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7 minutos en el paraiso por lovelessusagui

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Notas del capitulo:

Hola, es mi primer fic y espero les guste y lo disfruten.

Eisheth gracias por el apoyo al hacer el fic y por tus consejos (hasta el ultimo me sirvio), espero que el fic sea de tu agrado.

Claro antes de que lo olvide Kuroshitsuji y sus personajes no me pertenecen a mi si no a Yana Toboso

Los pensamientos están entre comillas

Era jueves por la tarde Ciel había salido con Alois a hacer compras que le parecieron extraños a el joven Phantomhive ya que todo parecía que era preparativos para una fiesta, pero claro no podía ser eso ya que de ser así Alois le hubiera pedido ayuda, sin embargo la duda lo carcomía, por lo que se aventuró a preguntar el porqué de aquellas compras tan apresuradas.

     - Oye Alois ¿Por qué compras tantas cosas innecesarias? – dijo Ciel en un tono un poco molesto por todas las bolsas y cajas que estaba cargando.

     - No es obvio, voy a tener una fiesta mañana, así que era necesario hacer las compras hoy – El rubio chico no se tomó la molestia en voltear a ver a su amigo, simplemente siguió caminando.

     - ¿Y por qué demonios no me pediste ayuda con eso? - Ciel estaba realmente molesto, ¿Acaso su amigo lo estaba ignorando? Sabía que Alois estaba saliendo con un hombre y que además de ser hombre era mucho mayor que ellos, sin embargo eso importaba poco, ya que ese hecho le había devuelto cierta alegría a su amigo después de que se enterara que era hijo adoptivo de los Trancy, pero sentía que desde que salía con ese tipo de alguna forma no era el mismo Alois que conoció.

     - Enserio Ciel no estas prestando atención ¿Verdad?, eres… - Alois paro de golpe y se dio la vuelta para ver a su amigo- Mmm, como decirlo… eres aburrido, serio, formal, no es que no me gusten tus fiestas pero jamás me he divertido en ninguna de ellas, así que esta vez se hará a mi modo ¿Te parece?- volvió a darle la espalda a Ciel y justo cuando Ciel iba a hacer su réplica Alois hablo – Pero que seas aburrido, serio y formal no quiere decir que no estés invitado a la fiesta, así que no te hagas ideas equivocadas –  hay estaba de nuevo esa actitud  tan rara que antes no existía en Alois.

Ciel decidió no hacer más comentarios respecto a fiesta o la nueva y extraña actitud del rubio, así que se mantuvo callado y pensando en cosas que tendría que hacer ese fin de semana.

Las clases del viernes pasaron sin nada sobresaliente a excepción de que al final de la clase de historia Alois había sido llamado por el profesor Faustus, Ciel pensaba “seguro el trabajo que entrego Alois era malo y lo está regañando y diciéndole que se esfuerce un poco más”

 Sin darle mucha importancia a eso Ciel se dirigió a la salida de aquel elegante colegio, se sentía un poco cansado y deseaba llegar a su hogar para descansar un rato.

Tan metido en sus pensamientos se encontraba el pequeño Phantomhive que no se percató que Alois estaba corriendo a toda velocidad hacia donde se encontraba él, salto a su espalda y lo abrazo gritando el nombre de su amigo, era extraña esa actitud de Alois pues tenía  meses que no lo acosaba de esa manera, no es que le agradara ser acosado por Alois, pero ese era un signo irrefutable de que estaba de un expedido humor.

     - ¡¡¡Cieeeeeeeeel!!! – grito el rubio en el oído de su amigo, sin importarle la mirada de enojo que este le estaba mostrando.

     Qué demonios te pasa Alois, no puedes ir por la vida saltando sobre la gente y de paso destruirle el tímpano, ¿Acaso eres idiota para hacer algo así? – Ciel estaba enojado, además de que el peso de Alois sobre su delicado cuerpo era demasiado y en cualquier momento caería al suelo, el grito casi lo deja sordo y el cansancio lo ponía de un humor aún más indeseable.

     - ¡Vez!, una cosa más que se agrega a la lista del señorito Phantomhive, aburrido, serio, formal y amargado – mientras decía estas palabras Alois seguía montado en la espalda de Ciel e inflando sus mejillas, cual chiquillo haciendo berrinche.

