Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

OJOS CERRADOS por HelenKarlray

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Dedicatoria... a Naru-sshi

OJOS CERRADOS

 _______________________________________________________

Onew & Minho

Shinee

por

Helen Karlray

 _______________________________________________________

 

Esa noche era el concierto anual de KBS World, el más espectacular y por lo tanto más esperado. La preparación logistica y de los artistas fue exhaustiva todo para poder ofrecer lo mejor. Sin embargo, como todo acontecimiento masivo, algo se salió de control, a pesar de todo el cuidado y empeño hubo un fallo: el escenario estaba resbaloso.

 

Grupo tras grupo desfilaban frente al ansioso público, el vitoreo era tan fuerte que incluso opacaba la música.

 

El turno de SHINee, no fue la excepción, el público respondía con el ánimo esperado, e incluso un poco más dado que el piso estaba tan mal que hasta el pequeño Taemin había caído un par de veces provocando risa y preocupación

 

sumeul gotdo chatji motae naneun piharyeogo aesseobwado geobujocha hal su eomneun

 

Comenzó la canción y desde las primeras estrofas el público la reconoció. La emoción subió a grados inimaginables, apenas y se escuchaba lo que cantaban, sus movimientos eran acompañados del público.

 

neowa gachi nanun sarangyaegideul narang gateun goseul baraboneun neo

uri deo isangeun wanbyeokhaejil su eopdago neukkyeosseul ttae

La potente voz del dino y del líder apenas se oían entre el clamor del público, los gritos y brincos eran tan fuertes que el mismo estadio retumbaba.

naman chyeodabwa neoneun deo, deo, deo, deo, deo, deo nareul wonhae

El turno de Minho era de apenas unas cuantas palabras, pero el público se levantó como una ola violenta. Los asistentes coreaban la canción, agitaban sus letreros y fotografías.

naman barabwa. modeun ge, ge, ge, ge, ge, ge niga jungsim

El “gusano”, como lo llamaban, era de las partes favoritas que imitaban con precisión.

 

eonjebuteonga

 

Cantaba el líder, pero al momento de separarse dio un paso en falso y como era de esperarse resbaló, nadie prestaría mayor atención a una de las innumerables caídas del chico pollo si no fuera porque iba directo a un lanzallamas.

 

Fue apenas un instante entre el tropiezo, el calor del fuego casi tocándole el rostro y el dolor.

 

Abrió los ojos sin saber exactamente qué estaba pasando, algo le había jalado lanzándolo hacia tras con una fuera descomunal, haciéndole caer en medio del escenario, de rodillas y con las palmas en el piso. Estaba realmente sorprendido, sus manos temblaban y los gritos desesperados de la audiencia no ayudaban nada. Pero estaba bien, había caído y en serio le dolió el golpe, pero estaba bien.

 

Respiró profundo, tomando fuerza para ponerse de pie y mostrar una sonrisa que tranquilizara a los asistentes, pero entonces el pequeño zumbido que le ensordecía se apaciguó y notó un gruñido angustioso; giró lentamente hacia donde debía haber caído. Alguien más yacía en el suelo, los otros miembros lo tapaban.

 

Taemin se movió un poco, entonces lo vio. Minho se encontraba de rodillas, cubriéndose el rostro con esas enormes manos con las que había lanzado al líder lejos del peligro, de su cabello chamuscado salían pequeñas volutas de humo.

 

Jonghyun se dejo caer llorando, suplicándole que apartara las manos, jalándole desesperado los brazos, pero el alto se encogía sobre si mismo casa vez más mientras los sonidos que salían de él eran un coro de gritos y gemidos agonizantes.

 

La asistencia llegó enseguida con una camilla, subieron al alto como pudieron y se fueron a los camerinos.

 

Cuando Minho se perdió de vista detrás del escenario, Key tomo a Onew de la chaqueta, agitándolo para que reaccionara

 

–¿Estás bien? ¿Puedes caminar?- preguntó preocupado.

 

-Sí- apenas y susurró el pollo.

 

Entonces todo cobró sentido, acomodó cada pieza del puzzle. Minho lo salvó lanzándolo hacia atrás sin pensarlo, quedando inexorablemente expuesto al fuego. Los gritos de la fans no habían cesado, por el contrario, aumentaron; pero él ya no los escuchaba, seguía inmerso en su preocupación y en su culpa.

 

-Vamos- ordenó Key sin consideración alguna, tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia los camerinos.

 

Ahí encontraron a los otros dos asomándose por un pequeño cuadro que tenía la puerta. Detrás de ella los médicos trababan de analizar la gravedad del accidente.

 

-¿Cómo está?- preguntó la diva apenas llegaron.

 

-Muy mal- respondió Taemin, claramente preocupado.

 

Era muy extraño que el maknae mostrara sus sentimientos, pero en esta ocasión no pudo controlar un miedo tan grande.

 

Los gritos angustiosos de Minho resonaban en todo el lugar, los otros se mordían los labios o las uñas, miraban al suelo; un nuevo grito hizo que se pegaran de a la puerta, los médicos lo rodeaban como si se tratara de una sala de torturas, sólo se podían ver sus piernas que pataleaban frenéticas.

 

Unos minutos después el sonido de una ambulancia apareció. Los paramédicos se movieron entonces del paciente, mostrando por un segundo el rostro quemado de Minho.

 

Lo cubrieron rápidamente con una especie de paño especial y lo trasportaron a la ambulancia.

 

–Yo iré- se subía Taemin con ellos.

