Estoy a punto de morir… me quedan cinco meses de vida…y todavía no le digo la verdad a House. Todos los días que iba a su casa y me divertía con el viendo partidos en la televisión, o las luchas, quería estrecharlo entre mis brazos y besarlo con toda la pasión que tengo guardada. Ya no puedo contenerlo más. Y antes de morir…quiero confesárselo.
House y yo estamos en mi oficina viendo videos porno en mi laptop, de repente, la puerta de mi oficina se abre y aparece Foreman. Rápidamente cierro la laptop.
- ¡Foreman! - Dice House - ¡Que milagro!
Atrás de Foreman aparece el abogado de House.
- ¿Qué pasa? - Pregunto nervioso.
- Nada bueno - Dice Foreman.
- House, encontraron tus huellas digitales en los boletos con los que taparon el baño y el techo colapsó - Dijo el abogado.
No por favor, que no sea lo que estoy pensando.
- Eso está considerado como un acto de vandalismo - Agrega Foreman - Van a tener que privarte de la libertad condicional.
House me mira a ver, asustado. Yo le respondo con una mirada similar.
- ¿Por cuánto tiempo? - Dice House volteando a ver a Foreman.
Foreman se empieza a inquietar.
- Será mejor que no lo sepas…
- ¿¡POR CUANTO TIEMPO!?
Silencio absoluto.
- Seis meses.
House tiene cara de horrorizado, no sé qué esté pensando, pero es claro que no me va a ver cuando muera.
Esa misma noche, me recuesto en mi sillón. Pensando.
‘‘Te amo House… ¿Cómo te lo digo…? Me queda poco tiempo…’’ Me repito eso en mi mente una y otra vez. Me levanto de mi sillón, cojo mi chaqueta y salgo de mi departamento.
Llego al departamento de mi amado, toco dos veces la puerta esperando volver a ver sus ojos mirando los míos. Estaba tocando tristes notas de piano. Las cuales callaron poco después de que toqué su puerta. Para mi suerte, la perilla giró y ahí estaba el. Mirándome con su mirada que mata. Intento moverme pero nada responde. Doy vueltas en mi cabeza pensando en que voy a decir. Y justo cuando abro mis labios para decir lo que ronda por mi mente, él me toma por sorpresa tomándome de la nuca al mismo tiempo que me acerca a él y me besa en los labios. Mi corazón se acelera, no hago nada más que dejar escapar un ligero quejido y abrazarlo de vuelta ahogándome de él, embriagándome de él. Por el impulso del abrazo nos vamos hacia atrás, cierra la puerta dejando mi cuello por un momento pero me toma de nuevo mientras toma el equilibrio. Trato de recostarme en el sillón, al ver mi petición, me la concede y nos acostamos en el sillón, él se posa encima de mí. Se separa de mí y me mira con sus ojos turquesa brillantes. No dice nada. Solo se me queda mirando a los ojos.
- Lo siento… - Dice en voz baja - yo…no sé que estoy haciendo…
- No te disculpes. Te amo.
Esas palabras las solté no con los labios o la cabeza, sino con el corazón. Su cara cambió. En ese momento ya no veo a House de la misma manera que antes.
Me toma de la cintura y comienza a desvestirme, yo solo cierro los ojos disfrutando sus caricias, su calor, su amor.
Veo todo nubloso, me tallo los ojos y un rayo de luz proveniente de la ventana me alumbra la cara. Estoy totalmente desnudo en el sillón, el cual está húmedo. Me percato que ya es de mañana. Volteo para buscarlo. ¿Dónde está? Tal vez se adelantó al trabajo… Pero hubiera dejado una nota… Bueno, así es House.
Me levanto envuelto en las cobijas, me visto y me dirijo al trabajo para encontrarme de nuevo con él. Con esos ojos azules. Quiero saber las reacciones de su rostro al verme. Si se alegrará, huirá, o solo me volteará a ver sonrojado. Ya quiero saberlo. Quiero verlo de nuevo.
Llego por fin al hospital, abro las puertas de la entrada y aspiro un aire nuevo, un aire lleno de vida. Les digo Buenos Días a las recepcionistas, veo a Foreman que se acerca a mí. Yo estoy ansioso de preguntarle si ha visto a House.
- ¡Buenos días Foreman! - Ya estaba al lado de mí.
- ¿Y eso que estas tan contento?
- No sé, solo amanecí así. Oye, ¿has visto a House? - Traté de disimular la emoción que me carcomía.
- No… - Mis ilusiones se disuelven, mi cabeza da muchísimas vueltas, muchas preguntas corren por mi mente, si no está en su departamento ni en el hospital, ¿Dónde estará? - Pensé que tú eras el que me iba a responder esa pregunta.