     - Con un demonio Alois que no entiendes que te bajes de mí, ¡idiota! nos vamos a cae… – Ciel no tuvo oportunidad de terminar la oración, cuando ya se encontraban en el suelo con Alois sobre de el presionando su estómago haciendo que se le dificultara respirar.

      - ¡Quítate de mí imbécil, me estás haciendo daño! – reclamaba el oji-azul empujando con todas sus fuerzas a el chico encima de él.

      - Lo lamento mucho, es que si no te detenía te ibas a ir a tu casa y no estarías conmigo en la fiesta que voy a dar hoy.

      - ¡Pues claro que no voy a estar!, es más ni tenía planeado ir a tu estúpida fiesta – Ciel recitaba esta oración si la más mínima compasión por los sentimientos de su amigo e importándole poco el que pudiera herirlo, o por lo menos eso es lo que quería aparentar ya no en realidad no quería herir a su amigo, además de que sentía que si iba estaría fuera de lugar, no sabía exactamente que personas iban a ir o como se tenía que vestir, incluso desconocía el lugar donde se llevaría a cabo la dichosa fiesta de Alois

     - Sé que estas mintiendo, ayer te molestaste porque no te pedí ayuda para hacer los preparativos de la fiesta, así que deja de ser tan inmaduro y vámonos – Alois tomo la mano de Ciel y corrió con todas sus fuerzas, su casa no se encontraba muy lejos del colegio y será más fácil retener a Ciel en aquel lugar, todo iba saliendo de acuerdo al plan.

     - Diablos Alois, sabes que tengo asma porque demonios me haces corre de esta manera, me pudo dar un ataque mientras corríamos y no traigo el inhalador, si eso hubiera pasado dime ¿Qué habrías hecho? – Ciel estaba recostado en el suelo ya llevaba ahí cerca de 15 minutos, que fue el tiempo que le tomo recobrar el aire  antes de reprender a su muy descuidado amigo.

     - Es bueno que hagas ejercicio, por eso tienes ese cuerpo tan delicado y esa salud tan frágil, no pasas mucho tiempo al aire libre, pero eso no importa en este momento, es mejor que te prepares para la fiesta que comienza dentro de poco.

    - ¿¡Qué!? – Ciel estaba sorprendido ¿De verdad lo iba a obligar a ir a la dichosa fiesta?- Alois de verdad que tú tienes el cerebro del tamaño de un maní, acaso no te das cuenta que solo traigo el uniforme, ¡cómo demonios pretendes que me arregle si no tengo ropa! – a Ciel le quedaba muy poco de paciencia, estaba a punto de explotar sin piedad alguna.

     - No te preocupes por eso, e previsto todo aquí tienes una muda de ropa, la han traído de tu casa a petición mía – Se dio vuelta y de un armario saco un traje que era de color azul con un listón negro para el cuello.

Ciel estaba frio, es decir que hasta sus padres sabían de la fiesta, como era posible que el único ignorante de este hecho fuese él, se sentía traicionado, nadie había mencionado nada en su casa ni siquiera Tanaka que lo consideraba como su abuelo.

Estando sumido es sus pensamientos Ciel de una manera mecánica se había cambiado la ropa y Alois había tomado si mano para dirigirse al gran salón, en cuanto Ciel estuvo consciente de sus actos vio un salón adornado muy sofisticadamente, un candelabro en medio del salón y mesas en varias partes del salón con aperitivos y bebidas, tal como le gustaba a él y observo que también estaban todos sus compañeros de clase y algunos hijos de socios de las empresas de su padre.

     - Sabes Ciel, puedes ser muy listo, culto y diplomático pero eso no te quita lo despistado, ¿Sabes que día es hoy?- pregunto Alois con una gran sonrisa y expectación en el rostro.

     - Es … - Ciel estaba realmente admirado no tenía idea en que día estaba viviendo, sabía que el próximo lunes iniciarían los exámenes finales eso quería decir que el lunes seria 17 de diciembre  así que concluyo- Es 14 de diciembre.

     - Exacto, es 14 de diciembre Ciel, y ¿Qué se celebra el 14 de diciembre? –Alois estaba sorprendido de que Ciel no se diera cuenta de nada, pero eso no le importaba mucho, mientras en plan no fallara todo estaría perfecto.

     - Nada, ni siquiera es una fecha que tenga relevancia histórica, ahora me vas a decir porque demonios hiciste una fiesta por una insignificante fecha.

