Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¿Me QUE?! por Arkady Nekozukii

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Episodio 7: Celos. El pasado de Duo-kun.



- Duo. Tanto tiempo. – dijo el joven.

Los ojos de Duo se abrieron enormemente.

- ¡Fa-Farid! – exclamo el trenzado, tirando sus libros y las demás cosas que traía en brazos debido al shock.

El chico lanzo una sonrisa arrogante.

- Vaya que has crecido...

A su lado, Hilde abrió la boca, completamente sorprendida al reconocer al joven mientras Quatre desviaba la mirada. Observando todo esto, Heero levanto una ceja.

- ¿Quién es él Duo? – pregunto en un tono inquisitivo, pero su prometido seguía congelado.

Farid, habiéndolo escuchado fácilmente, volteo a verlo de arriba abajo.

- Tú debes ser ese tal Heero... – murmuro despectivamente y el ojiazul frunció el ceño - ¿No has oído de mí? – pregunto con burla. - ¿Acaso no te ha dicho Duo?

- ¿Decirme que? – pregunto entornando los ojos amenazadoramente.

Duo, quien había salido de su shock, se lanzo repentinamente hacia Farid, quien lo atrapo, sorprendido.

- ¡Farid! – repitió el trenzado, esta vez con una gran sonrisa. - ¡Jajaja! ¡¡Cuánto tiempo sin verte!!

Farid correspondió el abrazo, sonriendo de nuevo, pero esta vez sin burla, más bien con cariño.

- Mi niño, no sabes cuanto te extrañe – le murmuro al oído.

- ¡Farid! – saludo a su vez Hilde una vez que los chicos ya se habían separado. Ella también lo abrazo, pero mas recatadamente. - ¡¿Dónde te habías metido?! Ay, si serás animal... mira que irte así nada mas, sin decirle nada a nadie.

- Lo siento Hilde... pero es que surgieron varios problemas en casa y tuve que volver de improviso... créeme que de no ser así me hubiera despedido de todos.

Las tres comenzaron a charlar animadamente, Duo y Hilde ignorando por completo a Heero. Quatre suspiro mentalmente, notando como Heero apretaba los libros fuertemente contra si, claramente molesto si bien por su rostro no pasaba emoción alguna.

"Ay Farid, pienso que hubiera sido mejor que te quedaras en nuestro país..." opino con tristeza el muchacho.

- ¤ -

- ¿Cómo que ya no iremos? – se sorprendió Duo cuando entraron a su casa.

Apenas iba a avisarle a su padre que saldrían (su papá se había quedado resolviendo unos asuntos que quedaron pendientes de su viaje y se encontraba esa tarde ahí) cuando Heero le dijo que siempre no irían a la tienda.

- ¿Por qué? – pregunto el trenzado

- Pues porque se me quitaron las ganas – farfullo el otro, malhumorado.

"¿Y a este ahora que le pasa?" pensó el despistado muchacho, notando claramente el enfado del ojiazul.

- No te preocupes. – trato de tranquilizarlo – Si no puedes salir, puedo ir a ayudarle a Farid con la mudanza. Después de todo el pobre ha de estar batallando por su cuenta.

Heero bufo, molesto.

- ¡Haz lo que quieras! – y sin mas salió, dando un azotón.

- ¿Esta todo bien hijo? – pregunto Chris desde el piso superior.

- ¡Si papá! – exclamo Duo mientras por dentro pensaba "Todo bien, excepto que tengo un sicótico japonés como prometido." suspiro mentalmente.

No entendía nada. Heero se había estado comportando muy extraño desde que salieron de la escuela. Parecía mas frío que de costumbre y también lucía enfadado por algo, pero cuando le pregunto el ojiazul solo se enfado mas.

"Realmente no lo comprendo" pensó sumido en confusión Duo.

Con un suspiro, subió a avisarle a su papá que iría a ayudar a Farid con sus cosas.

- ¤ -

Encontrar a Heero sentado frente a la computadora, tecleando velozmente con una mirada intensa, podría ser lo que la mayoría de la gente consideraría una cosa 'normal'.

Lastima para Heero que Kaori no era la mayoría de la gente.