 

-No, espera- le gritó Onew, pero fue muy tarde. Ya se habían puesto en marcha.

 

-¡Qué mal!- comentó Key -¿Qué haremos ahora?

 

Onew miró a su alrededor, todos parecían tener en qué distraerse, con quién apoyarse, todos menos él…él estaba solo. Inhaló llenando sus pulmones hasta que le dolieron, después exhaló tratando de mantener la compostura.

 

-Tenemos que salir e informar- dijo con tal seriedad que todos le pusieron atención -¿Tenemos que hacer algo con el concierto?

 

Todos se miraron entre si, se habían olvidado de los asistentes, todos menos él. Para Onew el público estaba presente todo el tiempo, justo a su lado, rodeándolo, culpándolo; aún podía sentir sus miradas clavándose en su cuerpo, oía sus gritos mezclados con los de Minho. Respiró profundo y tragó con dificultad, tratando de controlar el impulso de su estómago por devolver el desayuno. Su boca sabía a bilis, un sudor frío le recorría la espalda. No podía reprimir el terror, la impotencia, su cuerpo temblaba ligeramente, tan sutil que era casi imperceptible. Cada que respiraba sentía la opresión, esa punzada de dolor y culpa que le atravesaba el pecho.

 

-Está cancelado- dijo al fin la manager - les daremos un descuento para el disco o algo, ahora tienen que irse. Hay que salir a decirles-

 

–Yo iré- se ofreció el pollo y caminó decidido de vuelta al escenario.

 

Un rato después llegaron al hospital. Fueron corriendo a la sala de terapia intensiva, pero Minho ya había sido trasladado a una habitación propia.

 

-¿Donde están?- preguntó Key de la mano de Jjong que seguía llorando sin control.

 

Los llevaron a la habitación correspondiente, pero se detuvieron en la entrada, abriendo ligeramente la puerta; el cuarto estaba completamente oscuro, silencioso, solitario.

 

-Está sedado- dijo el médico en tono monótono –también su amigo. El pequeño estaba muy alterado, le tuvimos que dar tranquilizantes, está dormido en el cuarto de espera- señalando la habitación continua - necesitamos algunas firmas-

 

-Yo lo haré…- todos miraban a la manager - Sus padres están de gira con el equipo de futbol nacional, su hermano en el trabajo, no tiene a nadie…yo lo haré- caminando detrás del doctor.

 

Los Kim miraron cautelosos. Minho se encontraba envuelto en penumbras, parecía dormir tranquilo excepto por un rictus de dolor que quedaba marcado en la comisura de sus labios y por la forma en que se removía. Se miraron entre si y decidieron que no entrarían hasta que Bling calmara su llanto.

 

Onew se había mantenido tranquilo, incluso en el auto donde efervescía la impaciencia y el estrés; él se mantuvo, contrario a su naturaleza, completamente estático. Esperó a que los otros se fueran con Taemin para poder entrar.

 

Caminó lentamente hasta la cama, pero sus piernas flaqueaban con cada paso; se tuvo que sostener de la cabecera para no caer. Se mordió el labio tratando de tranquilizar todo lo que sentía, tragó con dificultad y respiró profundo. Minho estaba dormido, ajeno a cualquier cosa que pasara a su alrededor.

 

Cosa normal en él”. Pensó sonriendo.

 

-No importa lo que pase, tú sólo duermes como una piedra- susurró sorprendiéndose al escuchar su propia voz, era rasposa y seca –lo siento- susurró de nuevo con ese tono gutural. El alto ni siquiera se movió.

 

Las lágrimas amenazaban con escaparse: “debo resistir”, quedándose inmóvil, apretando los dientes, cubriéndose la boca con la mano, sólo contemplándolo. En su cerebro se mezclaban imágenes, recuerdos de cada momento junto al chico que ahora yacía en la cama. Sonrisas, burlas, competencias, abrazos, comidas, bromas, programas, ensayos, conciertos. La risa, las muecas, los gestos, sus gruñidos, su voz enfadada, alegre, irritada, sexy. Cada momento agradable aparecía en su mente, entonces los gritos de las fans aparecieron de nuevo: el recuerdo fue tan sorpresivo e impactante que retrocedió, quedándose sin aliento como si le hubieran golpeado, en sus oídos resonaban los gritos agónicos. Sacudió la cabeza, cubrió desesperadamente sus oídos con las manos sin resultado. El temblor volvía a su cuerpo. Perdió la fuerza. Cayó de rodillas.

 

Respiraba con dificultad, una punzada cruzaba su pecho acribillándolo con furia.

 

Por favor…ya…no…aguanto…por favor…no quise…

 

Se abrazo a sí mismo, raspándose los brazos con los recientes callos de sus manos. Las miró aun temblando, estaban cubiertas de minúsculas heridas causadas por los entrenamientos para el Dream Team donde participaría con el alto y Taemin.

 

Con pura fuerza de voluntad, se logró poner de rodillas, lo suficiente para bajar la sábana que cubría el cuerpo del alto; se sorprendió al ver los brazos su amigo. Estaban totalmente cubiertos de raspones y marcas amoratadas. “Terco”, susurró; “te pondrás bien…estos golpes no te detendrán” poniéndose de pie.

 

El chico con ojos de rana era gracioso, simple, bromista, sobre protector, competitivo y un completo tozudo cuando se trataba de deportes; al menos con los otros miembros lo era. Pero Onew conocía una cara secreta, una faceta donde no tenia ese complejo de príncipe valiente, por el contrario, él sabia que ese mal imitador de Squirtle era un niño indefenso, influenciable y temeroso que adoraba ser apapachado, consentido y protegido. Cosa que sólo se lo permitía al líder.

