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Dos vidas, un adiós. por ShinyOdaya

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Notas del capitulo:

Hola :D He aqui el ultimo cap ^^

Nos vemos en las notas finales por fa plis *^*

Este cap me gusta en especial, porque Minho y Jonghyun se enfrentan a unos "momentos" especiales, de importancia semejante :)

 

*** Un aburrido año después***

 

POV.MINHO

 

Repasé de nuevo el discursillo que había pensado decirle, en cuanto me cogiera el teléfono, claro. Una y otra vez las palabras se amontonaron en mi cabeza. Suspiré frustrado y peiné hacia atrás mi pelo ya corto, mi padre me había obligado a córtamelo en cuanto llegué.

 No pude aguantar mucho más y cogí el móvil que descansaba en el bolsillo de mis pantalones de pijama. Allí era bien entrada la noche, tal vez la madrugada, pero en Corea ya debería haber salido el sol. Marqué ese número que me sabía de memoria mientras me sentaba en el cálido sofá de cuero blanco con las piernas apoyadas en la mesa de cristal.

En cuanto empezaron los tonos mis manos sudaron y me respiración se volvió pesada, crucé los dedos, quería saber de una vez como estaba y no dormirme de nuevo con el gusanillo en el estómago.

La línea al otro lado se descolgó.

-¿Hola?- Pero era la misma voz femenina de nuevo, su madre ¿Qué hacia ella con su móvil?- ¿Hola?- Colgué despacio, soltando un suspiro

Había pasado algo más de un año desde que me fui, un año ya, sin él, sin sus labios carnosos y mejillas sonrojadas. Cuanto había llorado yo, no me acordaba y él, no lo sabía, ni quería saberlo, tal vez me odiaba y se había olvidado completamente de mí. No me gustaba un pelo esa idea, así que sacudí la cabeza intentando que esos pensamientos salieran volando de mis oídos.

Con la pesadez que se había apoderado de mi cuerpo me estiré en el sofá, las luces no tardarían en apagarse si no me movía y me quedaría dormido allí, pero no me importaba. Giré unos segundos la cabeza para mirar el pequeño calendario sobre la mesa, diecisiete de Julio, el día siguiente era importante y por un momento pensé en escaparme tan solo unos días, pero en Seúl yo era una persona vigilada y aquí en cambio era libre, bueno, más o menos, mi padre era un sargento algo brusco pero era mejor que la cárcel. Solo me quedaba esperar a que las horas pasaran e intentar volver a llamarlo el día de su cumpleaños.

 

POV.JONGHYUN

 

Sabía que me estaba mirando, no me sentía para nada incomodo, pero el lápiz no se deslizaba por la libreta y si el lápiz no hacia lo que le pedía no podría aprobar el examen de admisión.

-¿Podrías dejarme estudiar?- Le miré, estaba sentado en mi cama, con esa sonrisa acorazonada.

-Eres tu el que no estudia- Una sonrisa se dibujo en mis labios, su voz, se había vuelto muy normal para mi, aunque sabía perfectamente que no lo era.

Era medianamente feliz, básicamente sonreía, comía, dormía y estudiaba, algo nuevo, y eso tranquilizaba a mi hermana y a mi mejor amigo, aunque había veces que mi Noona me sorprendía hablando completamente solo y yo ponía la escusa de que pensaba en voz alta. Pero había algo que echaba demasiado de menos.

Me levanté tirando el lápiz a un lado, estudiaría más tarde, me miré al espejo, tenia buena cara, llena de vida y los ojos brillantes con ganas de comerse el mundo, pero mi mundo ya no estaba.  Pude ver como sus ojos felinos me observaban de arriba abajo, compartíamos pensamientos, compartíamos vida, y no quería desperdiciarla lamentando mi soledad.

Saqué el colgante de mi camiseta, lo veía cada vez más pequeño, tal vez porque cada vez tenía menos constancia de él y de su peso.

-Jong, sal- Su voz entraba por mis oídos aunque ya estaba en mi cabeza- Relaciónate, llama a Woohyun y ves a un pub o a dar una vuelta, por favor.

Sabía que necesitaba palabras como esas, eso era precisamente lo que echaba de menos, tenía tanto miedo de olvidarlo que evité a toda costa el contacto con una distracción.

-No me apetece…

-Lo sé, pero es lo mejor…

Y sabía que era verdad, tal vez era hora ya, estaba bien, me sentía feliz, tal vez había llegado el momento de ponerle fin a mi locura y dejarlo ir.

-Estarás bien sin mí, aprobarás ese examen y por fin podrás sacarte una carrera- Me punteó con el dedo, cosa que no sentí, pero le vi reflejado mientras lo hacía.

