribles profesores y tareas injustas.

Duo frunció el ceño, pareció dudar un poco pero al final se decidió a hablar.

- Es Quatre – admitió – Estaba algo raro en la mañana y me pregunto cosas raras. Fue muy, muy desconcertante, especialmente siendo viniendo de él. Pero lo mas extraño es que cuando trate de hablar con él antes de llegar a la cafetería parecía bien y actuaba como si no supiera de que estaba hablando. Es decir, en la mañana parecía algo deprimido pero después de que hablamos en la mañana se veía bien y mira que no dijimos mucho.

"Todo lo contrario a ahora..." pensó con una gotita Heero, pero no le dijo nada, dejando al trenzado desahogarse.

- Quizás haya tenido alguna apuración en su casa – sugirió Heero, algo inseguro. Pese a haber hablado mucho, Duo no le dijo nada en concreto, así es que solo podía suponer. – Y luego de hablar contigo se sintió mejor. A veces tener a un amigo cerca es suficiente y... ¿qué sucede? – se interrumpió al notar que Duo lo veía algo asombrado.

Duo pestañeo.

- No nada, - meno la cabeza, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro – es que... pues que creo que nunca habíamos hablado de algo así. Tan personal. – confeso. – Pasamos mucho tiempo juntos, pero la verdad nunca te había oído hablar de esa manera. Creo que me gusta. – dijo, ligeramente sonrojado.

Heero también sintió como se le subían los colores.

- Ah.. si, supongo – murmuro, manteniendo fija la vista en las calles. – Ya llegamos – aviso, bajando del carro. – Adios.

- Pues nos vemos – se despidió Duo, bajando del carro y caminando apresuradamente a su casa.

Una vez en el interior, soltó un grito frustrado.

- ¡¡¡Argh!!! ¡Duo Casimiro Maxwell, eres un idiota! – se regaño a si mismo, completamente rojo. - ¡¿Cómo se te ocurre decir algo tan vergonzoso?! – medito consternado.

No fue sino hasta unos minutos mas tarde, ya más calmado, que el muchacho noto una postal en el piso.

- ¿Uh? – se agacho para recogerla.

La postal era de un desierto. La arena lucia hermosa, brillando bajo los ardientes rayos del sol, ni una sombra adornándola pese a que las dunas eran incontables. Volteándola el trenzado leyó lo que decía, no comprendiendo nada.



Taa'la maei



- ¿Ven conmigo? – buscando por mas palabras inspecciono cuidadosamente la hoja. – No, nada más dice eso: Ven conmigo. – rascándose la cabeza el confundido muchacho trato de pensar en alguien que quisiera verlo. - ¿A donde? Y mas importante, ¿con quien? ¿Quién sabe árabe? Además de Quatre y esta no es... su letra... – los ojos de Duo se abrieron como platos. - ¡¿Podría ser...?!

- - -

- ¡Llegan tarde! – se quejo Hilde apenas los vio. – Lo estamos esperando desde hace 15 minutos.

Heero miro con intensidad a la chica. Aun no le perdonaba la manipulación que uso para que él fuera a la feria. Por su parte el chico a su lado rodó los ojos.

- Por favor, apuesto que el único que llego a tiempo es Quatre – dijo con aburrición el trenzado – Te conozco Hilde, te tardas horas cuando te arreglas, y todo porque casi nunca lo haces – sonriendo burlonamente ante la sonrojada chica, Duo volteo a ver de soslayo a Wufei, quien solo parecía ligeramente entretenido – Digo, que no estoy criticando tu motivación para arreglarte pero...

- ¡Cállate Duo! – rugió ella, sonrojándose aun mas al ver como Wufei parpadeaba, sorprendido por la mirada que le lanzara el trenzado.

- Lo mejor será entrar – sugirió Quatre, tratando de evitar que se pelearan, mas que nada porque la gente ya los comenzaba a ver como bichos raros.

Al ver a todos cabecear el rubio suspiro aliviado.

"A salvo" se dijo a si mismo "Al menos de momento..." se corrigió al ver como Duo Hilde peleaban por ser el primero en entrar mientras que sus respectivos acompañantes sudaban una gota.

- - -

Duo vio con miedo a Hilde, quien no paraba de tomarle fotos a los ‘lindos’ animalitos, dejándolos ciegos de paso cada ves que lo hacía.

- Que bueno que no piensa que yo también soy lindo. – murmuro, mirando a su energética amiga.

