La balada del viento
El viento que resuena entre los arboles puedes escucharlo?
Tú que fuiste el viento que azoto mis ramas cansadas,
Tú que fuiste la canción que doblegó mi corazón que canta para ti amor perdido,
La canción que ruega por la vida que se te negó junto al amor que quedaba en mi corazón.
Tú dulce rosa ahora marchita, que se regocijo en mis pensamientos,
Puedes sentir el dolor que rodea mi corazón roto?,
Quiero culpar al destino, quiero culparte a voz,
Pero solo yo soy responsable de nuestro cruel adiós.
Mi linda piedra de plata, mi alma, mi ser,
Linda criatura que baila en el atardecer,
Dulce armadura que me hace enloquecer,
Lléname de tu cuerpo insaciable, tan amargo como el amanecer.
Mi tierna y pequeña ave inocente… pura
Dulce dueño de mi desvelo infernal,
Desplegaste tus alas demasiado pronto
Y a tu corazón libertino no le pude alcanzar.
Maldita luna virgen, hermosa,
La gloriosa luz de mis días en la oscuridad,
Mi tortura, mi más preciada condena,
En mi vivirás, tan claro como mi ser.
Pero no sabes las ganas que tengo de verte, rosa espinada,
Y saborear esos labios venenosos que jamás bese,
Dulce y amargo encanto de la vida,
Que sería de mi alma corrupta sin tu recuerdo?
Mi eterno niño, escuchas el viento…
Que resuena con tranquilidad buscando tu cuerpo frio?
Miras las finas hojas que caen, como adornos del cielo
Para glorificar tu nombre que se clavo en mi piel?
Dulce imprudente amor joven, mi más pura y verdadera pación,
Amor de mi gloriosa juventud, ahora marchita como mi corazón.
Dime, como podría yo olvidarte, si en mis manos se quedo tu olor?
Si el viento se tatuó nuestra balada donde nos juramos amor.
La balada, la única que me recuerda tu risa, que me hace temblar.
La única que necesito para recordar que una vez viví y morí al mismo tempo…
La única cosa que me hace revivir en mi memoria los días junto a ti…
Pero espérame porque pronto estaré a tu lado mi amor joven y enfermizo.
Porque pronto veré las estrellas del cielo tomado de tu mano,
Porque pronto volverás a llenarme de eso horrorosos celos que me destruyen,
Con cuanto tipo se te cruce por enfrente, y desee darte lo que no le pertenece,
Pero así te conocí, libre, tan libre como el tiempo, por eso te amo.
Mi amor desesperado e ingrato,
Escuchas estos mis locos latidos continuos?,
Son todos por ti, mi dulce llamado y entrega a la perdición,
Porque solo tu provocas que mi cuerpo reacciones a tus indecorosos antojos,
Solo tú que me dejas caer, y caer, pero no importa, siempre volverás a recogerme.
Amor, recuerdas esos días de colegio cuando el viento jugaba con tu pelo?
Sin duda los mejores de mi vida porque pude conocerte y empezar a sentir más allá de mi mismo.
Aunque no quise aceptar mi amor por ti, y lo negué mil veces…
Pero tú siempre estuviste para mí, dándome cada minuto perdido, cada caricia no dada, cada palabra marchita.
Amor limpio, sucio, desmoralizado.
Amor corrupto, mi dulce pecado imperdonable,
Aunque me arranquen el alma…
Nunca dejare de adorarte.
Para: Gilbert Cocteau
Siempre tuyo… Serge Battour.
Mi amor joven, cuantas personas recordaran aquellos sus días de juventud…?