 

Teniéndolo allí postrado en la cama podía comprender lo vulnerable que era, “no es solo una fachada eh”, cubriéndole de nuevo con la sábana. “En verdad me necesitas”. En ese momento entendió que lo que sentía por el rapero era más que amistad.

 

Poco después llegaron los demás –es hora de irnos- le anunció la manager.

 

-Me quedaré- sentenció Onew, con esa mirada seria que casi nunca se le veía –me aseguraré que Taemin esté bien- concluyó sin dejar espacio a discusiones.

 

La manager asintió con la cabeza retirándose, los Kim lo miraron incrédulos.

 

-Entonces cuida a Taemin- se despidió Jjong, llevando consigo a Key que seguía con la mirada clavada en el mayor, sin creer en la patética excusa.

 

Las tres con veinte minutos era lo que marcaba el reloj de la habitación cuando Onew se dio cuenta de que se había quedado toda la noche en vela, sentado en un sillón al pie de la cama de su compañero

 

-Es una lástima- escuchó decir a una enfermera que fue a dar su ronda –perder unos ojos tan lindos-

 

Onew sintió que el mundo se quebraba bajo sus pies. Dejó de respirar, un vacío apareció en su estómago, revolviéndolo; se sintió mareado y a punto de caer -Sus ojos- susurró. Era obvio considerando los vendajes que le cubrían la cabeza, pero no pensó que fuera tan grave.

 

Perder”. Repetía esa palabra una y otra vez, intensificando su dolor, perforándole el pecho, asfixiándolo.

 

Es mi culpa.

 

La preocupación lo agotó. En algún momento antes del alba se quedó dormido; al despertar notó que Taemin ya estaba sentado en la cama del accidentado, acariciándole el rostro y susurrándole cosas al oído mientras el alto sonreía tranquilo.

 

-Iré por el desayuno- dijo en voz alta el pequeño - seguro mueres de hambre- sonriendo como siempre lo hacía. Se levantó, y con una ligera reverencia en forma de saludo salió de la habitación.

 

-Hola- saludó el rano al aire cuando se escuchó el seguro de la puerta al cerrarse.

 

-Yo…- llegando a su lado –Taemin te dijo que yo…-

 

-¿Que un lindo conejo estaba dormido al pie de mi cama?- sonriendo – ya lo sospechaba, él sólo me lo confirmó-

 

-Lo siento- apretando los puños con fuerza- por mi culpa tus ojos…- la voz se le quebraba.

 

-No te preocupes- interrumpiéndole -esto es una oportunidad única, usare a Taemin de lazarillo- sonriendo- y hasta quizá obligue a Jonghyun a cargarme de una lado a otro- levantado los brazos en señal de victoria.

 

-No es divertido- gruñía el líder.

 

-Cálmate- estirando las manos hacia él para que el otro las tomara, quedando a su lado.

 

-Te quedaste ciego por mi culpa- gritó con toda la impotencia acumulada.

 

-Fue un accidente-

 

-Yo iba a caer-

 

-Siempre caes… por eso es que siempre estoy ahí para cuidarte-

 

-Fue mi culpa- por primera vez dejó que las lágrimas brotaran silenciosas.

 

-NO, No. Por favor, no llores – estirando muy despacio la mano, buscando lentamente hasta tocarle el rostro húmedo.

 

-¿Cómo? ¿Cómo sabes que…lloraba?- tomando la gran mano entre las suyas, sentándose donde momentos antes estaba Taemin.

 

-Por tu voz, tus manos temblorosas, tu respiración, eres muy transparente y sincero, no como nosotros… no como yo; tú no puedes ocultar tu sentimientos, no importa cuales sean, los demuestras sin tapujos y es por eso que yo te am…este…bueno, no importa…-

 

-¿Qué ibas a decir?-

 

-Nada importante… sólo que eres tan especial no puedes entrar a una habitación sin que yo sepa que estas ahí.-

 

-Yo no soy especial-

 

-Lo eres y mucho, por eso eres nuestro líder. Eres especial, sincero, divertido, inteligente, talentoso y hermoso, por eso no llores o me harás sentir mal; me gusta que rías y haré lo que sea para poder ver de nuevo esa sonrisa tuya, así que mientras me recupero ríe para mi, déjame escucharte, contágiame de ese humor, por favor.-

 

-¿Cómo quieres que ria sí yo te cause esto?- tocándole el rostro, delineando los vendajes que cubrían sus ojos.

 

-Entonces bésame-

 

-¿Qué?- soltándole, retrocediendo totalmente sonrojado.

 

-Sólo un beso-

 

-¿Qué?-

 

-Jonghyun me enseñó que cuando besas a alguien éste ríe, aunque sea de nervios; supongo que con ese tipo de risa me basta por ahora…- estirando de nuevo las manos –ven…¿A dónde fuiste?-

 

-¿Qué?- retrocediendo aún más, tirando la silla que había a su paso y cayendo él mismo sobre ella –¿Qué? ¿Jonghyun? ¿Te enseñó? ¿¡Qué!? ¿Cuál? -

 

Minho sonreía.