Hilde, quien lo había escuchado, se volteo y le enseño la lengua.

- ¡Te oí! ¡Cruel! – le dijo con un puchero.

- Mas cruel es la que deja inválidos a los animales.

- ¿Si tanto quieres hacer otra cosa, porque no sugieres algo mas?

- Estamos en una feria, Hil... deberíamos de estar viendo los juegos o algo... si quisiera ver animales hubiera ido al zoológico.

"No que la ciudad tenga uno, pero aun así..." medito el trenzado, no dispuesto a retractarse.

Los demás también lo veían con cara de '¿Eres idiota?' pero nadie dijo nada, Hilde solo acepto la sugerencia y se dirigieron hacia los juegos.

- ¡Wow! – exclamo súbitamente la chica – Esa rueda de la fortuna si que esta grande – comento emocionada. - ¿Qué tal si nos subimos? – pregunto y luego se volvió hacia Duo - ¿Qué te parece la idea, oh señor exigente?

- ¿Qu-Que? – tartamudeó el sorprendido muchacho – No, Hil. En realidad... yo diría que mejor la olvidemos. Será mejor ver los puestos – sugirió, luciendo un tanto nervioso.

Wufei esbozo una sonrisa gatuna al notar el timbre nervioso en la voz de Duo.

- ¿Por qué, Duo? – pregunto inocentemente – Este parece un juego divertido, ¿por qué no nos subimos? – volviéndose hacia el distraído Heero, Wufei agrego - ¿Tu que crees, Yuy?

Heero, quien había estado algo más ocupado viendo la maquinaria de uno de los juegos cercanos que prestando atención a la conversación, simplemente se encogió de hombros.

- Hn. – gruño, tratando de disimular su falta de atención - Yo no tengo inconveniente. – dijo sin importarle.

- ¡Ya ves! – exclamo Wufei, ignorando la indiferencia del ojiazul – Hasta tu novio acepta.

- ¿Y eso que? – se defendió inmediatamente Duo – Si ustedes quieren subirse, adelante, yo prefiero quedarme a jugar... ergh... canicas – dijo, decidiéndose por el primer puesto que vio.

Los demás se le quedaron viendo escépticamente.

- Lo que pasa es que tienes miedo – se burlo abiertamente el chino, sonriendo triunfalmente.

- ¡Bah! Ni que fuera gallina – dijo, pero al ver el juego comenzó a temblar un poco.

- Pues ve buscando nido para los huevos – siguió molestándolo Wufei. – porque de verdad te mueres de miedo...

- ¡Ja! ¿Yo, miedo de esa cosota? ¡Nunca! – exclamo el trenzado, sacando el pecho orgullosamente - ¡Yo soy Duo, el valiente y temerario Duo Maxwell! ¡Adelante! – y sin mas ni mas tomo a Heero de la muñeca y lo arrastro tras él.

Ante el sorpresivo intercambio de papeles, Heero solo pudo abrir enormemente los ojos y seguir a su prometido.

Viéndolos alejarse, Hilde soltó una risita y volteo a ver a Quatre y a Wufei.

- ¿No son lindos?

Ambos chicos solo pudieron suspirar con resignación mientras una gran gota resbalaba por sus cabezas.

- Al menos podré chantajear con esto mas tarde a Duo. – murmuro Wufei, viendo como ambos chicos se subían al juego. A su lado, Quatre solo rió nerviosamente, esperando que su amigo no entrara en pánico como la última vez....

- - -

Apenas y pusieron la barra de seguridad, Duo ya estaba sudando a chorros. Heero suspiro.

- ¿Por qué estas tan asustado? – pregunto neutralmente el ojiazul – Hasta niños de 6 años se suben a este juego y no están ni la mitad de nerviosos que tu.

- ¡No tengo miedo y no estoy nervioso! – refuto de inmediato el muchacho.

Heero levanto una ceja y lanzo una significativa mirada a las manos del trenzado, quien apretaba fuertemente la barra de seguridad.

Duo se sonroso ligeramente

- Je, que cosas, ¿no? – murmuro, soltándose lentamente de la barra, solo para retomar su agarre desesperadamente al moverse el juego despacio, el encargando subiendo a otra pareja.

Heero lo volteo a ver neutralmente.

- ¿Por qué? – volvió a preguntar.

Esta vez Duo se sonrojo notablemente.