Alois quedo petrificado, era el colmo, cómo es posible que recordara todas las fechas de un libro de historia pero olvidara la fecha de su cumpleaños – ¡Ciel es tu cumpleaños, eso estamos celebrando!

Ciel abrió los ojos a mas no poder, era cierto se trataba de la fecha de su cumpleaños por eso es que su amigo se portaba tan cortante y distante, le estaba organizando una fiesta sorpresa, por eso ni sus padres le mencionaron la dichosa fiesta, aunque el llevarlo de compras y rebelar que era para una fiesta no fue muy listo de parte del rubio juguetón, sin embarco la poca importancia que Ciel le daba a la fecha de su nacimiento le ayudo mucho.

Ciel veía todo eso como algo extraño, nunca imagino que su rubio amigo hiciera eso, y no era la primera vez que pasaba un cumpleaños con el chico Phantomhive,  él rubio sabía que las fiestas no eran del agrado de Ciel, así que ¿Por qué tomarse la molestia de hacerlo ahora?

Ciel estaba recorriendo con la mirada todo el salón pensado en los motivos de Alois para hacer una fiesta y sobre todo en la casa del rubio, iba a reclamarle cuando de la nada vio que abrían la puerta del gran salón, curioso por saber quién sería esta vez, Ciel clavo sus azulinos ojos en ella y en ese instante creyó dejar de respirar.

Un hombre de imponente porte y estilizada figura cruzo la puerta, tenía unos ojos color rojo sangre y una mirada que podía helar a un volcán o encender un iceberg , sin embargo este hombre no tenía 14 años como sus demás compañeros de clase se veía más grande tal vez de unos 20 o 21 años y tenía cierto parecido con alguien, pero no lograba descifrar quien era esa persona, Alois al notar a quien estaba viendo fijamente Ciel sonrió de lado y se preparó para el siguiente paso.

Mientras Ciel contemplaba a él nuevo invitado, Alois camino un poco para atrás para tomar impulso y corrió con todas sus fuerza y grito el nombre de en chico recién llegado, tal como lo hizo con Ciel en la escuela.

     - ¡¡¡Seeebastiaaaaaaaaaaaaan!!- El rubio dio un brinco y salto a los brazos del recién llegado, el chico no hizo ningún tipo de expresión, ni de disgusto y mucho menos de alegría, sin embargo lo sostuvo en sus brazos tomando a Alois de las piernas para que no se callera, intercambiaron un par de palabras en esa posición y entonces el pelinegro bajo a Alois

Ciel por su parte no daba crédito a lo visto, entonces ese hombre el tal Sebastian era el amate de Alois, no lo podía creer, sentía como una opresión en el pecho al ver a su rubio amigo entre los brazos de aquel hombre, a pesar de no conocerlo lo había dejado prendado.

Alois se acercó a Ciel tomado de la mano de Sebastia el cual ya comenzaba a tener una cara de fastidio.

    - Mira Ciel, te presento a Sebastian Michaelis- Alois noto un rastro de tristeza en la mirada de Ciel, pero aún era muy pronto para revelar sus verdaderas intenciones así que prefirió callar y prosiguió – Sebastian este es el chico del cumpleaños, su nombre es Ciel Phantomhive hijo de Vincent y Rachel Phantomhive, futuro heredero de las empres…- Alois fue callado por la mano de Ciel que se posaba fuertemente sobre la boca del oji-celeste, pero al mismo tiempo tratando de no verse tan rudo ante los ojos de ese hombre.

    - Mucho gusto Señor Michaelis es un placer tenerlo en mi fiesta, siéntase libre de servirse lo que guste y diviértase por favor- Ciel se notaba algo nervioso y molesto al decir esta palabras- bueno si me disculpa un momento tengo algunos asuntos que tratar con el joven Trancy así que si nos permite no ausentaremos un momento- Tomo del brazo a Alois y lo dirigió al cuarto más cercano encerrándose.

    - Qué demonios te pasa Alois, como te atreves a traer a tu amante a mi fiesta de cumpleaños, ahora veo el motivo por el cual querías que la fiesta se hiciera en tu casa y no en la mía – Ciel estaba alterado y celoso, es que acaso no conocía el respeto, estaba casi seguro que su amigo desaparecería a mitad de la fiesta para hacer quien sabe cuántas cosas con ese tipo, era odioso, ¿Por qué tenía que ser el amante de Alois? No, porque él había osado posar sus ojos en aquel hombre.

