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La mejor cura por Paola-Namikaze

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Notas del fanfic:

 

 

PERSONAJES DE MASASHI KISHIMOTO 

 

 

Notas del capitulo:

El contenido de este fic es un regalo para la autora maria uchiha uzumaki  pero espero y ustedes tambien lo disfruten.

 

FELIZ CUMPLE HONEY!!!!! Suertuda cumples el mismo dia que Naruto. Esta chica cumple el 10 de octubre por ende esto tambien va para mi rubio sexy.

 

TARDE, PERO SEGURO.

 

Esa es una imagen del fic ====> http://imageshack.us/a/img706/6625/lamejorcura.jpg

 

 No se como poner imagenes aqui con este nuevo coso. Si alguien sabe digame por favor

Cansado era la palabra que mejor describía al moreno que, sin ganas y con adoloridos movimientos, se dirigía a entregar el reporte de su misión. En las últimas semanas había estado en una misión algo tonta, para su gusto, pero aun así y por culpa de sus compañeros había salido herido superficialmente en distintas partes de su cuerpo ¿Por qué le habían asignado incompetentes como compañeros de equipo? No lo sabía, pero parecía que esa era la historia de su vida. A su lado caminaban ambos chicos con sus mascaras puestas y él con un suspiro sonoro aceleró el paso para poder llegar más rápidamente a su destino y poder llegar a casa a para tomarse un descanso bien ganado. Otra palabra que lo podía describir era molesto, le molestaba tener que hacer la misma rutina siempre porque, una vez que llego a la oficina del Hokage, este lo había regañado frente a sus compañeros por sus heridas y le había mandado a la enfermería ¡El no era un niño! Y Naruto, que se había convertido en Hokage hace unos años ya, le trataba como tal y eso le molestaba, aunque otras veces le gustaba que se preocupara por él. Cuando estaba en la enfermería fue atendido inmediatamente y le ordenaron quedarse ahí a pesar de que las heridas no eran graves,  pero al fin y al cabo ahí había una camilla en la que podía descansar mientras la chica llenaba el reporte con su estado de salud.

 

 

 

Una vez la enfermera se fue el se retiró su máscara dejando ver así su hermoso rostro, la camisa negra, que aun poseía, se pegaba a su cuerpo marcándole cada línea, aunque a los costados tenia las claras marcas de un combate difícil, se volvió a colocar los guantes negros para ocultar las heridas que había impedido que curaran porque no quería que la chica, como en otras ocasiones, se pasara de lista. Cansado se recostó en la cama, no quería mover mas su maltratado cuerpo. Estando así, en esa situación, luego de tener una misión le permitía descansar y relajar los músculos, que molestos, se quejaban mandando incontables estímulos que hacían que su cuerpo doliese; eran días así en los que le gustaba de una cama cómoda, un ambiente fresco y relajante justo como ese, el sonido del silencio y la brisa entrando traviesa por la ventana y acariciando su piel… Si, días como ese en los que provocaba descansar y no pararse de la cama. La verdad no supo cuando, pero sus ojos se habían cerrados y sus sentidos apagado, y es que todo estaba tan perfecto que le empujaron a eso.

 

 

 

 La paz era perfecta y anhelada.

 

 

 

Las horas pasaban y él no se daba cuenta porque, la verdad , estaba agotado. Las ocho dieron y el joven durmiente no notó que en la enfermería de la oficina del Hokage no había más nadie que él y el joven de rubios cabellos, dieron las ocho y el joven de cabellos rubios había estado contemplando la figura dormida sobre la camilla, dieron las ocho con un minuto y se pudo ver la oscuridad de unos ojos abriéndose. Los adormilados ojos ónices se abrieron topándose de lleno con la luz de la lámparas y como movimiento de reflejo llevo sus muñecas para cubrir sus ojos, sintiendo en el proceso lo rasposo de la tela en ellas sobre sus parpados y frente; poco a poco la luz se hizo aceptable y abrió sus ojos completamente y pudo ver frente a él la figura sonriente de un rubio que le miraba con ternura. Con elegancia se sentó en la cama ignorando por completo el adormecimiento de sus músculos y la nulidad mental que se le daba por haberse despertado recientemente, sus manos apoyadas a ambos lados de su cuerpo y su mirada fija en Naruto no previeron el siguiente movimiento por parte del menor: Naruto se había lanzado sobre los finos labios de Sasuke sin darle tiempo a protestar .