- Le tengo... miedo a las alturas – admitió por fin el coloreado muchacho.

- ¡¿Nani?! – exclamo Heero, visiblemente sorprendido.

- Si, ya se que es raro, pero es verdad. – suspiro el chico – Que se le hace, traumas de la infancia.

- ¿Y porque te subiste?

- ¡Hey! ¡Tengo una reputación que cuidar!

- Esas cosas son tonterías.

- Si, pero es que no sabes como molesta Wufei.

- Solo porque tu lo molestas igual, sino es que peor.

- ¡Argh! – lo señalo acusadoramente Duo. - ¡Calla boca! ¡¿No sabes cuando guardar silencio?!

Heero soltó un bufido irónico.

Fue en ese momento que el juego comenzó a moverse, esta vez empezando de verdad, ya todos se habían subido. El trenzado volvió a tomar la barra de seguridad como salvavidas.

- Mira lo que casi ocasionas, me desconcentraste – farfullo, pero su voz temblaba perceptiblemente.

- ¿No es eso bueno? – cuestiono entretenido su prometido – Así no estarás tan concentrado en el juego y no tendrás tanto miedo.

- Si, pero me suelto y me muero.

- No te puedes morir, la barra de seguridad es resistente y tú no pesas nada, así es que no es como si se fuera a romper o algo parecido – aseguro su prometido.

Duo bufo, aun sujetado fuertemente a la barra de seguridad.

- Y tú que vas a saber que peso yo – mascullo escéptico.

- Pues porque yo ya te he cargado.

- ¡¿Que?! – grito Duo, soltándose inmediatamente y enderezándose para ver al chico frente a él a los ojos. - ¡¿Cuando?! – exigió saber.

El otro ni se inmuto y lo vio con aburrición.

- Tonto... fui yo quien te llevo a nuestra casa cuando te desmayaste. – respondió.

La quijada de Duo cayó y se le quedo viendo con cara de pescado.

- Pero... ¿porque no fue papá quien...?

- Madre – fue lo único que dijo Heero y Duo cabeceo, comprendiendo de inmediato.

Súbitamente, justo cuando estaban en lo más alto, el juego se detuvo.

- ¿Eh? – parpadeo el trenzado – No se mueve... ¡¿por qué no se mueve?! – grito, entrando rápidamente en pánico. - ¡Heero, no se mueve, no se mueve, no se mueve, no se...!

- Si, ya te entendí la primera vez – lo callo Heero, colocando una mano sobre su boca. – Seguramente lo detuvieron porque alguien mas se esta subiendo.

- ¡¿Por qué?! – grito él, dándole un manotazo a la mano de Heero - ¡No deberían de hacer eso, es peligroso! ¿Qué tal si ya no quiere funcionar el juego? ¿Qué tal si a alguien le da un ataque cardíaco? ¿Qué tal si una embarazada quiere dar a luz? ¿Qué tal si...?

- ¿Qué tal si te callas? – suspiro Heero – De verás a de ser un gran trauma – comento – Y con tu dramatismo para con todo...

- ¡Oye! – replico Duo, indignado - ¡Yo no soy dramático! – al ver la mirada escéptica del ojiazul, el chico frunció el ceño - ¡¡No lo soy!!

- Tienes razón, – concedió Heero – eres un melodramático.

No conociendo la diferencia, el trenzado se cruzo de brazos y desvió su vista.

- ¡Hmph! – bufo, no dirigiéndole la palabra al otro.

Por su parte y al notar que Duo ya no le hacia caso, haciéndose el indignado, Heero se permitió esbozar una pequeña sonrisa de satisfacción.

"El muy tonto ni ha notado que no solo ya volvió a empezar a moverse el juego... sino que ya tampoco esta aferrado a la barra"

- - -

- ¡¡Eso fue divertido!! – comento Hilde entre risas.

- Que cruel eres... mira que disfrutar del sufrimiento de tu amigo – se quejo Duo haciendo un puchero.

- Eso te sacas por orgulloso – replico la chica fácilmente – Mira que nadie te obligo a subirte... y verte desde aquí fue muy chistoso.

- Bueno Duo, - le susurro discretamente Quatre para que los demás no escucharan - al menos no te dio un ataque de pánico como la vez pasada que te retaron Alex y sus amigos... recuerda que esa vez te desmayaste.

- Ugh, ni me lo recuerdes – farfullo.

