Si ese tiempo pudiera volver
Prologo
“Un Adiós”
Ella se iba a ir… se iba a ir con alguien… con alguien que… no era yo, se alejaba de mi con la ultima brisa otoñal, sus delicadas alas aleteaban lentamente como queriendo retrasar mi agonía al verla partir, pero aun que fuese de esa manera… los segundos comenzaban a evolucionar en minutos y eso me la arrebataba cada vez más rápido. Quería gritar con todo el dolor de mi alma que se detuviera, que no me dejara, que haría cualquier cosa porque permaneciera a mi lado, quería gritar a voz en cuello… que la necesitaba más que a nada ni nadie en este retorcido mundo en el que vivía; pero un grueso nudo en mi garganta ahogo aquellas palabras y lo único que pude hacer fue… provocar una suave brisa que llego hasta ella para darle un pequeño empujón y… el amor de mi vida vatio sus alas y acelero el paso… entonces… la perdí de vista.
No quería cerrar los ojos, pues sentía que al hacerlo su imagen se borraría de mi memoria y eso no podía permitirlo, quería gravarme su silueta con tinta, con sangre, con fuego, con hielo, con espinas con lo que fuera, pero que su imagen no se fuera nunca de mis ojos.
Escuchaba el eco de unas voces a mí alrededor, me tomaron unas manos por los hombros y me sacudieron un poco, pero no tenía intenciones de reaccionar, pero… el escuchar su nombre activo nuevamente mis sentidos y encontré a sus amigas a mi alrededor. Sus caras estaban llenas de preocupación y desconcierto, al parecer esperaban que les dijera algo, ansiaban una respuesta que acabara con sus dudas y seguramente, aquella respuesta me acabaría por destruir, porque estaría aceptando que ella jamás regresaría.
- ¡Vamos Vidia, contestanos! – Silvermist era quien me tenía sujetada por los hombros y era la más cercana a mí. Sus ojos contenían las lágrimas pero estas parecían estar a punto de romper esa barrera y de seguro así seria - ¡¡Vidia!! – La mire con ojos vacios y le sonreí amargamente, para sentir como algo tibio resbalaba por mis mejillas.
- Se ha ido…- eso fue lo único que salió de mis labios, pues si decía una palabra mas no podría controlar mi voz y esta se quebraría por el dolor que había en mi corazón.
El hada del agua soltó su agarre en mis hombros y aproveche ese momento para escapar de ahí, volaba tan rápido, tan desesperada y sin medir consecuencias por la fuerza que imprimía en mi volar, que no me importaba la devastación que dejaba atrás de mi… solo quería irme tan lejos donde nadie pudiera ver mi sufrimiento y debilidad.
Un dolor atroz oprimía fuertemente mi pecho, me lleve una mano a donde se encontraba el doloroso palpitar de mi corazón. Lo quería estrujar, quería sacarlo de su lugar y arrojarlo lejos de mí, para que así ese sufrimiento dejara de ahogarme y aun que sea poder respirar un poco. No sabía cuánto tiempo llevaba volando y mucho menos sabia donde estaba, jamás me había alejado tanto de mi hogar, pero ahora lo que menos quería era regresar.
- Vidia – frene de golpe y a unos 4 metros atrás de mi se encontraba la Reina de todas las hadas
- Su majestad… - trate de aparentar firmeza pero las lagrimas resbalando por mi rostro no ayudaban en nada
- ¿A dónde vas tan deprisa?
- No lo sé…- entonces caí en cuenta que ella podía traerla de regreso y un brillo de esperanza nació en mis ojos – Tinkerbell… usted puede traerla, si usted le ordena que regrese ella…
- No Vidia – fruncí el seño ante su negativa, iba a cuestionarla pero la Reina se me adelanto – eso no podrá ser
- Pero… usted… ¡Tinkerbell no puede irse sin su permiso! ¡No puede abandonar Pixie Hollow!
- Te equivocas, ella tiene mi permiso. – abrí los ojos de par en par, no daba crédito a lo que acababa de escuchar
- ¿Qué?
- Lo siento mucho Vidia, pero es lo correcto y es lo que Tinkerbell deseaba.
- No… eso no es cierto – sonreí con superioridad y la mire con todo el odio del que era capaz – Tinkerbell no desearía abandonar su hogar y mucho menos…
- Es lo que ella quería y por eso le di autorización pata abandonar Pixie Hollow…
- ¡Para ir con mugriento niño perdido! ¡Dejo que se fuera para irse con un humano! ¡¿Se da cuenta de lo que ha hecho?! ¡¡ ¿Cómo pudo hacerlo?!!
- Vidia…
- ¡¡Usted tiene la culpa!! ¡¡Usted y ese maldito humano me han costado lo que más amo en este mundo!!