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Roberta por taptap

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Notas del capitulo:

Este es el resultado de una telenovela mala, junta con un día bastante tonto por mi parte XD

A reír un rato ;)

 

PD. Os pensábais que me había muerto, ehhhhh xD

 

No me gustan las telenovelas, las odio con toda mi alma, pero supongo que son las súplicas repetidas de Ryewook junto con los ojos llorosos que pone, que me obligan a sentarme con él cada domingo por la tarde frente al televisor. Al menos hay palomitas dulces.

Exactamente dura 3 horas; dos capítulos seguidos sin pausa. Lo cierto es que estoy un tanto enganchado, ya que más de una vez me he encontrado deseando que fuera domingo por la tarde. ¡La relación que tienen Rodolfo y María Agustina es demasiado intensa! No es mi culpa.

Pero como en toda telenovela, hay una tercera persona en discordia, principalmente una mujer que pelea hasta la muerte por conseguir el amor de un hombre que no quiere saber nada de ella, o que en el mejor de los casos la usa como consuelo alguna noche que se pelea con su verdadero amor. En esta telenovela, es Roberta la encargada de desarrollar este papel. Es tan mala….

Sentados en el sofá, tapados con una manta y comiendo como leones, Ryeowook se abraza a mí, llorando de tanto en tanto y susurrando un “¡Déjalos que se quieran!” en un intento idiota de que los protagonistas le hagan caso. Lo dicho, Roberta es demasiado mala para hacerte caso.

Mi concentración se desvanece en el mismo momento en que mi móvil vibra, el cual intento ignorar ya que la telenovela se encuentra en un momento crítico. Otro zumbido desvía mi atención, provocando un bufido de fastidio por parte de Wookie que intento ignorar. Unos pocos minutos más tarde, un nuevo zumbido desgracia el momento.

-          Hyung, por favor – dice Ryeowook congelando la imagen - . Coge el teléfono del demonio o lo tiro por la ventana. – lo miro alucinado – Con amor, eh.

Me levanto con dificultad; las miles de horas practicando me agotan. Llego a la cocina y un nuevo zumbido empieza a sacarme de quicio. ¿Qué quieren, por dios?

“¿No crees que deberíamos arreglar lo nuestro? No me gusta esta distancia que nos separa… Dame otra oportunidad, por favor.”

Donghae es pesado, todos lo sabemos. Y yo mejor que nadie.

Hace como ¿un par de semanas? que no nos hablamos, tan solo lo justo y necesario para que nuestras fans no sospechenn ni en los conciertos ni en los programas. Gracias al cielo, Donghae esta ocupadísimo grabando un nuevo drama y tiene miles de entrevistas a las que atender, de modo que las veces que nos cruzamos por casa son mínimas.

Estas dos semanas son el resultado de una historia parecida a la telenovela de Wookie; celos y traición allí por donde mires. A él le puede parecer irracional, de crío pequeño, pero esto hasta el mismísimo moño de que las cosas me salgan de culo.

Una melodía empieza a sonar, a la vez que la pantalla del teléfono se enciende intermitentemente, dejándome ver el nombre de Donghae y su número. Dios, qué pesado es.

-          ¿Sí? –

-          Quiero verte –

-          Pues ven a casa. Estoy viendo una telenovela con Ryeowook –

-          ¿No puedes venir a verme tú? –

-          Eres tú el que quiere verme –

-          ¿Y si te digo que te echo de menos? – dice Hae con voz infantil.

-          Yo te digo que no te creo. Vete con la tía fea esa que es protagonista en el drama y hacéis pasteles hasta que os duelan las manos. – digo enfadadísimo – Ah, y cuando vuelvas a casa, ni se te ocurra despertarme, que últimamente me cuesta muchísimo volver a dormirme. –

Vuelvo al sofá con Ryewook, al que se le iluminan los ojos al ver que vuelvo para seguir la estupenda maratón de… ¿Cómo se llamaba? ¿Desheredada? ¿Desencantada? ¿Desproporcionada?

Lo cierto es que el tiempo pasa volando, hecho que no es de extrañar ya que ahora mismo Rodolfo se ha encontrado con Roberta en el establo y la última le está diciendo que lo ama. JÁ, que me lo creo yo. Roberta es una mala pécora que quiere destruir un matrimonio basado en el amor puro.