 

 

 

Una lucha de labios comenzó, la lengua ansiosa del rubio se abrió paso delineando los finos labios, los blancos dientes, las rosadas y suaves encías y el duro paladar hasta encontrar a su ansiosa compañera; el roce de esos dientes sobre su labio inferior y el sentir la presión en su cabeza empujándolo hacia adelante le encendía la pasión que había estado dormida, esperando el regreso del moreno. Lo había extrañado, la verdad, ambos se habían extrañado.

 

 

 

Un quejido de molestia murió en los labios del Jinchūriki, que al presionar al moreno fuertemente contra la camilla le lastimó las heridas, aunque poco les importo a ambos porque siguieron devorando sus labios. Para Naruto las ganas de devorar ese cuerpo eran enormes y crecían a cada segundo y mientras más duraba el beso junto con las caricias descaradas del azabache en sus muslos mas perdía el poco control que poseía. Las manos bronceadas se colaron por la camisa negra y la camisa de red metálica para poder tener contacto con la blanca y fría piel del anbu , sus labios ansiosos tenían una sed de esa salada piel por lo que empezó a besar la piel del hombro descubierto, haciendo que su lengua acariciara las pequeñas cortaduras y sintiendo en el proceso el sabor peculiar de la piel cuando estaba abierta. Sus largos dedos llegaron hasta las sobresalientes rosadas del pecho color leche y dieron un ligero apretón, provocando que un gemido inundara la enfermería.

 

 

 

—Debes tener más cuidado en las misiones, Sasuke. Esta vez has llegado con muchas heridas— sus manos desnudaron los brazos del mencionado, dejando al descubierto los pequeños cortes que se ocultaban con el guante.

 

 

 

Sasuke bufó molesto.

 

 

 

—Debes dejar de enviarme a misiones con personas incompetentes y principiantes, Naruto, sabes perfectamente que yo puedo solo con una misión— mordió el cuello de Naruto en un acto de molestia, pero a la vez de placer.

 

 

 

El calor que sentía a través de las telas de su ropa fueron suficientes para encender la pasión en él, los besos de Naruto sobre las heridas de sus brazos ardían, pero se sentían bien; la saliva sobre ellas se secaban poco a poco dando una sensación de alivio que a la vez le producía placer y las manos acariciando las partes sensibles de su pecho era simplemente excitante. Era excitante la manera en la que el cuerpo de Naruto lo tenía aprisionado contra la camilla, sus piernas prácticamente colgaban por la posición en la que estaban, aunque un poco incomoda para su gusto, permitía el roce de sus partes erectas  aun sobre la tela del pantalón.

 

 

 

Pronto Sasuke se vio sin ningún tipo de tela en su cuerpo, dejándolo expuesto a las caricias y besos que le proporcionaba tan fervientemente Naruto. El rubio aun poseía puesto su pantalón, pero la camisa y la capa del Hokage se encontraban en el piso junto con la ropa de Sasuke. Sus pieles se rosaban, sus labios se devoraban y sus manos se daban la atención correspondiente.

 

 

 

—No sabes cuánto te extrañé, Sasuke, te extrañé tanto que pensé que moriría sino regresabas pronto— decía con la voz ronca por el deseo mientras besaba el cuello moreno. Los ojos negros, que velados por el placer de las caricias y apenas podía ver, se enfocaron en la cabeza rubia.

