Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un amor de Jardin por Agnes-San

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historía se me ocurrio viendo un arbol, Es extraño lo se solo un arbol hace que mi mente vuele alto LOL ok espero  que les guste y va dirigida para todo aquel que la lea :D

perdon por mis herrores ortograficos y de gramatica si no entienden algo me lo hacen saber, esque no lo corregí por que soy bien floja C:

Un amor de jardín

 

 

 

 

 

 

 

 

Pantuflas rosas, camisón largo dejando ver su blancas piernas largas, siempre era lo mismo con ese chico extraño que se había mudado a la casa de la señora Kim, la vieja tenía un jardín totalmente precioso y ahí era donde me inspiraba para crear cada una de las letras en mis composiciones, ahí había mil y un plantas que yo no sabía que existían en el mundo y sin embargo ese lugar que era mi musa se convirtió en mi centro de distracción una vez que ese extraño chico apareció.

 

Cada mañana salía luciendo las mismas fachas, pantuflas rosas, ese camisón que a veces cambiaba de color, algunas ocasiones traía el cabello desordenado lo que me dejaba ver que se levantaba algo tarde, sacaba al jardín a su mascota un horrible perro café llamado coco mientras él regaba las plantas, me encantaba cuando subía los brazos por que así podía disfrutar algo más de sus aflechados muslos.

 

Mi casa era de dos pisos, la de él solo de uno con un extenso jardín cubierto de pasto verde, y una bardita de piedra en el medio, era un oasis en el desierto, en una gran ciudad como lo es Seúl.

 

Ya llevaba cerca de seis meses viviendo ahí, después de que la señora Kim sucumbiera ante la vejez y el paso del tiempo, no tenía nadie a quien heredarle la propiedad así que un hombre de millones y sociedad se apodero de ella, dejándosela a su hijo más pequeño, bueno, eso era lo que decían los vecinos que ya se habían hecho de información.

 

La casa era grande para una sola persona, pero siempre tenía visitas, un chico alto de cabello oscuro, diferente del “chico raro” (como yo le llamaba al no saber su nombre) que era de un rubio cenizo, el pelinegro parecía ser muy cercano, quizá demasiado para mi gusto.

 

 

 

Ya estaba en el balconcito, con una mesita de madera, una libreta, algo con que escribir y una cerveza en mano, hoy era ese día en el que dejaría de haraganear y por fin escribiría una canción aunque mi “distracción” se paseara desnudo por ese pastizal verde vivo. Decidido me senté en la silla y me dispuse a escribir; tomé la libreta, el lápiz y estuve a punto de escribir algo inspirándome en el árbol frondoso que se movía de un lado al otro con la brisa matinal.

 

—¡Coco! — llamó su voz cantarina al perro el cual enseguida salió corriendo y ladrándole a las aves que yacían por todos lados tiradas en el pasto.

 

El “chico raro” bostezo a pesar que ya eran cerca de  las diez de la mañana, fue hasta donde estaba la llave y abrió para que él agua fluyera por la manguera posteriormente la cogió con una mano dejándome ver su trasero formado y envuelto en bóxer negros Cklavin Klein, tan jodidamente tentador, cuando se recompuso de nuevo esa camisola volvo a cubrirle hasta por encima de las rodillas, muy por encima de las rodillas.

 

Su ropa se movía hacia una dirección al igual que su cabello rubio, la misma dirección en la que lo hacían las hojas del árbol.

 

—¡Coco deja eso! — le llamó la atención a ese animalejo que no le hizo el mínimo de caso y siguió con su tarea de buscar algo entre las piedras de la bardita.

 

 

 

De entre todo el montón de rocas salió disparado un gato negro y enseguida el perro comenzó a corretearlo, pero el gato con mucha más habilidad lo dejo atrás, pasando por entre las piernas de Key, como el pelinegro alto le llamaba yo prefería llamarlo “chico raro”.

 

Un grito agudo me dejo sordo, estaba en el piso totalmente empapado, dejando que la camisola se le pegara deliciosamente al cuerpo, el perro lo había tumbado al perseguir al gato negro.

 

—¡Maldita sea!  — mascullo totalmente irritado y con el rostro tornándosele rojo de la furia que sentía, y él era el amo del enojo si se lo proponía; en varias ocasiones escuche sus gritos hacia el pelinegro y luego a este saliendo de la casa.