 

–Ven acá, ¿A qué le tienes tanto miedo? vamos…es sólo un beso- moviendo la manos, tratando de encontrarlo sin mucho éxito –ven- le llamaba, pero el otro seguía tirado mirándolo incrédulo, con los ojos y la boca tan abierta que parecía un pez recién salido del agua- ¿Onew?- preguntó, pero no había respuesta –Ok… no puedo encontrarte si no me hablas…ven acá y bésame, no seas tan tímido-

 

-¿Q-q-que y-y-yo q-q-qué?- tartamudeando.

 

-Que si no me hablas no te puedo encontrar, ni tampoco aplicar la técnica especial del beso robado, patentada por Jonghyun-

 

-Beso rob…no puedo- levantándose furioso, llegando a la puerta, dispuesto a salir.

 

-Sabes bien que jamás me doy por vencido, y si ya me puse el reto de hacerte reír verás que lo lograré- aventando las sábanas con las piernas, poniéndose de pie torpemente.

 

-¿Qué haces?-

 

-Es obvio, si piensas irte no me queda más que seguirte- se puso de pie tambaleante, el frió del piso lo estremeció.

 

-¡¿Estás loco?!.-

 

-Sí, claro- obviando el hecho y dando pasos vacilantes con las manos estiradas hacia delante.

 

-No vengas-

 

-Entonces no huyas- el alto recorrió el pequeño espacio entre ellos sintiendo de inmediato al mayor, atrapándolo entre su cuerpo y la pared, acorralándolo entre sus brazos.

 

-Aún ciego eres un cazador innato- Jonghyun abría la puerta dándole espacio a Onew de escapar.

 

-Te encanta interrumpir- gruñía Minho – ¿Acaso estas celoso?-

 

-Sí, mucho- abrazándolo por detrás. –Vamos, regresemos a la cama-

 

-¿Has notado que tú siempre me quieres llevar a la cama?- dejándose guiar- comenzaré a creer que quieres aprovecharte de mi debilidad-

 

-Quizá lo haga- seguían bromeando.

 

-Onew-sshi llamaba el alto, pero él ya había desaparecido por el pasillo. No soportó seguir contemplando esa escena, esos dos eran cercanos, más de lo que quería imaginar, por eso se había ido: no soportó ser el tercero en discordia.

 

Caminó directo al departamento, llegó y se tiró en su cama. Key entró al cuarto que compartían y se le quedó mirando sin decir nada.

 

-¿Qué?- preguntó Onew cuando el otro lo desesperó con su silencio.

 

-Estoy esperando a que hables; obviamente tienes algo que decir, te estoy brindando mi valiosísimo tiempo, así que aprovéchalo, tengo que salir de compras y eso puede tomar todo el resto del día-

 

-Entonces vete y déjame solo-

 

-¿Seguro? ¿No tienes nada que decirme o preguntarme?-

 

-Aunque lo tuviera, no hay nada en lo que me puedas ayudar-

 

-¿No será que simplemente no sabes que preguntar?-

 

-No quiero preguntar nada, déjame solo-

 

-Eres patético, lamentándote por algo que no fue tu culpa-

 

-Lo fue; yo iba a caer-

 

-¿Ya te pusiste a pensar en qué pasó realmente?-

 

-¿Cómo?-

 

-Minho es un estúpido con delirio de príncipe encantador, sin embargo no con todos es así y lo sabes, generalmente es un maldito soldado que no demuestra ni una simple sonrisa.- recostándose en la cama – es como esos guardias ingleses que no se mueven a menos que la reina, o sea yo, lo ordene-

 

Onew comenzó a reír ante la idea de tener a Key con una vestido rosa ampón y su tiara, dándole órdenes a Minho ataviado de soldado inglés con su gorro alto y pachón –eres un exagerado-

 

-Dime que miento, niega que es un tipo sin sentimientos, que puede ver como matan a alguien frente a sus ojos sin siquiera inmutarse, ni siquiera las películas de fantasmas lo espantan…nada…¡es un robot!, Terminator, muérete de envidia-

 

Onew ya estaba riendo como loco –es cierto- dijo al fin.

 

-Bien, con eso cumplo mi misión- sentándose, sacando su móvil y apagando una función de grabado.

 

-¿Qué misión?-

 

-Hacerte reír; Bling me dijo que tu risa haría que Minho se recuperara más rápido, y que si le llevaba una grabación lo salvaría de tener que cargarlo todo el camino a casa- quedándose pensativo un momento –aunque se vería realmente gracioso, quizá aguante su peso, pero las piernas de Minho son tan largas que las llevaría arrastrando, ¡Oh, pobre de mi pequeño dinosaurio!- apretando el móvil contra su pecho antes de soltar la carcajada.

 

-¿Así que todo esto de la plática fue una broma?- gruñía enfadado.

 

-De ninguna forma; lo decía en serio, si me quieres decir algo puedo escucharlo, si me preguntas algo haré lo posible por contestar, tu risa es un plus- guiñando –¿Y bien?-

 

-No quiero hablar contigo-

 

-Pues no creo que quieras hablar con nadie más-

 

-¿Y tú que sabes?-

 

-Nada- poniéndose de pie –pero… quizá quieras saber que Taemin ya está saliendo con alguien: una relación real.- llegando a la puerta, cerrándola despacio -…y Bling…bueno, digamos que es un buen hermano mayor-

 

-¿Y a mí qué me importa eso?- le gritó cuando escuchó la puerta cerrarse.

 

No lo comprendía bien pero esas palabras lo habían reconfortado. De repente le dio mucha hambre, recordó que no había comido nada desde la tarde anterior. Podía haber pedido comida a casa pero prefirió ir por ella directo a la tienda, así tendría tiempo de pensar mientras comía en algún parque un paquete gigante de pollo.