 

 

 

Con sus manos tomó el rostro de Naruto e hizo que le viera a la cara para luego besar sus labios con ferviente pasión, una vez el beso terminó y con una voz que reflejaba el deseo y la necesidad le dijo en un susurro—: Te necesito, Naruto, te necesito ahora mismo.

 

 

 

Y solo eso bastó.

 

 

 

Solo eso bastó para que Naruto perdiera el control.

 

 

 

Volteó a Sasuke para que este quedara dándole la espalda y depositó un beso en su clavícula, llevó sus dedos hasta su propia boca para humedecerlos y luego de unos segundos esos mismos dedos ya se encontraban en la prisión de placer del moreno, quien al sentir la intromisión soltó un pequeño gruñido y se apoyó de lleno sobre la camilla, dejando caer su peso en ella y sintiendo como los dedos de Naruto se movían placenteramente en su interior.  Sus piernas temblaron y su corazón se aceleró, su mundo se detuvo y sus sentidos enloquecieron, su razonamiento se fue con la llegada del placer. Un gruñido ronco se escapó de su garganta junto con su esencia, manchando la pequeña camilla y la mano de Naruto ¿La razón de su orgasmo? Simple, Naruto tocó ese punto que lo vuelve loco.

 

 

 

—Eres delicioso— sacó sus dedos y penetró de una vez. Estaba en su límite y sabía que Sasuke también.

 

 

 

Una sacudida y un movimiento lento.

 

 

 

—No juegues conmigo, Dobe, y muévete— el mismo movió sus caderas hacia atrás.

 

 

 

Lo había extrañado, había extrañado todo de Naruto.

 

 

 

Le había hecho mucha falta estar a su lado y sentirse junto a él, sentir el amor que le daba.

 

 

 

Si, lo había extrañado y necesitado, pero era algo que nunca le diría. Su orgullo no se lo permitía, tal y como no le permitía gemir fuertemente ante los certeros y fuertes movimientos del rubio en su interior.

 

 

 

—Tanto me extrañaste, ¿ah?— preguntó algo burlón pero con la voz impregnada del deseo, sus movimientos no paraban y cada vez eran más fuerte;  quería que Sasuke gimiera.

 

 

 

Una mordida en el hombro, un movimiento certero y un pequeño gemido salió de sus labios.

 

 

 

Naruto miró detalladamente la espalda y los brazos maltratados de Sasuke: tenían heridas de cortadas con una katana o un kunai y eran profundas. Se molestó de que el moreno no tuviera cuidado en sus misiones ¿Cómo en una misión de reconocimiento podía resultar tan herido? Naruto de forma discreta había estado enviando a Sasuke a misiones sencillas para evitar precisamente eso, para evitar que se lastimara más de la cuenta, pero el azabache al parecer creía que tenía nueve vidas porque no se cuidaba. Un golpe en su abdomen, propinado por el codo de Sasuke, le dijo que estaba siendo en extremo rudo… pero es que, la verdad, esa era la manera más placentera de descargar la molestia: penetrar fuertemente a Sasuke. Respiró hondo y paró el acto porque  si seguía así le haría daño a Sasuke y eso era lo que quería evitar.

 

 

 

—Ahora ¿qué?— su voz sonaba molesta, pero ¿Quién no estaría molesto si paran todo cuando están en pleno acto y lo dejan con la excitación a millón? Aun desde la posición en la que se encontraba ladeó su rostro para observar a Naruto que se veía pensativo y molesto.

 

 

 

—Te daré de baja en tu rango— contestó luego de varios minutos en silencio.

 

 

 

—¡¿Qué?! ¡¿Qué diablos te pasa?! ¡No puedes hacer eso!— empujó a Naruto y se enderezó para mirarle a la cara.

 

 

 

—Si puedo.

 

 

 

—¡Estas demente! ¡¿Qué diablos pasa por esa cabeza tuya?!