 

—¿Te encuentras bien? — le pregunte desde el barandal, él solo me miró un par de segundos y luego respondió.

 

—Si, gracias — dijo sin más para luego levantarse y hacer una mueca despegándose el blusón del pecho, cosa que me molesto un poco, tomo al perro que no había dejado de ladrar ni por un momento, cerro la llave y se metió dentro de la casa no sin antes regalarme una sonrisa brillante, bonita y que se quedó de inquilina en mi cabeza hasta que otra la sustituyera, posterior a eso ya no escribía nada que no tuviera que ver con sus labios y su sonrisa.

 

 

 

*~*~*~*

 

 

 

Ya tenía dos semanas que no lo miraba y la razón era que tuve que viajar a Francia por que mi hermano mayos había decidido contraer matrimonio con una francesa de alta alcurnia y bonito vestir, de gran trasero y pechos de ensueño, ciertamente yo creo que antes de que mi hermano se fijara en su cara lo primero que vio fue esa retaguardia redonda y grande.

 

Pero por fin estaba de regreso en mi casa, tenía de fiel compañera a mi cerveza matutina y un cuaderno en el que no apuntaría nada de nueva cuenta, los rayos del sol acariciaban  la cuidad, dejando caer una lluvia de partículas doradas en los edificios más altos, en los rascacielos con sus grandes ventanales que daban una vista panorámica de la ciudad.

 

El chirrido de la puerta me anunció que mi “chico raro” estaba por salir, solo que esta vez no llevaba ese camisón largo, tampoco las pantuflas rosadas, muy por el contrario; su cabello estaba finamente peinado, unos pantalones rosas se adherían como una segunda piel a su muslos, sus ojos delineados, y una camisa negra con cuello en v cubría sus hombros dejando al descubierto una parte de su pecho lampiño. Me quede asombrado de lo bello que podía llegar a ser, y la imagen de la francesa de horrible acento y bonitos pechos se esfumo de una vez por todas de mi mente, aunque eme gustaba más ese chico que conocí la primera vez, el desaliñado.

 

Abrió la llave y comenzó a regar las plantas con su perro por un lado, miro hacia mi balcón y con una mano saludó y sonrió, esa sonrisa definitivamente iba dirigida hacía mi, no había nadie detrás de mí para recibirla y menos delante, correspondí al gesto algo embobado, sus ojos se entrecerraban en finas líneas cuando sonreía de esa manera.

 

De la misma manera que antes yo también imite su acción y lo saludé.

 

— Key ¿ya estas listo? — le preguntó el ojos de sapo, llamando su atención. — ¿A quien saludas? — quise gritarle un “a mi idiota”  pero solo me retraje más en la silla

 

—Que te importa maldita jirafa alienígena — lo regaño él y el hombre ese solo volteo a verme y luego al rubio y sonrió negando con la cabeza. — ya vámonos. — dijo por ultimo, antes de hacer que el agua saliera y llevarse a Coco.

 

 

 

*~*~*~*

 

 

 

Ya durante las mañanas, no lo vi de nuevo vestido de la misma manera que durante seis meses lo observe, sus pantalones apretados sustituyeron su piel, y las poleras de colores a la blanca o rosada, sus ojos felinos me dedicaban miradas algo indescifrables, me parecía lago extraño y las visitas del pelinegro que hacía enojar a mi “chico raro” había cesado las visitas.

 

—Jonghyun, ¿Por qué siempre en la mañana te pones en el balcón? — preguntó Onew quien estaba de visita con su hermana, pero la chica no tenía espació en su departamento por lo tanto yo estaba brindándole una habitación en mi casa.

 

Onew y yo llevábamos muchos años de conocernos, se podría decir que éramos como hermanos, además yo había sido el primer novio de su hermana así nuestra amistad se había hecho aun más férrea con ese hecho. Él y yo hablábamos de nuestras intimidades algunas veces omitiendo cosas por supuesto y en ocasiones hasta nombres, confiábamos uno en el otro.

 

Jinki tomo un trago de mi cerveza, y de nuevo la deposito en la mesita de madera, miró en la misma dirección que yo.

 

—Es un bonito jardín — habló él contemplando mi oasis, sin embargo yo aun esperaba a la cosa más bonita dentro de ese oasis, él hada del jardín.