"Para empezar" razono la mujer "Heero nunca usa su teclado como si quisiera romper las teclas."

- ¿Qué te sucede, hijo? – dijo colocándose al lado del muchacho.

Heero frunció el ceño, apenas y dirigiéndole una mirada de soslayo.

- Nada, Madre. – murmuro, prosiguiendo atentamente.

"Necio" pensó Kaori, notando que pese a tener los ojos pegados al monitor, su hijo no estaba concentrado en lo que hacia.

- ¿Sucedió algo con Duo-kun? – pregunto directamente su madre. Heero se detuvo completamente.

- Madre... – advirtió entre dientes. Cuando el chico tenía problemas, odiaba que se metieran en ellos. Él siempre había sido muy responsable con sus asuntos, demasiado independiente podría decirse, incluso desde pequeño. Eso era algo que Kaori respetaba.

Excepto cuando era algo que tenía que ver con los sentimientos de su muchacho. Su hijo era casi un inepto en ese aspecto y simplemente ignoraba el problema hasta que desaparecía o empeoraba al grado de lo irreparable. En definitiva la mujer no quería que eso sucediera en este caso.

- Puedo ver que estás molesto – comenzó a hablar ella, ignorando la mirada homicida que destellaba de esos ojos azules tan parecidos y a la vez no, a los suyos. – Y Duo-kun no esta en su casa. ¿Acaso también esta molesto?

Heero bajo la mirada hacia sus manos que se encontraban en el teclado, sus ojos ahora llenos de frustración.

- No – admitió después de un largo silencio.

- ¿Pero tu si lo estas?

- No es exactamente molestia... – murmuro Heero. – No contra Duo... o no por completo.

- Hijo si no me dices lo que ocurre, no podré ayudarte.

- En realidad desearía que no se metiera, Madre – declaro Heero, levantándose de su asiento y avisando antes de salir – Iré a dar un paseo.

Viéndose sola en la casa, Kaori lanzo un pesado suspiro.

- Eres tan parecido a tu padre, Heero.... – murmuro con una sonrisita que no tenía ni una pizca de humor en ella - Ambos son unos idiotas.

- ¤ -

- Me sorprende lo rápido que terminaste – comento Duo, sentado en el piso frente al televisor y con el control del consolador en sus manos. – Digo, hace poco que llegaste.

- Nah, no traje muchas cosas así es que no fue tardado – respondió con ligereza el chico a su lado, con el otro control. – Grr, veo que sigues siendo igual de bueno con estas cosas, mi niño.

- ¡Claro! – fue la entusiasta respuesta – No he dejado de practicar. Y ya sabes que aunque a Q no le gusten tanto estos juegos, Hilde los adora y de vez en cuando molestamos a Wufei para que juegue con nosotros.

- Y ese nuevo amigo suyo... ¿a él también le gustan estos juegos? – pregunto, mirando de soslayo a su acompañante.

- ¿A Heero? – contesto distraídamente el trenzado – No, si juega, pero prefiere los juegos RPG, no estos de pelea. Pero lo suyo son las máquinas... bueno, la computadora mas que nada. Si vieras que no se despega de ahí... – suspiro frustrado.

- ¿Hace mucho que lo conoces? – siguió cuestionando Farid, mas concentrado en Duo que en el juego frente a él.

- No, no realmente. – fue el murmuro del muchacho, quien en esos momentos trataba de hacer un combo – Se acaba de mudar de Japón hace poco. Su mamá es amiga de mi papá de hace mucho, por parte de ellos nos conocimos nosotros.

"Y claro, porque nos comprometieron" gruño interiormente Duo, pero no menciono nada de ello a Farid.

- Ah, ya veo – fue todo lo que dijo el árabe.

- ¡JA! – grito triunfalmente el trenzado - ¡Te gane!

Farid rodó los ojos.

"Duo, definitivamente no has cambiado" luego de este pensamiento sonrió suavemente. "Y también sigues siendo... tremendamente inocente."

- Si, ya te escuche – corto finalmente los gritos de victoria del otro – Oye, ¿quieres ir al cine? – pregunto casualmente, lanzándole un mirada ladina.