-Aun no, espera un día más- Quería estar seguro de que no me desmoronaría al despedirme. 

Sonrió de medio lado, demostrando una vez más que un humano puede ser la criatura más hermosa sobre la tierra. Busqué mi móvil con la mirada y lo encontré sobre la cama escondido entre las sabanas deshechas, lo cogí con unos malabares sencillos y marqué el número que buscaba. Key se sentó expectante en el desastre de sabanas que había montado, juntó sus piernas y empezó a mover los pies al compás de la canción que canturreaba.

Tres tonos después el teléfono se descolgó.

-Dime tío…- Era extraño que él lo cogiera tan rápido- ¿Ocurre algo?

-No- Me reí inocente- ¿Mañana haces algo?

Se oyó como Woohyun cogía aire, conociéndole, tendría planes pero porque lo conocía también sabía que los cancelaria para acompañarme.

-No, que va- Mentira, pero realmente le necesitaba- ¿Por? ¿Quieres ir algún sitio? Si quieres puedes venir a mi casa y alquilamos una película o podemos ir a molestar un rato a Jessica y a  la boba de su hermana, además Hongki y su banda actuaran mañana por la noche en Silvers…

-Woohyun

-¿Qué?

-Relájate

-Vale… - Y le oí suspirar.

-Solo necesito que me lleves a un sitio- Le dijo algo que no pude entender a alguien que estaría con él.

-¿A dónde?

-Es un sitio especial- Key se rió, ahí, medio recostado en mi cama.

 

POV.TAEMIN

 

-Au- Le pegué la sexta patada sin querer, había salido medio obligado, con la escusa de mi madre de que no quería dejarme solo.

-Lo siento- Miré mi batido, sentado en aquella silla de metal, situado en una terraza que pertenecía a un bar del centro- Es que la gente me mira raro.

Él me sonrió con una sonrisa de esas que me encantaban, era dulce, pero a la vez reflejaba la diversión y la felicidad que sentía. Todo sería más fácil si estuviera enamorado del hombre que se sentaba ante mí, pero no lo estaba, porque a mí me gustaban las cosas complicadas y dolorosas, además mi corazón estaba muy lejos de esa terraza por lo que no podía entregárselo a nadie.

Dijo algo, pero no le escuche, casi nunca lo hacía, no era la voz que me gustaba, ni los labios con los que quedaba hipnotizado al moverse, sorbí de la pajita llevándome parte de la nata que coronaba el gran vaso de chocolate.

-Taemin- Apretó mi mano, pero la retiré mirándole sorprendido- No me estabas escuchando

Hice una mueca arrepentido, apenado y con algo de fastidio.

-¿Estabas pensando en él?- Su semblante se volvió serio, pocas veces por no decir nunca, había visto a Jinki sin su sonrisa.

-¿Eh? No- Negué con la cabeza, él era despistado, y eso quería decir que yo era la persona más obvia del mundo- Lo tengo superado.

Cualquier persona se podría haber reído en mi cara ahora mismo y yo no se lo hubiera discutido, ni siquiera había abierto aquella libreta de la universidad con su nombre escrito mil y una veces, por no hablar de que le di mi móvil a mi madre sin importar lo que le pasase por si acaso él llamaba. No sería capaz de hablarle.

-Decía que mañana es tu cumpleaños- Cierto, incluso se me había olvidado eso- Veinte años ya

Le dediqué una sonrisa más que forzada, todos los cumpleaños de los que me acordaba los había pasado con una persona especial de rizos color azabache.

-Sí, que guay…

-¿Quieres que hagamos algo juntos?- Supuse que estaba rezando para que le dijera que sí.

-Está bien- No había pensado celebrarlo además solo le tenía a él.

 

POV.MINHO

 

Había tomado una decisión precipitada de última hora, seguramente mi padre se enfadaría conmigo, pero había reservado dos billetes de vuelta para dos días después, además de gastarme el sueldo de dos meses en la pequeña cajita que llevaba como tesoro en el bolsillo de mi pantalón, sabía que era una estupidez y que probablemente me mataría o acabaría en comisaria de nuevo,  pero me conformaba con solo verle un pelo. Estaba desesperado y las noches sin dormir y las ganas de tirarme por la ventana eran insoportables así que me daría yo mismo otra oportunidad para intentarlo de nuevo, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Como esperaba el móvil empezó a vibrar en cuanto lo encendí y un poco receloso me lo llevé a la oreja.

-Deja que me esplique

-¡¿Dónde estás?!- Estaba muy enfadado, más de lo que esperaba

-Acabo de aterrizar en Seúl- Un poco de silencio seguido de un fuerte golpe me hicieron apretar los labios y los ojos.

