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Cosas que simplemente pasan... por Pumitahime

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Notas del fanfic:

Los personajes, no me pertenecen.

Disfruten :)

COSAS QUE SIMPLEMENTE PASAN…

Por pumitahime

Cápitulo 1

Para Yuuri era una mañana normal en Shin Makoku, el sol colándose lentamente a través de las cortinas, los pájaros de mal augurio gritando “henji warui”, una cama cómoda con sabanas elegantes y suaves que cabe mencionar, no lo cubrían del todo, debido a los malos hábitos de su prometido al dormir y, sí, la patada fulminante que lo sacaba de sus sueños casi todas las mañanas.

 Estaba listo para comenzar otro día de rutina, se espabiló, al darse cuenta de lo frio del piso, se levantó para ver al rubio y se encontró con el espectáculo más absurdamente sensual que sus ojos negros pudieran contemplar; Wolfram  dormido semidesnudo dejando ver su bien formada espalda que, con los rayos del sol era resplandeciente. Salió de su trance para despertar al rubio que yacía cómodamente en la cama.  

Ya se había acostumbrado a tener pensamientos “impuros” con él, pero se negaba a si mismo ese hecho, tanto, que él ya lo creía y pensaba que no sentía nada fuera de una “sana amistad”.

—Wolfram… despierta es hora de levantarse —Trató de despertarlo gentilmente a pesar de todo, ya estaba acostumbrado a despertar en el suelo pero al ver que no había respuesta levantó el tono de voz y frunció el ceño—  ¡No es justo qué te cueles en mí cama, me tires de ella y te quedes durmiendo plácidamente! —Aquí venía de nuevo la típica discusión matutina de la pareja real.

—Enclenque, ¿Por qué luces tan enojado? —El rubio se estiró cuan felino y se acomodó de nuevo, no se le veía el menor interés por espabilarse.

Yuuri se puso el pants de entrenamiento y resignado al ver la poca atención que le prestaba el rubio, salió en busca de Conrad. Wolfram durmió un poco más, al sentirse solo, abrió los ojos y se espabiló, con el ánimo de todos los días se puso el uniforme y salió de la recamara real.

 Wolfram caminaba meditabundo en los enormes pasillos del castillo,  por alguna extraña razón se le había convertido en una obsesión el conocer los sentimientos de su amado, este no daba señales de sentir algo que no fuera “amistad” por su persona, a pesar de eso nunca lo alejaba, por el contrario, cuando por cualquier causa de fuerza mayor no dormía con él,  el rey de los demonios de una u otra forma le hacía ver su inconformidad. Quería saber lo que él era para Yuuri, pero no se atrevía a preguntar directamente, temía alejarlo, sobre todo si  tocaba directamente el tema de sus sentimientos, no sabía la reacción que pudiera tener el indeciso enclenque.

Wolfram había hecho de todo para llamar la atención del Maou, frecuentemente, con el pretexto del clima caluroso, dormía solo con la diminuta ropa interior del país, rozaba “inocentemente” el cuerpo del rey, posaba  al salir de bañarse con un ligero coqueteo, a veces  solo con una pequeña toalla cubriendo nada mas lo necesario, le dedicaba miradas de deseo, tenía innumerables detalles con el moreno, etc. En pocas palabras se lucía en todo su esplendor frente a Yuuri y solo un “despistado” de proporciones mayores como él, podía pasar desapercibidas las intenciones del rubio.

Pasó el día de lo más normal, Yuuri entre papeleo y lecciones, Wolfram con varias interrogantes en la mente, desempeñando su labor como soldado.