- ¿Uh? – se interrumpió Duo en su baile de victoria - ¡Claro! – acepto de inmediato, no notando la mirada que le había echado Farid. - ¡Andando!

Farid simplemente asintió.

- ¤ -

- No sabía que por el parque hubiera esta clase de lugares.

- Si... Rashid vende libros muy buenos y muy difíciles de encontrar, pero como no puede traer muchas copias en un solo viaje no ha puesto una tienda propia.

- Hmm.



Quatre le había mostrado a Trowa una de sus tiendas favoritas y el otro había quedado sorprendido por los libros tan interesantes que se encontraban en ella. Pero lo que también lo había sorprendido era como casi todas las personas de los puestos aledaños parecían conocer a Quatre y tenerle mucho cariño. Mientras el rubio había estado revisando una sección de libros, Kurama Rashid le habia explicado que desde que el chico era un niño le habían gustado los libros y se la pasaba de tienda en tienda viendo los libros con adoración. Su padre no siempre le podía comprar la cantidad de libros que el chico quería, por lo que con el tiempo y ya encariñados, los dueños de algunas (entre ellos el mismo Rashid) tiendas le prestaban su mercancía antes de venderla. El rubio, agradecido, muchas veces les ayudaba en lo que podía.



"Vaya que las apariencias engañan" medito Trowa, mientras observaba a Quatre de soslayo. "Y yo que pensaba que era un jovencito mimado que no hacia nada por si mismo y al que le cumplían todos su caprichos... de verdad que lo juzgue mal"

- Pero pese a que su apariencia es hostil, Rashid es un ser que odia los conflictos – siguió hablando el árabe.

Ambos siguieron caminando y charlando animadamente (o más bien, Quatre hablaba y Trowa escuchaba y comentaba de vez en cuando) pero Trowa se le quedo viendo extrañado a su acompañante cuando este se quedo parado con la mirada fija frente a ellos y la boca abierta.

- ¿Qué sucede? – cuestiono ligeramente preocupado.

El rubio parpadeo y le sonrió contrariado.

- Lo siento – se disculpo de inmediato – Me pareció ver a alguien, pero de seguro me equivoque. ¡Ah! – exclamo de pronto, juntando ambas manos – Por aquí hay una tienda que vende helados deliciosos. Vamos, te invito – insito el chico, emprendiendo de inmediato el camino hacia mencionado lugar.

Con un parpadeo extrañado, Trowa asintió y lo siguió.

Por su parte Quatre escondió su preocupación bajo una sonrisa.

"Ay Farid, te estas metiendo donde no te buscan" se lamento a si mismo.

Porque, pese a lo dicho a Trowa y a sus propias suposiciones de que Duo pasaría la tarde con Heero, Quatre estaba segurísimo de a quienes había visto entrar al cine sonriendo y extremadamente juntos eran nada mas y nada menos a Farid y a Duo.

"Y espero que tu sepas lo que esta sucediendo, Duo"

- ¤ -

Ya algo entrada la noche, Duo y Farid finalmente regresaban a casa del primero, caminando lentamente y platicando sobre viejos tiempos o cosas nuevas e interesantes que les hubieran pasado en el tiempo de no verse.

Pero Farid se interrumpió frente a la puerta del trenzado al sentir una fuerte mirada sobre ellos y volvió el rostro para ver de donde procedía. Con algo de diversión descubrió que era Heero, quien los veía con ojos entornados desde una de las ventanas de su casa y expresión de pocos amigos. Viéndolo con una sonrisa burlona, Farid se volvió hacia Duo y suavizo su sonrisa.

- Gracias por venir a visitarme – dijo, inclinándose y depositando un beso en la mejilla de Duo, peligrosamente cerca de los labios del chico.

"Quien sabe" pensó maliciosamente Farid "Tal vez desde esa distancia parece que si se lo di en la boca"

- Me divertí mucho – agrego el árabe con una sonrisa.

Duo parpadeo, pero sonrió de todos modos, luciendo solo un tanto sorprendido.

- Gracias Farid, yo también la pase de pelos. ¡Como en los viejos tiempos! – declaro, riendo – Espero verte pronto. ¡Bye!