-Dime que me estas tomando el pelo Minho- Gruño- ¿Para qué has vuelto a ese lugar?  ¿Para manchar más el apellido Choi?

-Papá, solo serán dos días…-Le supliqué mientras salía del aeropuerto

-Dos días ¿Y qué más? Acabaré arrepintiéndome Minho

-No papá escúchame- Respiré hondo- No voy a meterme en  ningún lio, no voy a tocar a nadie solo he venido a ver a alguien, prometo que estaré ahí en dos días, si no, tienes toda la libertad de desheredarme- Mi padre rió, sabía que hablaba enserio.

-Dos días, no más- Y colgó.

Por fin salí fuera, y un suspiro de fastidio y pereza salió de mi garganta, algunas personas se giraron a verme, a ver a un chico coreano inundado por la rabia, entonces maldije el cambio horario y los trastornos que estos suponían, pensaba dividir la tarea en dos días, pero el cielo nocturno que se alzaba ante mi me dio a entender que había perdido veinticuatro horas casi justas y algunas horas de sueño.

Casi de suerte conseguí  llamar la atención de un taxi que de seguro de casualidad pasaba por ahí.

La noche no era para nada fresquita, la hubiese preferido, eran mis favoritas. El taxi paró, pagué lo correspondiente  y bajé con mi mochila. Ahí estaba el edificio, las calles en silencio y pocas luces encendidas, tal y como lo recordaba, algo triste y sucio, abrí la puerta y subí las escaleras. Demasiado silencio, ni se oían los perros de aquella señora, pensé con algo de pena que habría muerto o en el mejor de los casos se hubiera mudado muy lejos de ahí.

Un piso mas de escaleras desiguales y ya estaba en mi vieja casa, solo quería un lugar en donde dormir y a lo mejor los ladrones hubieran dejado algo de valor, aunque no recordaba nada importante, tal vez la televisión. Abrí la puerta de madera, olía a polvo ahí dentro, demasiado, una fina película cubría los muebles oscuros del salón. Dejé la mochila de cualquier manera en el suelo y la cajita de terciopelo que llevaba en el bolsillo la deposite con cuidado sobre la mesa, encendí un par de luces más, pero seguía siendo oscuro comparado con el ático que tenía allí en América.

-¿Hola?- Reconocí la voz nada más llegó a mis oídos.

-Hola- Seungho se quedó parado ahí en la puerta, mirándome como si viera a un fantasma

-¿Minho?- Creía que las personas no cambiaban tanto en un  año, pero tal vez estaba equivocado, le sonreí- ¿Dónde está tu pelo?

Entró sin permiso en mi casa y pasó el salón en un abrir y cerrar de ojos, y me alzó en un corto abrazo, se le veía feliz de verme,  yo también lo estaba de verlo a él, pero me iría muy pronto de nuevo y solo podía llevarme a una persona conmigo.

-¿Qué haces aquí?- Aunque la felicidad era obvia, el desconcierto lo era aun más.

-He venido a verte…

-Si claro, no soy idiota- Se cruzó de brazos fingiendo enfado- Ni siquiera has llamado a mi puerta.

Me reí, nos reímos juntos.

-Oh dios ¿Qué es eso?- Turnó la mirada entre mi persona y en algún lugar a mi espalda.

-¿El qué?- Me giré justo en el momento en el que él pasaba por mi lado.

Lo vi ir directo a coger la pequeña cajita aterciopelada que había dejado encima de la mesa, con la rapidez que me caracterizaba conseguí atraparla antes que él.

-Que fuerte… ¿Es lo que pienso que es?

-Emm, si, supongo

-¿Estas completamente seguro?- Asentí, nunca me había sentido tan seguro de algo, y tenía las ganas suficientes para hacerlo posible, solo hacía falta la parte positiva de la otra persona.

-Sí, he venido para eso.

Él asintió lentamente, como recapacitando y procesando todas las ideas que acababa de meter en su cabeza. Dio una palmada al aire llamando escandalosamente mi atención y una vez la tuvo para él habló.

-Es pronto, vamos a dar una vuelta y así me cuentas cositas- Movió los dedos cómicamente, definitivamente no iba a murmujear con mi amigo, además  no me había pasado nada interesante, solo trabajo y arrepentimiento por un tubo.

-No, en realidad quiero ir a ver a alguien

-¿A Taemin?

-No- A él mañana, cuando estuviera más preparado.

-Pero es tarde

-Acabas de decir que es pronto…- Rodó los ojos.

 

POV.JONGHYUN

 

Había convencido a mi hermana para que me dejara solo y saliese con su novio, por fin mi hermana había hecho uso de su encanto natural y había conseguido encontrar a alguien que estaba a su lado.

