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OTRA Pelea de Gemelos por missonic98

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- Dante… tú no eres rival para mí… - Dijo el gemelo mayor sentado en la esquina de su cama.

- Ah, ¿eso crees? - Dante se imaginaba que clase de reto (malpensadamente) le iba a imponer su hermano.

- Si, lo creo. Veras. Ven.

Dante miro la puerta. Estaba cerrada por suerte del gemelo menor. Dante obedeció, Vergil le dio el paso para que se acostara. Mientras lo hacía, Dante solo pensaba perversiones. Vergil posó sus piernas a los lados exteriores de su hermano, quedando el arriba.

- Pon tus manos… - Vergil tomó las manos del menor levantándolas - Así…

Ese ‘así’ sonó algo provocador para Dante…

Vergil tomó las dos manos de Dante y recorrió sus rodillas más cerca de la cadera de Dante. Empezó ejerciendo algo de presión en sus brazos.

- Dices que eres fuerte, ¿verdad? Entonces, ¡soporta mi peso y mi fuerza!

Vergil se recargó casi por completo en el menor, Dante no se la esperaba, estaba demasiado ocupado pensando que tantas cosas pervertidas podría hacer Vergil en esa posición que se le dificultó al principio, pero luego tomó un poco el control de la situación, empujándolo hacia arriba, soportando su peso.

- ¡Rghh! - Gruñó Dante empujando a su hermano.

El menor se hartó de ese tonto juego y aventó a Vergil hacia atrás, causando que Vergil quedara recostado hacia atrás con sus piernas dobladas y para el colmo, con sus partes MUY cerca de la cara de Dante.

- ‘Que tantas cosas puedo hacer cuando está en esta posición…’
- ‘¡Rayos! ¡Dante de seguro ha de estar pensando perversiones!’

Dante arqueó una ceja y acarició por encima del pantalón el miembro abultado de Vergil.

- ¡Aa Dante! - El mayor se enderezó y se alejó lo más que pudo de su hermano pervertido.

- Lo siento hermanito… - Dante se sentó y cruzó las piernas - No pude evitarlo… - Sonrió seductivamente.

- ‘Pervertido…’

- Eres… - Se lamió los labios - …irresistible…

Vergil se sonrojó por ese comentario tan provocador.

- Ven hermanito… no muerdo… - El menor se fue acercando poco a poco a su gemelo - …tanto…

¿Qué era eso que Vergil sentía? ¿Se estaba empezando a excitar por los comentarios tan atrevidos de su hermano?

- Dante… - Vergil desvió la mirada mientras inventaba una excusa - Ahora no…

- Porque no ¿eh…? - A estas alturas Dante ya le estaba besando el cuello, lo que producía pequeños estremecimientos al mayor.

- Porque… - Era obvio que a Vergil le gustaban esas caricias y besos a los que estaba cediendo - …porque…

- ¿Ves? No hay porque no… - Dijo Dante con voz seductora - Estamos solos… no hay nadie que nos moleste… solo tú y yo… - Rozó de nuevo su dedo con la parte sensible de Vergil.

- ‘Ahh… no quiero gemir… pero estas sensaciones que me provoca Dante son tan…excitantes…’

- Gime… vamos… sé que quieres… - Dante susurró en su oído.

- Ah… - Gimió tímidamente el mayor.

- Ahh Vergil… me excita tu placer… - Dante besó la mejilla rosada de Vergil.

Vergil abrazó a Dante por la nuca y lo besó apasionadamente, ahogando algunos tenues gemidos en su boca.

- ¡Hm! - Dante seguía acariciando el miembro de Vergil, lo cual le era asombrosamente placentero, a los dos.

- Dime que siga Vergil… - Se detuvo - Suplícame…

- Ah Dante… sigue… por favor…

- Tendrás que hacer algo mejor que eso… - A Dante le excitaba aún más las súplicas de su hermano de que siguiera con esas caricias tan provocativas.