    - Jajajajaja de verdad Ciel que eres muy perceptivo, pero esta vez te has equivocado ese hombre no es mi amante, aunque realmente me gustaría que lo fuera, lo has visto es toda una pieza de arte, pareciera que los mismo dioses lo moldearon con los más finos materiales – Alois notaba como al ir diciendo estas palabras el rostro de Ciel se relajaba y pudo observar cómo se formaba una pequeña sonrisa en el rostro del chico de azulina mirada.

Ciel no se creía del todo la explicación de Alois, si bien pudiera ser cierto que no eran amantes se notaba que eran muy cercanos, lo cual tampoco lo dejaba con un buen sabor de boca, incluso pudiera ser que si fueran amantes, pero por el reciente regaño de Ciel a Alois decidiera mentirle.

    - Está bien, solo trata de controlarte no se ve para nada bien que salte a los brazos de cualquier tipo que veas, ¿Entiendes?

    - Jajaja Ciel suenas como si estuvieras celoso, ¿Es que acaso no quieres que salte a los brazos de nade más que a los tuyos? – Alois lo dijo en un tono juguetón – O ¿En realidad quieres ser tú el que salte a los brazos de Sebastian? – se lo dijo susurrando en el oído de Ciel, en un tono que no pudo descifrar y que además dejo sin palabras al Phantomhive, estaba tan nervioso que incluso pequeñas gotas de sudor se asomaban en su frente.

    - Jajaja es broma Ciel no pongas esa cara, mejor vamos a la fiesta porque el anfitrión no puede estar ausente – salieron los dos chicos de aquella habitación, el corazón de Ciel aun latía demasiado rápido como para prestar atención a la fiesta, sin embargo se obligó a hacerlo, como había dicho Alois era el anfitrión y tenía que hacer frente a cualquier contratiempo.

Para suerte de Ciel la fiesta fue de lo más tranquila y en algunos momentos algo aburrida, sin embargo pudo notar que durante toda la fiesta Sebastian no se había movido de su lugar y siempre tenía los ojos sobre él, se sentía nervioso por aquella acción.

Después de tres horas de haber comenzado la fiesta la gran mayoría de los invitados se retiraron, quedando solo unos cuantos en el gran salón, por este hecho Alois decidió que sería más conveniente que se trasladaran a un lugar más pequeño como el salón de juegos.

Todos tomaron haciendo el algún lugar unos se sentaron en el suelo alfombrado, mientras que otros en los puff que había, Alois y Ciel se sentaron en unos puff que estaban juntos, mientras que Sebastián se había sentado en una esquina solitaria, una vez que estuvieron todo sentados solo había un silencio sepulcral hasta que alguien hablo.

    - Que les parece si jugamos 7 minutos en el paraíso- una chica de cabello negro y ojos grises hizo esa propuesta, ya que a Alois no se le ocurría nada para seguir con su plan tomo la idea de aquella compañera.

    - Estoy muy de acuerdo, que les parece si nos dividimos, de donde está la puerta hacia el centro del salón será un grupo y la otra mitad restante será otro grupo, pero hagamos un cambio para que sea más emocionante, ¿Les parece? – Alois tenía una sonrisa enorme, las cosas no le podían salir mejor.

Todos concordaron con la idea de Alois, así que se quedaron en silencio para saber cuáles serían las nuevas reglas impuestas.

    - Bien primero cada grupo escogerá a una persona para ir a este cuarto – mientras decía esto Alois abría un pequeño armario- el equipo contrario no debe de saber quién es el que entrara al armario además de eso, lo elegidos deben de ser vendados de los ojos, no sabrán ni ellos mismo con quien entraron al armario hasta que salgan de este ¿Les parece bien?

Era extraño pero al parecer aquellos chicos serios de la escuela desaparecían en cuanto salían de esta, Ciel aunque no le gustara la idea tuvo que respetar la decisión de los demás.

    - Bien entonces reúnanse en grupo y escojan a alguien, mientras yo iré a buscar algo para cubrir los ojos de los elegidos – dicho esto Alois se dirigió prestando mucha atención a el equipo contrario notando que Sebastian no participaba en el juego.

