English Class.-
This is so freaking boring. Era lo único que mi cerebro podía pensar en este momento, el profesor de inglés estaba haciendo la clase más aburrida de la historia de las clases de inglés. Todo se trataba de responder preguntas de un libro luego de escuchar una grabación de un CD. Nadie le prestaba real atención ni al profesor ni al audio, en lo personal me encontraba frente al profesor limándome las uñas porque ya había terminado su actividad, debo agregar que mis tres años en California no pasan en vano.
Todos seguían conversando y solo algunos habían terminado el trabajo en clase, cuando de la nada el profesor se puso de pie golpeando la mesa y desconectó la radio.
- Suficiente – Dijo elevando la voz y ordenando sus cosas – Mañana tienen prueba de esto, sin peros – Y luego salió del salón.
Apenas cruzó el dintel de la puerta un montón de insultos enfocándose principalmente en su vida sexual comenzaron a ser escuchados por el salón. Los comentarios fueron el tópico del día hasta la última hora de clases, donde convocaron a una clase de reunión de urgencia para tratar de arreglar el asunto de la prueba del día siguiente.
- Kim Kibum – dijo el presidente de la clase – eres el más cercano al Profesor Choi. ¿Podrías ir a hablar con él para tratar de mover o cancelar la prueba?
Mis compañeros empezaron a emitir comentarios para tratar de convencerme, así que terminé dando un bufido mientras me daba media vuelta y salía al pasillo para encaminarme hacia la oficina del profesor.
Al llegar al frente de la puerta la golpeé suavemente y luego escuché que me autorizaban a pasar.
- Profesor Choi – saludé haciendo una reverencia – necesito hablar con usted.
- Sr. Kim, ¿en que lo puedo ayudar? Dudo que necesite una asesoría en la lengua inglesa – dijo con un tono que dejaba totalmente en claro que la ironía salía por cada uno de sus poros y acomodaba algunos papeles encima de su escritorio.
- No, de hecho no – dije tranquilo – venía a hablar con usted sobre la prueba que mi curso tendrá mañana sobre el audio que puso en la clase.
- Key – cuando me llamaba así, era que las formalidades habían quedado completamente atrás – el curso se comportó totalmente horrible, fueron insoportables y casi nadie hizo el trabajo en clase.
- Está bien, pero, ¿de verdad era necesario una prueba? – dije apoyando mi codo en el escritorio y el puño en mi mejilla derecha
- Es la única forma de asustarlos y que estudiaran.
- Pero no quiero tener prueba mañana.
- No me interesa Key, la prueba va mañana y punto – se levantó y me dio la espalda
- Pero Minho– caminé hacia él y lo abracé por la espalda – ese audio era bastante aburrido, por eso es que casi nadie le prestó atención.
- No puedo hacer nada contra su aburrimiento juvenil – se giró y me miró fijamente a los ojos.
- Okay, es entendible tu molestia, pero insisto… ¿Es necesaria la prueba? – mantuve la mirada fija en sus orbes oscuras.
- Carajo Key, no me mires de esa manera. Sabes que no me gusta cuando me miras así.
- Tú fuiste quien me miró primero fijamente – coloqué una mano en su ancho hombro – además no me molesta en absoluto.
- ¿Me estás tratando de convencer para evitar la prueba?
- No. En absoluto. Solo quiero que te relajes, ha sido un día lleno de adolescentes aburridos ¿no es cierto? Ven, sé un poco de masajes para relajar tu cuerpo – Tomé sus manos y lo dirigí a la silla de su escritorio – no quiero que mi profesor favorito tenga la cara larga hasta llegar a casa – terminé sentándolo y comenzando a masajear sus hombros.
- Key, no es necesario. Preferiría que esto lo dejáramos para conversarlo en casa
- Kibumi no quiere ver a hyung triste – apliqué todo el aeygo aprendido de Minho durante todos estos años – Kibumi quiere a hyung contento – rodeé la silla donde estaba y me senté en el escritorio y pegué mi rostro al suyo y comencé a rosar mis labios con los suyos sin llegar a besarlo – no le hace bien estresarse
- Key. Estamos en la escuela. Puede venir quien sea – cerró sus ojos mientras colocaba una de mis manos en su nuca y la acariciaba haciendo pequeños círculos
- ¿Y eso no lo hace aún más excitante?
