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.... Sueños húmedos.... por Likari Aoi

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Notas del fanfic:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡este fic se lo dedico a Atanih sempai!!!!!!!!!!

es que, ella me dijo.... emm.... la verdad lo olvide, pero no el hecho de que este fic iba para ella ^-^....

que más.... POR FAVOR.... ¡¡DISFRUTE!!

Notas del capitulo:

espero que le sea entretenido ^o^

 

—…. No es de tu incumbencia—le respondió a su medio hermano menor

—Por favor, no es momento de pelear—de inmediato se interpuso en medio de las personas cuyo conflicto familiar estaba poniendo a todos en la editorial en alerta

Se extrañó. De el mismo. Porque, bueno. EL, el incomparable Isaka Ryuuichirō, nunca jamás dudaba un segundo en que si esos dos se llagasen a agarrar a golpes, definitivamente tendría que estar en primera fila. Y ahora resultaba que no solo no obtendría su tan ansiada pelea entre dos magníficos toros de batalla, sino que era el mismo quien se quitaba tal oportunidad. Y es que, por más que esos dos se cayeran tan mal, la mayoría de las veces todo se quedaba en palabras, pues claro, no eran unos monos cilindraros que no entienden de razón. Ambos, hombres ejemplares y de un intelecto superior al de cualquier mortal, jamás se atreverían a tocarse un solo pelo a sabiendas de que eso no haría más que arruinar sus perfiles bajo el lente de la cámara y por ende, su vida publica

Y en este instante, en el que de verdad querían mostrar sus mejores pasos en una ardua pelea ¡¡¡él osaba detenerlos!!!.... ¿¿cuál sería la verdadera razón por la cual el impresionante y famoso editor rehuía a un ansiado duelo entre semejantes adonis??.... desde luego, no habría que preguntárselo dos veces. En primera estancia, no tenía ni el humor ni el lugar era el correcto. Desde siempre, estuvo al corriente de la rivalidad que había, hay y habría entre ambos, por lo tanto, jamás sus esperanzas de verlos peleando, se habían ido. Pero hoy, por un pequeño error que había cometido hablando en sueños sobre extraños sentimientos que rondaban su cabeza aun cuando sabia estaba enamorado de Kaoru, no podía permitir que ellos dos se metieran en tal pleito.

No era que en algún punto sus hormonas le hubiesen puesto más atención a su mejor amigo que a su =ayudante=. Vamos, que era tan solo un adolecente loco, como todos los que rondan entre los quince y diecinueve años. Además de que sus extraños pensamientos jamás los entendió, por ello que nunca después de esa etapa volviera a pensar en esa cuestión

Además de todo, aun no lograba comprender como es que su amado secretario se había enterado de todo eso, ya que por más que le repitiera un montón de veces, el simplemente no creía haber soltado tanta información en una cuantas horas que duraba la madrugada. Así mismo, el pensar que el de cabello cenizo estuvo despierto noche tras noche solo esperando para que hablara o dijera algo con respecto a esa situación, se le hacía demasiado difícil de creer, ya que por más dormido que él estuviera, siempre se daba cuenta incluso de cada movimiento que los largos dedos hacían. Tenía el sueño realmente ligero, pero estaba lo suficientemente acostumbrado a no darse cuenta de su incapacidad de respirar bajo el agua

De cualquier forma, tan solo escuchar una palabra del mayor acerca de ese asunto, lo negó rotundamente, cosa que no había hecho algo más que arrastrarlo y hundirlo junto con esa mirada de =absolutamente nada= . Si, el siempre inexpresivo Asahina. Pero por más indiferentes que fuesen sus expresiones faciales, el hacer preguntas le salvaba de creer que era un robot. Y las preguntas eran precisamente lo que ahora frustraba a la adrenalina de subir a su cerebro y alojarse ahí por tiempo indefinido. Pues ya de su inactividad al hacer gestos estaba muy acostumbrado…. Pero no hacía que también se incluyera en la lista de = ¿Por qué Isaka san había detenido la realización de uno de sus más extraños deseos?=

No, estaba más que frustrado….