 Pronto cayó la noche, Yuuri estaba ansioso e impaciente al ver lo tarde que era y la ausencia del rubio no paraba de darle vueltas en la cabeza, no lo había visto en todo el día, Gwendal y Gunter lo habían monopolizado entre montones de papeleo y libros…

 ¿Lo extrañaba? —Claro que lo extrañaba—  ¿Quería dormir con él? No lo sabía, pero algo dentro de él estaba desbordándose. Por alguna desconocida razón, incluso para él, necesitaba con urgencia ver la figura de Wolfram…

 “Wolfram ¿qué me pasa? Últimamente me molesta de sobremanera estar solo, bueno, sé que no lo estoy, pero aunque haya una multitud cerca… si tú no estás me siento como si no hubiera un alma en  tres kilómetros a la redonda. Y no pienses que soy un enclenque, ¡rayos!  Parece que me estoy volviendo loco, ya hasta tengo charlas mentales “contigo”. Puf  ¡Wolfram! ¿Qué te hace tardar tanto?”

La puerta rechinó sutilmente, sacando de sus pensamientos al rey, Wolfram entró con su bata rosa y antes de que Yuuri comenzara con sus ochocientas preguntas del por qué había tardado, el rubio se despojó lentamente de ella,  quedando  en ropa interior, Yuuri simplemente abrió los ojos  de par en par. Un pequeño mariposeo se formó dentro del estomago de rey,  esa imagen del rubio semidesnudo lo sacó de balance.

—Wolfram ¿A caso no tienes frio? — No podía alejar la mirada de su prometido.

— Enclenque ¿A caso no sabes que soy un demonio de fuego? — Volteó los ojos dando a entender que estaba molesto por la pregunta— O será que te pongo nervioso, enclenque —trató de provocar a su prometido.

—Yo no soy ningún enclenque, y te pregunté sólo porque me preocupa tu salud —puchero— ya no hace tanto calor como ayer, es más probablemente lloverá y si insistes en dormir así, entonces yo dormiré igual — Yuuri se levantó de la cama y comenzó a desabotonarse la parte superior del pijama, acto que sorprendió al rubio y respondió con un tono carmín en sus mejillas.

—Pues entonces, si te da frio solo abrázate a mí — ¿Cuándo me volví un descarado? Creo que la desesperación me traicionó, pero no estoy haciendo nada malo, es mi prometido y solo quiero saber si gusta de mí. —Claro, si no eres un enclenque.

—Wolfram, me... gus…—¿¿¿Qué??? Estuve a punto de… ¡No! A mí me gustan las mujeres yo no soy un “raro”.

— ¿Qué? Yuuri no balbucees —dijo el rubio, quien no había escuchado nada de lo que Yuuri decía.

 — No… no era nada importante y si me da frio, será por tus malos hábitos al dormir —le mostró la lengua al rubio y fingió no escuchar la propuesta del abrazo.

—Enclenque, puedes ser tan infantil que, incluso pareces lindo — Wolfram estaba ampliando sus horizontes, ya era un reto personal ver hasta dónde podía llegar, claro sin arrepentirse. Y Yuuri estaba cayendo en su juego de coqueteo.

—Wolfram, quiero preguntarte algo y bueno no pienses que es raro pero, ¿qué sientes por mí? —al pronunciar estas palabras, el rey sintió una punzada en el pecho. Los colores se le habían subido al rostro pero aun así mantenía la mirada fija en su prometido.

Wolfram sintió cómo su última gota de paciencia era succionada ante tal pregunta. Aun así respiró profundamente, contó hasta donde pudo y respondió.

—Yuuri —dijo con una falsa sonrisa dibujada en sus labios y con una vena palpitante en la frente, incluso  asemejaba a las de su hermano mayor. — ¿Acaso eres un imbécil? ¿Qué es lo que tengo que hacer para que te des cuenta? Acaso piensas que un noble y orgulloso soldado como lo soy yo, dormiría casi desnudo con cualquiera… O qué yo me permitiría dormir contigo sin estar casados, solo porque sí. No me tomes por una mujerzuela, yo siempre he tratado de dejar en claro mis sentimientos, mejor dime ¿qué carajos sientes tú? —al no ver respuesta de Yuuri, tomó su bata, se la puso elegantemente y antes de que la lluvia de lágrimas  adornara su  rostro, salió abruptamente de la habitación real dejando a un rey estúpido completamente congelado.