Yo por mi parte, caminaba de un lado a otro del piso, descalzo, con la ropa ancha que se había convertido en mi atuendo del día a día, recogiendo algunas de las fotos enmarcadas en las que salía con Key, bien para guardarlas o para darles un sitio mejor.

-¿En serio quieres deshacerte de ellas?- Y ahí estaba sentado en el sofá, con las piernas cruzadas, jugando con su rubio cabello entre sus finos dedos.

Me senté a su lado barajando las distintas fotografías ya fuera de los marcos.

-No voy a deshacerme de ellas- Le miré a los ojos y aunque estaba muy cerca no podía notar ni su respiración.

Me sonrió fijando su vista en las fotos, le imité y acaricié el frío papel brillante, en él, un chico rubio con vaqueros ajustados hacia un puchero arrugando su nariz, sentado entre dos árboles enormes, llenos de vida mientras el sol se colaba entre las hojas.

-Recuerdo ese día- Su voz sonaba tan melancólica que me dieron ganas de llorar- Me enfadé mucho contigo, me hiciste caminar casi siete kilómetros por la montaña

-Si- Reí recordando ese día- Pero la vista de aquel paisaje valió la pena.

Él asintió acercándose más a mí, pasé la foto.

-Ahh- Exclamó con cierto desagrado- Ese es el día ese raro, el de la piscina de Donghae.

Ambos en bañador, con el torso desnudo, tumbados en aquel césped recién cortado, la instantánea era hermosa, un Kibum sonriente sujetaba la cámara y me enfocaba detrás de él mientras le mordía el hombro.

-Después de eso aquellas chicas no te dejaron en paz…- Reí ante su puchero- ¡No te rías! ¡Me puse muy celoso!

Pasé varias fotos más, algunas eran imágenes en las que salíamos los dos tirados en el sofá, otras era solo Key posando ante algún monumento o cosas de interés y otras eran simplemente fotos de lejos mientras saludábamos al sol cogidos de la mano, pero hubo una que me llamó verdaderamente la atención.

-¿Qué es eso?- Se asomó por encima de mi hombro, era justo la pregunta que rondaba por mi cabeza

-Creo que eso es mi ojo- Señalé una esquina- Y esos son tus labios- Reconocería ese corazón rosado en cualquier parte.

-¿Estabas borracho?- Enarcó una ceja

-Pues creo que no…

-Entonces cariño, enfocas fatal- Entrecerró los ojos para mirar mejor la imagen, le imité para ver si podía encontrar algún detalle que me indicara la fecha de aquella foto, en cualquier caso, si no la encontraba yo, no la encontraba nadie.

Reconocí un par de objetos, no llevaba el colgante, eso quería decir que aun no habíamos pasado nuestro primer San Valentín juntos, tal vez levaríamos meses.

-No llevábamos nada, no estábamos juntos aun…- Recordé esa salida, unos días después de conocernos, algo que parecía tan lejano, le invité a tomar algo esa tarde.

Sonreí algo triste, podríamos haber hecho muchísimas cosas como esas si aun estuviera aquí, vivo quiero decir, sabía que le iba a echar de menos, pero extrañaría aun mas mi vida con él.

-Sabes que puedes buscar a otra persona- Le miré alterado, eso era una idea que me parecía tan estúpida e improbable.

-No habrá nadie como tú

-Alguien, seguro…

Levantamos la cabeza a la vez, habían llamado a la puerta, miré el reloj, no era hora de visitas y menos para mí.

Enfilé el pasillo en línea recta para llegar a la puerta y la abrí con cuidado, solo un poco, para asomarme para ver quién era.

-Hola- Y la abrí de golpe, dejando ver cuán sorprendido estaba de verle ahí.

-H…hola- Sin querer mi voz salió a trozos.

Mi vista viajó al otro extremo del pasillo donde Key sonreía triunfante y algo pícaro, me resultaba incomodísimo tener a ambos en el mismo recinto.

-¿Puedo pasar?- Minho me llamo la atención, asentí un poco tímido.

Me aparté dejando espacio para que pasara, y tras cerrar la puerta me siguió hasta el salón, no hacía más que preguntarme qué hacía él aquí, me sentía tan incomodo y enfadado con él. Nada más echar un vistazo a su alrededor se dio la vuelta, estaba más alto, y se había cortado el pelo, además vestía mejor y había conseguido un porte caballeroso y altivo.

-¿Qué haces aquí?- Me atreví a preguntar, y después de ser repasado de arriba a abajo por su mirada, contestó.

-Solo quería saber cómo estabas…- Su voz seguía siendo igual de grave.

-Pues estoy bien, ya te puedes ir- Me miró apenado, seguramente no se esperaba eso de mi.

-Jong, él está aquí para disculparse, no te ciegues…

-Siento no haber estado para ayudarte- Suspiré rodando los ojos dejándome caer en el sofá, pero él se mantuvo de pie.

