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The Lover por Yume Matsumoto

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Inazuma Eleven es propiedad de Level-5

Disclaimer 2: La canción "The lover" es propiedad de Alesana

 

Los pensamientos están en cursiva 

 

Aburrido de la rutina de cada día. Un momento de paz a veces es necesario.

Salió de su enorme mansión y de inmediato escucho los molestos ruidos de la cuidad.

Tantas cosas en su cabeza que no podían ser despejadas, se coloco sus  audífonos, tal vez la “reconfortarle melodía” podría disipar todas sus dudas acumuladas. 

 

Comenzó a caminar, haciendo caso omiso a su alrededor.

 

El frío le golpeaba mientras respiraba, las palmas de sus manos se congelaron, sus dedos se entumecieron y el viento helado chocaba directo a su rostro,  hasta llegar ha lastimarlo. 

 

En esos momentos se sentía como un vaso, frágil y vacio.

 

No supo en que momento el cielo se puso gris, dejando que solo un pedazo de cielo se iluminara con la calidez del sol...

 

Mientras el helado viento soplaba ruidosamente y como si se tratase de una película, comenzó a recordar una vez más ha esa persona.

 

 

Desde que había dejado de ser Ishido Shuuji muchas cosas habían cambiado, aun podía disfrutar del fútbol que tanto amaba y podía estar con sus mejores amigos... Pero en esa vida, casi perfecta, faltaba algo muy valioso pare el.

 

Aun se sentía culpable...

 

En aquella vez  no lo quería abandonar, pero lo hizo.

 

Luego de ha verse marchado se sentía de lo peor, no pudo ni siquiera decir un "Nos volveremos a ver" o un simple "Adiós". El había prometió que no le iba a decir nada a nadie, además no era bueno con las despedidas así que solo se marchó sin decir nada, como lo hace el viento.

 

Pero en ese tiempo lo que más le dolía era eliminar toda comunicación con el.  Eso era lo que menos soportaba, cuantas veces quiso  mandar todo a la mismísima mierda y dejar de ser el Setei del Sector V.

No soportaba estar tan lejos de el, sin poder ver sus enormes ojos, escuchar su melodiosa voz, abrazarlo o sentir sus suaves labios. 

 

Ahora ya no se sentía tan desesperado como en aquella vez, pero había algo mucho peor que todo eso.

 

 A veces le daban ganas de ir corriendo a buscarlo ha Hokkaido para decirle lo mucho que lo extrañaba y lo mucho que lo amaba. Pero en ese momento ese "Algo" se lo impedía. No era orgullo, aunque el fuera una persona orgullosa, sabía cuando dejar ese orgullo de lado. Lo que le impedía encontrarse con aquel peliplata era Miedo, el miedo de que el menor lo mirase mal, el miedo de que le digiera que no lo quería volver a ver nunca más y sobre todo el miedo a que le digiera que lo odiaba, simplemente no lo soportaría. Además a ciencia cierta el sabía que Shirou tenía todo el derecho del mundo de enojarse con el, después de todo el tenía la culpa de haberlo dejado sin decirle nada. 

 

Suspiro pesadamente, pensar de esa manera le ajetreada bastante. 

 

El aun estaba locamente enamorado de el, eso no lo podía negar.

 

Pudo ver como su aliento se volvía blanco y el paisaje ante sus ojos se volvía cada vez más deprimente. Su cuerpo congelado temblaba por el frío.

Comenzó a correr, ese paisaje que pareciera que nunca cambiaba lo dejaba atrás.

 

Las pétalos de cerezos volaban a todas direcciones, su cabello danzaba mientras el viento soplaba fuertemente, hizo una mueca de disgusto, sentía como ese fuerte viento le golpeaba, ese contacto solo se enfurecía.

 

-       Ningún viento me detendrá -

 

El quería llegar hacía el lugar donde los rayos del sol aun emitían su calidez.

 

...

 

Sin darse cuanta había llegado a la torre de metal, se sorprendió. Su corazón bombeaba con fuerza y su respiración era agitada ya estaba cansado de tanto correr.