Aparte del millar de preguntas hechas y moldeadas por esos deliciosos labios también su delicado cuerpo había sido privado de ser arduamente tocado por esas grandes manos…. Sabía que era solo hasta que hablara y aclarara todo. No es que fuese realmente complicado el hacerlo, tampoco que temiera por su relación, sin embargo…. El solo imaginarse como reaccionaria su secretario ante tales declaraciones de su parte. Ya podía ver en su mente la cara de sorpresa o indignación que se dibujaría en su amante. De hecho, precisamente eso se temía. No el ver algo más en su atractivo perfil, sino lo que sus palabras y el tono de su voz dirían.

Pues como siempre eran sus palabras las que hacían denotar su estado de ánimo, el ver los gestos más aparte las palabras, desde luego que sería poco conveniente para su propia salud mental

—Claro que lo es—escucho decir del menor de los hermanos Usami. Isaka los mantenía separados poniendo cada mano en los hombros de aquellos famosos hombres, y aún se regañaba por detenerlos—este lugar es donde mi Misaki yo y trabajamos—espetó por último, con demasiada confianza en su voz

— ¿Tuyo?—preguntó con burla—no me hagas reír—debido a la separación que tenían gracias a su amigo no podía acercarse más a su hermano menor

—…. —Isaka se sorprendió. Usami menor no había contestado al insulto, pero pudo ver algo muy conocido en sus ojos violetas. No descubrió eso con tan solo mirar sus ojos, todo en él lo gritaba, y si no, por lo menos el, que ya sabía sobre aquellas situaciones, podía asegurarlo. No había tenido sexo en más de un mes. Mismo resultado, problemática distinta. O eso era lo que pensaba

Sin que los demás pudieran entender el porqué, el famoso escritor dio media vuelta, al parecer dispuesto a marcharse. No, no. Con el ceño fruncido rápidamente volvió a girar, alzó su puño dispuesto a golpear a su hermano mayor, este reaccionando a tiempo hizo lo mismo. El castaño editor, en un vano intento de detenerlos puso sus manos en el pecho de Haruhiko. Usagi se detuvo a tiempo. Su hermano mayor no. El puño no había dado en ningún rostro, y el ser de, aproximadamente, la misma estatura, no había ayudado mucho en evitar que sus rostros se juntasen tan íntimamente.

Para sorpresa de algunos que embobados veían a tan apuestos hombres en una discusión, aparentemente, por una bella dama. Ahora más que atraídos por su elegancia, estaban en shock. Usami mayor tenía los labios pegados a su inseparable amigo, Ryuuichirō. El espectáculo no había durado más de tres segundos, tiempo que les había tomado el reaccionar y separarse. Más no fue suficiente. Un espectador más había hecho el honor de presenciar tal acontecimiento.

 …. Kaoru Asahina….

Para más mala suerte -en estos momentos se le podía llamar así, ya que no había otra cosa- del editor, su amante solamente había estado presente en el corto beso. Por supuesto, solo vio la mejor parte. Su secretario, al instante, dio la vuelta y se fue a su oficina cerrando la puerta sin hacer mayor escándalo. Eso aumento más la frustración de Isaka, ¿es que acaso no le podía hacer una escena de celos? ¿O por lo menos algo que se le pareciera un poco?

Corriendo a toda velocidad se encerró junto con su amante en donde antes se había metido. Los ya desde hace mucho tiempo reconciliados y muy juguetones hermanos Usami, sonrieron con malicia, en cuanto escucharon la puerta azotarse. El de cabellos plata recargo su espalda en el hombro del mayor, encendiendo después, un cigarrillo

—y yo que pensé que te acobardarías—comentó Akihiko, buscando algo entre la bolsa de su saco. Riendo casi a carcajadas. Desde un principio pensaba que su querido hermano se echaría para atrás, en su atrevido juego

—una apuesta es una apuesta…. ¿no hermanito?—dijo. Extendió su mano y al instante se posó enfrente de él un generoso, por no decir enorme y grueso, fajo de billetes, que sin esperar más lo tomó. Haruhiko Usami jamás rehuía de una apuesta, y mucho menos si era tan simple de cumplir, después de todo, su hermano seguía siendo un niño. El pedirle solamente que besara a su amigo en medio de una bola de personas, no era tan difícil, de haberle dado especificaciones la cosa se hubiera complicado. Además de que era lo más simple de lo simple, su hermano se había ofrecido a ayudarle por si se le complicaba…. Una manera infantil de burlarse de él.