Qué raro. ¿Por qué House se desaparecería de la nada? ¿Será porque no quiere verme?
- Ahora vengo. Cúbreme - Le dejo mi maletín a Foreman sin importarme nada, volteo y salgo corriendo del hospital sin mirar atrás. Buscaré a House aunque sea debajo de las rocas.
Me voy en mi auto a buscarlo. Recuerdo una dirección a la cual él siempre iba. Iré ahí.
Llego al susodicho lugar. Está desierto. Pero… ¿Qué? huele a quemado…
Volteo a mi lado izquierdo y un edificio está inundado en llamas. Mi corazón se sobresalta agitándose muy fuerte. Rápidamente corro por impulso hacia aquel edificio, sus escombros van cayendo como bolas de fuego. Cuando llego al lugar en donde puedo apreciar mejor lo que hay dentro, miro…una figura… No… ¡¡No puede ser!!
- ¡¡¡HOUSE!!! - Grito estirando mi mano y lanzando lágrimas al mismo tiempo que alguien me detiene de ir hacia él y el techo de aquel edificio colapsa justo arriba de House - ¡¡¡¡NO!!!!
Pero no puedo hacer nada. El techo se derrumba por completo justo cuando miré a House por última vez. No puedo dejar de gritar su nombre y sacar lo que tengo en el pecho. Las lágrimas me caen como cascada. Lo único que puedo hacer es arrodillarme en el suelo lleno de escombros y ahogarme en mi llanto.
Como deseo que todo sea una pesadilla. Estamos todos en el funeral de House. En el funeral de la persona que amé y que en menos de un día después de decírselo, se va de mí. ¿Por qué siempre me sucede esto? Están todos hablando maravillas de él honrando su memoria. Esto es increíble. Ahora veo que era cierto lo que él decía: Te dicen que eres buena persona ya cuando estás muerto. Solo deseo que esto sea una muy horrible pesadilla. Quiero salir corriendo de aquí y encontrarme con House y besarlo…Pero no puedo… No puedo… De mis ojos brotan lágrimas al pensar esto.
Es mi turno de decir algo… Trataré de contenerme y no estallar en llanto. Aun no sé lo que voy a decir. Subo el pedestal y me pongo frente al público:
- … - Aun nada… - …House era…un buen hombre… Dio trabajo a muchos y salvó muchas vidas… - Respingué - Seamos honestos… House era mi amigo… Pero el Doctor Gregory House no era más que un mentiroso psicópata que lastimaba a todo el mundo en vez de hacerlos sentir mejor. Insulta y le dice idiota a cualquiera que no esté de acuerdo con el - Suena un celular - Oh por favor, apaguen el celular… ¡es un funeral!
Todos revisan sus bolsillos menos yo, y nadie tiene el teléfono que interrumpió mi discurso. Por inercia reviso mi celular y ese era el teléfono ruidoso.
- Eh…lo siento… - Digo mientras atiendo el mensaje - Esto es vergonzoso…
Reviso el número. ¿¡Que!? ¡Es el número de House! Abro el mensaje:
‘‘¡Cállate idiota!’’
- ¿Qué…? - Musito en voz baja.
Sin decir nada, me bajo del pedestal y salgo del lugar. Me subo al auto y me voy a mi casa. Cuando llego, me bajo del auto, dirijo la mirada a la puerta del edificio y justo en las escaleras…
¿Era un sueño?
No, era Gregory House sentado en los escalones que van hacia la puerta.
‘‘House…estás vivo…’’ Parece que voy a llorar. Quiero llorar.
- Hola. - Me dice secamente el amor de mi vida.
No me puedo mover. Lagrimas mudas corren por mis mejillas al verlo ahí. Al ver que está vivo. Si muero ahora, moriré en paz.
- ¿Fingiste tu muerte para no ir a la cárcel?
- No fingí mi muerte. Estoy muerto… Para ellos. - Sonrió.
Yo solo sonrío de vuelta.
- No me pasaré los últimos cinco meses de tu vida en la cárcel. Los disfrutaremos juntos.
No puedo evitar sonreír aún más al escuchar esas palabras.
Y así… House y yo nos fuimos a visitar lugares, ver cosas, vivir nuestro amor. Ahora no se si estoy muerto o no, lo que sé es que estoy y estaré junto a Gregory House por el resto de mi vida, y me encuentro feliz de haberla vivida al máximo, porque nunca sabes cuándo vas a fallecer. Yo me enteré de un día para otro que tengo cáncer. Tenía cinco meses para vivir antes de morir. Y decidí pasarlos con el amor de mi vida.
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