                                           ***

P.O.V Wolfram

Salí corriendo a mi habitación; lo más rápido que mis piernas dieron. Azoté la puerta y le puse el seguro, quería llorar, llorar solo, sin que nadie viera mi debilidad. Ya no puedo más con esta carga, estos sentimientos me están matando. ¿Qué es lo que espero?  Me lo he preguntado tantas veces qué, ni siquiera estoy seguro de lo que en realidad quiero. Todo en mi vida era “perfecto”, sé que soy un egoísta o eso es lo que todos dicen y piensan de mí… Pero la víctima fui yo, él solicitó mi mano, accidentalmente o no. Dejó pasar el tiempo y a pesar de que se quejaba constantemente de mí nunca dejo en claro la situación…—El sueño… el sueño me está venciendo, después de tanto llorar. ¿Cuánto tiempo hace que no lloraba?

 Las mañanas eran normales, me levantaba cuando yo quería, bajaba al comedor y el desayuno estaba listo. Tomaba muy en serio el entrenamiento de los soldados a mi cargo. Si bien no era el favorito de todos, sentía como la gente que me importa me demostraba su afecto. Nunca pensé en relacionarme seriamente con nadie y no porque no hubiera montones de mujeres y hombres que me perseguían constantemente, sólo no me di el tiempo de conocer a nadie, en esos momentos sentía que tenía tiempo de sobra para encontrar a alguien que me llenara por completo, no por mi condición social, no por el buen físico que heredé de mi progenitora, simplemente por ser yo. Esperaba encontrar a alguien que me amara como soy, egoísta, berrinchudo, orgulloso, goloso, cínico, apasionado… Así podría entregar mi verdadero yo, débil, frágil, entregado, fiel incluso devoto. Pensé que amar a alguien sería maravilloso pero… 

 Un día sin más, llega un enclenque de otro mundo. Me da una bofetada y me saca de balance, lo reto a un duelo, claro tratando de defender mi orgullo, no podía prometerme con un extraño, aunque este fuera el rey. Me saca de nuevo de balance cuando me da la paliza de mi vida (claro, solo fue porque me confié de mas). Después se va colando lentamente en mi inconsciente, amable con todos a su alrededor sin desmeritar enemigo o amigo, siempre mostrando su estúpida sonrisa, sabiéndose mi futuro esposo. Lo comencé a seguir, fuera a donde fuera no sólo por ser su soldado, también porque me causaba novedad el ver a alguien que, a pesar de ser traicionado podía seguir confiando, que prefería la paz y sacrificarse a sí mismo antes de la guerra y sacrificar a sus amigos.

En fin, cada vez me sorprendía con algo nuevo y debido a eso comenzó mi amor, mí primer amor. Soy un demonio normal y tengo deseos, esos deseos carnales que te vienen por las noches y te despiertan con las sabanas húmedas. Por lo tanto decidí colarme en su cama, consciente de “la moral” del otro mundo, mundo en el que un hombre no puede estar con otro hombre. Prudentemente me tragué todas mis necesidades físicas y era suficiente para mí el sentir su calor. Aun así, después de colarme en su cama no dejó nada en claro, bueno me gritaba y se quejaba pero después de unas noches no decía nada, incluso llegue a sentir sus brazos rodeando mi cintura. Pero luego, la magia terminaba y me encontraba de nuevo con esa barrera invisible, grande, pesada y densa que no me permitía acercarme.

 De verdad llegue a sentir que le importaba un carajo, seguía amable, pero con ese muro bien definido entre nosotros. Comencé a desesperarme y como sé perfectamente que preguntar directamente, alejaría a ese cobarde enclenque. Quise sacar ventaja de mis atributos físicos, permitiéndole que durmiera con mi yo semidesnudo, coqueteándole, mostrándole que estaría con él incondicionalmente y aun así es tan… no tengo una palabra decente que defina a este hombre.