 

Regresó al hospital con el ánimo repuesto. Frente al nosocomio había una gran cantidad de chicas con regalos y pancartas; rápidamente se colocó la gorra de la sudadera y siguió caminando como sin nada. Pero no sirvió de mucho, de inmediato las fans lo reconocieron, la turba comenzaba a cerrarse a su entorno. Estaba totalmente rodeado cuando todas se replegaron a la entrada.

 

-Minho oppa- gritaban entusiasmadas.

 

Efectivamente, Minho salía del hospital caminando por su propio pie, flanqueado por Jjong y Taemin que discretamente lo guiaban a la camioneta. El alto caminó despacio, despidiéndose con la mano aun envuelta en vendas. Llevaba sus lentes y una gorra que cubría por completo el vendaje de los ojos.

 

Onew aprovechó la distracción de las chicas para escapar. Tardó un par de horas en regresar al departamento, porque al subirse al camión iba tan distraído que no notó que habían desviado el tráfico de las calles aledañas; cuando se dio cuenta ya estaba lejos y tuvo que caminar de regreso. Al llegar, una gran cantidad de autos rodeaban el lugar. Habían pasado apenas unas horas pero el jardín estaba lleno de regalos de las fans. Subió como pudo, cayéndose un par de veces al tratar de librar las cajas y peluches.

 

Al llegar a la puerta adecuada se dio cuenta que el lugar estaba atiborrado de gente -¿Qué pasa?- preguntó a Taemin.

 

-Son sus compañeros de modelaje, algunos raperos de la compañía y jugadores profesionales de… mmm… varios deportes- explicaba el pequeño.

 

En medio de la sala, rodeado de una docena de chicos altos y hermosos, se encontraba Minho riendo. Los comentarios se basaban en, que aún con esas vendas, el resto del cuerpo seguia perfectaente hermoso y podía ir a las sesiones fotográficas sin problema.

 

-Dile adiós a los Dream Team- una voz masculina sobresalía de las demás.

 

-Tendrás que sustituirme- Minho era abrazado por un chico con grandes brazos.

 

-Claro que sí, y ganaré, como que me llamo Siwon- apostaba el otro –por el honor de los Choi-

 

-Sólo porque Minho no competirá te atreves a decir eso- le decía su compañero de grupo, mientras los demás reían.

 

La reunión duró hasta el anochecer; cuando se fueron Minho estaba exhausto –Onew, ¿puedes ayudarme a llegar a mi cuarto?- extendiendo las manos.

 

-¿Cómo sabes que estaba aquí?- tropezando un poco antes de llegar a él.

 

Encogiéndose de hombros -solo lo sé- riendo.

 

Onew lo tomó por debajo del brazo y lo llevó hacia la habitación donde dormía solo – ¿me ayudas a cambiarme?- mostrándole las manos vendadas.

 

-Claro- dijo, un poco sonrojado. Fue al guardarropa y sacó una pijama cualquiera; entonces comenzó a desnudarlo, sus manos torpes desabotonaban con dificultad la camisa del alto.

 

-Gracias por la risa de la tarde, me sentí muy bien- el pollo dejó su tarea para mirarlo enfurruñado.

 

-Fui engañado por Key-

 

-Como sea, te lo agradezco-

 

-Es sólo una risa, tus amigos te dan regalos- mirando la habitación atiborrada de cajas.

 

-No me interesan las cosas materiales, esas las puedo comprar, no tengo necesidad de nada de eso; pero tu risa- acariciándole el rostro –ese es un obsequio de lo más exquisito-

 

-Eres un vanidoso presumido-

 

-Y tú un torpe, pero así me gustas mucho-

 

-¿Qué has dicho?-

 

-Que me gustas mucho…a pesar de que digas que soy un robot-

 

-Eso lo dijo Key-

 

-Pero tú no lo negaste- cruzándose de brazos ofendido, inflando los cachetes. Onew estalló en carcajadas.

 

–Aún herido así haces aegyo- reía con soltura, quedándose sin aire. Rió hasta que el estómago le dolía. Cada que bajaba su risa, Minho hacía algún gesto y Onew seguía riendo. Llegó un momento en que se dejó caer en la cama pataleando por la risa.

 

-Eso es lo que quería- sentándose con cuidado en su cama. -Onew- el otro respiraba con dificultad a cauda del ataque de risa –Onew… ¿podrías cantar para mi?-

 

El pollo se sorprendió pero sonrío y afirmó con la cabeza.

 

-¿Onew?-

 

-Sí, lo haré-

 

-Pues dímelo, que no te veo- reclamaba haciendo puchero, causando otra ola de risas.

 

Finalmente, después de un buen rato, Onew terminó de cambiar a Minho. Lo recostó y cantó sentado a su lado hasta que el pequeño rano se quedó profundamente dormido en sus brazos. Le observó para confirmar que todo estaba bien, reprimió las ganas de quedarse a su lado y se fue a su habitación.

 

Al día siguiente, Onew se levantó temprano y fue a la habitación del más alto, dispuesto a cambiarlo -¿listo?- entrando con todo el ánimo.

 

Minho en cambio se envolvió cual oruga –no quiero- gruñó; pero Onew fue insistente, jalando de las cobijas hasta que lo tuvo fuera de la cama, con el cabello revuelto y la parte de arriba de la pijama perdida en algún punto entre las sábanas. Lo tenía pues frente a él, de pie… y medio desnudo.

 

-Vamos a bañarnos entonces- decía somnoliento, estirando los brazos cual zombie.

