Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

[Reviews - 708]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

LEMON? LIME? :B who knows.

 

Doce años: .-Nocturno-.

 

El jovencito miraba las vitrinas, arrepintiéndose de haberse ido sin Naruto. Intentó convencerlo, pero el rubio se negó. No era la intención de Sasuke preocupar a su familia, sólo quería pensar un poco, relajarse.

Al salir del mini-market, con dangos de dudosa calidad en una pequeña bolsa, pudo notar lo tarde que era “será mejor que me vaya a casa” pensó. Sus ojos negruzcos parecían cansados, quizás demasiado para un niño de sólo doce años. Se ciñó de mejor forma la chaqueta y emprendió el camino hasta su casa. ¿Por qué cada vez que peleaba con uno de sus hermanos siempre salía corriendo de casa sin rumbo? Era una manera de escapar, eso lo tenía claro. Pero esta vez no era como si no pudiera encontrar el camino de vuelta, sólo quería ir a comprar unos dangos… dangos para Itachi. Y a pesar de que con quien había peleado era con su hermano mayor… quien estaba en su mente era el menor. ¿Era cierto que pasaba mucho tiempo con Naruto que no notaba al resto?, todo estaba bien con eso de ser rivales… ¿pero a qué extremo había llegado hasta para ignorar a su adorado Nii-san?... ¿Tan… importante… es Naruto?

Las vueltas en su mente toparon en un choque con una imagen familiar: se trataba de su instructor de Kendo, quién estaba cargando de combustible su automóvil en un centro de servicio. El jovencito se quedó observando al mayor, quién apenas se percató de la presencia del menor, sonrió y le hizo la seña de acercarse.

—¡Sasuke-kun! ¿Cómo estás? ¿Qué haces por aquí tan tarde y solo?

—Hola, Orochimaru-sensei. Vine a… comprar dangos.

—Ya veo —El mayor conocía a Sasuke desde que este tenía ocho años… definitivamente algo estaba mal. Podía sentirlo—. ¿Te llevo a casa?

—No, gracias. No queda tan lejos y la verdad necesito pensar aún ciertas cosas.

—… ¿Problemas?

—Algo así.

—¿Sabes, Sasuke-kun? Te recomiendo que siempre verbalices todo lo que te pasa, a veces que queden tus problemas dentro de tu mente dando vueltas, es una rotonda sin salidas. Sin embargo, el sólo hecho de decirlos en voz alta… hacen que las cosas cambien siquiera un poco, aunque no tengas a nadie allí para que te escuche.

—¿Le ha pasado?

—¿Cuántos años crees que tengo? He vivido mucho, ¡claro que me ha pasado! Es por eso que sé que decir las cosas siempre es mejor, pero si hay alguien dispuesto a escucharte y no juzgarte al mismo tiempo es aún mejor.

—…Usted… ¿Puede ponerme un ejemplo? —Sasuke dejó escapar una ligera sonrisa por una de las comisuras de sus labios.

—Claro que puedo, pero debes entrar en el auto para contarte todo camino a tu casa —El mayor sonrió plenamente, abriendo la puerta de copiloto para dejar entrar a Sasuke. Luego de un rato de ir manejando, el mayor inició la conversación—. Sasuke-kun, eres siempre un niño tan reservado, que se me olvida que tienes doce añitos.

—¿Añitos?

—Está bien, no añitos, pero eres pequeño, aunque te duela el orgullo debes aceptarlo. Ya tendrás más años por vivir siendo “viejo”. Ahora disfruta que eres un niño.

—A los problemas no les importa que yo sea un niño o no…

—Es cierto, esas situaciones no discriminan. Quisiera poder entenderte mejor, pero de ejemplo tengo algo no tan cercano a tu edad…

—¿No tanto?

—Tenía dieciséis cuando todo empezó. Ya sabes que yo soy huérfano, y que la directora y yo somos “hermanos”, ¿verdad?

—Algo así había escuchado —Confesó el menor, no queriendo dejar entrever que había escuchado muchos rumores acerca de aquella situación.