— ¡Rayos! Me quedé dormido, ahora ¿Qué voy a hacer? Ya no aguanto más, deseo que ese enclenque me tome…—salen unas cuantas lagrimas traicioneras— Yuuri idiota voy a comenzar a odiarte…

                                             ***

P.O.V. Yuuri

— ¿Qué siento por ti? Si sales corriendo después de preguntar algo así es imposible que te responda…

Todo comenzó por defender al imbécil de Murata, fui transportado a este mundo de locos, en donde me dicen que yo soy el rey de los demonios, después el hombre más sensual del mundo ofende a mí madre, le doy una bofetada y sin darme cuenta comienza todo…

Sí, gracias a mi naturaleza impulsiva, quedé prometido con un hombre ¿pueden creerlo? ¿Cómo iba a saber? qué dar una bofetada es pedir la mano de alguien. Caí en cuenta de que es el  hombre más perfecto que haya visto jamás, pero no deja de ser UN HOMBRE, lo peor es que él se lo toma muy apecho y yo no sé qué hacer, tiene fama de egoísta, pero desde mi punto de vista… no lo es, bueno tal vez un poco. Claro que, todos lo somos en diferentes magnitudes por lo tanto eso no me importa. Al principio me rehusé con todo mi ser a aceptarlo pero ahora…

Pensando un poco en retrospectiva, lo aprecio mucho, pensaba que era solo un “amigo”, pero cuando él pregunta lo que siento por él, algo dentro de mí se retuerce, pensaba que las relaciones entre dos hombres eran raras, aun así era algo en lo que no pensaba mucho y lo respetaba. Fue últimamente cuando mi prometido comenzó a portarse “extraño”, que mi yo interior comenzó a desbalancearse. Amanecer con él semidesnudo en mi cama me noqueó desde la primera vez, aun así nunca le dije que me molestaba y es porque realmente no me molesta en lo más mínimo. Y ¿Cómo podría molestarme? Bien, eso también es raro, reconozco que ya no sé la definición de “raro”, aun así creo que si estoy entre que me gusta o disgusta, definitivamente me gusta. Pero no puedo decírselo a nadie, estaría cavando mi propia tumba.

Su personalidad es “horrible” pero me complementa, me siento muy a gusto cuando él está cerca, su preocupación por mi y la atención que me da, creo que incluso me han vuelto un tanto engreído, su físico… no tengo nada que decir, es perfecto. Sus labios últimamente me causan curiosidad, quisiera probarlos, no como esa vez que estaba poseído y me besó a la fuerza, quiero probarlos detenidamente. Pero algo me detiene, tengo miedo de lo que siento…—Creo que sí soy un enclenque— 

Ayer tuve el sueño más loco del mundo, me soñé tocándolo, acariciando su piel, besando cada centímetro de su espalda y claro amanecí con un pequeño asunto de hombres, eso me descolocó, desde ese momento supe que algo no marchaba bien. Hace diez minutos casi le digo que me gusta.

Y ahora que lo pienso detenidamente… no es el “me gusta” que sentiría por Murata, tampoco es el afecto que siento por Conrad o Gunter. — ¡Rayos!

Tú tienes la culpa, te colaste en mi vida sin permiso, yo sé que “pedí tu mano” pero eso no lo sabía… — ¿Por qué nunca rompí el compromiso? ¿Por qué todo quedó igual? Cuando tú fuiste quien lo rompió y se fue a casa de su tío. —  Claro ahora comprendo porque nunca lo rompí, creo que esta situación ya no tiene vuelta atrás… Ya no importa quien hizo qué, solo importa lo que nació de ese “accidente”.

  —Wolfram, ni siquiera es un “me gustas”, creo que… te amo…— Con la palabra decidido escrita en el rostro, salió de la habitación real dejando atrás toda su reflexión.

 

                                                 ***

Yuuri golpeaba fuertemente la puerta del rubio, aun así no había respuesta.

— ¡Wolfram, si no me abres voy a tirar tu puerta! — Yuuri, sentía una necesidad implacable de hablar con el rubio.

