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Dile al Amor por Ebth Terrible

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Notas del capitulo:

 

Hola, hola. Estoy de vuelta antes de lo que dije. En estos días he avanzado unos capítulos del fic y decidí publicar antes.

 

Antes de continuar quiero aclarar algo. Yo no soy hater de ningún personaje, simplemente sucede que en esta historia las ex-parejas de Sasuke lo han hecho sufrir por diferentes razones, no puedo colocar a todos como buenos, si fuera así Sasuke no habría acabado tan herido ¿no creen? Lamento si ofendo a alguno de sus personajes favoritos con esto pero es parte del fic.

 

El título del capítulo es por la canción y no porque Sasuke se va de vacaciones... Cuando se me acaben los pedacitos utilizables de la canción tendré que inventarme algo y eso me deja en desventaja...

 

Creo que eso es todo. Nos leemos en las notas de abajo.

 

 

 

 

Llevaba despierto alrededor de veinte minutos, se negaba a levantarse de la cama o siquiera a abrir los ojos, siempre era la misma historia, ¿es que acaso su cuerpo nunca le permitiría despertarse con la alarma? Finalmente escuchó el sonido proveniente de su anticuado despertador, resopló resignado y se levantó de la cama, colocó en ella la ropa que utilizaría y fue directo a tomar su ducha. Al regresar a su habitación con una toalla en la cintura y su cuerpo goteando por su reciente baño, se encontró con algo más que su vestuario sobre la cama.

 

 

— Itachi… — lo veía molesto, ya era una costumbre en él visitarlo cada mañana después de refrescar su cuerpo, pero aún así le parecía bastante extraño y acosador, especialmente porque se trataba de su hermano. — ¿Cuántas veces te he dicho que no irrumpas de esa forma en mi habitación? —

 

— ¿Y cuántas veces te he dicho yo que cada día te ves mejor que el anterior? — sentía la enferma mirada de su hermano detallando todo su cuerpo, un pequeño escalofrío le recorrió la espalda, sabía – o al menos esperaba – que su hermano hacía todo eso en broma, pero que bien actuaba el desgraciado.

 

— Las suficientes para que considere buscar trabajo y vivir por mi cuenta, muy lejos de ti — quizás exageraba, con la herencia de sus padres ambos podían tener una vida bastante cómoda sin necesidad de compartir casa o buscar trabajo, pero siendo ambos hermanos la única familia que tenían el vivir en el mismo lugar les daba la sensación confortable de un hogar. — Eso o quizás regresar a vivir con el tío Madara — sonrió de forma prepotente, empezó a secar su cuerpo y vestirse, no podía retrasarse de nuevo con Gaara.

 

— Oh… ¿en serio? ¿Estarías dispuesto a regresar a casa del tío y convivir con su esposa? — Al escuchar la última palabra sintió una enorme opresión en el pecho, hizo como si lo dicho por su hermano no le afectara y continuó arreglándose — porque si mi memoria no me falla fue esa la razón que nos trajo a vivir en este lugar — sabía que no lo decía con mala intención, él sólo buscaba que le dijera lo que quería escuchar, y como se le hacía tarde decidió darle gusto, por esa única ocasión…

 

— Eres un jodido Itachi, está bien, lo diré — tomó aire y cerró los ojos para llenarse de fuerzas, se sentó a un lado del mayor y le habló en un tono dulce que casi no utilizaba con su él — puedo mudarme, si quisiera lo haría, pero no lo hago porque eres mi hermano y me gusta vivir contigo — la sonrisa sincera en el rostro de su hermano le conmovió, así que finalizó en un susurro — además te quiero y nadie me consiente como tú — depositó un beso en su mejilla, sin  darle tiempo a que le contestara, se levantó casi corriendo, tomando sus maletas bajó directo a su auto, colocó su equipaje dentro de él, y de inmediato se puso en marcha hacia la casa de Gaara.

 

 

Los recuerdos le atacaron nuevamente, claro que recordaba la razón por la que su hermano y él habían dejado el lugar que los vio crecer, su tío Madara los acogió en su humilde mansión y los cuidó en ella  desde la muerte de sus padres, cuando él sólo contaba con cinco años de edad. Tampoco sería un desagradecido diciendo que abandonó ese lugar por malos tratos, le había dolido dejar al hombre que consideró su segundo padre, pero más le dolió lo que lo llevó a hacerlo.

 

— Esto no está bien por muchos motivos, aléjate de mí — escuchó la voz de su querido padre entre gemidos, se le hizo de lo más extraño, él era mayor de edad y esa situación no le escandalizaba, pero nunca en todo el tiempo que vivió con Madara lo había visto o escuchado con alguna mujer de ninguna forma, creía muerta la vida sexual de su tío, pues este no salía ni a comer con nadie, se dedicó en cuerpo y alma a cuidar de él y su hermano. Pegó su oído a la puerta del estudio para escuchar mejor.