 

 

 

—No, ¿Qué diablos pasa por tu cabeza? Últimamente llegas mas herido de lo normal y un día de estos llegaras muerto ¿Quieres morir acaso?

 

 

 

—No dramatices esto, Naruto, ¿por esta tontería paraste todo?— ladeó el rostro y lo miró molesto.

 

 

 

—No es una tontería preocuparme por mi pareja.

 

 

 

—Es una tontería que me trates así, no soy una chica, Naruto. No me trates como una.

 

 

 

—¡Por Kami, Sasuke! ¡Me preocupas! ¿Qué no entiendes que no quiero perderte?— el susurro de su voz acarició el corazón duro de Sasuke.

 

 

 

Un fuerte latido que se expandió por todo su organismo, por todos sus sentidos.

 

 

 

—No soy una chica— repitió moviendo el rostro a un lado para ocultar el ligero todo carmín que de seguro apareció en su pálido rostro.

 

 

 

—Y no te estoy tratando como una, pero entiende que no puedo seguir viendo como llegas porque no soporto la idea de perderte, Sasuke.

 

 

 

Otro latido.

 

 

 

—No quiero estar aquí pensando en que te puede pasar porque no te cuidas o como llegaras la próxima vez o si no llegaras— se acercó a él y le abrazó ocultando su rostro en la curvatura de su cuello y aspirando el aroma del azabache— No quiero perder a quien amo, me sentiría vacio y ya no tendría nada, Sasuke. Tengo miedo.

 

 

 

Esa especie de declaración sacudió su cuerpo y de forma automática correspondió el abrazo.

 

 

 

—Eres la persona más estúpida que he conocido en toda mi vida. Yo soy una persona fuerte y no hace falta que me cuides, se siente extraño que hagas eso y el darme de baja solo conseguirás que me moleste contigo tal y como lo estoy ahora.

 

 

 

—No me importa si te molestas y te quieres ir de casa porque si es necesario te amarraré, pero no quiero exponerte a peligros. Sasuke, eres lo único que me queda, eres la única persona que me importa en este mundo y no te voy a perder no importa lo que tenga que hacer— levanto su rostro y deposito un casto beso en los labios entreabiertos del moreno, quien se encontraba algo sorprendido por las palabras de Naruto— Te amo, te amo, te amo, Sasuke.

 

 

 

Y lo volvió a besar.

 

 

 

Un beso arrebatador y con temores, temor de perderlo, temor de no verlo más. Naruto podía haber crecido o madurado mucho, pero aun era débil ante la pérdida de las personas y más aun cuando esa persona era Sasuke. La persona que mas amaba en el mundo.

 

 

 

Con sus brazos acarició suavemente la espalda apiñonada y el beso bajo de intensidad, él sabía perfectamente esa agonía de poder perder un ser querido porque eso era lo que vivía cada vez que una de esas chicas lanzadas se le acercaban a Naruto porque nadie en ese lugar sabía lo que había entre ellos y temía que las chicas se aprovecharan de la soltería del apuesto Hokage.

 

 

 

En pocos segundos se vieron en la misma situación, pero esta vez frente a frente y el contacto era más intimo y mas lleno de sentimientos. Las manos ansiosas presionaban mas contra sí el cuerpo que se movía frenético tratando de llegar más adentro de su cuerpo, sus labios entreabiertos dejaban escapar los suspiros que los labios contrarios provocaban al besar su cuello y los gruñidos que se escapaban cuando la lengua ansiosa de su piel se paseaba por su cuello y sus heridas aumentaba su excitación, la fricción que ejercían ambos torsos sobre su miembro erecto era sensacional. Con movimientos torpes se acostaron completamente sobre la camilla de sabanas blancas y con movimientos precisos siguieron con su acto.

 

 

 

Piel contra piel.

 

 

 

Boca contra boca.

 

 

 

Pasión contra pasión.