De repente, el ambiente ha empezado a caldearse y Rodolfo le está metiendo mano a Roberta. El vestido de la furcia sale volando y los pantalones de él caen con un peso excesivo al suelo. Las manos de ella recorren el cuerpo del hombre sin ningún reparo… ¡Tía, que está casado y su mujer está embarazada aunque él todavía no lo sepa!

Justo en el momento en que Rodolfo consigue desabrochar el sujetador de la mujer en cuestión, termina el segundo capítulo y saltan los títulos de crédito. Ryeowook, que normalmente es educado, suelta un “Me cago en la madre que los parió a todos juntos”, recibiendo una cara de infinito desprecio por mi parte. ¿Desde cuándo el niño este tiene esta lengua? Ah, sí, desde que se junta tanto con Kyuhyun.

Me despido de todos los que me encuentro a mi paso, deseándoles buenas noches y pidiendo por favor un poco de calma para que yo pueda dormir. No es que sean ruidosos, es que aprovechan que cualquiera duerme para hacer cosas tan extrañas en ellos como pasar la aspiradora.

-          Buenas noches Jong Woon – digo alzando la mano.

-          Que duermas bien – da un paso hacia delante y me abraza – Si te desvelas, estaré como siempre en el comedor.-

Si hay algo que me sabe realmente mal, es el insomnio que padece el tortugo. Más de una vez me he levantado a media noche, corriendo para llegar al baño y he visto luz en el comedor. Ha probado de todo, pero como no sea el día, no duerme.

Entro en la habitación y el móvil vuelve a sonar, esta vez con un pitido suave que me recuerda que si quiero dormir en paz, debo silenciarlo. No hace falta ser un adivino para saber que será Donghae, de manera que sin mirar el remitente, abro el dichoso mensaje.

“Sigo echándote de menos”

Llámalo ser un blandengue o llámalo ser idiota, pero aún así me estoy vistiendo a la velocidad del rayo para ir a buscar a Donghae. No es que lo haya perdonado, o que en cuanto lo vea vaya a abrazarlo tan fuerte que se quede sin aire, es que es mi mejor amigo y pasar muchas horas lejos de él ME MATA.

Salgo por la puerta, topándome con Leeteuk que llega extremadamente feliz de la cena con Kangin. Durante el trayecto en el ascensor, le escribo rápidamente a Donghae para que sepa que voy para allá, preguntándole de paso si ha cenado alguna cosa.

Pongo la radio para no sentirme tan solo; normalmente voy con el pez que no para de parlotear a todas horas, como si se hubiera tragado un CD. Suena la nueva canción de T-ARA, Sexy Love, que sin darme cuenta describe al causante de mis problemas: “Sexy eyes, sexy nose, sexy lips…”. ¿Sorprendida? No deberías, el mundo entero sabe que me gusta Donghae, que yo le gusto a él y que el día en que la tensión que hay entre nosotros llegue a su punto más álgido, el mundo explotará. Así de sencillo.

Llego al set del rodaje, un cuchitril en las afueras de Seúl que en este caso hace las veces de pastelería moderna. Esta vez, Donghae tiene el papel de un pastelero que parece más un genio, el cual se deja la piel amasando pasteles y encima se enamora de una furcia. AJÁ, la furcia. El motivo por el cual dos de cada tres de mis pensamientos incluyen una tortura hasta que Donghae pida clemencia.

1 de julio. Sábado. Donghae y yo acordamos vernos a las 18.00 en la cafetería de siempre. ¿Qué ocurre? NO SE PRESENTA. ¿Motivo? LA FURCIA. Esto podría ser considerado un hecho aislado sino se viniera repitiendo cada vez que decidíamos quedar juntos. A esto hay que añadirle que no ha dejado de hablar de lo fantástica que es ella y lo divertida que es, desde que la conoce. Harto estoy de la Miss Panda.

Aparco y salgo del coche: están terminando la última escena del día. Hae va vestido con el traje de pastelero, que le queda ceñido al cuerpo de una manera realmente angustiosa: ser tan sexy debería ser delito. El director da la señal conforme se termina todo, y Donghae alza los brazos en señal de victoria.