—Pues bien. ¿Conoces al esposo de la directora Tsunade?

—Mmm… el escritor, ¿no es así? No lo recuerdo bien, la verdad, casi nunca va a  la escuela. Creo que su nombre es Jiraiya.

—Pues bien. Él, yo y Tsunade fuimos al mismo orfanato y fuimos adoptados por el mismo hombre. En resumen: éramos como hermanos —“Hermanos” Resonó en la mente de Sasuke—. Y para colmo de males… tanto Jiraiya como yo estábamos enamorados de Tsunade. Ella siempre nos vio a ambos como hermanos, nunca se imaginó que entre nosotros se libraba diariamente una batalla por su atención —Sasuke estaba impactado, pero no mostraba ningún sentimiento más que una absorta atención—. Con el tiempo fuimos alejándonos. Entre más crecíamos… más peligrosos eran nuestros sentimientos… y más bajo caíamos por ellos.

»Llegó el día en que mis sentimientos me envenenaron, y empecé a… jugar sucio. Quizás les hice mucho daño a Jiraiya y Tsunade en su tiempo, es por eso que nuestro destino quedó zanjado. Jiraiya fue siempre correcto hasta el final, es por eso que Tsunade  tomó la decisión de permanecer a su lado. El tiempo me enseñó mis errores. Tsunade me confesó que en un inicio ella estaba enamorada de mí, pero por ese entonces nunca fui capaz de dar ni siquiera un paso por ella... después me arrepentí tanto.

—Usted tuvo miedo de dar otro paso… porque ella era su hermana. Es lo correcto.

—Te equivocas: Fui cobarde. Fui un cobarde que le hizo mucho daño a sus seres queridos. Ahora trato de reivindicar mis errores, Sasuke-kun. Nunca, aunque duela, calles algo que debas decir, o dejes de hacer algo que realmente quieres. Si quieres hacerlo: hazlo. Las consecuencias vendrán después y tienes que estar preparado. Pero cuando se trata de alguien que es especial para ti, nunca escatimes en tus acciones. Haz todo por hacer feliz a esa persona, porque el amor, cuando se retiene… te vuelve loco.

************************

 

Cuando Sasuke llegó, se topó con Kakashi en la entrada. Entraron juntos peleando para variar. Itachi, al ver al menor, intentó no caer en la ira, pero le estaba resultando imposible. Realmente le molestaba la manía de Sasuke de salir a “reflexionar” a altas horas de la noche. Estaba a punto de gritarle, cuando Sasuke le extendió la bolsa con dangos dentro. “Son para ti... Lo siento, nii-san”. ¿Cómo enojarse ante eso? Sasuke tenía cierto orgullo, y mantuvo la mirada en el piso todo el tiempo desde que entró a la residencia, sólo por no toparse con la mirada aguda de su hermano mayor.

Luego de eso, todo volvió a la normalidad. Kakashi y Naruto jugaron hasta adentradas horas. Luego de eso Naruto empezó a cansarse. Por su parte Itachi y Sasuke conversaron de música y algunos programas por bastante tiempo hasta que ambos repararon en que Naruto ya estaba vencido por el sueño.  Itachi llevó a Naruto a la cama en su espalda mientras Kakashi y Sasuke jugaban por última vez.

Luego de eso, Sasuke se fue a dormir también para dejar que Itachi y Kakashi se quedaran tomando cerveza y conversando cosas de adultos toda la noche de ser necesario. Cuando su día es demasiado ajetreado no puede dormir bien, asique resolvió en acostarse para mirar el techo.

Pasadas las tres de la mañana empezó a dormitar ligeramente, sin embargo algo lo mantenía en un tenue estado de vigilia. Era Naruto, quien se movía ligeramente entre sus sábanas. De tanto en tanto se escuchaba casi imperceptiblemente un gruñido desde su cama, lo que hacía que Sasuke volviera a despertarse. De pronto, un ruido concreto le sacó completamente de su somnolencia: Vio como el rubiecito estaba de pie junto a su cama mirándole.