 

—Si — asentí mecánicamente, a la espera de mi distracción.

 

Onew tomo asiento en el piso, muy ceca del barandal, contemplando las plantas y los rayos del sol que les regalaban caricias cálidas, suficientes para que siguieran con vida.

 

El chirrido de la puerta, él perro ladrando hiperactivo, y su figura delgada enfundada en pantalones negros sumamente ajustados me dejaban entrever que él estaba saliendo; su cabello rubio había cambiado en parte la tonalidad, ahora el flequillo mostraba un rosa pastel, sin duda él era el chico más extraño que jamás vi y aun así me parecía muy bello.

 

Su mano alzada y una sonrisa en los labios me dieron los buenos días, igual que siempre yo también levante la mano y con algo de vergüenza sonreí, ese momento se había convertido en un preciado tesoro, había olvidado pro completo que Onew también estaba ahí y para variar también había saludado a Key.

 

Él miro algo extraño a Onew y paulatinamente comenzó a regar las plantas como cada mañana lo hacía, mientras soco se entretenía haciendo cualquier cosa que a los perros les gustase hacer.

 

Una vez que se adentro en la casa fue el turno de Jinki para hablar.

 

—Ya entiendo por que te gusta sentarte aquí, ese chico te trae tirando baba  — se mofó el muy imbécil, ganándose de una mirada de odio de mis ojos.

 

—Cállate Jinki — dije antes de tomar mis cosas y meterme, deposite todo en la cama y Onew me seguía muy de cerca.

 

—Quiero almorzar pollo así que pide a domicilio.

 

—¿Qué? No ya comimos pollo ayer, además tú eres un pollo y estas cometiendo canibalismo. — sabía de sobra que a él molestaba mucho que me refiriera con ese sobrenombre.

 

—Puede que sea un pollo pero al menos no soy un cobarde que siente miedo de hablarle al chico que me gusta. — me atacó.

 

—él no me gusta — me defendí, por que el extraño chico no me gustaba, solo lo admiraba por que a pesar que estaba en boca de muchos vecinos por ser extremadamente extrovertido y vestir de manera llamativa y a él parecía no importarle en lo más mínimo, solo era eso admiración.

 

—Pues parece exactamente lo contrario por como lo miras, así que eres un cobarde… — mostró su lengua antes de echarse a correr conmigo detrás, él era muy infantil algunas veces a  pesar de ser más grande que yo, se encerró en la habitación antes de que yo llegara y desde dentro se burlo de mí.

 

 

 

 

 

*~*~*~*

 

 

 

Los  dos siguientes semanas no lo vi regar el jardín, solo a veces en la tarde escuchaba el agua correr y salía para ver si era él, pero me encontraba con una chica más parecida a un chico que estaba haciendo las labores del niño de pantuflas rosadas.

 

—Disculpa… — me llamó un día. — ¿te puedo pedir un favor? —dijo.

 

—dime.

 

— ¿puedes echarle un ojo a la casa en lo que Bummie regresa? — me pidió algo que siempre hacía.

 

—Si, por supuesto. — asentí después de todo no me costaba nada hacerlo.

 

Amber así se llamaba, un día me invito a  pasar, yo accedí y me encontré por primera vez dentro de esa casa, ella me sirvió un trago de la vitrina y luego ella, la casa por dentro era aun más bonita, algo pequeña pero muy bonita, tenía ese toque hogareño que les faltaba a muchas casas.

 

—Jonghyun, a veces Key me habla de ti, dice que tiene un vecino que se la pasa en el balcón — dijo ella y me quise desaparecer de la vergüenza que eso me acusaba.

 

—Si, bueno me gusta mucho el jardín — comenté y ella solo vio por la ventana admirando el verde del pasto y de las hojas.

 

— Si, es muy bonito, a Key también le encanta tanto como a su abuela, es por eso que lo cuida mucho. —habló ella con añoranza.

 

— ¿quieres decir que la señora Kim era la abuela de él? — cuestioné extrañado pro que los vecinos siempre decían que era una vieja amargada que nunca se había casado.

 

—Si, bueno lo que sucede es que el papá de Key y su abuela nunca se llevaron muy bien así que ella desheredo al hombre antes de venirse a vivir aquí y se llevaron a Key con ellos a estados unidos, seguían teniendo algo de contacto Key y ella aunque nunca la visitaba por eso fue que la señora Kim le heredo la casa. — explicó la chica antes de darle un largo trago a la bebida. —Es algo muy extraño incluso para mí, además Key siempre lo explica muy rebuscado.

