Jessica no podía encontrar la paz que necesitaba en su casa; con su hermana y sus amigas gritando por todos lados era imposible poner atención al libro que estaba leyendo. No lo soporto mas, tomo su bolso, metió el libro adentro y salió de la casa rumbo hacia cualquier lugar tranquilo para poder leer.
Tomo un autobús para ir hacia el centro de la ciudad, solía ir a una cafetería donde servían un buen café y había música relajante, ideal para lo que estaba buscando. Se sentó en un lugar apartado de gente y luego de unos minutos se dio cuenta de que no todo se encontraba como la última vez que entro en el lugar.
-¡Hola! ¿Deseas que te traiga algo?- Una chica pelirroja con una gran y especial sonrisa aparecía frente a ella, dejando a Jessica muda por unos segundos.
- ah… si, quiero un frappe de caramelo por favor- una vez que recupero el habla dirigió su vista a lo ojos de la chica que al igual que sus labios, parecían sonreír.
-por supuesto ¿algo mas?-
-no… no, eso es todo, gracias-
-esta bien, enseguida te lo traigo- Le dirigió una ultima sonrisa y se fue, dejando a una rubia en estado de shock. Tenía mucho tiempo sin ir a esa cafetería pero ahora que aquella chica trabajaba ahí, probablemente iría mas seguido.
-pero que estas pensando Jessica…- Trato de olvidar esos pensamientos que de repente invadieron su cabeza, saco su libro y comenzó a leer en donde se había quedado. Se encontraba concentrada en su lectura cuando sintió la presencia de alguien mas.
-¿Historia de Corea?, ¿es para alguna asignatura de tu escuela?- la pelirroja llegaba con el café que Jessica había pedido, y también dejaba una enorme galleta con chispas de chocolate en frente de la rubia.
- No, en realidad quiero aprender mas de mi lugar de origen, nací aquí en San Francisco pero mis padres son Coreanos… disculpa, yo solo ordene el café- Jessica miraba a la chica entrecerrando los ojos, tratando de no sonar descortés.
- ¡oh! La galleta va por la casa, yo también soy de Corea pero nací en california-
-¿de verdad?, ¿En que parte?-
-Diamond bar-
-ummm…-
- ya se, nadie lo conoce y no hay nada que hacer, por eso vine a San Francisco- La chica bromeaba mientras recargaba sus brazos en la silla contigua a la de la rubia. –acabo de llegar aquí-
-oh, imagino que te sientes abrumada por tantos cambios, San Francisco es una ciudad grande- La rubia se había olvidado de su libro hacia unos minutos y le ponía toda su atención a la mesera-
-Bueno tal vez si una chica como tu se ofreciera para mostrarme los alrededores seria mas fácil-
-bue… bueno yo…-
-Tiffany si el jefe te ve platicando en tu primer día seguro que te echa- un chico, compañero de la pelirroja, llamaba su atención interrumpiendo la conversación de ambas.
-¡oh! Es cierto, lo siento, bueno… creo que me tengo que ir, pero disfruta la galleta y piensa en lo que te dije linda- La pelirroja se despedía de Jessica guiñándole un ojo y la rubia sintió como se le subían los colores a la cara debido al apelativo que había usado la chica.
Ni tiempo le dio de recomponerse cuando la mesera ya regresaba -Por cierto, me dices tu nombre, tu ya escuchaste el mio- Otra vez mostraba esa sonrisa que a la rubia le parecía tan especial.
-Jessica, un gusto conocerte- Por primera vez pudo hablarle sin sentirse cohibida por Tiffany y le sonreía extendiéndole la mano.
-“Jessica” es bonito- La pelirroja respondía el gesto. –Ahora si te dejo, no quiero quedarme sin trabajo tan rápido- se despidió con un movimiento de su mano y ahora si, se fue a atender a las otras mesas que necesitaban su atención.
Jessica le dio un gran sorbo a su café, que ya no tenia nada de hielo y continuo leyendo su libro, mirando disimuladamente a la pelirroja de reojo, quien también la veía de vez en cuando y le sonreía.
Pasado un rato veía como la chica se dirigía a la salida del local, dejando lucir una falda bastante corta color beige y una blusa blanca fajada a la falda, que no pudo ver con el delantal que traía puesto. La pelirroja se despidió con la mano y Jessica apenas pudo corresponderle a la acción, pues no podía dejar de ver las piernas que lucia la chica.
-¡que te sucede Jessica Jung!- la chica se reprendía mentalmente por esos pensamientos y una vez que la otra chica salió del establecimiento, se quedo pensando en lo sucedido, no sabia nada de ella pero eso no evito que sintiera una fuerte atracción hacia su persona y Jessica, conocida por ser alguien que se guiaba por la razón y no por los sentimientos, se encontraba confundida ante esa situación hasta el momento desconocida para ella.