—Dobe… ¿qué te pasa? —Preguntó el mayor con sopor en sus palabras.

—…Nii-chan, tengo un problema.

—¿Qué?

—Mojé la cama-‘ttebayo.

—…¿Qué? —El mayor se sobresaltó y su sorpresa disipó todo rastro de letargo en él. Se adelantó a encender la pequeña luz que se situaba en la mesa de noche al costado de su cama para apreciar la situación de mejor forma. Efectivamente, su hermano estaba serio y un poco adormilado, con una lágrima en el rabillo del ojo izquierdo, pero más que apenado parecía molesto. Sus pantalones de dormir estaban claramente mojados, pero no en demasía—. ¿No crees que ya estas grande para esto?, sacas las malditas sábanas para echarlas a lavar.

—…Nii-chan… Siento raro-dattebayo.

—¿A qué te refieres?

—Mira, las sábanas no se mojaron mucho…

—Es cierto —Reparó Sasuke al pararse de su cama y dirigiéndose a tocar las sábanas del menor. De pronto las cosas le hicieron sentido. Con la sospecha clara de lo que estaba sucediendo se dirigió hacia su hermanito, quién aún tenía sueño y parecía ya no importarle lo sucedido, y se agachó frente a él. Para sorpresa del menor, su hermano empezó a tocar su pantalón mojado haciendo que se sobresaltara—. Esto no es orina.

—¡Waa! ¡Sasuke!, ¡¿qué haces-‘ttebayo?!

—No grites, idiota. ¿Quieres tener que explicarle esto a Onii-san y Kakashi? —El menor negó presuroso con la cabeza.

—¿Qué es, nii-chan?

—Semen.

—¿Semen-dattebayo?

—Sí. Bájate los pantalones —El menor lo hizo sin reparo, ya que estaba más que acostumbrado a desnudarse frente a su hermano— Toca, ¿ves?, es viscoso.

—Tienes razón-dattebayo. ¿Es esto lo que ponen los hombres en las mujeres para que salgan bebés, verdad? ¿Por qué me salió?

—Porque estás creciendo.

—¿A ti ya te salió, nii-chan?

—Sí.

—¡¿Y por qué no me contaste, teme?!

—Que no grites, idiota. Ve a lavarte al baño y luego ven a acostarte conmigo y te cuento. Deja las sábanas de tu cama ahí, mañana me ocupo de ellas. Quiero dormir.

Naruto hizo todo lo que su hermano le ordenó. Al volver a la habitación se coló en la cama de Sasuke mientras este trataba de conciliar el sueño. De pronto, el mayor se sobresaltó al darse cuenta de un detalle.

—No llevas pantalones.

—Nop, me da pereza ponerme a buscar pantalones de pijama en la oscuridad-‘ttebayo.

—Entiendo.

—Hey… no te duermas —El menor se acercó a su hermano y le golpeó la frente—. Dijiste que me contarías de cuando te salió semen por primera vez.

—Eres tan molesto —Sasuke suspiró con pesadez para disponerse a hablar del tema—. Hay formas de evitar que mojes la cama con esto. Lo que tú sufriste se llama “polución nocturna”  Yo nunca he tenido… pero sí he tenido eyaculaciones.

—¿Eyaculaqué?

—Eyaculaciones. Es que te salga semen… por tu propia voluntad… masturbándote.

—No entiendo nada-‘ttebayo —El pequeño achinó sus ojitos y figuró en su rostro una mueca de confusión— ¿Qué es masturbarse?

—Es… ¡Uf! Dobe, eres muy curioso.

—Enséñame. No quiero seguir mojando mis pantalones.

—Es que es diferente… se siente diferente.

—¿Diferente-dattebayo? ¿cómo?

—…Cuando te salió semen ahora… te sentiste molesto, ¿verdad?

—Sí.

—Cuando eyaculas intencionalmente… se siente bien.