-No importa, no era tu obligación- Le miré- Perdóname tu por sentirme tan dependiente- Emití una pequeña risa.

-La verdad, me gustaba, pero he tenido que mudarme a América- Y también estaba su novio- Siento que hayamos perdido el contacto.

-No importa, estas aquí ¿No?- Sonrió

-Me temo que voy a volver a irme…

-Te ha dicho que vive en América, burro- Asentí dándole la razón a ambos.

La mirada del moreno viajo a la pequeña mesita que aguantaba el poco peso de las fotografías que había dejado al levantarme.

-¿Cómo lo llevas?- Habló suave, despacio, pero el escalofrío fue el mismo de siempre.

-Bien- Miré a Key a mi lado- Mejor de lo que te imaginas.

-Me… alegro- Me miraba extrañado, de alguna manera parecía que sabía que estaba loco.

 

 

POV.MINHO

 

Me despedí efusivamente con un abrazo, no quería molestarle, pero el parecía estar extrañamente bien, me alegraba, por supuesto, pero también me preocupaba.

Como Jonghyun mismo había dicho no estaba obligado a ayudarle, pero quería que supiera que me sentía mal por no haberlo hecho, porque me consideraba su amigo.

 

Caí en la cama a un vestido y dormí todo lo que pude, que no fue mucho.

Me levanté un poco somnoliento, pero enseguida recordé el día que era, dieciocho de julio, mi jugada tenía que salir perfecta, aunque de camino a la ducha me temblaban las piernas, por suerte no me habían cortado el agua caliente.

Salí de aquel piso dejándolo todo más o menos todo recogido para irme y la pequeña cajita en mis pantalones. Caminé por las calles intentando practicar una sonrisa decente para cuando me presentara en su casa y aunque varias mujeres se giraban al verme pasar, ninguna de ellas me parecía expresiva. Conseguí un taxi en la avenida principal y le dije la dirección de aquella urbanización, para mi sorpresa me acordaba perfectamente de todos y cada unos de los detalles de aquella casa, sonreí para mí al recordarle asomado a la ventana, si, esa era exactamente la sonrisa que quería mostrarle.

Cuando llegamos, el estomago me había dado centenares de vueltas y más cuando sin darme ni cuenta estaba justo enfrente de su casa.

-Creo que voy a morirme…- Susurre empezando a dar vueltas sobre mí mismo.

La casa estaba en completo silencio, tal vez no vivía ya ahí, si ese era el coche de su madre, tal vez debería llamarle para avisar, no, no me lo cogería y acabaría haciendo el ridículo. Me cubrí la cara con las manos mientras suspiraba sonoramente y me obligué a subir las cortas escaleras hacia la puerta, pare unos segundos.

-Buenos días Tae, te he echado de menos...- No, demasiado desesperado- ¡Taemin! ¿Cómo has estado?- Tampoco- Taemin feliz cumpleaños ¿¡Quieres ca….?!

Se abrió la puerta y la señora Lee arreglada para irse a trabajar apareció de repente, nos quedamos mirándonos unos segundos, y me sonroje hasta las raíces del pelo, recé por qué no me hubiera oído.

-Oh, vaya…

-Buenos días señora Lee- Me incliné para saludarla.

-Buenos días… Lo siento no recuerdo tu nombre.

-Choi Minho – Le dije con una sonrisa agradable y ella me correspondió.

-Ah, claro, ya recuerdo- Y se rió despistada- ¿Vienes a ver a Taemin?- El oír su nombre me produjo escalofríos, escalofríos agradables.

-Sí, pero puedo venir en otro momento si usted se marcha- En realidad solo tenía ese momento.

-No tranquilo, no te preocupes, puedes pasar, Taemin estará encantado de verte, te ha echado de menos- Aunque me sorprendieron sus palabras aun me sorprendió más la mirada cómplice que me dedicó- Esta en su habitación

Y se fue en su coche, dejándome la puerta abierta.

Entré pidiendo permiso, el recibidor estaba iluminado por la luz del sol, pero la puerta que daba con el salón estaba cerrada, miré las escaleras como si fueran el mayor obstáculo de mi vida, acaricie mis brazos desnudos.

-¿Taemin?- Seis letras y ya estaba temblando.

Al no conseguir respuesta subí peldaño por peldaño, intentando no subir en silencio pero tampoco siendo escandaloso, solo para no asustarle.

-¿Taemin?- Entonces un chico alto y de hombros anchos salió de su habitación, se quedó parado ahí en el pasillo.

Ese chico, era Taemin, ese hombre era mi niño, mi pequeño y estaba frente a mí, sorprendido, como si acabara de ver un fantasma, sus labios temblaban débilmente mientras intentaba decir algo, lo que fuera.

