Cap 2
-Anda, ten, tomate esto – colocó una taza de leche y se giró hacia a cocina- es bueno que crezcas, no es que discrimine a los de la raza gruesa y a los de la raza ultra gruesa – se volvió de nuevo a mí y esta vez dejo en la mesa un platito con pan tostado y mantequilla - pero es mucho mejor que seas alguien delgado que uno gordo.
-Umma, no digas esas cosas – miré la taza, la tomé entre mis manos, la llevé hasta mis labios, tomé un sorbo y la dejé sobre la mesa. - piensa en esas personas, ellos tampoco querrán ser así pero no les queda otra que hacer ejercicios – Umma se sentó frente a mí y se dispuso a tomar el desayuno de todas las mañanas.
-Bueno – alargo la ultima vocal – perdón por pensar así, vale? – Me miró sonriente – solo quiero lo mejor para ti – se levantó un poco y se apoyó un tanto en la mesa para acariciar con su mano libre mi mejilla derecha.
Miré el reloj de la cocina que por cierto está un poco desordenada, este marcaba las 7:42 de la mañana y tengo que entrar al Liceo a las 8:05 así que creo que llegare atrasado por unos 12 minutos.
-Bueno Umma, me tengo que ir – me levante de la mesa y agarré mi mochila entre mis manos - mira que llego tarde y si llego pasado la hora tendré que hacer una fila afuera de Liceo, esperar que llegue mi turno, presentar mi libreta de comunicaciones – mire por última vez la mesa y vi que me faltaba por comer el segundo pan tostado, lo tome, lo metí en una bolsita que había por ahí y lo eché en mi mochila – para luego entrar por fin al Colegio pero claro, antes tengo que esperar hasta la mitad de la primera hora – mire a mi Umma quien estaba recién terminando de tomar la leche y me miraba atenta – sentado en el auditorio hasta que toque la campana de la mitad de hora y ahí recién entrar a la sala.
-Por todo eso tienes que pasar si llegas tarde? – pregunto extrañada al contarle todo mi ritual por si llego tarde a lo que asentí.
-Ya Umma, ahora si que me voy – camine hasta ella y le di un pequeño besito en su mejilla – Nos vemos.
-Chao Zelo – Le sonreí y me gire hacia la puerta de la cocina – No olvides estudiar, pórtate bien con los profesores y no les hagas enojar – me detuve al escuchar que me hablaba - has las tareas, pon atención a las clases y no te distraigas, no escuches música durante las clases, si es posible bota ese celular – no pude evitar reírme al escuchar lo último, como sería posible que yo botara mi IPod – No quiero que tus notas bajen, Ah! Y ni creas que no vi tu libreta de notas niñito… - me quede en silencio, no tenía nada que decir, obviamente tenía toda la razón y aun mas razón sobre lo de la música, es cierto que durante clases lo oigo. – Bueno, será mejor que ya te vayas, ya es muy tarde.
Al parecer había visto el reloj y se dio cuenta que si seguía hablándome llegaría tarde si o si.
Cuando Salí de la casa vi que el sujeto de ayer, el mismo con el que choqué pasaba por al frente del jardín de la casa.
No pude evitar sonreí, ahora que lo pienso fue raro que yo sonriera al verlo.
-Ya! – le grite llamando su atención cosa que lo conseguí.
Caminé casi corriendo sujetando fuertemente mi mochila hacia el otro quien se había detenido al escucharme.
-Hola niñito – llegue hasta él y me miró un poco serio.
-Hola…- miré a sus ojos y los achiqué al tratar de recordar su nombre.
-Him Chan, Babbo – como si nos conociéramos de hace mucho me dio un pequeño golpe en la frente a lo que yo fruncí el ceño ¨enojado¨.
-No me digas ¨Babbo¨, Babbo – Mis labios se formaron en un puchero a la vez que yo seguía sujetando mi mochila que por cierto estaba colgando de un solo hombro.
-Rio divertido-
-Que tierno tu puchero – me habló en un todo aniñado y me apretó ambas mejillas – Tierno, Tierno, Tierno – decía aniñadamente mientras me jalaba de un lado hacia otro de mis mejillas a lo que yo solo me quejaba de dolor, no sé porqué pero de alguna manera no me molestaba que me tocara, lo más normal en mí seria que yo le haya dado un golpe fuerte a este sujeto si no hubiera sido por qué me cayó bien.