 

La puerta se abrió un “coco ven aquí” se escuchó, era su voz,  había regresado y yo quise convertirme en humo y esfumarme, él perro entro corriendo haciendo sonar el piso en cada pisada, se dirigió hacía donde estábamos como primera opción.

 

—Amber, muchas gracias por… — no miraba sus ojos gracias a los anteojos negros que traía encima sin embargo casi podía ver su rostro de sorpresa al encontrarme sentado en su casa bebiendo algo tranquilamente.

 

—Creí que jamás llegarías… él es Jong, tu vecino — habló Amber ganándose su atención.

 

Él simplemente me ignoro de manera olímpica y se dirigió de nuevo a la chica y a su perro al cual sacó al jardín gracias a todo el escándalo que estaba haciendo, dentro de la casa.

 

—Ok, Key, ya llegaste, ya me debo ir por que hay cierta persona que me está esperando y no me gusta que se enoje. —tomó su bolso y se dirigió a la salida con una sonrisa en los labios, como si hubiese hecho la travesura de su vida.

 

—Amber, espera… — habló el chico del cabello bicolor antes y fue tras ella antes de dirigirme una sonrisa apenada.

 

No escuche de lo que se quedaron hablando por que estaban haciéndolo en susurros y luego la puerta se cerró. Sus pasos legaron hasta donde estaba ya no traía los lentes, dejándome observar sus ojos delineados, él era muy guapo.

 

—Perdón por eso… — se disculpo — soy Kim Kibum, me puedes llamar Key. — de nuevo sonrió algo más suelto.

 

Es día fue de presentaciones, posterior a ello me marche, él salió a despedirme y la señora Lee que era la primera en criticarlo se persigno escandalizada viéndome salir de la casa de Key, sonreí ante su exageración.

 

Durante toda la tarde no pude si no que pensar en ese pequeño encuentro que tuvimos y en el que había quedado como un idiota, él era tan bello y si como Jinki había dicho creo que él si me gustaba.

 

Como siempre cada mañana me sentaba a contemplar el jardín esperando a que apareciera.

 

—Hola Jong — saludo ufano haciendo que mi corazón saltara fuera de mi pecho.

 

—Hola — devolví, él comenzó a regar con mi vista puesta en su cuerpo que se movía de un lado al otro con gran sutileza.

 

Él de vez en cuando me regalaba una mirada de soslayo, y una vez que terminó de bañar con agua todas las flores y demás fue y se posiciono debajo de mi balcón.

 

—Disculpa, ¿podrías venir a comer conmigo?, es que no tengo a nadie que me acompañe y Coco no cuenta — de nuevo mi corazón se volteo ante la petición que me hacía.

 

—¿me estás invitando a comer? —dije algo fuera de sí.

 

—Si no quieres… — bajo la cabeza algo decepcionado.

 

—No… espera, solo me pongo algo más presentable e iré —él sonrió y corrí directo al armario buscando un pantalón o algo más presentable, parecía una quinceañera en su primera cita.

 

Unos minutos más tarde ya estaba en la puerta de la casa de Key  esperando por que abriera, y ahí estaba con su perro escandaloso que lo seguía a todas partes, su caminar felino se dirigió a mi y abrió la entrada, lo seguí hasta la cocina observando su espalda alta.

 

Él para mi era la persona más rara del mundo, había salido más tarde al jardín a propósito, pero eso no lo supe hasta después. Comimos entre mis bromas sin sentido y chistes sin gracia, quería caerle bien, deseaba pro todas la s cosas ganarme su simpatía y parece que lo logre por que no deje de escuchar su risa escandalosa ante mis anécdotas.

 

Él tenía veinticuatro años y yo veinticinco, él no tenía anécdotas divertidas así que solo se dedico a escuchar las mías. La tarde se fue muy rápida, demasiado a decir verdad, él trabajaba en una revista, por que no había querido seguir los pasos de su padre y defender criminales en América, así que cuando supo que su abuela estaba enferma se mudo para Seúl pero llego algo tarde por que la anciana ya había fallecido, se había graduado en diseño sin embargo por el momento se conformaba en su trabajo actual, yo le conté sobre mi profesión, y a él le brillaron los ojos pidiéndome que le enseñara la letra de alguna de mis composiciones.