 

 

 

Un beso que robaba el aire, una caricia que robaba la razón y una entrega que sanaba el alma.

 

 

 

Con su mano y en un acto nada propio en el aparto los mechones dorados que se pegaban en la frente contraria y acaricio su mejilla, su otra mano se posó en el pecho de Naruto y sintiendo la humedad de esa piel, pero lo más importante era que sentía los latidos de ese descontrolado corazón que latía al mismo ritmo que su corazón. Subió la vista del pecho al rostro y vio esa hermosa cara roja del esfuerzo, pero con una sonrisa que le robaba el aliento.

 

 

 

Y todo llego al final.

 

 

 

Ambos se corrieron.

 

 

 

Sus cuerpos se tensaron y millones de corrientes eléctricas recorrieron su cuerpo.

 

 

 

—Te amo— susurró dejándose caer sobre el cuerpo de Sasuke.

 

 

 

Respiro hondo y hundió su rostro en la curvatura del cuello del oji-azul, su corazón latía fuertemente y estaba seguro de que Naruto lo podía sentir, tragó fuertemente llevando con el liquido bucal su orgullo— Yo también te amo— susurró quedado.

 

 

 

Los ojos azules se abrieron atónitos.

 

 

 

Sasuke nunca le había dicho un Te amo y su argumento para eso era que solo las chicas veían tener sexo como un acto de entrega y amor en el que tenían que decirles siempre te amo y el no era una chica, pero hoy dejo de lado todo eso para decirle esas hermosas palabras. En un acto de emoción abrazó fuertemente el cuerpo moreno hasta que un quejido se hizo presente en el ambiente.

 

 

 

Se sentó en las caderas de Sasuke  con una sonrisa empezó a reunir chakra en su mano derecha y ante la mirada atónita del azabache empezó a curar las heridas del cuerpo contrario.

 

 

 

—¿Cuándo aprendiste a hacer eso?— preguntó extrañado mientras sentía como el chakra del Hokage cerraba sus heridas.

 

 

 

Una sonrisa lo cegó.

 

 

 

—Durante tu misión le pedí a Sakura que me enseñara a hacerlo porque yo quiero ser tu enfermero de ahora en adelante— dijo con una sonrisa y luego bajó a besar los finos labios.

 

 

 

—Entonces lo de hace rato ¿Qué era?

 

 

 

—Te puedo curar, Sasuke, pero no te puedo revivir.

 

 

 

Un abrazo que llegó a su corazón y un beso que rompió sus defensas.

 

 

 

Siempre pasaba eso cada vez que Naruto decía algo lindo y luego daba esas demostraciones de cariño. Ese idiota hacia cosas que lo desarmaban.

 

 

 

—Te amo, Sasuke— dijo una vez dejó de curar su cuerpo y se recostó junto a el, apoyando su cabeza en el pecho del azabache y cerrando los ojos para descansar un rato antes de ir a casa. A la casa de ambos.

 

 

 

—Idiota, yo también te amo— susurró luego de unos minutos.

 

 

 

Otra palabra que describía a Sasuke era feliz.

 

 

 

Feliz de estar junto a ese idiota que amaba y que le sacaba de quicio con todas las ocurrencias que tenía,  que le curaba las heridas que el pasado hizo en su corazón y que con su amor le profesaba un buen futuro.

 

 

 

Palabras cursis, pero era la verdad.

 

 

 

Junto a Naruto el era feliz.

 

 

 

Todo rastro de su pasado era borrado con besos y caricias.

 

 

 

Estaba feliz de estar con él.

 

 

 

—Feliz cumpleaños, Naruto— susurró acariciando las hebras doradas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero y a todos les haya parecido saben lo que me cuesta escribir lemon asi que espero y haya sido aceptable 

 

Mari pasatela muy bien ma~ana 

 

Ya saben se aceptan review con sugerencias o lo que quieran.

 

 

>.<

Neko


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