 

-¿Bañarse?- el color se subió a las mejillas del líder.

 

-Claro ¿pensabas que me ibas sólo a cambiar? ¿Qué hay de la higiene?- ocultando muy bien su sonrisa maliciosa.

 

-Bien- respondió respirando profundamente. El aroma de Minho estaba impregnado en toda la habitación. El olor y la visión de un cuerpo perfecto ante él y con la misión de lavarle cada pedazo de esa piel no le ayudaba mucho. Caminó tambaleante hasta el baño.

 

Entraron, cerró la puerta lentamente mientras respiraba profundo, preparándose mentalmente para desvestirlo; le bajó el pantalón, quedando como una rana en ropa interior y vendas. Tomó el boxer por el resorte y comenzó a bajarlo con manos temblorosas.

 

-Ten cuidado ¿quieres?- le susurró Minho al oído, haciéndole retroceder hasta chocar con la puerta.

 

-No puedo hacer esto- salió del baño sonrojado y nervioso. Se cayó a la mitad de la sala, desde donde vio cómo Taemin entraba tranquilamente y cerraba la puerta tras él, no sin antes escucharle decir “yo lo hago”

 

Poco después el sonido de la regadera y risas invadió el departamento. Onew contemplaba la puerta desde el piso de la sala como si pudiera ver a través de ella. Poco después Key salía de su habitación y Jjong del otro baño

 

-Hola- saludaron, pero el líder ni los escuchaba; se miraron entre si antes de ir a sus respectivas habitaciones riendo.

 

El sonido se detuvo, salieron después de un tiempo que pareció eterno: Taemin ya bañado al igual que Minho. Fueron a la habitación del alto y cerraron la puerta. Aparecieron en minutos listos para la acción.

 

-Tengo hambre- gritaba Minho, haciendo sonreír a Taemin que lo guiaba del brazo.

 

-Debo ir a peinarme, te dejo con Onew…si es que logra levantarse del piso- el aludido se puso de pie de un salto, sustituyendo al lazarillo para guiar a Minho a la mesa. Los demás llegaron en poco tiempo, mientras Onew ya le daba de comer a Minho en la boca. Terminaron y de nuevo el líder lo guío para lavarse los dientes.

 

-Vendrán por mi para una sesión de fotos- le decía una vez que caminaban de nuevo a su habitación.

 

-Pero estás convaleciente-

 

-No es nada; el médico dijo que podía, además usare los lentes-

 

-Cuando termines con eso… ¿quieres que vaya por ti?-

 

-Me encantaría- abrazándolo por sorpresa –pero después de eso tengo entrevista en la radio, después prueba de vestuario en…mmm…algún lugar y luego ensayo de escenas del dorama y al final del día…otra cosa que no recuerdo-

 

-Tu cita con el médico- gritaba Taemin desde la entrada del cuarto.

 

-Cierto…ir al hospital- soltando el abrazo.

 

-Vámonos- llegaba Taemin a su lado.

 

-¿Qué? ¿Por qué te llevará él?- enarcando los ojos.

 

-Porque coincidimos en horarios matutinos; después Jonghyun me acompañará el resto de la tarde, quizá lo convenza de que me lleve en la espalda-

 

-Ni sueñes- gritaba el dinosaurio desde la sala.

 

-Yo iré- se quejaba el líder.

 

-Ay, hyung -decía el maknae- sería genial que tú me ayudaras a llevarlo, pero, lamentablemente estás muy ocupado- mostrando su sonrisa ensayada –yo llevaré a Minho y volverá sano y salvo…bueno, no peor de lo que ya está-

 

-¡Taemin!- Minho lo reprendía –no seas malo, lo siento Hyung, sabes que te seguiría al fin del mundo con los ojos cerrados pero…- los jóvenes reían de su humor negro.

 

-Ya basta los dos, vámonos- Key los llamaba –Onew métete a bañar vienen por ti en 15 minutos-

 

Los días pasaban rápidamente con la misma rutina: Onew se levantaba para ir por Minho, lo llevaba al baño y lo desnudaba casi por completo y en algún punto abortaba la misión, dándole paso a Taemin que ya lo esperaba afuera para terminar.

 

Durante el día todos estaban ocupados, así que en la noche lo esperaba para ponerle la pijama y cantarle hasta que se quedara dormido.

 

Día tras día era lo mismo; se sentía un completo inútil por no poder terminar sus labores, él mismo se puso la tarea de ayudar en todo a Minho hasta que se recuperara, pero las semanas pasaban y simplemente no hacia nada, los demás lo guiaban a sus actividades, incluso Jonghyun los llevaba al gimnasio. Si seguía así jamás podría pagar el favor, limpiar su culpa por dejarlo ciego.

 

Los médicos eran esperanzadores pero no había nada seguro. Por ahora lo único que podía hacer era poner todo de si para ayudarlo. Pero…pero no podía. Primero sus horarios no coincidían, ese rano aún herido tenia una agenda apretadísima y él con los ensayos para el musical no podía escaparse.

 

Así que se tenía que resignar a verlo en la mañana y en la noche. Era un consuelo saber que Minho adorara que le cantara, que no dormía si no lo hacia, pero también era un trauma que no pudiera siquiera meterlo a bañar, eran hombres después de todo, ¿de qué se asustaba entonces?, no lograba comprenderlo.

 

Pero algo, una fuerza extraña y malévola lo petrificaba cuando el momento crucial llegaba. Los demás se reían de él, incluso el dinosaurio había podido bañarlo sin problemas. Pero él no lo lograba, se sentía tan inútil. Día a día se acumulaba su frustración.