Deseo poder estar hablando con esa chica, que le contara mil anécdotas, si fuese necesario, solo para seguir escuchando su voz y viendo su peculiar “sonrisa de ojos” como le llamo al no saber explicar lo que hacia esa chica con su mirada.
Dio un largo suspiro y pidió la cuenta, para después salir lentamente del lugar, tratando de retener al máximo el olor a café que envolvía el ambiente. Al poner un pie en la acera se sorprendió al casi chocar contra alguien.
-Entonces, ¿te gustaría mostrarme la ciudad?- La pelirroja aparecía frente a ella y Jessica suspiro con alivio al verla.
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Caminar por el centro, ir a un parque y comer en el restaurante favorito de Jessica constituían lo que era la quinta vez que ella y Tiffany salían a conocer la ciudad. Jessica podría llamarlo “ayudar a Tiffany a adaptarse” pero Tiffany lo llamaba “su quinta cita con Jessica”, algo que por supuesto no le había dicho a la rubia pero que sin dudas pensaba.
-De pequeña siempre venia a este parque y me gustaba jugar en aquellos columpios- La rubia señalaba hacia una parte del parque donde se encontraban varios juegos para niños.
-Pues vamos a los columpios Jessie- Tiffany tomaba su mano para dirigirse al lugar.
-¿no tienes hambre?-
-Bueno podemos estar aquí un rato y luego nos vamos a comer-
Se sentaron cada una en un asiento y comenzaron a balancearse despacio, envolviéndose en un silencio agradable. Tiffany miraba detenidamente los alrededores, mientras Jessica disfrutaba la sensación de alegría que le brindaba hacer algo que no hacia desde mucho tiempo atrás.
-¿Y que clase de comida hay en ese restaurante que tanto te gusta?- La pelirroja rompía el silencio después de un rato.
- comida coreana-
-mmm rico- Tiffany le regalo una de sus sonrisas de ojos a las cuales la rubia ya casi se había acostumbrado.
-y como yo voy a ordenar por ti, también…-
-a ver espera, ¿y por qué no me vas a dejar ordenar?, ¿crees que nunca la he comido o que?- Tiffany interrumpía lo que la otra chica le decía, fingiendo estar ofendida.
-¡Yo no dije eso Fanny!-
-Estaba bromeando Jessie- la pelirroja comenzó a reírse, haciendo que la rubia se diera cuenta de que no hablaba en serio y comenzara a reír también.
-como sea, te estaba diciendo que yo invito esta vez-
-aaah entonces….-
-¿entonces que?-
-¿esto es una cita?-
-¿Qué?, bue… Bueno no, no se... – La rubia abría completamente los ojos sin saber que decir.
-solo tienes que decir si o no, no es muy difícil Jess- La pelirroja se paro del columpio y cruzo sus brazos, ahora si, ofendida.
-…¿tu quieres que sea una cita?- La rubia sentía sus mejillas arder mientras la pelirroja se acercaba hacia ella y tomaba una cadena de su columpio en cada mano.
-He esperado que digas eso desde la primera vez que salimos juntas- Tiffany la miro intensamente mientras se acercaba la rubia.
-Fanny…- Jessica susurro su nombre al tiempo que la otra chica se acercaba lentamente para por fin chocar sus labios. La rubia después de unos segundos separo sus labios para atrapar los de la pelirroja y así profundizar el beso.
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Jessica estaba sentada en la misma mesa apartada donde le gustaba sentarse, en la cafetería donde conoció a la muchacha que derritió su “corazón de hielo”, leyendo un libro con tranquilidad, hasta que una muchacha interrumpió su lectura.
-Buenas tardes ¿que te puedo ofrecer?-
- un frappe de caramelo, por favor-
-¿Es en serio Jessie?, siempre ordenas lo mismo-
-Se convirtió en mi café preferido-
-¿ah si?, ¿Por qué?-
-Por que hay una pelirroja muy sexy a la cual le pedí ese café la primera vez que la vi-
-¿y desde cuando conoces a esa sexy pelirroja?
-mmm como 6 meses-
-que interesante, esa chica tiene muy buen gusto- Tiffany le guiñaba el ojo para después soltar una carcajada. – Te traigo tu café y nos vamos, mi turno acaba como en 5 minutos.
-ok amor, no tardes-
- De acuerdo, frappe de caramelo, ¿verdad?- Tiffany se acercaba a Jessica mientras le hablaba a escasos centímetros de sus labios.
-frappe de caramelo- La rubia acabo con la distancia y le dio un profundo beso.
-Tiffany, te van a correr- El mismo chico que las había interrumpido la primera vez que se vieron llamaba su atención con una sonrisa divertida y la pelirroja, lejos de hacerle caso abrazo a la rubia por el cuello, profundizando aun mas el beso.