 

—  Lo sé, ¿crees que no lo sé, uhn? — parpadeó confundido ¿esa era la voz de Deidara? No, seguramente escuchaba mal, el otro tipo también se escuchaba agitado, quizás era eso lo que lo confundía — nunca en mi vida había hecho algo así, pero desde que te conocí no hago otra cosa que no sea amarte más y más, uhn — sonrió enternecido porque alguien amara así a su tío, definitivamente merecía que le dedicaran esas palabras, ya le tocaba ser feliz en ese ámbito — cuando inicié mi relación con Sasuke creí que él era el indicado, pero luego te conocí y mi corazón te reconoció como su verdadero dueño, uhn — su sonrisa se borró de golpe, quedó perplejo unos segundos, y ni bien se repuso abrió la puerta de una patada encontrándose con lo que tanto temía… Su novio sentado de piernas abiertas sobre su tío, ambos con la ropa desarreglada, totalmente sonrojados y agitados, dedicándole la expresión más asustada y culpable que haya visto en toda su vida.

 

No quiso escuchar excusas ni disculpas, en cuanto sus piernas reaccionaron se fue corriendo a la habitación de su hermano, y refugiándose en sus brazos lloró durante horas mientras le contaba una y otra vez lo que había visto en el estudio de su tío, Itachi lo abrazaba y le besaba tiernamente en la frente para calmarlo, secando constantemente sus lágrimas. Esa misma noche le había suplicado que se mudaran, no quería volver a ver a su tío ni al rubio traidor en lo que le restaba de vida. Al día siguiente su hermano ya había conseguido una pequeña casa donde vivir y habló con Madara para que quedaran las cosas claras.

 

No le guardaba rencor a su ex-novio ni a su segundo padre, al ver lo feliz que el rubio hacía a su tío decidió perdonarlos, sólo por el afecto y agradecimiento que tenía hacia Madara, él nunca olvidaría todas las cosas buenas que este había hecho por él y por su hermano. Incluso fue a la boda que tuvieron el año siguiente a ese, pero por mucha felicidad que Deidara le diera a su tío, él tampoco podría olvidar  la forma en que ese feliz matrimonio había empezado, ni olvidaría las noches que lloró por la traición de dos de sus seres amados.

 

 

Llegó a la casa de Gaara por inercia, no se fijó por dónde iba, pues en el camino sólo pudo recordar su trágico pasado con uno de sus más grandes amores, se estacionó y tocó la bocina esperando que salieran su mejor amigo y el molesto novio del pelirrojo. No le sorprendió nada ver cómo a los treinta segundos salieron ambos, Gaara muy cómodamente, y Sai detrás de este con las maletas de ambos y un gesto de sufrimiento en el rostro. Sonrió levemente, era típico del Sabaku tratar a su novio como su sirviente personal después que pasaban la noche juntos, es decir, casi siempre.

 

 

— Te adelantaste tres minutos Sasuke — rodó los ojos, a Gaara nunca se le podía complacer con la hora, si uno no llegaba muy tarde llegaba muy pronto, un día de esos lanzaría a la basura el preciado reloj de su amigo, reloj que por cierto sólo el pelirrojo entendía.

 

— Recuérdame cómo es que puedes saber la hora con tanta precisión… — conocía la respuesta, sin embargo le gustaba escuchar la prepotencia de su querido amigo al decirla.

 

— Reloj de cuarzo suizo — el pelirrojo señalaba muy sero su reloj en la muñeca derecha, Sasuke sonrió, en la parte trasera el idiota se hacía un lío con el equipaje, lo observaron durante diez minutos hasta que a fin todo estaba en orden, Gaara se sentó en el lugar del copiloto, dejando solo a su novio en el asiento trasero. Los observó a ambos con una ceja alzada.

 

— Gaa-chan dice que me dio demasiado anoche, y que se niega a darte un show gratis durante el camino — contestó su cuasi-cuñado a su muda pregunta, suspiró entre agradecido y aburrido.

 

 

Estuvo conduciendo por horas desconectando su oído para no escuchar las tonterías y obscenidades que el estúpido ese le dedicaba a su amigo. A la mitad del camino hicieron una parada para desayunar y comprar lo que les hiciera falta, ya que lo que seguía de camino en la carretera se caracterizaba por estar desértico de cualquier tipo venta. Entró en el pequeño loca depositando en una canastilla de aluminio lo que consideró necesario, incluyo en esto bastantes pastillas para la migraña, observó a los otros dos ordenando su comida a pocos metros de él, y al ver como el pelinegro le besaba el cuello a su mejor amigo negó con la cabeza, definitivamente necesitaría un par de  cajas más, no pensaba morir de dolor, quizás sí de una sobre dosis…

 

 

— ¿Llevas todo? — asintió en respuesta a la pregunta del Sabaku, dejó las bolsas en la mesa que tenía vacía a su lado — bien, en un par de minutos traen la comida, y  pedí un café bien cargado para ti — le agradeció en silencio y volteó el rostro a su derecha por instinto, encontrándose a pocos pasos de él al rubio acosador de bella sonrisa. Antes que pudiera decir o hacer algo Sai se le adelantó.