- Nos vemos, Duo.

"Si no haces algo pronto Heero, me temo que recuperare a Duo fácilmente" medito con una sonrisita Farid, mirando hacia la dirección del japonés.

Heero lo fulmino con la mirada antes de cerrar las cortinas violentamente.

- ¤ -

- Pero... ¿porque? ¿Por qué te vas Farid? – cuestiono con voz quebrada Duo.

Farid sonrió con esfuerzo, sus ojos tristes.

- Lo siento Duo... pero mi padre me pide que vuelva a hacerme cargo de unos problemas que han surgido. Mi presencia es necesaria y.... papá quiere que vaya pensando en alguien para que sea mi futura esposa.

Los ojos amatistas reflejaron el dolor que el joven trenzado sentía al escuchar esas palabras.

- Pero... yo creía que me amabas. – susurro con tristeza.

- ¡Y así es! – exclamo con desesperación el otro – Pero entiéndelo, en estos momentos es mas importante esto. Y mi padre...

- Si, se cuanto respetas a tu padre.

Un silencio tenso descendió sobre ambos jóvenes.

- Te voy a extrañar. – sonrió el trenzado – Supongo que... aquí termina nuestra relación. – dijo con una sonrisa melancólica.

- Si... supongo – un suspiro. – Pero volveré... y cuando vuelva quiero que me recibas con una gran sonrisa y que seamos amigos. No quiero que me deseches de tu vida para siempre. Por favor Duo....

- Por su puesto... – acepto el otro, aunque sus palabras sonaban tan heridas.....



- Pero.... eso fue en el pasado. – murmuro Farid mientras llegaba a su casa y cerraba lentamente la puerta – No permitiré que algo así vuelva a suceder. Nada me separara de ti... Duo

- ¤ -

"¿Hice algo malo?" se angustio Duo mientras veía frente a él a dos rayos láser – cortesía de la mortal mirada que le estaba lanzando un Heero Yuy.

Heero había estado de un pésimo humor cuando se despidieron el día anterior. Duo había decidido no molestarlo y en su lugar ir con Farid, a quien después de todo hace mucho que no veía. Además creyó que eso le daba tiempo a Heero para calmar su mal genio.

Aparentemente esa suposición no pudo ser más incorrecta. Apenas abría la puerta para recibirlo y se encontraba con una oscura, furiosa, intimidante y definitivamente mortal mirada. El chico jamás había visto tal expresión en esos ojos azules. Es decir, claro, su prometido tenía una manera intensa de ver a las personas que le desagradaban, pero nunca los miraba de esta manera.

"¿Porque esta tan molesto?" siguió sin comprender el trenzado.

- ¿Ya estas listo? – pregunto bruscamente el chico.

- S-Si – tartamudeo Duo, no creyendo conveniente el decir que aun no había desayunado.

- Pues date prisa. – y diciendo esto se dio media vuelta.

"No lo entiendo"

Y con un pesado suspiro, Duo lo siguió.

- ¤ -

- Buenos días Hilde.

- Buenos días, Quatre. – saludo felizmente la chica, pero al no notar a su trenzado amigo junto al rubio, volteo a ver al árabe con ojos cuestionantes.

Comprendiendo la mirada, Quatre se encogió de hombros.

- Me dijo que tenía demasiada hambre y que se iba a volar esta clase. Le pregunte si no había desayunado, pero solo gruño cosas sin sentido

- Pues si que es raro – murmuro la chica.

Ambos jóvenes fueron a sentarse a unas gradas del gimnasio mientras el otro grupo terminaba con su clase de educación física. Dorothy los vio y se acerco hacia ellos, sentandose finalmente a su lado y sonriéndoles de manera curiosa.

- ¿Quién era ese chico que los esperaba a la salida ayer?

- ¿Nos viste?

- Toda la escuela los vio – declaro, rodando los ojos – El chico llamo la atención desde antes de que salieran ustedes.

- ¿Farid llamo la atención? – pregunto Quatre.

- Es un chico muy guapo – señalo Dorothy.

- Sip – acepto Hilde.

- Eso no importa, es gay. – anunció Quatre.