Desde luego que no le interesaba. Su mente le prestaba más atención a lo que ganaría. Ya no estaba interesado en Misaki, así que, el aumentar un poco más su fortuna no se le había hecho una idea tan descabellada

—Bueno—exclamó =Akikawa Yayoi=—iré por Misaki….  por cierto—antes de salir en busca de su amado miró al mayor—te invito a mi casa, Misaki preparará algo delicioso. Ha, lo olvidaba—serró uno de sus ojos amatista—me gustaría conocer al pequeño que robo el corazón de mi querido hermano mayor—dijo con forma teatral. Muy contento con el sonrojo que sus palabras habían hecho en Haruhiko, se fue, riendo sonoramente

—Baka…. —susurró, sonriendo. Le gustaba mucho llevarse así con su querido hermanito.

…. ….. …… ……. …….. ……… ………. ……….. ………… ………….

—Isaka san, hágame el favor de no volver a aventar la puerta—sin hacer caso a su amante que estaba en frente de él, fue a sentarse detrás de su escritorio

—lo are cuantas veces quiera. Después de todo es mi oficina—respondió furioso. Se suponía que era el quien debería estar acorralado por el mayor mientras que, nervioso, intentaría calmar los enojados ánimos de su secretario. Pero no. Incluso podría jurar que era lo contrario

El castaño. Viendo como el de cabello cenizo leía atentamente unas hojas de papel cuyo contenido era completamente ignorado por el primero, rodeó el escritorio y con fuerza giró el asiento. Ambas manos se recargaron en cada una de las coderas de la silla, miraba, con el ceño fruncido, como el mayor levantaba su cabeza y lentamente posaba sus ojos en él. Cada segundo que pasaba tenía aún más ganas de gritarle a ese atractivo tipo todas y cada una de las cosas que le molestaban de su horrenda actitud. Pero antes de eso, tenía que hacer algo que desde hace mucho esperaba

Con rapidez capturo entre sus manos el rostro de su secretario y junto sus bocas con desesperación. El mayor opuso resistencia a que su cavidad fuese invadida aun cuando el lindo editor no le había aclarado las cosas, sumándole también el beso que anteriormente había presenciado. No es que el no quisiera juntar su lengua con la de su jefe, sino que no se sentiría muy bien. E incluso después de lo que había visto, cabía la posibilidad de que el castaño ya no lo quisiese y lo de ahora solo se debiera a un juego. Una vez más lo estaba poniendo en problemas…. ¿acaso no era suficiente?.... ahora no solo se sentía mal por haberse enterado de los sentimientos guardados de su precioso castaño hacia el mayor de los Usami, y más ahora se venía a enterar que este le correspondía. No veía cómo es que su jefe se habría confesado, pero que en estos momentos el menor jugara con el de esa forma

…. ¿es que acaso quería verlo llorar?....

—…. Te necesito…. Kaoru—le gimió. No se rendiría a pesar de que su beso había sido ignorado por completo. Con ambas manos comenzó a desatar la corbata del mayor, mientras su boca se encargaba de besar el cuello y la parte posterior de los oídos contrarios. Una vez terminó, la alargada tela salió volando a alguna parte de la habitación. Besos más agresivos comenzaban a bajar por la blanca piel que lentamente era descubierta de la camisa perfectamente planchada. Las piernas del menor subieron también a la silla escondiéndose entre las del secretario, sus pequeñas y delgadas manos recorrían el torso por arriba de la prenda que aún no era retirada por completo—Kaoru—susurró con voz frágil, como si en cualquier momento fuese a llorar