-Minho…- Entonces pude ver una lágrima cayendo por su mejilla- ¿Qué haces aquí?

La camiseta sin mangas que llevaba dejaba a la vista unos hermosos y blancos hombros que antes no estaban ahí, estaba más alto, más esbelto, más mayor. Escondió sus ojos tras el castaño más oscuro de lo que recordaba y su cuerpo comenzó a temblar.

-Feliz cumpleaños…

Levantó la vista de repente, sus ojos empapados sus mejillas enrojecidas y húmedas y esos labios carnosos que tanto me gustaba besar, entreabiertos. Emitió un sonidito, no supe exactamente de qué tipo y empezó a correr hacia a mí, con los brazos extendidos, no sabía que esperarme, si un abrazo o un puñetazo en la cara, pero en cuanto recorrió la poca distancia que nos separaba, saltó a mis brazos, rodeando mi cuello con los suyos propios y apresando mi cintura entre sus piernas. En ese momento al sentir su peso sobre mí la alegría me consumió por completo, su olor me llenó el vacio que había sentido todo este tiempo. Le sujeté por la espalda para que no cayera, apretándolo más hacia mí, juntando más nuestros cuerpos, para que no volvieran a separarse. Enterré mi rostro en su cuello mientras él acariciaba mi pelo.

No sé cuánto tiempo exacto nos quedamos así, abrazados, llorando uno en el cuello del otro, cuando me miró a los ojos, esos orbes castaños dulces como el chocolate, buscaron los míos, había extrañado tanto tenerle así de cerca que fue como la primera vez.

Acaricio mi nuca haciendo que el bello se me erizara y posó sus manos suavemente en mis mejillas, yo no podía dejar de sonreír como un idiota, porque la felicidad que sentía en ese momento no se podía comparar con nada en el mundo.

Me besó con urgencia, buscando saciar la sed de ambos, porque yo no me quedé atrás, le abracé más fuerte buscando intensificar el agarre de sus piernas sobre mi cadera y así darle más pasión a ese beso, el último de tantos y esperaba que el primero de muchos. Mordió mi lengua haciendo que un gruñido hiciera vibrar nuestros cuerpos, poco a poco se volvió dulce y lento, nuestras lenguas repasaron nuestros labios y se separaron, dejándome con ganas de más.

Una sonrisa se dibujo en sus labios enrojecidos y dejó caer su frente sobre la mía, nos reímos, ante nuestros actos y luego bajó sus piernas, casi era igual de alto que yo.

Sobraban las palabras entre nosotros. Se convirtió en un pequeño baile, donde nuestros pies se movían lentamente.

-Minho- Lo repetía en voz baja cada ratito.

-Estoy aquí- Volví a abrazarle dejando que nuestros corazones agitados se calmaran.

-¿Por qué estás aquí?- Habló contra mi cuello.

-Porque te quiero

Deshizo el abrazo, y yo maldije en voz baja mi imprudencia, pero se me paso en cuanto lo vi llorar con una sonrisa en su rostro. Volvió a besarme corto pero intenso.

-Dios, eres idiota…-  Seguía llorando

-Lo sé, pero soy tu idiota- Asintió.

Le cogí de las manos y le conduje hasta su propia habitación, estaba un poco desordenada, cosa que no era propia de él. Me senté en la cama deshecha y él me imitó, aunque se mantuvo alerta todo el rato.

-¿Cómo estás?- Me miró extrañado

-Acabo de agarrarme a ti como un koala desesperado ¿Y me preguntas como estoy?- Reí ante el símil- Pero estoy bien, ahora estoy bien…

Alargué la mano y acaricié su mejilla el beso la palma de la mano y la cogió entre las suyas.

-Si supieras como te he echado de menos no sonreirías tanto- Cerró sus ojos suavemente.

-Fue una locura dejarte ir, yo quería perdonarte e irme contigo pero hay gente estúpida- Se acercó más- ¿Podemos volver?

-Creí que eso había quedado claro en el pasillo- Se rió, música para mis oídos.

-Vale… aun no me creo que estés aquí- Lo atraje mas a mí, sabía que ese era el momento.

-Quiero pedirte algo…

Me miró a los ojos, expectante, a que siguiera con mis palabras.

-Quiero estar contigo para siempre, quiero unirme a ti de todas las maneras posibles…

-¿Has venido a pedirme que me acueste contigo?- Le tembló un poco el labio superior, aunque lo deseaba, sabía que por su condición tendría que esperar.

-Déjame terminar, quiero unirme a ti de todas las maneras posibles, por eso quiero…- Busqué en mi pantalón la pequeña cajita de terciopelo azul-… Casarme contigo.