    - Sebastian, tú también tienes que jugar, aunque no te agrade la idea debes de hacerlo, aun eres parte de los invitados.

Sebastian que había estado callado toda la fiesta solo se paró y se acercó al grupo que estaba reunido, casi en un susurro dijo – No se preocupen yo me ofrezco, estoy seguro señoritas que este sería su primer beso, es mejor no desperdiciarlo en vano ¿No les parece?

Toda las chicas se sonrojaron al ver la seductora sonrisa de Sebastian, mientras que Alois a lo lejos veía como Sebastian ere elegido, tomo un par de vendas que estaba en el armario y se dirigió al grupo contrario, les entrego una y regreso con su equipo, este discutían porque aún no se ponían de acuerdo quien sería el que entrara a el armario.

    - Deje de discutir, es más que obvio que quien tiene que entrar al armario es Ciel, en honor a él se hizo la fiesta, y por ser su cumpleaños tiene el derecho él ser el primero – ni bien habia finalizado de decir esto cuando Alois agacho a Ciel y le coloco la venda – Recuerden que ellos no deben de saber quién entrara al armario.

    - Estamos listos – grito Alois

    - Nosotros también- gritaron las chicas del otro lado del salón.

    - Bien entonces llevemos a los elegidos al armario – esas fueron las ultimas indicaciones que Ciel escucho de Alois, después de eso solo pudo oír la puerta del armario cerrándose.

Ciel tenía una idea, hablaría con la persona que estaba en el armario junto con él y así no tendría que besar a nadie, sin embargo sus planes se vieron empañados cuando unas manos lo tomaron de la barbilla y sin permiso poso sus labios en los del tierno niño.

Ciel estaba anonadado,  esas manos eran demasiado grandes para ser las de una chica incluso mucho más grande que las de un chico de su edad, así que lo supo, supo quién estaba con él en el armario y deseaba besarlo pero la impresión había sido tal que no podía mover ni un musculo, además que por ser su primer beso no estaba seguro de si seria del agrado del mayor.

    - Relájate y todo saldrá bien – La voz sensual de Sebastian y su aliento chocando contra su oreja provocó que un escalofrío recorriera su espina dorsal, mientras que el solo asintió dejándose hacer por el mayor.

Esta al verse con el permiso de su pareja de armario bajo su boca hasta el cuello, era suave y tenía un olor dulce que lo embriagaba, lo beso completamente sus labios recorrían cada rincón de piel del cuello su lengua se paseaba libre por este, dejando un rastro húmedo a su paso y mientras hacía esto acercó más el cuerpo de su acompañante hacia el propio, era una sensación placentera para Sebastian, hacía mucho tiempo son sentía todas aquellas sensaciones en su cuerpo y no podía creer que alguien desconocido de 14 años lo hiciera sentir eso.

Sebastian pudo sentir como unos débiles brazos se aferraban a su cuello así que regreso a la boca de su acompañante, y cuando logro poner sus labios sobre los ajenos devoró sin piedad, aquella persona le estaba dando paso libre para que hiciera lo que quisiera con su cuerpo, así que metió la lengua a la cavidad ajena, tenía un sabor dulce igual que aquel terso cuello, busco la lengua ajena para jugar con ella al mismo tiempo que colaba sus manos por debajo de la ropa, tocando su espalda y subiendo lentamente hacia el pecho el cual era… ¿Plano?

¿Acaso era un chico el que se encontraba en el armario con Sebastian? Entonces seria aquel chico de mirada azulina y carácter orgulloso que lo había cautivado el que se encontraba con él en el armario, así lo deseaba Sebastian y con ese pensamiento prosiguió besando a aquel chico.

Sebastian no quería que esos 7 minutos terminaran, quería que fueran eternos, no le importaba que fuera un chico, no le importaba que fuera menor que él, incluso no le importaba que los demás oyeran o vieran algo, solo quería sentir eso por toda la eternidad, así que decidió volver a el cuello mientras que sus manos llegaban a los pequeños botones de Ciel el cual se dejó escapar un gemido - ¡¡ aah!!- mientras que Sebastián ponía todo su peso sobre él para recostarlo en el suelo.

Afuera todos estaba contando solo hacia falta 30 segundos para que la puerta del armario se abriera y aunque todos lo trataran de ignorar, había  escuchado muy claramente el gemino de alguien dentro del armario.