 

Sufría cada que el pequeño Taemin salía del baño con el alto abrazándolo por la espalda. Había algo en esa escena en específico que lo aterraba. Los demás eran frustrantes pero no a ese grado.

 

El maknae tenia algo que lo enfurecía sin control, sentía que ambos se reían de él cada que se quedaban solos. Respiraba profundo tratando de alejar esos delirios, pero eran tan fuertes y era tan probable que fueran reales que se enfurecía.

 

-Pero hoy si lo haré- se dijo a sí mismo antes de salir de la habitación esa mañana.

 

Caminó con paso firme hasta el cuarto de Minho; como siempre, lo sacó a rastras de la cama para llevarlo al baño.

 

Respiró profundo y lo despojó de la playera, después el pantalón, llegando al punto sin retorno. Tomó el resorte de los boxer y los bajó hasta los tobillos quedando a la altura ideal, en cuclillas y totalmente sonrojado. Tuvo que girar el rostro; agradecía que Minho no lo pudiera ver. Le sostuvo por la cadera para que el otro sacara los pies y se colocara las sandalias.

 

Ahora lo tenía desnudo, excepto por las vendas del rostro y las manos, abrazado de la cintura. Su mente comenzó a trabajar más de lo necesario, imaginando acaloradas situaciones. Agitó la cabeza tratando de quitarese esas ideas y se levantó. Caminaron lentamente hasta la regadera donde reguló el agua antes de meter al rano.

 

-Mojarás tu ropa- es lo único que el alto dijo con esa voz ronca que tenia al despertar.

 

Onew se dio cuenta que era verdad; rápidamente se despojó de todo aventándolo en algún lugar, se metió entonces en la regadera con Minho.

 

-Hyung- le dijo, manoteando, buscando y tratando de salir del agua.

 

-No soy Taemin pero podré hacerlo- sujetándolo del brazo –soy capaz.

 

-No lo dudo, pero Hyung- forcejeando.

 

-Lo haré- con la mano libre tomó la botella de shampoo, vaciando una gran cantidad en la cabeza del otro. -¿Me dejarás hacerlo?- soltando un poco el agarre.

 

-Hyung, escúchame por favor-

 

-¿Me dejarás hacerlo?- repitió. Más que pregunta era una orden. Su tono imperativo no daba espacio para réplicas. Le soltó el brazo y usó ambas manos para tallarle la cabeza, llenándola rápidamente de espuma.

 

-Escúchame… hyung- tratando de retirarse, mas sólo logrando chocar con la fría pared de mosaico, haciéndole soltar un gritillo.

 

Onew en cambio estaba absorto en su tarea. Terminó con el cabello y tomó la esponja, comenzó por el cuello bajando después por los hombros, el pecho, marcando cada uno de los abdominales. Girándolo cuando comenzó a perder la cabeza.

 

-Hyung- se quejó Minho; la vuelta fue brusca y le casi le hizo caer: sólo sus estupendos reflejos los mantuvieron de pie. Se sostuvo de la pared pero quedó en una posición un poco provocativa, con las manos y cara pegadas al mosaico, las piernas abiertas y sacando la cadera.

 

-No te muevas- ordenó Onew. Pasó la esponja por los hombros, la espalda y hasta la cintura.

 

-¡Hyung, basta!- perdiendo la convicción cuando la esponja llegó hasta su trasero mientras la mano del líder lo rodeaba por la cintura para sostenerse mejor; siguió tallando sus largas piernas y de regreso por la parte frontal.

 

-Por favor Hyung, no más- pero el pollo no le hacía caso; había llegado a su virilidad -hyung no…ahí no- decía con voz entrecortada. Pero el mayor ya la tenía entre sus manos enjabonadas, masajeándola lentamente.

 

-Onew por favor, no lo hagas- el alto trató de girarse pero resbaló y cayo de sentón. Antes de poder siquiera recuperarse del golpe, percibió a su líder arrodillado frente a él, acercándose lentamente, colocándose entre sus piernas, siguiendo con su masaje.

 

El frote despertó su miembro de inmediato –Hyung, por favor, déjame. Es vergonzoso- empujándolo por los hombros pero el dolor de las manos le impedía hacerlo con fuerza. El calor subía en su cuerpo, olvidando el frío del mosaico chocando contra su espalda y trasero.

 

Onew dejó la esponja a un lado al notar la erección, se relamió los labios y tragó con dificultad; su mano apretó el miembro ya duro incrementando los movimientos.

 

-Hyung- se quejaba Minho reprimiendo de pronto un gemido.

 

Onew lo notó y se acercó a su oído –calma- jugó con su lóbulo, mordisqueándolo suavemente –antes querías un beso ¿no?- susurrándole, recorriéndole la quijada con la punta de la lengua para después atrapar sus labios, besándolos con pasión.

 

-Hy- trató de decir, pero ese espacio fue aprovechado para introducir su lengua. Exploró la cavidad lentamente, sus lenguas chocaron, provocándoles una ola de electricidad en todo el cuerpo, recorriéndolos hasta la punta de los pies.

 

-Hyung- dijo al fin Minho cuando se separaron por aire –por favor… ya no sigas-

 

-¿Quieres que pare?- le susurró el otro sobre los labios.

 

Minho apretó la boca, Onew río y siguió con el masaje –Hyung ya no puedo- sus piernas se apretaban ante lo inminente.