—¿Bien?,  ¿qué tan bien-dattebayo?

—Bien. Sólo bien… ¡No me hagas esas preguntas!

—¡Shh!, no grites, teme. Sólo quiero que me enseñes.

—… —El mayor se sentía contrariado. La noche amparaba su sonrojo, lo cual agradecía enormemente, sin embargo no sabía cómo empezar. De todos modos sentía que era su deber de hermano mayor el ayudar a su hermanito. Recordó que la primera vez que se masturbó fue algo intuitivo. La primera vez que sintió un orgasmo se asustó un poco, por eso fue directo a hablar del asunto con Itachi, quien disipó todas sus dudas de manera tan natural que ahora estaba barajando la posibilidad de llevar a Naruto con su hermano mayor. Pero eso sería una derrota ¿no? Ahora era su turno de hacerle entender al dobe como era que funcionaba el cuerpo de un hombre—. Mira, dentro de nosotros se almacena cierta cantidad de semen. Cuando este ya es mucho y el cuerpo no lo puede contener, simplemente necesitas liberarlo. Es por eso que ocurren estas cosas. Puedes evitarlo y controlar cuando y como liberar tu semen… masturbándote.

—¿Y cómo se hace-‘ttebayo?

—… Toca tu pene.

—¿Así? —El menor puso el dedo índice sobre sus genitales inocentemente. Sasuke vio la acción de Naruto por debajo de las sábanas y tuvo que golpearse la cara con la palma de la mano para contener su frustración.

—No, idiota. Con toda tu mano.

—¿Así? —Ahora Naruto abría toda su mano y posaba sobre sus genitales. Sasuke pensaba que esto no iba a ser tan difícil como lo era.

—No… Grrr…. ¿Acaso no puedes hacer nada bien? —Sasuke estaba demasiado nervioso como para explicar bien el procedimiento—. Debes tomarlo entre tus manos y sacudirlo.

—¿Así? —Para colmo de males, ahora el rubio agitaba su pene hacia arriba y hacia abajo como si fuese un campanilla—…Duele.

—¡Detente idiota, te vas a hacer daño!... uf… eres tan difícil.

—¡Tú eres quien no explica bien las cosas-‘ttebayo!

—Mmm… —Sasuke se estaba dando por vencido. Realmente su hermanito… era un imbécil con todas sus letras. Al dar con una solución en su cabeza se sonrojó, pero no veía otra alternativa. Era lo que debía hacer ¿no? Era su deber…. y algo… que ¿quería hacer? Esa misma noche alguien le aconsejó que hiciera siempre lo que quería hacer con esa persona… especial. No sabía si lo deseaba o no… pero ¿qué tenía por perder? De todos modos era lo suficientemente fuerte para aceptar las consecuencia, ¿no?—…Gírate…

—¿Qué?

—Que te gires —Naruto le hizo caso un poco molesto, sin entender lo que ocurría. Al darle la espalda a su hermano mayor se sintió más cómodo de lo que esperaba, recordó cuando eran más pequeños y él dormía acurrucado con su hermano abrazándole por detrás—. Dobe… lo que voy a hacer lo voy a hacer una vez y debes aprender bien porque de aquí para adelante tendrás que hacerlo tú, ¿okay?

—Sí-‘ttebayo.

—Promete que no vas a decirle de esto a nadie… y que mientras lo esté haciendo te quedarás callado.

—Prometido-dattebayo.

—Bien…

El menor sintió como su hermano suspiró nervioso en su nuca. Por muchas razones sentía que lo que iba a ser con él Sasuke era algo inmensamente prohibido. Por unos segundos sintió su corazón latir muy fuerte y su instinto empezó a entender un poco lo que iba a pasar.

 

Su cuerpo se erizó al sentir como una de las inseguras manos de su hermano se colaban por entre las sábanas hasta sus genitales. Estaba muy nervioso, asique no dijo nada, sólo se apegó más hacia su hermano mayor y sus reflejos primitivos llevaron sus manos hasta su boca. El mayor en un principio sólo sostuvo ligeramente con tres dedos la extensión del menor, sin moverse en absoluto, tratando de descifrar discretamente las reacciones de su hermanito.