    - Se terminó el tiempo – Alois escucho esto inmediatamente tomo la delantera  a sus compañeros siendo el quien abriera la puerta. “1, 2 ,2 ,2 ,2 diablos no quiero abrí esa puerta… 3”

La puerta se abrió de golpe, la luz entro y los compañeros de armario fueron expuestos, pero de todas las posibilidades que pudo imaginar Alois esa era la más improbable, Ciel estaba recostado y encima tenía a Sebastian el cual con maestra ya había desabotonado la camisa del chico, exponiendo así su lechoso pecho con pequeñas marcas rojas.

Alois abrió los ojos como platos y cerro inmediatamente el armario, evitando así que sus compañeros vieran tal escena, sin embargo todos le exigían ver dentro del armario, tenía que pensar rápido alguna excusa para no abrirlo, sin embargo no fue necesario, unos golpes provenientes de adentro del armario fueron su salvación, cuando la abrió era Sebastian quien estaba cargando a Ciel cual princesa.

    - Mientras estábamos dentro del armario tratando de acomodarnos hice un movimiento brusco y lastime el tobillo del joven Phantomhive, creo que el armario es demasiado pequeño para mí – la excusa de Sebastian cubría el gemido emitido por Ciel y el hecho de que lo estuviera cargando

    - Qué pena, creo que no podremos seguir jugando chicos es mejor que se retiren – Alois decía esto llamando señalando la salida  – Sebastian ¿Puedes ayudarme a llevar a Ciel a su habitación?- Sebastian conocía a la perfección ese tono de voz, solo era una fingida preocupación,  los tres sabían que nada era cierto.

   - Claro, después de todo fue mi culpa que se lastimara- afirmo Sebastian

Los tres involucrados esperaron a que los invitados se retiraran y cuando el último de ellos se fue Sebastian bajo con la mayor delicadeza posible a Ciel, cuando Ciel estuvo devuelta en el suelo, se miraron los tres.

    - Bueno yo me voy a dormir, ha sido un día largo para mí, hasta mañana – Alois se despidió y subió inmediatamente a su habitación.

    - Bueno creo que será mejor que te acompañe a la salida – Ciel estaba muy avergonzado y sonrojado

Ambos se dirigieron a la salida de la casa de la mansión Trancy, durante el trayecto ninguno se dirigió la palabra, no era necesario.

    - Bueno creo que ya es tarde y yo también tengo que dormir, hasta mañana señor Michaelis y gracias por venir a la fiesta.

    - Sebastian

    - ¿Perdon?

    - Que me digas Sebastian, no me gusta eso de Señor Michaelis, me hace sentir viejo.

A ciel se le dibujo una sonrisa al oír esto  - Está bien, gracias por venir Sebastian, fue una agradable noche.

Ciel se dio la vuelta dejando a Sebastián en el portón principal de la mansión, pero en cuanto Sebastian pudo ver la espalda del niño lo tomo por la cintura, besándole nuca y haciendo que se volteara para poder saborear eso labios tan rojos como las manzanas.

En un movimiento rápido Sebastian levanto a Ciel y este por instinto enredo sus piernas en las cintura del oji-escarlata, lo recargo contra la pared y beso, fue de esos besos que te roban el aliento y aun así no te cansas de ellos, fue profundo y mucho mejor de lo que había sido el primero, sus lenguas se amoldaban perfectamente una a la otra, como si hubieran nacido para estar el uno con el otro.

Ciel fue el que corto el beso, sería demasiado imprudente de su parte seguir haciendo eso en la casa de su amigo.

    - Creo que es hora de que te vayas, no me malinterpretes es solo que ya es tarde y estoy seguro de que Alois sigue despierto esperándome.

    - Si, supongo que tienes razón, es mejor que me vaya, te veo después Ciel – y robándole un último beso se despidió del niño.

Ciel se dirigió a la habitación de Alois la cual Estaba en penumbras y el rubio completamente dormido, Ciel quito sus ropas de fiesta y se puso pijama para acostarse a dormir, a la mañana siguiente se despertó muy temprano y regreso a su casa.

Eran las 3 am y Ciel estudiaba para un examen de biología, sin embargo, sus recuerdos con Sebastian no lo dejaba prestar atención al libro, decidió que sería mejor dormir.

