Era una mañana normal en el departamento de Nowaki Kusama y Hiroki Kamijou. El sol entraba por la ventana deslumbrando la fina cara del profesor Kamijou que yacía dormido medio desnudo en la cama. La regadera se detuvo al mismo tiempo que el castaño se despertaba.
- Ohayou! - Dijo Nowaki entrando en la habitación con el pecho descubierto y con la toalla alrededor del cuello.
- Ohayou... - Hiroki se tallaba un ojo al mismo tiempo que volteaba. Vio a Nowaki con el pecho descubierto, se sonrojó a más no poder y se volteó para evitar la mirada del ojiazul. Nowaki sólo sonrió tiernamente.
- ¿Vas a ir a trabajar hoy? - Hiroki preguntó. Estaban ya en el comedor desayunando.
- Etto...no...hoy le toca el turno a Tsumori-sempai. Nos repartimos los días y los domingos le toca cubrirme.
- Oh...ya veo...
- ¿Quieres ir a alguna parte hoy Hiro-san?
- Si tu...quieres... ¿A dónde iríamos?
- A donde tu quieras Hiro-san. - Sonrió. Una sonrisa hermosa. Típica de Nowaki.
- Bueno...si quieres podemos ir al acuario, a comer...
- O si quieres también podemos ir al cine, nos ponemos hasta atrás y nos perdemos en la oscuridad...
Desafortunadamente eso lo habia dicho mientras Hiroki tomaba algo de agua, y casi se ahoga.
- Baka...
- Bueno, ¡vamos de una vez! - Nowaki se levantó de su silla.
- ¿Eh?
- ¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder! El día sólo tiene 24 horas, y quiero pasarme todo el dia con Hiro-san.
Baka Nowaki. Eres tan lindo que es imposible que no te ame. Pero...este tonto y estúpido orgullo me obliga a negarlo. A veces hasta me odio. No soy capaz de superarlo y hacer algo lindo por ti. No puedo. Simplemente no puedo. Quiero gritarte a los cuatro vientos que te amo pero cuando quiero hacerlo hay un nudo en la garganta que me impide decírtelo. ¿¡Por qué es tan difícil!?
**
Estaban por cruzar la calle, estaba en verde para los peatones, así que no había problema. Nowaki estaba como ido, probablemente estaba pensando en todas las cosas que harían esa tarde. Nowaki tenía a Hiroki tomado de la mano. El semáforo de peatones cambió a rojo y los vehículos avanzaron. El ojiazul sin embargo no dejó de caminar, no se había dado cuenta del cambio. Soltó a Hiroki de la mano, Hiroki, desesperado y al pie de la banqueta le gritaba que se devolviera. Pero Nowaki seguía en trance. De la nada, un auto apareció justamente en dirección para atropellar a Nowaki.
- ¡¡Nowaki!! - Hiroki por un momento olvidó todo su orgullo y se lanzó a empujar a Nowaki fuera de la calle, saltó y lo empujó justo antes de haber sido atropellado. Nowaki estaba sano y salvo. Pero el auto arroyó a Hiroki. Estando el inconsciente en el suelo con un pequeño rastro de sangre.
- ¡¡Hiro-san!! - Las lágrimas empezaron a fluir desde sus ojos sin control.
Todos los autos se detuvieron al observar el cuerpo de Hiroki en el suelo. Creían que estaba muerto. Nowaki también llegó a pensarlo. Pero ese pensamiento se eliminó porque Hiroki aún se movía. Nowaki corrió hacia donde yacía su novio.
- ¡Hiro-san! - Se arrodilló y tomó delicadamente su cabeza.
- No..wa...ki.. - Con dificultad y con los ojos entrecerrados dijo débilmente.
- No te esfuerces Hiro-san... - Lo abrazaba ahogado en llanto.
- Yo...te...amo...
Hiroki quedó inconsciente.