 

En ese lugar era tan cálido que sin dudarlo comenzó a subir las escaleras.

 

Cuando solos le faltaban un par de escalones. Su vista se poso en una figura tan familiar, no sabía si su corazón estaba bombeando o no, quedo en tipo de shock. Ese Hombre que se encontraba mirando el atardecer mientras su hermoso cabello platinado danzaba junto con el viento, se veía tan tranquilo, pero a la misma vez un aura melancólica fluía a su alrededor. El pelicrema sentía que estaba perdiendo la razón, no podía creer lo que sus ojos veían.

 

¿Es ella?

¿Podría ser?

¿Mis ojos deberían creer lo que ven? 

Si eres quien pienso podría perder la razón.

 

Movió su cabeza de un lado hacía el otro, sus manos las formo en puños y subió los últimos escalones.

La otra persona sintió el leve ruido que había echo el mayor. Giro su cabeza y se encontró una vez más con esos estrechos, negros y profundos ojos. Al cruzar miradas el mayor quiso esquivarlo pero simplemente no pudo. Ambos sostenían la mirada del contrario, sus corazones latían.

 

Las manos del menor, sus piernas y sobre todo sus labios comenzaron a temblar. El pelicrema lo había notado, pero no podía mover ningún musculo, no sabía que hacer o decir, estaba tan nervioso que aun no se la podía creer, que ahí mismo estaba el ex príncipe de las nieves.

 

En los grandes ojos del peliplata se asomaron unas traicioneras lágrimas, se mordió el labio y comenzó a correr hacía donde se encontraba el ex goleador de fuego.

 

Este último veía  como en cámara lenta su acompañante se acercaba hacía el, sentía un cosquilleo en su estomago.

 

Solo un beso de sus labios y yo simplemente flotaría.

La forma en como sus caderas se balancean de un lado hacía otro.

Tengo Mariposas…

Las chicas muertas no aparecen de la Nada.

Pero yo soy víctima de su siniestra Mirada.

 

Abrazo fuertemente al mayor.

 

- Gouenji-kun ¿En verdad eres tú? - dijo entre llantos.

 

El mencionado solo se quedo inmóvil, no podía creerlo en verdad, ahí mismo estaba aquel hombre de las nieves  abrazándole fuertemente. Tuvo unas leves ganas de llorar, cuando sintió el llanto del menor y sus  lágrimas caían cerca de su hombro. Se mordió el labio y solo correspondió el abrazo e incluso lo acercó más a el. Ahora el menor ocultaba su rostro en el pecho del pelicrema, se sentía un poco avergonzado y no sabía porqué había actuado de esa manera pero se había emocionado, en los años que habían pasado, simplemente lo extraña y lo necesitaba.

 

El pensaba que si se volvían a encontrar, el iba a actuar como el hombre maduro que tenía que ser, pero no, ahora estaba abrazándolo y para variar estaba llorando como un niño pequeño, pero no lo podía evitar, así que solo lo abrazó mucho más fuerte.

 

-      Fubuki – el peliplata levantó su rostro, para encontrarse con la mirada de Gouenji, el solo se sonrojo ya que el mayor lo miraba con tanta ternura.

 

Por unos minutos pensó que habían retrocedido en el tiempo para llegar en el momento en donde alguna vez aquellos chicos confesaban su amor. Gouenji secó las lágrimas que aun derramaba el menor, para luego acariciarle su sedoso cabello y mostrarle una linda sonrisa.

 

Fubuki se sonrojo más de lo que ya estaba, así que avergonzado bajo la mirada.

 

Habían pasado tantos años que no veía esa sonrisa que por unos minutos pensó que simplemente estaba teniendo otro sueño. El mayor sintió una punzada en el pecho cuando vio que Fubuki otra vez ocultaba su rostro, aun su mano descansaba en la cabeza del peliplata. No sabía que decir pero tenía tantas cosas que conversar con el. No sabía como empezar y además sentía que en su garganta se formaba un nudo que le impedía decir alguna palabra. Se tensó pero ahora no era un buen momento para quedarse callado – Shirou, Mírame – El mencionado levantó la cabeza, y ahora la mano de Gouenji inconscientemente se poso en la mejilla del más bajo, el solo la acarició suavemente, se le fueron todas las palabras que había pensando su mente, ahora quería hacer solo una cosa… Probar una vez más esos labios.

