|Prólogo 1| -Pov. Naruto-
Me llamo Naruto Uzumaki, tengo 19 años y esta historia que viene a continuación es culpa de una persona que removió mis pensamientos y sentimientos ocupándolos y haciéndome enloquecer.
Soy estudiante y buscaba piso cercano a la Universidad de Konoha de Artes para poder estudiar artes plásticas, desde pequeño sueño con ser un gran artista que deje su huella en la historia y ahora he encontrado a mi Adonis, mi David de Miguel Ángel, el héroe de mis cuadros, fotos y dibujos y todo “gracias” a la inmobiliaria.
Quería un piso compartido para pagar una renta más barata y encontré uno bastante acogedor, agradable, económico y con “buena compañía”, pero todo era una farsa, las imágenes estaban manipuladas o eran de otro piso.
La segunda vez tuve suerte, era un apartamento pequeño pero espacioso en el que sólo vivía un músico, ¿qué esperaba? Ellos siempre viven en su mundo, al igual que yo en el mío, pero la música me inspira y pensé en que el seguro podría hacerlo. No me disgusta ningún tipo de música… excepto el reguetón, ese odioso ruido que martillea mi cabeza cada vez que lo oigo, pero mi prejuicio sobre los músicos en él fue erróneo.
Él, un teme, con su mal humor, la sonrisa burlona de medio lado que suelta a veces, su mirada fría, distante y negra con la que suele saludar a todo el mundo y sus dedos finos y largos tocando su guitarra acústica negra haciendo sonar la misma melodía de vez en cuando, practicando y componiendo otras nuevas… envolviéndome con cada nota musical, y yo, con cada trazo que realizo y esbozo en el papel lo retrato, a él a su música y su propio ser.
Acepté vivir ahí porque era confortable y la renta era barata, también estaba cerca de la universidad y de todo a la vez. Sin embargo, me enamoré del azabache de ojos fríos y negros como la noche sin estrellas ni luna de aquel día, de mi compañero de apartamento con el que vivo llamado Sasuke…
Naruto Uzumaki
|Prólogo 2| -Pov. Sasuke-
Mi nombre es Sasuke Uchiha, tengo 21 años y lo demás no os concierne. Sólo os importa el fisgonear el por qué de la existencia de esta historia, ¿no? Bien, por mi parte soy guitarrista oficial de la Universidad de Konoha de Artes, concretamente pertenezco a artes escénicas. Llevo en esta universidad desde hace dos años y hasta ahora he ido ganando fama por estar en la banda oficial y haber actuado en varias ocasiones por toda la ciudad y el mismo campus.
Hasta hace relativamente poco vivía solo en mi apartamento por la comodidad y paz que la soledad me daba, o eso creía. Estaba bien hasta que llego un rubio de ojos azules como el cielo sin nubes a mi puerta, como un ángel recién caído de piel acanelada y lindas marquitas en la cara, con una maravillosa sonrisa y unos carnosos labios que la adornaban haciéndome inevitable el pensamiento de querer besarlos, morderlos, lamerlos, chuparlos… ¿¡Pero cómo podía estar pensando eso?! Quizás porque ese dobe me robó el corazón nada más encontrarnos, al llamar él al timbre, yo abrir la puerta, conectar la mirada y… ¿sonreí tímidamente? Era la primera vez que hice aquello.
El ojiazul estuvo viendo todo el apartamento con gran entusiasmo, mirando de aquí para allá y preguntando sin parar un montón de cosas a la vez con una gran sonrisa, de esas que podían iluminar la noche más oscura de la historia, hasta podía derretir mi corazón… En un momento pasó del salón a la cocina, de la cocina al baño y de este a las habitaciones, primero la mía, donde señaló mi colección de guitarras, y luego a la otra, la “desocupada” que utilizaba como almacén. Supe que decidió quedarse porque me preguntó que si me importaba que utilizase esa habitación, a lo cual obviamente dije que no. También me preguntó a cuanto quedaba la universidad del apartamento, lo cual hizo que le prestara más atención si se podía. El simple hecho de imaginarme que ese rubio estaría estudiando y viviendo en el mismo lugar que yo… estaríamos todos los días y casi todas las horas juntos hasta… ¡no sé cuando! Quisiera que para siempre… él estaría a mi lado…
No podía quejarme, soy bisexual y eso fue un regalo divino, probablemente no… ya que no creo en Dios, pero debía agradecer a sus padres que hicieran un ser tan hermoso… con la piel acanelada y suave, su pelo dorado, encrespado y con olor a frutas tropicales y cítricos, sus orbes azul claro… turquesa… tan azul cielo que eclipsa a este mismo, esas marquitas en su cara haciéndolo parecer adorable como un zorrito, y esa sonrisa suya tan blanca, cálida, alegre e inocente que te contagia… adornada por sus gruesos labios que podría devorar en cualquier momento… ¡grrr! ¡Dios! ¡Y cuando pronuncia mi nombre con ellos! Suena tan bien… Sí, Naruto se quedaría aquí, conmigo, y si venía del cielo no lo dejaría volver.
Sasuke Uchiha