- Sigue Dante… - Vergil abrazó a Dante por debajo de su gabardina sintiendo su ancha espalda y besaba su cuello - Por favor… - Vergil sufría, quería más, más placer, mas, MAS.

Dante lo tomó de las mejillas y lo besó. Por suerte de Vergil, Dante siguió con esas esplendidas caricias que lo volvían loco.

- Ahh Dante…Ah… Así… - Dijo Vergil entre besos.

Dante cargó a Vergil de tal manera para que se recostaran en la cama, Dante quitaba poco a poco los pantalones del mayor, el cual le quitaba la gabardina dejando descubierto el pecho y la espalda musculosos de Dante. El mayor gemía calladamente mientras Dante bajaba peligrosamente su cabeza a la entrepierna de su gemelo. Dante bajó totalmente los pantalones de Vergil dejando expuesto su erguido miembro el cual empezó a acariciar.

- ¡Ahh! Dante…

Dante no dijo nada, solo le quitó el chaleco a Vergil descubriendo su pecho el cual Dante acariciaba con su otra mano. El gemelo menor acercó su cabeza al miembro de Vergil y lo lamió.

- ¡AH! ¡D-Dante!

- Estás muy duro Vergil… - Otra lamida.

- ¡¡Ahh!!

Para mala suerte de Vergil, Dante dejó de lamerlo, pero después el menor empezó a acariciar su entrada.

- Ahh… - Vergil soltó las sábanas que estaba apretando con sus puños y empezó a mover involuntariamente sus caderas.

- Vergil… - Dante besaba el torso de Vergil, lo cual le era rotundamente placentero al mayor.

- ¡Ah!

Dante tomó el miembro de Vergil con sus dos manos y empezó a masturbarlo.

- ¡Aahh!

- ¿Te gusta Vergil?

- ¡N-No! ¡Ah!

- No mientas hermanito… - Dante paró de masturbarlo.

- ¡Dante!

Vergil estaba desesperado, quería continuar con esas maravillosas sensaciones que Dante le provocaba. Mientras Vergil sufría, Dante se desabrochaba los pantalones y continuó con las caricias.

- Dan…te…ahh… - Vergil involuntariamente abrió más sus piernas.

Dante sacó su miembro de sus pantalones, el cual estaba muy erguido. El gemelo menor dejó de acariciarlo para penetrar sus dedos uno por uno.

Vergil volvió a apretar las sábanas con sus puños, le dolía un poco al principio, pero sabía que con Dante estaba seguro, el jamás le haría daño.

El primer dedo de Dante se puso a jugar dentro de Vergil, el segundo se unió a la fiesta.

- ¿Ahí Vergil? - Dante localizaba su punto más sensible - ¿Mas a la izquierda? ¿A la derecha?

- ¡Ah! ¡Ahí!

Dante sacó sus dos dedos, los reemplazó con su miembro y se empezó a mover sensual y excitantemente.

- ¡¡DANTE!! ¡¡¡AHH!!!

- Vergil…ahh…

Dante tomó a Vergil por la espalda, lo pegó más a la cabecera de la cama para que se enderezara, Dante posó sus piernas a los costados de su hermano rodeando su cintura. Vergil tomó los hombros de su hermano y se aferró a ellos. Vergil gritaba y gemía como loco, no veía, no media el tiempo; solo eran ellos dos, en la cama, haciendo el amor como nunca lo habían hecho. Dante se seguía moviendo provocativamente, embistiendo a Vergil, el cual lanzaba gemidos de placer al compás de las penetraciones.

- Vergil… - Dante se empezó a mover más rápido - Ahh…

- Ahh!!

Los gemidos de Vergil abarcaban toda la habitación, respiraba agitadamente, todo ese placer era incontenible, nunca había sentido algo así, estaba en el paraíso con Dante. Estaban solo ellos dos, sin preocupaciones, solo haciendo el amor.

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