 

Por favor no me odies por lo que he hecho.

Escapa conmigo, seré todo lo que necesites.

Una linda chica me grita:

“Toma mi mano, quítame el aliento”

 

Peligrosamente el moreno se acercó al más bajó. Posó su frente y la punta de su nariz con la de su acompañante. Sintió la respiración algo descontrolada del menor. No estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer, pero quería (deseaba) besarlo.

 

¿Y si mi corazón se rompe una vez más?

“…Quítame el aliento…”

 

Aun seguía en la misma poción, fijamente se miraban a los ojos, ambos se podían ver reflejados en los ojos del otro y el aroma del menor se emprendía en las narices de su acompañante. Era el mismo olor que recordaba Gouenji un aroma tan suave y agradable que simplemente le embriagaba.

 

Fubuki no sabía que hacer estaba tan nervioso, por un momento pensó que el mayor lo iba a besar pero solo junto su frente con la suya. Sentía un cosquilleo agradable en su estomago, se sentía tan extraño, hace mucho tiempo que no sé sentía de esa manera, era obvio, aun seguía enamorado de aquel chico. Movió su temblorosa mano, busco la mano del moreno y rápidamente entrelazo sus dedos con los del otro, hace tiempo que deseaba tomar esa mano tan cálida. Gouenji por  tal inocente acto, apretó fuertemente la mano del otro, esa pequeña y delicada mano temblaba.

 

Lentamente junto sus labios con el peliplata, sintió un agradable choque eléctrico que recorría por toda su espalda. Esos frágiles labio temblaban, pensó que era mejor separarse de el, con lentitud separo sus labios, pero Fubuki se lo impidió, con su mano libre lo tomo del cuello para una vez más sentir los labios de su amado. Gouenji se sorprendió, pero al mismo tiempo se alegró, aquel muchacho una vez más le correspondía.

 

Fubuki abrió su boca y la lengua de Gouenji se encontró con su lengua que le esperaba gustosamente. Sin perder ningún segundo, cada lengua exploraba con lentitud cada rincón y cada pliegue de la sabrosa boca del otro. Mientras se besaban sus manos recorrían la espalda y caderas del otro. Ambos sentían mariposas volando dentro de su estomago.

 

Tan solo el aroma de su piel y libera recuerdos prohibidos.

Las caricias más leves de su frágil mano y

Tengo mariposas.

Las chicas muertas no aparecen de la nada.

Pero yo soy victima de su siniestra mirada.

 

Se separaron para buscar un poco de aire.

 

Fubuki por unos momentos sintió que le faltaba el aliento. Había disfrutado tanto ese beso que incluso había olvidado que hace unos segundos estaba llorando y temblando como una niño. Pero ya no le importaba, ahora estaba feliz ya que una vez más estaba con su amado pelicrema.

 

-       Shuuya-kun, yo…-  

-       Shirou por favor perdóname – dijo rápidamente mientras lo miraba a los ojos, el mencionado sonrió, lo abrazó y le dio un pequeño beso.  

-       No tienes por qué disculparte Shuu-kun – dijo dulcemente. 

-       Por favor perdóname por lo que hice, por haberme ido y dejarte solo, sin siquiera poder decirte adiós. No saber todo lo que sufrí por no poder estar contigo -  bajo la mirada para ocultar sus lágrimas. Fubuki sentía que su ritmo cardiaco aumentaba, lo abrazó fuertemente. 

