What about now
El cocinero, llorando, furioso tiro la silla al piso gritando incoherencias mientras abandonaba la habitación, dejando al resto de los Mugirawa llorando, tratando de pasar este hecho que pasa por su vida…
---------Flashback----------
- Cocinero-san, ¿De que querías hablarme? – decía la morena un poco preocupada –
- Robin-chan, tú sabes que quiero a Zoro, no se como decírselo… Él se esta alejando últimamente de la tripulación, me preocupa, tengo un mal presentimiento… Eres la única con la que puedo hablar Robin… - esto era malo, Sanji nunca estaba así de preocupado, siempre intentaba parecer feliz, escondiendo su tristeza tras una mueca sin sentimientos –
- Cocinero-san, no sé si entenderás estas palabras ahora, tu amor está escondido detrás de las palabras que nunca has podido encontrar, antes de que se haga tarde y que el amor desvanezca y la oscuridad llene tu corazón, dile lo que sientes con palabras que entiendan ustedes dos – decía Robin, seria, las intuiciones de la mujer siempre eran ciertas y, aunque Sanji ame a las mujeres era terco –
- Las tomaré en cuenta, Robin-chan… Gracias, sé que lo que dices es verdad y que tienes razón, nunca te equivocas… - decía preocupado el chico, pensativo sobre las palabras –
- Sanji, ¿Porqué no ahora? – dijo la arqueóloga bajando la mirada hacia el libro lentamente – ¿Podrás ver mas allá? - en ese momento el rubio se dio cuenta, esas preguntas eran muy importantes –
- Gracias y… adiós Robin-chan creo que tengo algo que hacer… - la mujer sonrió satisfecha y el chico le devolvió la sonrisa –
- Una vez que el cocinero se fue dejando a Robin en la habitación solitaria la arqueóloga murmuró – ¿Si su amor no se fue?¿Y se él esta haciendo todo lo que querías ser?¿Si llegaras tarde y tu corazón roto volviera a ser nuevo con el mismo amor? –
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El rubio corrió por las calles, empapándose con la estruendosa lluvia, las gruesas gotas caían, pero eso no importaba en ese momento, tenía que encontrar a Zoro.
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- Nami, no tendrías que haberle dicho a Sanji donde estaba a Zoro – se quejaba el renito preocupado –
- Lo sé Chopper, pero cuando se trata de amor, tienes que verlo con tus propios ojos para creer lo que ves, si le decía a Sanji que hacia Zoro, aunque sea su “mellorine” no me creería – la chica de cabellos hablaba con tristeza, mientras el renito se echaba a llorar junto al tirador que había estado sentado al lado de la pelinaranja –
- ¿Cre…crees que lo salve? – preguntaba Chopper lloriqueando –
- No se Chopper, no se… - la navegante no lo resistía y dejo escapar las saladas gotas de sus ojos - ¡¡¡SANJI-KUN!!!¡¡¡PERDONAME!!! – gritó sin soportar más sus sentimientos, llorando como nunca lo había echo –
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- ¡Marimo!¡¿Dónde estas?! – gritaba exasperado el rubio, empapado –
Camino por los estrechos callejones oscuros, llegando a la plaza central. Camino hacia la estatua que había en el centro del chacho verde de naturaleza. En la estatua estaba grabado algo que comenzó a leer con interés:
Nuestros sentimientos se esconden tras palabras poco significativas para otros. El amor prevalece hasta el momento en el que nuestro corazón se rompe. Siempre hay que decirlo antes de que se acabe el tiempo, antes de que un mal momento acabe por ocurrir.
- Kitoshiki. D Shaki – fundador de nuestro pueblo y pirata –
Esas palabras eran parecidas a las de Robin…
Camino y camino, sus piernas ya no daban más, sentía que sus piernas no respondían, cayó al piso frio y húmedo, cerró sus ojos y los abrió encontrándose a Zoro frente a él lleno de sangre.
- Lo siento, ero-cook, perdóname si no vuelvo –
Despertó y ya no había nada, ni Zoro, ni sus lagrimas, nada, solo gotas de agua que se mezclaban con sus lagrimas. Se levanto como pudo y corrió hasta que no pudo más, y se apoyó contra una pared de una estrecha callejuela. Sus ojos estaban rojos y brillantes a causa de sus lágrimas.
- ¡¡¡ZOROOO!!!¡¡¡DONDE ESTAS!!!¡ZOooroo! – iba bajando su tono de voz mientras iba bajando apoyado todavía en la pared, lloriqueando, apretándose a si mismo - ¡¿Porqué Marimo?!¡¿Porqué?! – lloraba, intentaba no tragarse sus propias lagrimas, pero le era imposible –
Ya un poco calmado, prestó atención a su alrededor, habían manchas de sangre, se levantó limpiándose las lagrimas con la mana de su camisa empapada, siguiendo el camino de sangre –
- Oscuridad Sanji… Oscuridad… -
Llego a un extraño lugar, parecía un especie de patio con grandes arbustos, camino hacia ellos corriéndolos con las manos, encontró a… Wado Ichimonji clavada en la tierra… Desesperado corrió entre los arbustos sin importarle que las ramas le rasgaran la piel y la ropa. Entro en un gran claro, donde las otras dos katanas de Zoro se encontraban desperdigadas y a Zoro…
- ¡¡¡ZOOORRROOOOO!!!¡¡¡NOOOOO!!! – gritaba llorando Sanji, corriendo desesperadamente hacia el peliverde, el rubio estaba llorando como nunca lo había hecho - ¡¡¡NO POR FAVOR, VUELVE!!! –
(Jaamataashita o capaz lie)