"A decir verdad... no entre en pánico solo gracias a Heero." Acepto el chico mirando de soslayo al japonés, quien miraba los juegos desinteresadamente.

Por su parte Hilde los vio con una sonrisa maliciosa e inclinándose hacia Wufei le susurro al oído algo que hizo que el chino compartiera su sonrisa.

- ¡Vengan! – anuncio de pronto – Hay un lugar muy bonito por acá – dijo, comenzando a caminar hacia una catedral.

- Oigan no es esa... – empezó a decir Quatre, pero la fría mirada de la chica lo hizo callar y el rubio comprendió el plan de su amiga.

"Ay niña, debieras dejarlos a ellos solitos" pensó con un gotón, pero ya no dijo nada.

Antes de llegar a la catedral se tenía que cruzar un puente, pero al llegar a este Quatre, Wufei y Hilde se quedaron parados. Duo, quien estaba explicándole a Heero como le había hecho para darle más velocidad a una computadora de la escuela y el ojiazul, quien lo escuchaba atentamente no lo notaron hasta que iban a la mitad del puente.

- ¿Uh? – murmuro inteligentemente el trenzado al notar a su amigos al principio del puente.

- Lo siento Duo – se disculpo Quatre, pero sus otros dos acompañantes no lucían en lo absoluto arrepentidos.

- ¿Por qué te discul---?

- ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! - Comenzaron a decir algunas personas que habían empezado a reunirse en ambos extremos del puente.

Confundido Heero volteo a ver a Duo, quien tenía los ojos muy abiertos, apenas notando exactamente en donde estaban.

- ¡Ugh! Estamos en el puente de la Catedral del Beso – mascullo Duo, ligeramente sonrojado. - ¿Cómo no me di cuenta antes? – se regaño así mismo.

- ¿Catedral del Beso? – cuestiono Heero, levantando una ceja.

- ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! – siguió el cántico de la multitud y Duo fulmino a Hilde con la mirada al ver como esta alborotaba a la gente. Algo mas alejado observo como Wufei llevaba mas personas mientras Quatre veía todo resignado... pero muy entretenido.

- Traidores – mascullo Duo, ignorando la pregunta de su prometido. - ¡Olvídenlo, no lo haremos! – grito el chico, pero la multitud se acerco mas a ellos y seguían con su cántico, ignorando completamente lo dicho por el trenzado. – No se darán por vencidos – murmuro para si.

- No creo que se vayan hasta que nos besemos – opino Heero, ya habiendo comprendido que pasaba ligeramente. Después de todo en Japón también sucedían cosas similares. - Creo que besarnos es lo mejor.

- ¡¿Que?!

- No me veas así, no es como si yo quiera hacerlo – le dijo fríamente. – Pero no veo como escaparnos de aquí, estamos completamente rodeados. Y ni siquiera yo puedo con tantas personas a la vez.

"Y esas chicas lucen peligrosas..." admitió para si renuentemente el japonés al ver a muchas mujeres que los veían con ojitos brillosos.

Por su parte Duo sentía que los colores se le subían cada vez mas al ver como Heero se acercaba lentamente hacia su rostro, cerrando los ojos.

"Vamos Duo, esto no es nada" se decía, mientras él también cerraba los ojos en pánico "Además no es como si este fuera tu primer beso" Ese pensamiento tampoco lo ayudo y el sentir la respiración de su prometido lo ponía mas y mas nervioso. Ahora los gritos de la gente se oían muy lejanos...

Se sorprendió al sentir como el brazo de Heero lo rodeaba por la cintura, acercando más su cuerpo al del otro. Demasiado nervioso y no queriendo dar un show, Duo puso sus manos en el pecho de Heero y lo separo ligeramente, haciendo que el japonés abriera los ojos.

- Perdón... supongo que soy controlador – le susurro Duo, rojo y sonriendo algo contrariado. Entonces se acerco al rostro de su prometido y lo beso con la boca cerrada, separándose rápidamente y saliendo del abrazo que lo tenia el muchacho.

Las personas a su alrededor rieron alegremente, algunas chicas incluso pidieron repetición, pero Duo las ignoro, caminando rápidamente hacia donde estaban sus amigos, un impasible si bien algo sonrojado Heero siguiéndolo.

Mientras Quatre trataba valientemente de aguantar sus risas, Wufei y Hilde no eran tan recatados. La chicas estaba doblada carcajeándose sin reservas y Wufei estaba rojo de tanto reír, hasta había unas lagrimas saliendo de sus ojos.