-       No tienes por qué disculparte, yo… yo al principio, es verdad que sufrí bastante y cuando supe que eras Ishido no me lo podía creer… Pero tenías una razón para hacerlo – Gouenji levanto la mirada y se encuentro con los brillantes ojos de Fubuki – Gracias a ti una vez más podemos disfrutar de nuestro deporte favorito, gracias, gracias por proteger el fútbol que tanto amamos – le mostro una linda sonrisa.  

-       Shirou – igual sonrió y lo beso una vez más – por favor quédate conmigo, aquí en Inazuma – 

-       Shuuya… -

-       Seré todo lo que necesites – tomo la mano del piel de nívea.

 

Por favor no me odies por lo que he hecho.

Escapa conmigo, seré todo lo que necesites.

Una linda chica me grita:

“Toma mi mano, quítame el aliento”

 

-       Shirou, Te Amo – Una vez más busco los labios de su acompañante.

 

¿Y si mi corazón se rompe una vez más?

Seré tú defensor, seré Tú amante.

 

Se separaron un par de centímetro.

 

-       En verdad Te Amo –

-       Shuuya-kun – No podía controlar sus latidos, sentía que en cualquier momento su corazón iba salir de su pecho. Estaba tan nervioso y feliz al mismo tiempo. Pero tenía un gran nudo en la garganta, quería hablar y decirle con palabras lo mucho que lo amaba.

 

Gouenji al ver que el otro desviaba la mirada y no decía ninguna palabra, se tensó.

-       ¿Acaso tú no me amas? – pensó asustado.

 

Seré tú defensor, seré tú amante.

Y si tú corazón esta llenos de Dudas

¡ Te llevaré en el Alma preciosa !

 

-       ¡Te prometo que nunca más te dejaré solo! -  Fubuki posó la mirada de Gouenji sorprendido – Te lo prometo Shirou – 

-       Shuuya – No soporto más y de sus ojos salieron lágrimas, lágrimas de felicidad – Yo, yo también te amo, te amo tanto que, qué me quedaré aquí contigo… para siempre – Sonrió, mientras que aun sus lágrimas se asomaban de sus ojos. 

 

Por favor no me odies por lo que he hecho.

Escapa conmigo, seré todo lo que necesites.

Una linda chica me grita:

“Toma mi mano, quítame el aliento”

 

Gouenji lo abrazó fuertemente.

 

No puedo perderte de Nuevo

 

Fubuki le correspondió el abrazo.

 

No puedo perderte de Nuevo

 

-       Shuuya… Te amo –  Se besaron una vez más.

 

No puedo perderte de Nuevo

 

El miedo de Gouenji que tanto lo carcomía por dentro ya se había ido. Fubuki lo amaba y eso era más que seguro. En ese momento se juro para si mismo que nunca más lo iba a dejar solo. Lo ama tanto que el haría todo lo posible por verlo siempre feliz y el sabía que con el a su lado, el era capas de hacer cualquier cosa, lo amaba tanto que sin el no era nada y no se imaginaba ninguna otra vida sin que fuera con el peliplata, quería estar siempre a su lado, Nunca más lo perdería de nuevo.

 

¡ No Soy nada sin ti !

 

En la torre de metal ya se asomaban los últimos rayos de sol, por unos segundos el Sol ilumino intensamente ese lugar, haciendo que los rostros de esos dos amantes brillaran. Sus corazones no dejaban de bombear y en ambos rostros ya no postraban tristeza y melancolía. Se sentían tan felices, que ambos sonreían ampliamente y ese agradable cosquilleo se hacía cada vez más fuerte.

 

Nunca te fallaré

 

El extensor cielo, se escurecía lentamente. Sus manos permanecían juntas y sus dedos estaban entrelazados.

 

-        Shirou –

 

Nunca te fallaré

 

-       ¿Mande? – dijo suavemente mientras disfruta de la brisa. Gouenji apretó fuertemente la mano del otro pero sin causarle daño.

 

Nunca te fallaré.

 

 -     Te Amo –

 

Ángel… 

Notas finales:

Les gustó?

Espero que si... o sino díganmelo en un reviews xD

 

como siemrpe acepto todo tipo de Reviews ^^

 

Saludos! :D


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