 

Ya más tarde me tuve que despedir, regrese a mi casa y compuse algo más  que luego se convertiría en un éxito cantado por una de las voces más queridas en Corea, por supuesto que eso me dejo con grandes ganancias, incluso él me alagó por el éxito obtenido sin saber que la persona de la que hablaba la canción era él.

 

Los días continuaron y mis visitas a la casa de Key continuaron para desagrado de la señora Lee, quien ya había inventado y esparcido el chisme de que el nuevo y yo teníamos una relación homosexual, solo que en ese momento aun no era así, todavía permanecíamos como amigo algo cercanos, echándonos miradas traviesas o jugando so la paciencia el uno del otro.

 

—puppy,  ¿quieres palomitas? -- propuso antes de salir en busca de la botana para ver la película, ya era algo tarde, las once de la noche; seguro que después de eso la señora Lee si que me mandaba exorcizar.

 

El apodo de puppy me lo había  un día, en que se paro frente a mí que estaba sentado y lo mire, dijo que tenía ojos tiernos y suplicantes como los de un cachorro.

 

Mire aproximarse sus calcetas de animalitos rosados, y traía un gran plato lleno de palomitas, se sentó a un lado mío y apretó el play que daba inicio a la película.

 

Ya había pasado cerca de una hora y la maldita película seguía reproduciéndose parecía no tener fin, ya me estaba aburriendo pero él parecía muy entretenido así que preferí guardar silencio y seguir disfrutando de su compañía.

 

Dejo el trasto a un lado y Coco bajo del sillón a regañadientes, Key estaba por acostarse en el mueble, puso su cabeza en mis piernas, volteando a ver la pantalla donde se reproducía  el largometraje.

 

No se en que momento mi diestra comenzó a masajear su cabello sintiéndolo suave, sedoso, hubo un momento en el que su rostro miraba de lleno el mío, me  agache hasta quedar a su altura y deposite un beso ligero en sus labios rosados, suaves, tan bellos, él respondió gustoso tomándome la nuca con su agarradera y profundizando un poco el beso.

 

Nos separamos y él solo se paro alejándose, ya era algo tarde así que me excuse para marcharme, él no me lo impidió solo musito un “que descanses” y fue a abrir para que yo saliera, me sentía el idiota más grande del mundo pero también el más feliz.

 

En la noche no pegue los ojos ni por error, la sensación de sus labios contra los míos alejaba todo rastro de sueño, mire al techo  y lance un largo suspiro al aire, fui al balconcito tan solo para observar el jardín a oscuras, y me encontré con algo más hermoso.

 

La cortina traslucida me dejaba ver su silueta desnudándose, tan delgado, se puso ese camisón que tanto extrañaba, él su vista fue directo hacia mi, esperaba que no me viera, sin embargo él pareció sonreír a pesar de que yo no lo miraba con claridad.

 

Al día siguiente no apareció en el jardín, solo estaba el perro escandaloso rondando y ladrándole a todo ser que se moviera o emitiera sonido alguno. La cortina de su habitación estaba abierta, me mostraba un Key totalmente dormido, con el camisón más arriba de la cintura, dejando ver su ombligo pequeño y su vientre totalmente plano, rodé mis ojos por toda su silueta, me sentía un pervertido observando a mi victima y entonces se removió.

 

Onew interrumpió abriendo la puerta de mi habitación, Jong me aleje del balcón para evitar que Key se despertara con el ruido que traía Jinki.

 

--Oye, Jong… -- tape su boca  para que no siguiera  con su griterío.

 

--Cállate pollo, que no vez que está dormido -- él me miró extrañado y enseguida caí en la cuenta de que había dicho algo inapropiado.

 

--¿Quién? -- susurró.

 

--Cállate maldito pollo escandaloso -- fue hasta el balcón y se apoyo en el barandal, viendo hacía abajo, fui hasta donde estaba y repetí su acción solo que en dirección de la ventana, en al cama ya no había nadie, solo estaba toda desacomodada.

 

--;Mira quien está ahí --señaló Jinki y Kibum iba saliendo con el camisón largo, un short y pantuflas rosas, su rostro giro hacia mi balcón y saludó.