 

— ¡Naruto-kun! ¡Qué sorpresa! — fulminó con la mirada al desgraciado ese, él sin saber qué hacer y el muy bastardo llamaba la atención del rubio — ¿te gustaría comer con nosotros? — el mencionado los vio con su resplandeciente sonrisa, posó sus azules ojos en los tres viéndolo de último a él.

 

— Me encantaría — el rubio le había guiñado el ojo de forma coqueta, eso le sorprendió y sólo pudo sonreírle unos segundos —pero ya voy de salida y estoy atrasado ‘dattebayo — y así de apresurado como el día anterior el rubio se fue corriendo.

 

 

Estupefacto siguió viendo por unos minutos el lugar en donde había estado parado el rubio, sólo reaccionó cuando escuchó las risas divertidas de sus acompañantes, rodó los ojos en un gesto hastiado creyendo que ya estaban haciendo algo indecente en ese lugar, pero mayor fue su sorpresa al darse cuenta que estaba equivocado, se estaban riendo del estado en que lo había dejado el rubio. Gaara trataba de contener su risa mientras comía, al igual que Sai, al verlos detenidamente se preguntó en qué momento había llegado su comida. No queriendo soportarlos más tiempo, devoró el contenido de su plato a una velocidad asombrosa, tomó en una mano las compras y en la otra su café, se levantó dispuesto a salir.

 

 

— Los espero en el auto — eso los hizo estallar en carcajadas, bastardos, de no ser porque se encontraba muy lejos de su casa los habría abandonado en ese mismo lugar, pero conducir de regreso le demoraría la misma cantidad de horas que si continuaba hasta la casa de campo de Gaara. Antes que pudiera insultarlos su teléfono empezó a vibrar, pasó su café a la mano en que llevaba las compras y con cierta dificultad se encaminó al auto mientras contestaba el teléfono.

 

 

— Otouto baka, ya llevas mucho tiempo fuera de casa y no me avisaste a dónde ibas, como tu único amor merezco que me informes a dónde sales y cuándo regresas — bufó molesto, no le causaban la menor gracia ni las bromas ni los reproches de Itachi.

 

— Tú no eres mi único amor, y sí, debí decirte que iba a salir con los chicos, pero se me pasó, decidimos ir a la casa que tienen los Sabaku, ¿la recuerdas? — odiaba dar explicaciones, pero había sido muy desconsiderado de su parte no decirle nada a la persona con la que compartía su hogar — y sobre cuándo regreso… no tengo la menor idea, quizá en un par de semanas…—

 

— Pero Sasuke… quedamos en que si hacías ese tipo de viajes me avisarías con tiempo, ¿qué haré yo solo en este lugar que pierde la vida cuando no estás? — sí, estaba haciendo drama, pero el pesar en su voz delataba la tristeza que estaba sintiendo su hermano — ¿quieres que te alcance en unas horas para que pueda cuidar de ti? — eso sí era una broma y ambos rieron — está bien, me harás falta y te llamaré cada noche para que tengamos sexo telefónico, hasta pronto — y de nuevo, antes que pudiera reclamarle, su hermano había cortado la llamada.

´

 

Él sabía que el acoso por parte de su hermano era mera broma, una forma boba de animarlo, de hecho había iniciado desde el incidente que los había hecho mudarse, por lo tanto no le preocupaba, ni aunque el mismo Gaara lo molestara diciendo que esa relación era puro incesto. Metió las bolsas en el pequeño espacio que quedaba en el portaequipaje y se acomodó en su asiento esperando a los otros. La imagen del rubio sonriente no dejaba de aparecer en su cabeza, negó con la cabeza, él no podía fijarse en nadie, especialmente no después de recordar lo que sus ex-parejas le habían hecho, estaba claro que él no tenía buena suerte en el amor.

 

 

A mi corazón ya le han fallado en ocasiones 
me fui de vacaciones 
lejos de los amores…

 

 

 

Notas finales:

 

¿Y bien? ¿Les ha gustado? No se podrán quejar diciendo que no se esperaban eso porque al principio del fic advertí que habría MadaDei. Quiero decir algo en defensa de Deidara, él no traicionó a Sasuke porque sí. Cuando conoció al tío Madara le llegó un flechazo al corazón, como cuando se conoce a la persona destinada... Suena cursi lo sé, pero bueno... y ¡ah sí! la relación MadaDei no se dio así de brusca, se veían a escondidas de Sasuke durante mucho tiempo antes que éste los encontrara en esa situación.

 

Y bueno... sé que las cosas entre Sasuke y Naruto van muy lentas, pero no quiero apresurar las cosas, no creo que ellos lleguen a tener algo serio si empieza de la noche a la mañana. No me los comparen con el MadaDei porque estos son mayores y su situación fue totalmente diferente.

 

Respecto a las actualizaciones... he de decir que este fic me está quedando más largo de lo que pensé, imaginé que tendría como máximo 5 capítulos, pero llevo escritos ya 4 y no está ni cerca de acabarse, así que creo actualizaré dos veces por semana. Y si estoy de buen humor puede que lo haga más seguido.

 

En fin... ahora sí que me extendí demasiado, espero que les haya gustado el capítulo. ¡Hasta la próxima!

 


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