Estaba a punto de conciliar el sueño cuando un recuerdo lo volvió a invadir de nuevo, ¿Acaso Sebastian había dicho esa noche te veo luego? ¿Es decir que planeaba verlo otra vez? ¿Cómo demonios pretendía hacer eso?

Sebastian no tenía ningún dato de él, su única conexión era Alois, pero por lo que Alois le había dicho no lo veía mucho ya que el en realidad era el medio hermano del amante de Alois, además era un estudiante universitario, sería mejor que dejara de pensar en eso e intentara dormir.

La alarma sonó y casi mecánicamente Ciel se levantó se bañó y alisto para ir a la escuela, el día paso sin mayor contratiempo, a pesar del nulo estudio  de oji-azul el examen de biología no fue un problema, así se llegó el termino del día, justo en la salida Ciel se percató que había dejado un libro en el aula, así que regreso, pero cuál fue su sorpresa que al llegar a la puerta vio a Alois con el profesor de historia  Claude Faustus

    - Claude, espera aún están algunos alumnos el rededor y puedes tener problemas por hacer esto en la escuela ¡¡aah!!- un gemido salió de la boca del rubio, mientras que su profesor desabotonaba su uniforme y devoraba su cuello.

Ciel entonces unió las piezas, Sebastian era el medio hermano del profesor Faustus por eso es que tenia rasgos tan familiares, además por eso conocía a Alois, pero ¿Por qué había ido a su fiesta de cumpleaños? ¿Por qué era tan cercano a Alois? y ¿Su promesa de volverlo a ver? ¿Todo había sido dicho al calor del momento?

Ciel conmocionado por tanta información aglomerada en su cerebro camino hacia atrás sin fijarse que había alguien detrás de él y lo golpeo.

    - Lo siento estaba distraído y no lo vi – Ciel hizo una reverencia sin mirar al hombre que había golpeado

    - Pues yo si te vi, por eso es que vine hacia acá.

   - ¡Sebastián! ¿Qué se supones que haces aquí?

    - No te dije que te vería después- Sonoros gemidos comenzaron a salir del aula donde estaban Claude y Alois.

    - Si es cierto m-me lo dijiste, ¿Por qué no vamos por un helado? – Ciel tomo la mano de Sebastian y lo arrastro a la salida para que evitaran escuchar los gemidos impúdicos de Alois, Ciel se sentía de alguna manera avergonzado  por escuchar aquellos gemidos.

Caminaron hasta la heladería y cuando llegaron Ciel pidió su helado favorito, el de chocolate mientras Sebastian solo se dedicaba a ver a ese hermoso niño, Ciel rompió el silencio, aun había una pregunta sin contestar y le interesaba más que cualquiera.

    - Sebastia… ¿Por qué fuiste a la fiesta de cumpleaños que me organizo Alois?

    - Pues, la verdad es que todo fue idea de Claude, hace unas semanas mi novia Angela termino conmigo, eso me deprimió un poco así que a Claude se le ocurrió la brillante idea de que fuera a la fiesta que te organizaba Alois, y como pensé que no perdía nada fui, pero la verdad es que no me imagine que fuera una fiesta de niños de 14 años – Ciel se sentía menos preciado por la edad.

    - ¿Cuántos años tienes Sebastian?

    - 21 años, estudio literatura y lenguas muertas – Lo dijo tan seguro y orgulloso que dejo sin palabras a Ciel

Y así se terminó la conversación, mientras Ciel seguía degustando aquel delicioso helado, al terminar Ciel de comer el helado tenía una mancha de chocolate en la mejilla, así que para no desperdiciar la oportunidad Sebastian lamio sensualmente la mejilla de Ciel y le susurro al oído

    - Pero la verdad es que desde aquel primer beso entre nosotros solo puedo pensar en ti noche y día, las sensaciones que me causas, déjame demostrarte cuales son Ciel y déjame hacerte sentir eso mismo que yo siento- terminando de decir esto Sebastian beso el cuello de Ciel y este se estremeció, se levantaron de la mesa y se dirigieron al apartamento del pelinegro…

Lo que ahí paso, ya es otra historia…

 

Notas finales:

Si están leyendo esto es por que terminaron de leer mi fic, les agradezco a todas aquéllas personitas que se tomaron el tiempo para leerlo

Si crees que hay algo en el fic que esta mal o quieren hacer alguna observación, serán bienvenidos

Nuevamente gracias por leer.


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