- Eso no le quita lo guapo – comento la rubia, mientras Hilde parpadeaba sorprendida, murmurando un “¿En serio?” para si misma. - De cualquier manera, ¿cómo conocen a ese tal Farid? – pregunto Dorothy con curiosidad.

- ¡Farid era nuestro amigo! – informo felizmente Hilde, ignorando de momento la información que acababa de aprender de su viejo amigo – Pese a ser mayor que todos, Farid siempre se la pasaba con nosotros. Era genial poder decir que nos juntábamos con un chico mayor, nos hacia ver mas maduros, supongo. – la chica rió – Y como apenas teníamos catorce, eso nos importaba mucho. Queríamos lucir más "maduros".

- Pero un día desapareció sin dejar rastro... nunca supimos que había pasado en realidad. Del único del que se despidió con algo de premura fue de Duo.

- ¿Duo? – cuestiono la rubia - ¿Y porque de Duo?

Hilde se encogió de hombros, no sabiendo la respuesta. Sin embargo Quatre suspiro.

- Pues... porque Duo era su novio.

- ¡¿Queee?! – exclamo Hilde, genuinamente sorprendida. Dorothy parpadeo varias veces.

- Esa no me la esperaba – comento la chica.

- ¿Por qué no me lo dijeron? – dijo Hilde, tremendamente dolida.

Quatre meneo la cabeza.

- No me reclames nada, yo tampoco sabía, Duo no le dijo nada a nadie. Me entere por labios de Farid cuando regreso.

- Pero si tú casi no hablaste con él. – dudo la chica y ahora que lo pensaba su amigo no le había dirigido la palabra al chico de ojo ámbar.

- Farid llego desde hace unos días... fue a mi casa a pedirme ayuda para reconquistar a Duo. Parece que cuando llego de Arabia vino directamente a la escuela y escucho sobre el compromiso de Duo con Heero... Farid piensa que ambos están comprometidos por decisión propia, no sabe que los obligaron sus padres – Quatre suspiro – Y la verdad yo no quise desmentirlo. Pienso que es mejor que eso quede en el pasado, ahora Duo esta contento.

- Quizás, pero velo de este modo – razono Dorothy – Duo y Heero odian su compromiso, si ese chico llamado Farid conquista a Duo, entonces ya tiene una excusa mas valida que no darle una prueba al compromiso. Pueden afirmar sinceramente que lo intentaron, no funciono y Duo ya tiene pareja. Sería perfecto, ¿no creen?

- Tal vez tengas razón... – comenzó a decir Hilde, algo dudosa, pero a su lado Quatre negó con la cabeza rápidamente.

- No, si Duo y Farid vuelven a ser novios, al final Duo sufrirá. – el chico las miro con tristeza – El padre de Farid es musulmán... y según sus costumbres no solo el homosexualismo es fuertemente reprobable, sino que además por venir de una familia tan prestigiosa tiene la obligación de dar un heredero. Cosa que con Duo obviamente no puede hacer...

- ¿Si es así porque demonios dice que lo quiere reconquistar? – exigió saber Hilde

- Porque dice amarlo – susurro Quatre – Pero... de solo recordar el estado tan miserable en el que quedo Duo cuando se marcho Farid para no desobedecer a su padre... no puedo sino dudarlo seriamente.

- Ya veo – suspiro la chica.

- Es una telenovela – murmuro la rubia – Aun así, la decisión final no será mas que de Duo.

- Cierto – asintieron los otros.

Y desde debajo de las gradas, donde había escuchado toda la conversación, Heero apretó los puños con furia...



Notas del Autor:

Mi compu murió trágicamente un sábado de diciembre. En la casa no pudimos conseguir otra hasta apenas hace una semana y pese a ello faltaba armarla, configurarla, instalarle un sistema operativo, etc, etc.

Pero ya estoy de regreso, con mas energía que nunca, así es que pueden estar atentos nuevamente para ver actualizaciones de este fic.

Cosas del fic:

¡Se acerca el final! Y si, me mantendré firme por mucho que reclamen: el fic se termina en el capitulo 10. Mil disculpas pero tengo que hacerlo de esta manera o nunca completare ninguna de las cosas que tengo pensado escribir


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).