Abrió tanto los ojos que creí que saldrían de sus orbitas, le tendí la cajita y la abrí lentamente para dejar a la vista un anillo simple pero hermoso, simplemente plateado, con una disimulada piedra rectangular que albergaba todos los colores posibles.

Esperé su reacción, el solo cogió el anillo de la caja y lo miro detenidamente, para después mirarme a mí.

-Es algo simbólico, no hace falta que te lo pongas si no quieres- Pero pasando de mis palabras se puso el anillo en el dedo.

Y sin esperarlo se abalanzó sobre mí, acabé por tumbarme en la cama con él encima.

-Claro que quiero casarme contigo, pero, aquí no podemos- Le abracé

-Por eso quiero que te vengas conmigo a América.

Se incorporó, quedándose de rodillas entre mis piernas.

-¿Cuándo salimos?

 

 

POV.JONGHYUN

 

- Beoseonal su eobseo cause you are my destiny… uh, uh ,uh, uh- Woohyun hacía rato que no dejaba de cantar- Nal dugo doraseojima- Se movía de una manera exagerada, pero no quitaba la vista de la carretera- Bitgyeogajima pihaegajima you are my destiny.

Me miraba de vez en cuando pero Key era el que se reía en los asientos de atrás.

El viaje había sido un poco más largo, ya que en vez de subir por las montañas las habíamos rodeado, a Woohyun no le importó hacer el viaje tan largo pero tenía que soportar sus gritos y sus canticos. Daba vueltas al colgante en mis dedos, y no podía creerme que hubiera llegado ese momento que tanto había temido unos meses atrás.

Aparcó en primera línea de playa, tan primera que estaba seguro de que estaba prohibido, pero el paisaje estaba tan limpio y solitario que no me importó en absoluto, el sol se estaba escondiendo ya por el horizonte, tanto habíamos tardado. Salí del coche y lo primero que hice fue descalzarme, dejando de cualquier manera las zapatillas dentro y enterré los pies en la arena caliente de todo el día con el sol a lo alto, me arremangué los camales del pantalón hasta las rodillas.

-¿Quieres que te acompañe?- Woohyun también había salido del coche

-No gracias, nos iremos en seguida- Asintió y se volvió a meter en el coche.

Key me seguía de cerca, pero a diferencia de mi, él no dejaba huellas en la arena. No me atreví a decirle nada, todo lo que tenía pensado decirle se había ido de mi cabeza y solo podía pensar en él. Noté como el agua se colaba entre mis dedos y me dejaba el pie completamente helado.

-Esta fría…- Key solo rió

Aun así me adentré más hasta que mis pantalones por encima de mi rodilla se mojaron por los vaivenes de las olas espumosas. El mar era algo precioso, el sol se reflejaba escondiéndose casi de mi vista y le daba al agua un tono violáceo digno de ver. Con suma pesadez me quité el colgante del cuello y lo extendí para que brillara con los últimos rayos del sol.

-Aquí es donde quería traerte- Le hablaba al colgante, pero sabía que él estaba a mi lado.

-Es hermoso…- Me adelantó dos pasos- Al final has cumplido tu promesa- Sonreí con el corazón encogido.

-Si…

-Te quiero

-Eso es lo que quiero oír yo- Enredé la cadena entre mis dedos y mire como la luz salía de la llave

-Pero es la verdad- Me encontré con sus ojos algo lagrimosos

-¿Sabes que no te olvidare? ¿No?- El nudo en la garganta se hacía presente mientras el sol desaparecía.

-Lo sé…

-¿Y sabes que siempre te querré?- Mi voz ya salía ahogada

-Sí, lo sé…

-¿Y qué te estoy agradecido por haber compartido conmigo tus últimos años?- Ya gritaba porque mi voz no se oía bien.

-También Jong…

-Lo siento de nuevo Key, siento haberte hecho tanto daño- Lloraba sin remedio.

-No digas tonterías ¿Vale? Prometo que siempre estaré a tu lado mientras me recuerdes

Asentí a la nada, el colgante había empezado a pesar en mis manos, le di un par de vueltas antes de descolgarlo y hacerlo una pequeña bola de plata.

-Adiós Kibum…

Y con todas mis fuerzas y un poco de impulso lancé el colgante mar adentro, donde nadie pudiera encontrarlo jamás, porque ese colgante era de Key y mío, y el mar era quien se encargaba de protegerlo. Una vez el colgante hubo desaparecido Key comenzó a moverse despacio, caminando lentamente mientras traspasaba las olas dejándome atrás, llorando, sintiéndome solo por momentos

-Adiós Jong…- Se giró a mirarme con una sonrisa y lágrimas en los ojos- Mi madre tiene razón, amo tu sonrisa.