Luego de un rato, empezó a brindarle un poco de movimiento al asunto. Con sólo tres dedos iba moviendo el prepucio de Naruto lentamente, apenas tocándolo. Ambos estaban tan nerviosos que parecían estar petrificados. El menor empezó a sentir un ligero cosquilleo que lo puso en alerta, pero no hizo más que apretar los puños que tenía cerrados a la altura de su boca.

—¿C-cómo se siente, d-dobe? —El mayor tartamudeaba ligeramente.

—Cosquillas…

Lo estaba haciendo bien. A Sasuke le preocupaba hacerle daño, especialmente porque de cierto modo podía sentir el miedo del menor a flor de piel. Tratando de seguir con esa tendencia, Sasuke empezó a acelerar el ritmo. Notó que Naruto no pudo ocultar la agitación que le estaba empezando a provocar la acción. Una extraña sensación de autosuficiencia empezó a colarse en el pecho del mayor, la cual apenas podía notar en ese mar de inseguridad.

—¿Y ahora qué se siente?

—Raro.

—¿Raro bien, o raro mal?

—No lo sé.

—¿Me detengo?

—No…

Eso era suficiente como para envalentonar a Sasuke. Con algo de energía renovada, se arriesgó a tomar el pene de hermanito con el resto de su mano, y brindarle mayor ímpetu al movimiento. La reacción del menor no se hizo esperar ni por un segundo. Su espina dorsal se crispó como la de un gato y aprisionó fuertemente su boca con una de sus manos, mientras que la otra intuitivamente se aferró al antebrazo del mayor.

La agitada respiración del menor empezó a causar cierto efecto en Sasuke. ¿Por qué estaba tan emocionado? Sólo era eso: tocarle el pene a su hermano. No era como si no lo hubiese hecho antes cuando eran niños y jugaban en la tina de baño. La cercanía física entre ellos había disminuido en público con los años, no así su cercanía íntima. Seguían bañándose juntos y eso era lo más normal de la tierra ¿no? ¿Por qué entonces ahora Sasuke parecía emocionado por primera vez de tocar el cuerpo de su hermanito? Una ansiedad anidó en su voluntad. Ambos estaban en un estado de confusión tremenda.

Naruto por su parte cerraba los ojos con fuerza y se sorprendía de las extrañas sensaciones que sentía. La mano de su hermano mayor le estaba produciendo algo que jamás imaginó sentir. Tenía ganas de retorcerse, de gritar, de voltearse hacia su hermano y… ¿y? ¿Qué haría si estuviese frente a Sasuke en ese momento? ¿Sería capaz de ver a su nii-chan a la cara? No entendía por qué pero esto era vergonzoso de cierta manera. Aún así, las ganas de voltearse hacia su hermano no se detenían. No sabía cómo drenar aquella sensación angustiante, tan violenta deliciosa a la vez. Esto está mal, esto está mal, se repetía, ¿Cómo algo tan placentero puede estar permitido? Esto está mal.

Todo esto sobrepasó a ambos. Naruto apretaba los dientes y podía sentir como si cada vez que la mano de Sasuke iba hacia atrás estuviese bombeando placer directo a su cuerpo. La situación era insostenible, tanto que Naruto quitó su mano de su boca para llevarla a su estomago, como tratando de contener algo. El mayor se apresuró a poner su mano libre sobre la boca de Naruto al sentir como el menor dejaba escapar inevitables alaridos. Sin premeditarlo, El agarre de Sasuke hizo que la cabeza de su hermanito se presionara hacia atrás, situándola en su hombro, poniendo sus mejillas al mismo nivel… ahora Sasuke podía ver la cara de Naruto. Sus ojos cerrados. Su frente y cuellos salpicados de sudor. Su rostro inyectado en rubor. Esa era demasiada información visual para Sasuke, algo que él no podía manejar.

