Capítulo 11: Sentimientos ocultos.
Habían pasado cerca de dos semanas, dos semanas eternas para él. Tenía que soportar ver al panda acercarse a Seung cada vez que podía para decirle algo, tomarle la mano o darle besos de sorpresa que el mayor parecía no responder y solo callaba mientras desaparecía.
Esto sí que era difícil, ¿en qué momento se había enamorado tanto de Seung Ri? ¿Cuándo lo había dejado de ver como a un amigo?
Estaba ensayando en una sala, solo. No quería estar con nadie en ese momento, solo quería desahogarse haciendo lo que mejor sabía, bailar, armar coreografías. Intentaba sacar todo de su mente, pero últimamente ya no lo aguantaba, era terrible, ya no podía con eso. Dio un par de pasos mientras miraba el espejo, un par de salto y se dio la espalda, trató de avanzar mientras daba vueltas, pero no calculó bien y cayó directo al suelo. Hace mucho que no se caía cuando bailaba…
-Taeyang, ¿cómo fue que terminaste así? –Levantó la cabeza y miró al tipo del espejo, su reflejo- Mírate, eres patético.
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Ya no sabía cómo hacerlo, para él todo esto era nuevo. Le gustaba demasiado, hace algún tiempo se había dado cuenta de eso, pero era demasiado torpe para hablarle, incluso no sabía de qué hablarle. A veces le parecía inalcanzable, como si estuviera lejos, muy lejos. Estaban en la misma compañía y a veces ni se saludaban, pero sabía que no era por ella, si no por él. Porque él es un cobarde, no se atrevía ni a hablarle.
¿Desde cuándo le gustaba Minzy? Ya no se acordaba, simplemente sucedió de un momento a otro, fue en el tiempo en que él tuvo el accidente, ella le dio apoyo y ahí se dio cuenta de lo hermosa y gentil que era. Y ahora estaba completamente perdido en ella. Genial.
La vio venir caminando para entrar a su sala de ensayos, ella le miró y le dedicó una sonrisa mientras se acercaba a saludarlo.
-Hola, Dae Oppa –saludó mientras sonreía.
-Minzy, ¿vas a practicar? –preguntó, eso era obvio.
-Sí, creo que eso haré –se rió un poco mientras se dirigía a la puerta.
-Minzy… ¡Figthing! –le dijo devolviéndole la sonrisa mientras ella entraba.
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Estaba sentado en el sillón de su casa con la mirada perdida en la pared. Era todo tan complicado, sólo quería sacar a Ji en el todo en lo que se estaba metiendo, quería sacarlo de su dolor y pena, pero él no le miraba. No lo iba a dejar ir así como así, ya había dejado una vez a la persona que quería no lo haría de nuevo.
Recordó a Han Byul. El día en que terminaron, fue él, recuerda. Él fue el que dijo que no tenía tiempo y ella estaba en Japón, por lo tanto no se podían ver y cuando ella viajó a Seúl -petición de Se7en- él decidió terminar con todo eso, diciendo que necesitaba alguien cerca de él y ella ya tenía otros planes para su vida. Aún recuerda cuando llegó a la casa y encontró la carta.
“Búscame cuando tú quieras, cuando quieras buscarme de verdad, cuando notes que me echas de menos, cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere, cuando extrañes las risas, las caricias, las conversaciones, los abrazos y las locuras.
Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles, cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa y lo guapo que te vez cuando te enfadas. Búscame cuando mires el celular esperando que te llame, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo.
Sólo búscame cuando realmente lo sientas… estaré esperando… no te diré donde iré, quiero que el día en que vallas por mí, sea porque de verdad me quieres contigo…
Siempre tuya, Han Byul.”
Todavía tenía la carta, había sufrido mucho, de verdad la quería, pero él quería una persona que estuviera a su lado todos los días, y cuando estuvo sufriendo el que llegó había sido Ji Yong, le había acompañado muchos días seguidos… le debía mucho, ahora solo quería protegerle de la misma manera. Tomó su celular, no importa cómo, lo casaría de donde estaba y le ayudaría a superar lo de Seung, quizás después de todo, los dos podrían ayudarse el uno al otro a recuperarse, él por Han Byul y Ji por Seung…
Tenía que comprobar que cuando Han Byul volviera, él estaba totalmente bien.
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El Maknae entró decidido a la sala de audio donde estaba Seung Hyun sentado, al verlo entrar el mayor se paró y quiso salir, pero el menor no le dejó y cerró la puerta.
-Hyung, esta es la última oportunidad… -comenzó el menor ante la mirada seria de Seung Hyun que no mostraba piedad- por favor, volvamos.
-No puedo regresar, si viniste aquí a decirme eso, puedes irte… -respondió casi sin mirarlo, le costaba decirlo así, se sentía muy mal
-¿Cuál es la razón? ¡¿Me puedes decir de una vez que mierda es?! –Le dijo casi perdiendo la razón, lo miró, no le decía anda- ¿ves? ¡Ni siquiera puedes decírmelo! ¡Debe ser una razón muy insignificante como para que no la puedas decir!
-¡No es una razón insignificante, para nada!
-¡Entonces dime por qué!
-¡Porque me gusta Ji Yong! –Las palabras salieron por inercia de su boca y un puñal fuerte sintió Ri en su estómago al escucharlo- me gusta, me gusta tanto como para no poder estar contigo, lo siento… tú querías saberlo…
El menor no dijo nada simplemente salió de la habitación y caminó rápidamente por el pasillo, esto no era su culpa ni culpa de Ji… eran los sentimientos de Seung, y él le había pedido consejos para intentar acercarse al mayor, Ji como buen amigo le había ayudado, no debía saber nada y si supiera se sentiría muy mal. No quería hacer que Ji tuviera cargo de conciencia, no le diría nada. Intentó calmarse un poco y sintió como los ojos se le cristalizaban. Iba a entrar a la sala de video cuando sintió hablar a Se7en algo que casi terminó por matarlo.
-¿Sabes qué pasa al final de la historia del Rey curro? –preguntó Se7en dentro de la habitación.
-¿Qué pasa? –era la voz de Ji Yong hyung.
-Pues, el amigo del rey termina por contar la verdad, estaba cansado de ver al rey sufrir, así que quería terminar con eso…
-No puedes… no puedes decir eso… -dijo rápidamente el menor.
-Lo sé, no lo haré… No me gustaría decirle a Seung que tú estás enamorado de él. –Le dijo de forma seca.
Al escuchar esto Seung Ri caminó a paso decidido para salir del edificio… “¡toda una puta mentira!” pensó.