 

--Buenos días Jong -- me dijo encontrándose con Jinki quien también agito la mano en el aire.

 

Ya extrañaba esas fachas con las que antes siempre salía, Jinki se marchó una vez que le dije que tenía que salir, la verdad es que iría con Kibum a pedirle disculpas por lo que había sucedido una noche antes.

 

Me pare a su puerta una vez que logre que Jinki se marchara, él aun con ese atuendo salió a abrirme, seguro que si la señora Lee lo hubiese visto le da un infarto y muere, por suerte no andaba merodeando.

 

Una vez que estuvimos adentro de la casa, él se tiro encima de mí y beso mis labios con impaciencia, yo continúe su acción, me abrazó y yo aferre su cintura con celo, su lengua exquisita arrompió en mi cavidad.

 

--Me gustas… me gustas Jong --habló en medio del beso abriendo los ojos y mirándome fijamente.

 

--A mi también me gustas -- le hice saber antes de volverlo a besar.

 

Tomo mis manos y me guió directo a la cocina, ahí había un par de desayunos, ya preparados, me estaba esperando.

 

Desayunamos en silencio, me gustaba ese Key, el que a pesar de que no tenía la seguridad de que iría a visitarlo había preparado un desayuno para dos, él que dormía con al ventana abierta para mostrarme su cuerpo durmiendo, él que sabía que lo observaba y aun así sonreía, el que me tentaba  a tocarlo, acariciarlo, besarlo y tenerlo cerca de mí.

 

Pase todo él día metido en su casa, viendo películas, dándonos besos furtivos y ya cuando el sol se escondió salimos un rato al jardín, tendió una manta en el pasto y nos echamos ahí a observar el cielo estrellado, a pesar que las luces de la cuidad nos evitaba mirar bien las estrellas.

 

--Jong, ¿recuerdas la primera vez que nos vimos? Desde entonces me gustaste, y siempre te veía ahí sin preocupaciones sentado observando mi jardín. -- Mi rostro se coloreo estoy seguro más por que él no sabía que yo lo veía desde antes.

 

--A mi me gustabas desde antes, desde la primera vez que te vi con ese horrible camisón largo y tus pantuflas rosas.

 

--eres un puppy malo. ¿Por qué no me lo dijiste? --preguntó él.

 

--por que andabas saliendo con el alto pelinegro -- le dije.

 

--Minho, el es mi primo que estaba de vacaciones, antes preferiría salir con una rata que con él --habló haciendo un puchero por lo más tierno  muy a pesar de su gran estatura.

 

No supe en que momento su cuerpo entero estaba casi encima de mí besándome, acariciándome, cole una manos por debajo de su polera y acaricié su abdomen plano  y él solo continuo con sus caricias a mi rostro.

 

Levante su polera y él musito un bajo “te amo” muy cerca de mi oído, yo ya había aprendido a amar su persona, cada fibra de su ser inmaculado.

 

Ahí en el pasto despoje su figura de todo rastro de ropa, lo bueno era que mi cas de dos pisos atajaba toda vista de los vecinos chismosos, él era tan blanco, tan bello, sus pezones rozados amenazaban altaneros, él masajeaba con su manos bonitas, largas mi abdomen contraído, miraba mis ojos con deseo en los suyos.

 

Se sentó en mis caderas rosando nuestros penes apenas, apareció en su rostro algo de gozo, se insinuó más y más hasta que tome su pene en mi mano y comencé a masajearlo, él hizo lo mismo con él mío hasta que ambos eyaculamos, solo con ese pequeño acercamiento pero ambos parecíamos satisfechos por el momento.

 

--puppy, gracias por todo -- dio un beso largo a mi boca y se dispuso a colocarse las prendas que estaba esparcidas por el pasto.

 

Yo en cambió solo subí mi pantalón y me coloque la camisa, él se quedo dormido apoyando su  cabeza en mi pecho, acaricie su cabello y di gracias al verano por hacer de las noches tan cálidas y maldije a los mosquitos por  existir.

 

 

 

Nuestra relación ha cambiado mucho desde entonces, la señora Lee no se cansa de persignarse cada vez que me ve salir de casa de Key.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

espero que los haya gustado :D

Los amo y kisses... dejenme mucho amor please por que estoy dudando seriamente de seguir publicando aquí ;^;

Kisses *3*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).