 Después de lo que parecería una eternidad para cualquiera, el rubio se digno a quitar el seguro de su puerta. El rey entró tímidamente, al encontrarse con la mirada del rubio pudo notar casi de inmediato las molestas marcas que deja el llanto, aquellas manchas estaban perfectamente delineadas en sus mejillas. De nuevo ese dolor en el pecho del rey se hizo presente. Pero fue Wolfram quien rompió aquel silencio tan incomodo.

—Mira enclenque, en estos momentos no quiero ver tu cara ¿Qué es lo que quieres? —dijo Wolfram  con un tono de indiferencia y una mirada fría que congelaron de nuevo la reacción del rey.

 —Wolf yo… — ¡Vamos Yuuri, al grano! Pensó el rey, recobrando un poco la compostura —Quiero que regreses conmigo a la habitación, me dio un poco de frio y quiero abrazarte. ¡Vamos! —No espero la respuesta del rubio, lo tomó de la muñeca y lo jaló. Wolfram no tuvo reacción, en ese momento pasaron mil cosas por su cabeza.

—Yuuri, ¡basta me haces daño! — Yuuri no había medido la fuerza que ejercía en la muñeca de Wolfram —Además ¿piensas que puedes entrar en mí habitación y secuestrarme?

—Sí, claro que puedo entrar en tú habitación y secuestrarte, a caso ¿No eres mí prometido? Eso es lo que tú dices todo el tiempo, ¿piensas que tienes más derechos que yo? —Los ojos de Wolfram solo denotaban sorpresa, Yuuri ¿lo estaba buscando? ¿Había dicho que es su prometido?

—Ya dime Yuuri, ¿Bebiste? ¿Te están chantajeando? ¿Tienes fiebre? — el rubio no encontraba respuesta al comportamiento de Yuuri.

—Bueno… es que saliste y pues… tu sabes, me preguntaste algo y…

—Enclenque, deja el tema por la paz, yo romperé el compromiso y mañana a primera hora partiré a las tierras Bielfield —Lo único que denotaban los profundos ojos verdes de Wolfram, era una tristeza infinita. Yuuri se acercó abruptamente.

—Mira Wolf, deja esa maldita actitud, te cuelas en mi vida y ahora me quieres dejar botado de nuevo. ¿Crees que no tengo sentimientos? Está bien, dime imbécil o masoquista, soy lo que tú quieras pero TE AMO y no pienso dejarte ir tan fácilmente no por segunda vez y si decides huir, te perseguiré hasta el fin del mundo —el rey tomó aire y continuó, Wolfram ocultaba su rostro detrás de sus rizos, realmente estaba en shock. —  Sí, me ha tomado un tiempo comprenderlo, perdona si te hice sentir mal, perdona si te ofendí pero yo no he vivido ni la mitad de lo que tú lo has hecho, crecimos con pensamientos, situaciones, incluso costumbres diferentes, aun así nunca has sido desagradable para mí, eso me inquietaba pero nunca me di el tiempo de pensarlo seriamente y luego aparece esa inquietud cuando no estás cerca, me invade, me ahoga, me sofoca, me tortura lentamente… Luego, llegas semi desnudo  y te cuelas en mí cama, ¿Te detuviste a pensar que estoy en la edad de las hormonas? ¿Sabes lo difícil que ha sido contenerme? ¿El miedo que tenía de hacerte daño? ¿El miedo que me da estar haciendo algo malo? — las lágrimas, se hicieron presentes de nuevo en el rostro del rubio e interrumpió a Yuuri, posando sus labios lentamente en el rostro del rey, quien se detuvo en seco con un leve tono carmín en sus mejillas.

“Oh, tus labios son tan endemoniadamente suaves que me hacen querer probarlos”

—Yuuri, lo siento… es solo que —Wolfram no sabía por dónde empezar, sentía culpa, deseo y emoción al mismo tiempo.

— Wolf, vamos quita esa cara.