Y desapareció junto al sol, dejándome prácticamente a oscuras, con la sonrisa mojada por las lágrimas en el rostro.

 

POV.ONEW

 

Cuando vi a Minho entrar por la puerta supe que estaba perdido, que ya nada me iba a quitar el rostro de tonto que se me había quedado y que el dinero de las flores nadie me lo iba a devolver. Suspiré, que mala suerte.

Dejé la casa de Taemin atrás y me encaminé de vuelta a mi coche. Una vez sentado dentro dejé caer la cabeza en el respaldo, planteándome mi vida y metiéndome en la cabeza que todos mis esfuerzos habían sido en vano. Miré las flores blanquecinas en el asiento de al lado y se me ocurrió una idea de donde podía ir a utilizarlas. Arranqué el coche en dirección al cementerio.

Una paloma moteada salió volando en cuanto bajé del coche, tendría suerte si no manchaba los cristales, subí de dos en dos los escalones hasta la pequeña meseta que era el cementerio, intenté recordar donde estaba la tumba de mi hermano, pero no fue muy difícil de encontrar, pues una gran corona de flores resaltaba sobre el gris del resto del cementerio.

Me acerqué quitando unos centímetros la corona de rosas flores y puse el pequeño ramo que había traído yo. Me arrodillé y recé un poco antes de hablar.

-Hola Onew- Se me hizo bastante raro- Soy Jinki, siento no haber venido a visitarte más a menudo, pero el trabajo me tiene un poco absorbido, lo hago bastante bien y ojala estuvieras aquí para verme crecer, porque sigues siendo mi hermano y aunque no te conozca demasiado, ni tú a mí, creo que aun podemos compartir muchas cosas… - Arreglé las flores blancas para que se vieran con un aspecto mas bonito- ¿Sabes? He conocido a personas especiales estos últimos años, siempre habían pasado miles de hombres y mujeres por mis consultas, pero nunca me habían llamado tanto la atención un chico escandaloso, un chico dulce, un chico dormido y otro gilipollas.

Aplasté un poco de tierra con mis dedos, mirando de un lado a otro para asegurarme de que no había nadie por ahí.

-Creo que no sería exagerar al decir que cambiaron mi vida, a mejor o a peor, eso da igual, me enseñaron que las emociones y los sentimientos son algo difícil de llevar y que estar siempre feliz es complicado, pero luchaban Onew, si los hubieses visto luchar no te habrías ido tan fácilmente- Suspiré recordado las ganas de vivir de Taemin- Cuando me separe de ellos sentí como mi vida se volvía aburrida y simple…

Me encogí de hombros

-Bueno, Kibum se fue, de Jonghyun no se nada, como ya he dicho Minho es gilipollas y Taemin me va a rechazar, una historia muy larga… aunque creo que te la contaré, si te interesa claro está, vendré a verte todos los días… Porque he aprendido que es difícil vivir sin la persona a la que quieres…

 

 

POV.TAEMIN

 

…Aunque a veces si le amas tienes que permitir que se marche…

 

 

POV.MINHO

 

…Hay personas que regresan a tu lado, porque sienten que no pueden vivir sin ti…

 

 

POV.JONGHYUN

 

…Y otras no pueden volver jamás…

 

 

POV.KEY

 

…Pero sabemos que siempre habrá alguien a nuestro lado, por muy lejos que esté.

Notas finales:

Jejeje

...

...

¡Esque no quiero que se termine!

Bueno no lo se xO ADQWEFD!!!

Queria deciros muchas cosas, pero seré breve... gracias. Es mi primer fanfic y realmente pense que no valia para esto, es una pena que termine, pero todo lo que empieza acaba y por una parte me alegro de que haya acabado, porque eso quiere decir que han habido personas apoyandome y dandome muchos ánimos, queria agradeceros el tiempo que habeis perdido en leer Dos vidas, un adiós y vuestros sensuales reviews, que me encantan y me hacian creer en lo que escribia.

Se que el fic ha tenido muchos altibajos xD pero para ser el primero en mi opinion creo que esta bastante bieen... :P Porque habia empezado como algo mas que una bromita, ¿Por que yo no puedo subir mis historias?, y se ha convertido en un trozo de mi.

Gracias a todas aquellas personas que dieron Like a mi página en Facebook ( https://www.facebook.com/DosVidasUnAdios ) por estar ahí comentando mis estados y dandome ideas y aquellas personas que simplemente han leido mi historia, mis fantasmitas :D Os amo

Ya ya paro xD 

Ahora me tiraré por un puente jejeje ok no.. por que esto no es un ADIOS es un HASTA LUEGO. Como Minho vamos xD 

Dejen los ultimos reviews ^^ 


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