-Yia~ - me quejaba con dificultad porque ni podía pronunciar palabra alguna con las mejillas extremadamente estiradas hasta que ya no pude soportar el dolor que me provocaba e hice que me soltara, cosa que lo conseguí.
-Lo siento, pero es que en verdad que te veías tierno aun con las mejillas estiradas – me decía entre risas.
-Ya~, no te rías – empecé a caminar en dirección al Liceo que era más que obvio que llegaría tarde.
-Lo siento, Lo siento, lo siento, lo siento – decía detrás de mí.
-Nop – dije levantando mi cabeza en gesto de berrinche.
-Anda~ - me alcanzó y detuvo con su mano sujetando mi brazo, me giré y le miré a los ojos.
-Bueno ya. – sonreí – Por cierto – me soltó - llevas puesto un uniforme que es igual al mío, es que acaso estudias en mi Liceo? – pregunté mientras entrelazaba mis brazos.
-Asintió con la cabeza-
-Ya veo… - mire al suelo – Eres nuevo entonces? – Asintió con la cabeza nuevamente – Ah… Entonces si sabes que en tu primer día de clases estas llegando tarde, cierto? – saqué mi IPod de mi bolsillo que hasta ahora se me es un misterio cómo es posible que mi celular entre en bolsillo de mi pantalón. Miré la hora y marcaban las 8:01, Lo guardé en el bolsillo y fijé mi mirada en Him Chan – Son las…- Se me había olvidado la hora por lo que nuevamente tuve que sacar la hora y ver por segunda vez – Son las 8:02, llegaremos tarde, vamos? – continúe mi camino, el otro me seguía callado por detrás.
-Ne~ - me alcanzó – Cómo dijiste que te llamabas? – Me miró de lado.
-Choi Jun Hong, pero dime Zelo, es mucho más corto y más fácil de recordar – sonreí. – Mira! – Señalé a la tercera cuadra – Ya falta poco para llegar, doblando esa esquina llegamos – voltee mi rostro hacia él y sonreí.
-Ne~ Zelo, porque siempre sonríes? – su pregunta nunca me la habían hecho antes por lo que me descolocó un poco.
-…Eh~ no sabría que decirte, la verdad es que estoy acostumbrado a hacerlo – metí ambas manos a mi chaquetón, se me había olvidado que en las mañanas hacia frio, durante mis vacaciones se me habían hecho calurosos las tardes, en las mañanas ni salía, solo dormía hasta la tarde, a lo mejor habrá sido por eso mismo que no sentía el frio de las mañanas.
-Ya veo…
Entre tanta conversa habíamos llegado al Liceo, estaban cerradas las puertas y no había alumnos afuera, todos ya habían entrado.
Saqué por tercera vez mi celular para ver la hora.
-Son las 8:23, Shit nos demoramos mucho – guardé mi IPod – Umma me matará – me tape el rostro con ambas manos.
-no llores – Him Chan se había acercado hasta a mí.
-No estoy llorando – me libre el rostro – Es algo como para exagerar las cosas – como siempre, sonreí.
-Que te parece si nos fugamos y en vez de volver a la casa nos vamos a Fantasilandia? – Lo miré extrañado.
-Fugarnos? – Abrigué mis manos introduciéndolas en mi chaquetón, si que hacia frio y corría un poco de aire. – Pero…
-Anda vamos, no seas Niñita – me dio un pequeño golpe de puño en mi hombro izquierdo.
-Bueno ya, pero si nos atrapan fuera del horario de escuela diré que tú me secuestraste – Reí malvadamente.
-Rió al igual que yo-
-Esta bien, entonces volvamos cada uno a su aburrida casa. – Empezó a caminar devuelta por donde habíamos venido.
-No! – Caminé rápido hasta él – bueno ya, vamos. –Le sonreí a lo que él me correspondió de la misma manera. – Pero antes que todo, dime, que es Fantasilandia? – Pregunté
-No sabes? – agrando sus ojos, se veía tan mono. Negué con la cabeza – Es un lugar gigantesco – alzo los brazos mostrándome que tan grande era el lugar – tienes muchos juegos – movió los dedos indicando cuantos eran – la mayoría son muy entretenidos – sonrió ampliamente – te divertirás de seguro, vamos – pasó su brazo por sobre mis hombros – yo invito – su rostro se encontraba lo suficientemente cerca al mío cosa que me intimidó un poco, o debería decir que me hizo sentir nervioso? La cosa es que empezamos a caminar en dirección al Metro ya que dijo que para llegar hasta ¨el paraíso de la diversión¨ había que tomar el Metro.