- Cierra la puerta. – Me exigió.
Técnicamente me separé rápidamente de él y corrí a colocarle pestillo a la puerta. Cuando me di vuelta para volver al escritorio Minho choqué con él, que automáticamente atacó mi cuello haciendo que mis sentidos se volvieran completamente locos. La verdad no sé si fueron mis hormonas adolescentes, la masculinidad de Minho, la calentura del momento, o el hecho de poder ser encontrados en cualquier momento por alguien del colegio, pero me estaba volviendo loco. Choi Minho sabía lo que hacía, lo sabía muy bien y me encantaba. Demasiado.
- Minho… – gemí suavemente su nombre cuando se apartó de mi cuello – La puerta hace mucho ruido - terminé la frase mirándolo de forma penetrante
- ¿Y las mesas de madera no? – sonrió de medio lado – lo hace más excitante ¿no?
Okay, era suficiente. Kibum, Kibumi ya no está. Ahora se trataba de Key al 100%. ¿Vine por una prueba de inglés? A la mierda, esto iba a terminar de otra forma y el profesor tendría que responder por esto.
Me lancé sobre él para darle un beso acalorado. Su lengua trató de apoderarse de mi, pero no se lo iba a hacer tan fácil. Me abrazó fuertemente y mis manos se dedicaron a viajar por su cuerpo sobre la ropa. Pero no era suficiente. Empecé a desabrochar los botones de su camisa y mi mirada se perdió en sus pectorales un par de segundos. Para despertarme de aquel momentáneo bloqueo él me tomó de la nuca con sus fuertes manos y me acercaba a él para seguir besándome, su respiración se aceleró y sus manos comenzaron a recorrerme con interés.
Después de un par de minutos nos separamos y logré desabrochar su cinturón. Minho me miró levantando una ceja e invitándome a continuar con mi misión, por lo que desabroché también su jean y lo bajé casi con desesperación junto a su ropa interior dejando a la vista su miembro, que ya estaba bastante erecto, pero no completamente. Y me encargaría de eso.
Comencé a tocar su miembro lentamente mientras ambos nos mirábamos a los ojos sonriendo. De repente ya no pude aguantar más y me agaché para colocar mi cara frente a su pene. Sin perder el contacto visual comencé a lamer su glande delicadamente y de un momento a otro estaba besando y chupando todo hasta que la tragué entera. En ese momento Minho se sorprendió y lanzó su cabeza hacia atrás al mismo tiempo que liberaba un gemido casi rugido excitándome mucho más de lo que ya estaba, si es que aquello era posible.
Con sus manos tomó mi cara y me ayudó a subir nuevamente hacia su boca para seguir besándonos. Seguí recorriendo su fornido cuerpo y él me abrazó fuerte haciendo que me sintiera envuelto y protegido por él haciendo que mi piel se erizara y un fuerte estremecimiento recorriera todo mi cuerpo.
- Key, tu ropa me estorba – soltó ronco
- Shh… just fuck me… now – no sé de donde saqué voz para decir aquello, pero ya estaba dicho y Minho en menos de un segundo ya me tenía a su completa disposición recostado boca acabo sobre algunos de sus papeles.
Suavemente comenzó a besar y lamer desde mi espalda baja hasta el nacimiento de mi cabello en línea recta subiendo principalmente por mi columna. En el recorrido sentí como su pecho también rozaba mi espalda. Sentía sus pectorales frotándose contra mi piel y volví a estremecerme y soltar un par de suspiros mezclados con gemidos de completa excitación. Sentir todo su peso sobre mi y estar inmóvil me encantaba.