Sin darse cuenta, el agarre entre ambos era tan estrecho, que ambos se movían sinuosamente al ritmo de los toques de Sasuke. Tales sacudidas ocasionaban más frenesí en el revoltijo de su inocente pasión. Tanta confusión era aquella que el mayor no notó el momento en que su propio cuerpo empezó a reaccionar. Sólo sabía que todo aquello se sentía bien, nada más. No tenía idea que todo ese problema se había derivado a sus pantalones también pero de una manera más sinuosa.

—Nii-chan… Siento

Sasuke sabía lo que venía. Aceleró su actividad y de forma intuitiva presionó con sus caderas el cuerpo de su hermano menor. Él mismo no entendía lo que estaba haciendo, simplemente lo hizo. Soltó la boca de su hermano mayor y rodeó con su brazo el pecho de este para culminar un aprensivo abrazo que los acercaba hasta la mínima expresión. Naruto por su parte, notando que algo estaba por desatarse dentro de sí, con un poco de miedo y a la vez ansiedad, ocultó su rostro en el cuello de su nii-chan, tratando de hacer lo posible por no emitir sonido alguno.

Lo siguiente que pasó, fue muy confuso para el menor. Lo suficiente como para no poder describirlo ni procesarlo aunque quisiera. Sintió como si hubiese perdido sus tripas, su carne y huesos; ahora era un ente liviano a merced del abrazo de su hermano mayor. Su palpitante extensión había sacado todo lo que tenía por sacar dentro de sí, descargándola en la mano de Sasuke. Este último no aflojó su abrazo hacia al menor ni por un segundo. En el momento culmine del acto, ambos quedaron paralizados, su sangre se había evaporado. El menor jadeaba, sonoramente, sin poder evitarlo. Tenía ganas de desaparecer, de dormir y de comer, pero más que nada lo primero. 

—Nii-chan…

—Shht… no hables —Sasuke se incorporó lentamente. Con una mano abrió la cajonera de la mesa de noche situada junto a su cama. De ahí sacó unos pañuelos desechables y se limpió la mano. Le extendió uno al menor recostándose frente a él—. Toma, límpiate allí abajo.

—Nii-chan… tengo ganas de llorar.

—… —Era cierto. El menor debía estar confundido que es normal que sienta deseos de llorar—. Pues llora, ¿o acaso quieres que haga eso también por ti?

—Nii-chan… ¿te puedo abrazar-‘ttebayo?

 

¿Abrazarlo? Claro que podía. Era lo que Sasuke quería ¿pero estaba bien? Algo le decía que todo eso estaba mal… ¿será verdad… que el amor cuando se retiene vuelve locas a las personas? Él no retenía su amor por su hermanito, ¿o sí?... o acaso… ¿había más amor dentro de sí que aún estaba retenido y no era capaz de darle?

En un movimiento extraño, perturbado por sus pensamientos, Sasuke se apresuró a abrazar a su hermanito, pero no de forma protectora; todo lo contrario: Se acurrucó en el pecho de Naruto y se aferró fuertemente a su cintura. Cerró los ojos pensando en cuanto adoraba a ese niño tonto que lo había orillado a hacer algo tan vergonzoso. ¡Qué pequeño se sentía! Nuevamente, sin razón alguna, se sentía pequeño frente a su hermano menor ¿Por qué será?

Por su parte el rubiecito se sentía lo suficientemente débil como para sólo acariciar la oscuridad de los cabellos de Sasuke con un inmenso cariño. Empezó a caer en un sueño donde él ya no era humano, era algo insignificante, como una bolsa de papel tirada en la basura… pero era feliz. Sin fuerzas, sin orgullo, sin reparos… simplemente feliz. Esa era la sensación que sentía cuando dormía con su nii-chan en esos segundos. ¿Puede alguna vez alguien hacerlo más feliz de lo que lo hace Sasuke?, ¿alguien puede?... ¿alguien podrá?


Continuará…

Notas finales:

Gracias por los revs ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).