—Estúpido enclenque, me dices que me amas pero; me haces probar el cielo y el infierno. Si tú te sientes así, ¿tienes una idea de lo que me has hecho pasar todo este tiempo? Yo sé perfectamente qué todo lo que me dijiste es cierto y claro que todo lo hacía a posta, porque quiero gustarte, quiero que dejes de pensar que está mal… te necesito enclenque —puso sus manos en su rostro, incluso con todos eso sentimientos encontrados sentía arder sus mejillas, jamás imaginó caer así por nadie, él era el deseado, al que acorralaban, al que le mostraban piel de más…

“Tenias que ser un enclenque… el enclenque del que me enamoré”

Yuuri lo tomó entre sus brazos, la necesidad de probar sus labios ya no podía ser sofocada por nada, sus cuerpos encajaban a la perfección, el rey podía sentir como el cuerpo de Wolfram temblaba. Buscó sus labios retirando las manos que cubrían su rostro, en ese preciso instante se encontró con una imagen de Wolfram que jamás imaginó que pudiera existir. Aquel rubio que siempre lucía tan solemne, estaba completamente ruborizado, con las marcas del llanto adornando su rostro y una expresión que a Yuuri le pareció endemoniadamente sensual. No lo pensó un segundo más y se apoderó de sus labios…

“Son tan suaves y deliciosos ¿Qué me pasa?”

Yuuri sintió un escalofrió correrle por la espina dorsal, era su segundo beso con el príncipe de fuego, aun así el primero no contaba para él. Comenzó tímido pero después de unos segundos, quería probar más, tomó la barbilla del rubio para poder entreabrir sus labios, lentamente fue introduciendo su lengua en la boca de Wolfram, quería disfrutar cada segundo. Cada nueva sensación se apoderaba del rey, dejando huella en su cuerpo.

—Yuuri, espera —Wolfram interrumpió el contacto, estaba absurdamente excitado, incluso respiraba con dificultad, pero no quería que pasara algo de lo que después pudiera arrepentirse —No puedes tomarte esto a la ligera…

—Wolfram, yo no me estoy tomando esto a la ligera, te amo y te deseo. No solo deseo tu cuerpo como jamás pensé desear a nadie, deseo que seas solo mío, completamente mío en cuerpo y alma. ¿Crees que volveré a hacerme, él que no conoce tus sentimientos? Y no pienses que voy a ocultar los míos, nunca más te lastimaré con dudas.

“Rayos, Yuuri ¿por qué me haces esto? Hasta donde quieres que crezca mi amor por ti. Enclenque.”

Wolfram se dejó llevar por el deseo y el calor de su pecho, ese deseo contenido por tanto tiempo, ese calor que veía tan lejano, se abrazó al cuerpo de Yuuri, acariciaba lentamente su espalda, su cuerpo no solo era cálido, sino que también lo hacía sentirse completo. Después posó sus manos sobre el pecho de Yuuri ¿Cuántas veces había deseado sentir el palpitar del corazón del  moreno? ¿Cuántas veces deseo pasearse libremente en su cuerpo? Tocarlo, olerlo, acariciarlo, deseaba sentir que Yuuri era solo suyo, anhelaba la oportunidad de entregarse; completo, vulnerable.

Yuuri se dejo querer y ¿cómo no hacerlo?, el rubio de fuego lucía tan manso cómo un corderito. La respiración de Yuuri comenzó a hacerse lenta, su piel estaba completamente erizada, las suaves manos de Wolfram, no le hacían honor a las prácticas diarias de espada. Pronto no pudo aguantar más, el toque de Wolf le gustaba, pero no quería ser más un espectador, él (estúpidamente) también se había contenido durante mucho tiempo, ese deseo suprimido de tocar a la furia rizada, estaba por explotar. Ya no lo veía como una molestia celosa, es más, si hubiera sido Wolfram  amable con todos, probablemente Yuuri lo hubiera puesto en cautiverio.