-          Gracias por venir – dice besándome la mejilla.

-          De nada – abro la puerta del coche – Pero eso no quiere decir que te haya perdonado.

Donghae ríe, a la vez que yo cierro la puerta del coche con un pequeño (pero sonoro golpe). Me giro hacía donde están el equipo, divisando a nuestro mánager al fondo e indicándole que todo está bien. Sin comerlo ni beberlo, la furcia entra en acción, dándome las buenas noches y llamándome Hyukkie. ¿HYUKKIE? ¿PERO QUE SE PIENSA? Haciendo el esfuerzo más grande de toda mi vida, le devuelvo el saludo, con la mejor de mis falsas sonrisas. Obviamente, no era plan de decirle: “Ahí te pudras, enana asquerosa y roba amigos”.

Una vez sentado en el coche, Donghae empieza a parlotear (ya te lo había dicho) sobre lo duro que ha sido el día, lo mucho que le ha costado no dormirse y el hambre que había pasado. Suerte que le he traído un bocadillo que he comprado en la gasolinera, sino ya me habría mordisqueado.

-          Hyukkie, ¿alguna vez te la han… mientras conduces?- lo miro confundido. No puede ser. – Ya me entiendes.-

-          No – digo rojo como un tomate – Desgraciadamente o afortunadamente, no. –

-          Algún día hay que probarlo –dice desviando la mirada hacia la ventana.

Comentarios como estos son el pan de cada día. Algunas insinuaciones más fuertes que las otras o directamente cerdadas peladas y mondadas que hacen que en cada rincón de mi cuerpo salte la alarma de incendios. Recuerdo que hasta hemos llegado a jugar al solitario juntos…

-          ¿Cuándo me perdonarás? – la facilidad para cambiar de tema que tiene es asombrosa.

-          ¿Te parece… cuando acabes el drama? – digo resoplando - ¿Tú crees que es normal dejarme tirado por la tía esta 4 VECES? –

-          Ya te pedí perdón – dice bajando la cabeza – Sé un poco flexible…-

-          ¡Pero es que no es solo eso! Estás todo el día dando por saco con la tía esta… Bailamos, y sale ella. Cantamos, y sale ella. ¿Cuándo te la cascas también piensas en ella?-

-          No. En ti. –

Se me ha quedado mirando, serio, como si me estuviera diciendo algo con los ojos que ahora mismo me siento incapaz de descifrar. A ver, obviamente que cuando tengo estos momentos íntimos conmigo mismo, pienso en él, pero tampoco esperaba que él lo hiciera conmigo.

-          Hyukkie, por favor, cuando puedas, para. –

Bajamos del coche deprisa, como si hubiera alguna cosa urgente. Coge su chaqueta y la extiende en el suelo, instándome a sentarme con él entre mis piernas. Hoy hay luna llena, lo cual me permite ver los ojos de Donghae de una manera diferente, especial. Es tan guapo.

-          Eres precioso – dice acariciando mi mejilla.

-          ¿Me lees la mente? – sonrío – Estaba pensando lo mismo de ti.-

Se incorpora un poco, lo justo para unir nuestros labios en un beso sumamente dulce que hace que todo mi cuerpo tiemble. Toqueteos, sobeteos e insinuaciones continuas, pero jamás un beso.

-          ¿Qué ha sido eso? – pregunto confuso.

-          Un beso –

-          Sí, Hae, de eso ya me he dado cuenta – digo al borde de la desesperación – Pero si esto es un juego al que te apetece jugar, vas por mal camino, nos vamos a quemar.-

-          Pues espero que ardamos –

Dicho esto se tira encima de mí otra vez, estirándome por completo en el suelo. Lo que había empezado como un beso inocente, que buscaba mi permiso y me concedía tiempo para reaccionar, se ha convertido en un beso cargado de pasión y de liberación de tensiones acumuladas.

Las manos de Hae no paran quietas, recorriendo mi cuerpo de arriba abajo sin descanso. Yo tampoco me quedo quieto. Aún así, se separa de mí de una manera demasiado brusca para mi gusto. ¿Se habrá enfadado?