—Isaka san—le llamó duramente. Deteniendo por completo las deliciosas caricias del castaño, le tomó por los hombros mirándole fríamente a los ojos. Las  maravillosas iris de las que se había enamorado, de las que seguiría atado como una fiel mascota, estaban brillosas, demasiado a decir verdad, ¿ahora era su amado castaño quien lloraría?, ¿no se suponía que en ese estado debería estar él?.... ahora estaba más confundido que antes, o seria que el romper su corazón le causaba tanta risa que no aguantaba las lágrimas—deje de jugar conmigo—el castaño desvió la mirada

—No…. —que era lo que en realidad quería decir. Ya antes lo había pensado, el aclarar las cosas no supondría un gran sacrificio, ¿entonces por qué? .... ¿cómo todo eso se había vuelto una bola de cosas sin sentido y ahora estaba a punto de echarlo a la basura?, que pasaba por su mente, que pasaba por la mente de su secretario, ¿acaso el también creía que no había una razón válida para explicar el porqué del problema en el que estaban?.... pasara lo que pasara no cortaría su relación con su amado secretario—te explicare todo. Solo déjame hablar—

—…. —asintió. Tal vez solo lo torturaría un poco. Le diría el porqué de algunas cosas y después terminaría con el—desde el principio—si iba a ser botado, por lo menos tenía el derecho de pedir algo

—De acuerdo—se le separó por completo, después se sentó en la silla que estaba enfrente del escritorio—…. Ah—suspiró—…. Cuando tenía alrededor de diez y siete años yo…. —carraspeo un poco la garganta. Con un adorable sonrojo en sus blancas mejillas, continuó—este…. En ese tiempo, soñaba comúnmente con…. Haruhiko—el nombre no había sido pronunciado con mucha fuerza

— ¿Qué tipo de sueños?—nadie podía hacer que sus oídos omitieran el nombre de aquel que osaba meterse en las imaginaciones nocturnas de su, próximamente, ex novio

—e~h—que vergonzoso. Pensó—ya sabes…. Sueños…. hú-húme-húmedos—el vapor caliente salía de sus oídos y el rojo en su cara era un nuevo tono—d-de todas formas—si no se calmaba terminaría desmayado—yo…. e-en ese momento ya tenía a alguien que amaba, así que no le di mucha importancia. Problemas hormonales, me repetía cada vez que pasaba—ERROR. No lo había dicho con las mismas palabras, pero obviamente declaro que eso no solo le pasó solamente una vez…. ¿Por qué cuando estaba nervioso no podía concentrarse bien en lo que debía decir?

—…. Ya veo—quería gritar, golpear cosas, tomar a ese sexi editor y violarlo ahí mismo. Sin embargo, no podía hacerlo, o más bien no debía. El haberse enterado de eso, no le aria perder el control

—pe-pero te diré que…. Bueno…. la persona a la que amaba…. A la que amo…. e-eras tú, eres tú…. Y lo que viste afuera, eso…. yo tampoco sé que fue—serró los ojos con fuerza, aun temía ser rechazado

—Mph—sin ser visto, sonrió un poco. Estaba ínfimamente feliz de saber la verdad, no tenía siquiera una sola razón para creer que era mentira. Desde luego, todos sabían de la existencia de ese hombre atrevido, travieso. Nadie, a excepción de él, conocían al frágil, lindo, sexi, y tímido castaño chocolate. Ya lo sabía, él era el único….

Sin hacer ruido alguno, se levantó de su asiento. Tomó una de las manos de su amante, que se encontraban apretando fuertemente la orilla de su enorme escritorio y lo jalo hacia él. Con pasión contenida le beso….

 

*~* FIN….? *~*

 

Notas finales:

creo que ya lo escribí antes, pero por si no HOY ES MI CUMPLAEÑOOOOOS (¡¡¡numero 18!!!)

¿le gusto el fic mi lady?

 

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mi correo electrónico;

likari_aoi@yahoo.com

mi lady, recuerde que si quiere enviarme una solicitud de amistad debe aclararme en un mensaje que es de amor yaoi ^-^)


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