- ¡Por los dioses, eso fue invaluable! – exclamo el chino cuando pudo respirar bien - ¡Hubieras visto tu cara Duo! – agrego, tremendamente divertido.

Duo sonrió falsamente.

- Si... me lo imagino. – dijo entre dientes y aun sonriendo.

Quatre retrocedió un par de pasos. Tantos años siendo el mejor amigo de Duo le habían enseñado varias cosas del trenzado. Uno, él tenía una naturaleza juguetona y si bien era muy bromista y desvergonzado tenía cierto aire inocente. Dos, el muchacho siempre se metía en problemas, de una u otra manera, a veces genuinamente sin querer. Tres, cuando Duo sonreía pero tenía una gran vena pulsando en la cien, era mejor correr por sus vidas.

Wufei, siendo ignorante de estas no tuvo tiempo de reaccionar.

¡SPLASH!

- ¡Duo! – grito indignado y completamente empapado.

- ¡Eso te sacas por graciosito! – grito sin arrepentirse el muchacho - ¡Y tu Hilde, cuídate que no creas que te salvas por ser mujer!

La chica en cuestión trato de hacer su mejor carita de “Yo no hice nada” pero el trenzado no se la tragaba.

Soltando un bufido, Duo la paso de largo, deteniéndose junto a Quatre, quien trato de hacerse invisible... sin lograrlo.

- Y tu... – hablo el chico, solo con el suficiente volumen para que el rubio escuchara – ya verás cuando le diga a Iria quien fue el que le dijo a su novio sobre los votos de las mujeres en Arabia.

- Pero... yo no hice nada – trato de defenderse el árabe, pero al ver la mirada de Duo sabía que era una causa perdida.

- ¡Ja! Esa carita inocente no sirve conmigo, te conozco mosco... y sabías del plan, así es que eres cómplice. – y sin mas siguió su camino, Heero aun tras él, luciendo cada vez mas aburrido.

Quatre suspiro y viendo como Hilde ayudaba a Wufei a salir del río decidió desquitarse.

¡SPLASH!

- ¡¡Quatre!! – chillo sorprendida la muchacha.

- ¡¿Winner?!

Quatre hizo un puchero, como si no acabase de aventar a Hilde y hecho que Wufei volviera a caer.

- Miren en lo que me metieron – se quejo y volvió a suspirar.

- - -

- Eso fue humillante.

- Creo que exageras.

- ¿Es que acaso me saliste exhibicionista?

- No, pero no me gusta hacer drama de todo. Lo que paso pasó. – dijo tranquilamente Heero sin siquiera despegar la vista del camino por un segundo.

- Que fácil para ti... – mascullo el trenzado.

Sin ánimos para seguir viendo los juegos, Duo decidió regresarse a su casa... o mas bien a la de Heero.

Lo que mas le había molestado a Duo no era lo que habían hecho sus amigos... si no que él casi deja que suceda así nomás. Y dejar que Heero lo besara como si fuera la cosa más natural del mundo.

"Bueno... él es tu prometido." defendió una vocecita en su cabeza. Duo bufo.

Y así cuando Duo y Heero llegaron a la casa y Kaori les pregunto como les había ido, la mujer sonrió con satisfacción al ver como ambos jóvenes se sonrojaban un color rojo escarlata...



Notas de Arkady:

Ay Dios, yo creí que lo de Trowa había sido muy obvio, pero la mayoría de ustedes se sorprendió... ósea que soy mas sutil de lo que creía... mm...

Este capitulo fue largo... ¿Por qué tan largo? Bueno, pues porque al capítulo pasado le había cortado una parte (lo de antes de la feria) y la tuve que poner en este episodio. Lo peor de todo es que yo ya quería sacar al chico con quien Quatre habla al principio de este capitulo, pero no se pudo y las cosas ya se me explayan. Quien fuera a pensar que se debía de terminar el fic ya en este episodio...

Tratare de escribir mas rápido, pero tomen en cuenta que estoy en la Uni y aunque parece fácil no lo es tanto.

Anuncio: Por cierto, aun es pronto para anunciar esto pero si tienen preguntas que desean saber del fic, mándenlas a mi correo (o dejen un review, dependiendo del caso) porque al final de "¡¿Me QUE?!" va a haber un FAQ y quisiera ir avanzándolo

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).