-          Mira, voy a decirte algo o si no, reviento – dice sentándose en frente de mí – Te quiero, y mucho, tanto como para sacrificar todo lo que he conseguido en la vida por ti. –

Me quedo bloqueado, alucinado, sin saber que decir o hacer. Vale, sí que sabía que me tenía ganas, pero quererme es una cosa completamente distinta. Amor implica compromiso, fidelidad, que tu felicidad dependa de la de tu pareja… ¿Me quiere? ¡ME QUIERE!

-          Hyuk, dime algo, aunque sea un insulto – está angustiado - , pero no te quedes callado porque me va a dar un síncope.-

Lo miro fijamente, creo que es hora de enseñarle el pequeño tatuaje que me hice hace un par de semanas. Parece un diseño tribal, pero en realidad son las iniciales de Hae y las mías, entrelazadas, emulando un nudo marinero imposible de deshacer. Me levanto la camiseta y Donghae abre los ojos sorprendido.

-          ¿Son nuestras iniciales? – pregunta con un brillo precioso en los ojos. Le hace ilusión, eso es buena señal.

-          Exactamente. Están entrelazadas, ¿lo ves? – lleva sus dedos a mi cadera, acariciándolo suavemente como si se fuera a borrar al tacto.

-          ¿Y por qué?-

-          Dicen que el primer amor no se olvida, que deja marca. Pensé que era interesante hacerlo aún más real. –

Entrelaza su mano con la mía, diciéndome que me quiere, que soy lo mejor que le ha pasado en la vida. Yo no soy capaz de decir mucho más, tan solo atino a besar sus labios una y otra vez para no olvidar nunca el sabor de Donghae.

Volvemos al coche, siendo conscientes de que nuestras vidas han cambiado bastante en una sola noche. Ahora tengo pareja, aunque bien pensado, siento como si la hubiera tenido siempre: desde que lo conozco, vivo para Lee Donghae.

Enciendo el motor y antes de arrancar miro el asiento del copiloto: Donghae está mirando al cielo a través de la ventana. Por el reflejo, veo como una lágrima cae por su rostro, tranquilizándome en el mismo momento en el que veo que cae del ojo derecho: significa que llora de felicidad.

-          ¿Estás bien? – nunca está de más asegurarse.

-          Mejor que nunca – dice sonriéndome – Me pregunto qué pensaría mi padre ahora mismo.-

-          Te diría que has escogido mal, tan solo soy un chico de familia humilde y sin propiedades. – digo haciéndole reír – Es que mira que enamorarte de mí y no de Siwon…-

-          El amor es ciego, y cuando es de verdad, doblemente ciego – sonrío como un idiota - . Te quiero con locura. –

Beso por última vez sus labios antes de empezar a conducir. Con la tontería se nos ha ido el tiempo.

-          Oye, ahora que somos pareja… Tienes que serme fiel, ¿eh? – dice Hae con tono burlón.

-          Ah, ¿que esto de ser pareja comporta ciertas normas? – digo con media sonrisa. Esta es la mía. – Pues no estaría mal que la furcia de tu amiga no estuviera presente cada vez que hablamos. Sería ya un puntazo que no me colgaras por ella cuando quedemos…-

Donghae empieza a reír. Supongo que mis celos son irracionales, pero es que la tía esta hace que me suba por las paredes.

-          Eunhae is real, ¿no? –

-          Siempre lo ha sido, aunque nos haya costado un poco darnos cuenta – una imagen muy poco común viene a mi mente – Somos como Rodolfo y María Agustina.-

-          ¿Quiénes? –

Donghae me mira entre desconcertado y confundido: no tiene ni idea de lo que le estoy diciendo y menos aún de por qué me estoy descojonando.

-          Es igual, no lo entenderías – digo aún riendo – Tú solo preocúpate de que ninguna Roberta destroce lo nuestro.

Notas finales:

¿Qué, qué, qué? :)

Ah, no lo he dicho antes: dedicado a mi ¿donsaeng? XDDDDD

¿Es así? Dios, qué cutre suena XDDDDDDDDDDDDDDDD

 


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