Wolfram, acercó su rostro al cuello de Yuuri y mordió suavemente la clavícula del rey,  este no pudo más, el suave aliento del rubio, terminó por desbordar esa pasión guardada durante tanto tiempo.

Tomó de la cintura al rubio y lo acercó a su cuerpo, sentía el calor que Wolf desprendía, ese calor, esa piel, ese gesto, esa atmósfera, ese momento todo lo que estaba ocurriendo lo extasiaba, le sacó la bata dejándolo en ropa interior y con una mirada suplicante se dirigió a su amante.

 —Wolf, vamos a la cama ¿Me permitirías tocarte? —dijo el moreno con la voz sensualmente entrecortada.

—Tenías que ser un enclenque, y no cualquier enclenque eres un enclenque lascivo. Mira cómo me tienes, ¿es necesario qué preguntes? Puedes llevarme a la cama, al baño, a la cocina a donde quieras — el carmín no se hizo esperar en las mejillas de Yuuri, ¿desde cuándo el rubio era tan sexy? no lo sabía, lo único que sí sabía, era que no quería esperar más.

—Wolf, tu suenas más lascivo que yo —después de devolverle el rubor a Wolfram, Yuuri atrevidamente pasó su mano por la ropa interior del rubio, esta contenía con dificultad  su miembro que se apreciaba considerablemente duro y rebosante de vitalidad, Wolfram gimió de placer apenas sintió el roce de la mano de Yuuri, al notar la reacción del rubio lo tomó en sus brazos y lo dejó recostado en la cama. Se subió sobre él y comenzó a besar su cuello, pasó por sus mejillas y por fin tocó de nuevo sus labios, pasaron de algunos  besos  castos a unos más profundos, de toqueteos llenos de curiosidad a caricias sensuales llenas de amor y pasión.

Todas esas sensaciones de amor, pasión, calor, curiosidad y deseo comenzaban a apoderase del ambiente, Wolfram cómo pudo le saco la ropa al rey dejándolo en igualdad de condiciones. Ahora las posiciones estaban a la inversa, en un instante, Yuuri, de estar sobre Wolf, pasó a estar debajo de él.

Wolfram por fin tenía lo que tanto ansiaba, sí, a Yuuri. Con todo ese deseo que llevaba cargando por tanto tiempo, comenzó a acariciar cada centímetro de la existencia de Yuuri, con toda esa pasión guardada lamía y mordía, todo lo que se cruzaba a su paso. Al escuchar los casi inaudibles gemidos de Yuuri, le envió una mirada llena de orgullo, pero al mismo tiempo llena de pasión, este acto solo pudo encender más al moreno. Si antes pensaba que Wolfram solo podría ser su “amigo” ahora lo deseaba y sabía que no lo dejaría alejarse de él nunca, que si antes le huía ahora viviría entregado al amor que había aprisionado durante tanto tiempo.

Wolfram notó el cambio en la mirada del joven rey, parecía que lo quería devorar. Sin embargo tenía la ventaja sobre Yuuri y era momento de aprovecharla. Comenzó por besar apasionadamente su cuello, bajó por su clavícula y llego a su pecho, lo apreciaba suave y firme cómo siempre lo había imaginado. Paseo su lengua cínicamente por los pezones ya endurecidos de Yuuri, osó morder uno de ellos y una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal. Demostrándole a  Wolfram, lo excitado que se encontraba en el momento que arqueó su espalda, y soltó un suspiro en el que parecía que estaba dejando aflorar y fluir todas esas increíbles sensaciones.

La mente de Yuuri se encontraba nublada por el placer que el rubio le proporcionaba, no había notado que ya estaba completamente desnudo, hasta que una nueva sensación que superaba a todas las anteriores nació desde su abdomen, hasta su estómago. Wolfram estaba devorando el pene de Yuuri, desde la cabeza del mismo hasta donde su boca le permitía bajar.

—Wolfram… para, no puedo, ya, estoy por…

Wolfram paró, todavía tenía mucho por dar y mucho por recibir.

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Si no hay reviews, no hay continuación :p jajajaja


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