Tomó mis manos con una suya y me volteó quedando cara a cara nuevamente. No hablamos, no hacía falta, pero nuestras lascivas miradas eran más que suficiente. Me descolocó en cuanto sonrió de lado se acercó a mi oído y me susurró:
- Te amo Key. No sabes cuánto.
No supe como reaccionar ante esto y solo pude abrazarlo a mi con las piernas, ya que aún tenía agarradas mis manos.
- Yo también Minho. Te amo demasiado.
No era suficiente. No solo lo amaba. Era algo mucho más grande. Pero era todo lo que podía expresar con palabras en aquel momento. Mi cuerpo seguía ardiendo, pidiendo por más de él y se lo hice saber moviendo suavemente mi cadera contra la suya haciendo que nuestros miembros se rozaran. Minho pareció entender este gesto, ya que soltó mis manos, separó mis piernas y se posicionó en el centro de ellas. Colocó tres dedos dentro de mi boca y los lamí casi con devoción. Una vez completamente mojados los sacó de mis labios y rápidamente introdujo uno en mi entrada. Casi no sentí molestia, ya que Él sabía dónde tocarme, por lo que solo soltaba gemidos de pacer. Luego introdujo el segundo y al ver que la respuesta era la misma, introdujo rápidamente el tercero provocando que mi espalda se arqueara ligeramente dándole a entender que estaba lista para recibir algo más grande.
Sacó sus dedos y rápidamente me embistió. En ese momento una electricidad infernal recorrió mi cuerpo y me partió en dos. Sentí un dolor tan poderoso que se alojó un momento en mi garganta para luego ser liberado en un gemido que bien podía ser un grito ahogado que fue apaciguado por un placer increíblemente fuerte dejándome aturdido.
Choi se quedó inmóvil un par de segundos para ver si me encontraba bien y que no me hubiese hecho daño, pero yo me quedé quieto para dejar que mi cuerpo se acostumbrara a él completamente. Al cabo de unos momentos me abracé más a él con mis brazos y piernas mientras escondía mi cara en su clavícula y movía mi pelvis hacia adelante, dándole la señal de que comenzara a moverse.
Ambos estábamos disfrutando, se notaba en nuestros jadeos, nuestros gemidos, nuestra respiración coordinada, en las pequeñas miradas que nos lanzábamos a través de nuestros flequillos. Lo amaba. Él me amaba. Nos amábamos. En este momento poco me importaba que se tratase de su oficina en la escuela donde él era profesor de inglés y yo solo un alumno más y que nuestra relación estaba completamente prohibida. Íbamos a disfrutar este momento, nuestro momento.
Aprovechando el largo de su miembro, lo sacaba casi por completo y lo volvía a meter en mi de un solo tirón, provocándome pequeños espasmos. Estaba completamente erizado, totalmente entregado a él. Mi columna subía y bajaba con cada estocada que daba en mi. Al cabo de unos minutos Minho comenzó a tocar mis pezones. Definitivamente él quería matarme. Sentía que iban a explotar cada vez que los tocaba con total dedicación y él se dio cuenta de esto y lo usó a su favor.
En ese momento sus embestidas aumentaron de velocidad y colocó una de sus manos entre nuestros cuerpos para comenzar a masturbarme. No es que necesitara eso para terminar, pero no me iba a quejar en absoluto.
Luego de unos pocos minutos ambos explotamos. Él se corrió dentro mío no sin antes avisarme y yo acabé en una gran explosión casi cayendo en un desmayo. Cayó rendido sobre mi aplastándome nuevamente para besarnos. Esta vez se trataba de un beso lento, tierno, lleno de amor. Él salió de mi interior y se recostó a mi lado en su propio escritorio, apartó algunos cabellos sudados de mi frente y acarició mi mejilla.
- Tuve suerte de encontrarte en este colegio
- ¿Tú crees? Es el destino – coloqué una mano en sus abdominales
- Si, puede ser – rió bajo – Eres mi destino
- Te amo Choi Minho
- Te amo Kim Kibum
Ambos nos abrazamos y dimos un último beso
- A propósito… la prueba queda para la próxima semana.