 

-Aun no- apretó con fuerza la base originando una queja del alto. Bajó su rostro y tomó el palpitante miembro entre los labios, lamiendo la punta, probando ese líquido seminal que escapaba pese al control del alto.

 

-Hyung- gimió Minho sin recato.

 

Onew lo introdujo lentamente su palpitante virilidad en la boca, succionado, lamiendo, recorriendo poco a poco desde la base hasta la cabeza, mordiendolo ligeramente

 

-No, hyung, ya no aguanto…hyung- gruñó, explotando su semilla en la boca del pollo que la bebió sin problema –yo…hyung…perdón- tapándose la boca con las vendas ya desechas –lo siento- ocultando el rostro con las manos.

 

-Está bien- lamiendo el resto; se levantó tomándole las manos con delicadeza y apartándoselas del rostro para besarlo –está bien- besándolo de nuevo –sabes delicioso- besándole delicadamente la venda de los ojos –sabes…- acariciándole el cabello –sabes mejor que el pollo- delineando su rostro con el índice, bajando hasta su pecho, jugando con sus tetillas, recorriéndole las abdominales perfectas, llegando hasta su entrepierna, rebuscando hasta encontrar ese virginal espacio, acariciándolo lentamente.

 

-¿Hyung, qué haces?- removiéndose nervioso.

 

-Algún día serás mío…pero no hoy, no así; será una batalla justa, porque quiero demostrarte que soy mejor que todos. Quiero que sepas que ahora yo soy el que te protegerá y cuidará, así que no dejes que nadie más te toque- abrazándolo por el cuello.

 

-Hyung- devolviendo el abrazo, quedándose así unos segundos –hyung- le llamaba de nuevo –me estoy congelando-

 

Hasta ese momento Onew se dio cuenta que el agua caía helada y que él no sentía nada porque estaba literalmente arrodillado fuera del chorro de la regadera.

 

Con pena y torpeza lo ayudó a ponerse de pie. Salieron de la ducha y lo secó delicadamente con una gran toalla; las marcas de sus besos se notaban ligeramente a lo largo de su cuerpo- espero que no tengas sesión de fotos hoy- susurró delineando las marcas.

 

-¿Qué?- gritaba Minho muy espantado.

 

-Lo siento, me dejé llevar- mientras le ayudaba a ponerse el boxer –son muy pequeñas en serio-

 

-No puedes hacer esto…hoy tengo sesión en traje de baño…-

 

-No se ven tanto- reía nervioso.

 

-¡Taemin!- gritaba, llegando a tientas hasta la puerta abriéndola con dificultad,

 

-Dios, ¿Por qué tanto rui…? -no terminó la pregunta, se quedó contemplando el cuerpo de Minho.

 

-¡Taemin!- gritaba de nuevo caminando despacio.

 

-Aquí- decía el otro tomándolo de las manos.

 

-Dios…Onew sí que es un salvaje-

 

-No me digas eso… ¿En serio se ven?- su cuerpo temblaba.

 

-¡Es de verdad! un completo salvaje- la voz de Jjong llegaba desde su espalda – quién hubiera pensado que fueras tan delicado de piel para ponerse de ese color tan rápido-

 

-No…por favor… ¿En serio se ven tan mal?- la voz de Minho se quebraba.

 

-No creo que el maquillaje la cubra- ahora era Key el que lo preocupaba.

 

-¡Ya! no estén jugando, ¡Respondan!…¿se ven mal? -apretando las manos de Taemin, ignorando la punzada de dolor.

 

-Podríamos decirte que lo vieras por ti mismo pero…bueno- Jjong reprimía la risa.

 

-No puedo ir así a mi sesión…¡rayos!-

 

-Irás después de tu consulta en el hospital- decía Taemin completamente tranquilo –ya los maquillistas sabrán cómo resolverlo y la manager te dirá que decir…-

 

-No puedo salir así- elevando las manos al cielo –no hay poder humano que me haga salir así-

 

-Hoy te quitan los parches, ya pasaron 2 meses- indicaba Jjong –¿acaso no quieres ver de nuevo?-

 

-Como decía…vamos ya- señalando cual explorador.

 

-¿Irás así? ¿en boxer y con las vendas todas mojadas?- Taemin lo tomaba del brazo y se dirigían a la habitación del alto. Unos minutos después ya estaban todos listos, incluso Onew que se le veía preocupado. Fueron todos juntos al hospital. Minho entró al consultorio ayudado por una enfermera; los demás miembros se quedaron en la sala esperando.

 

El médico le quitó las vendas de las manos que ya estaban prácticamente curadas, después fue el turno de los ojos, las vendas quedaron a un lado y los parches se retiraron lentamente.

 

-Abre- le dijo el médico.

 

El rano abrió lentamente los ojos, la luz lo deslumbró. Unos minutos después de exámenes exhaustivos quedó libre. Estaba bien; aún tendría que usar lentes e ir a revisiones, pero, podía ver.

 

-Cuídate del sol y aún no puedes participar en el Dream Team- le recomendó su doctor.

 

Minho salió sonriente de la consulta, miró a los otros miembros en el pasillo y de inmediato regresó sobre sus pasos. Entró al consultorio seguido de los demás…-espejo, espejo, espejo- encontró uno en un cajón; se miró el rostro, después el cuello, se quitó la camisa y revisó tu torso. Apenas unas marcas sonrosadas, que bien se podían disimular con maquillaje simple.

 

-Son unos….- caminó dispuesto a matarlos, pero todos estallaron en risa menos un pollo que los miraba confundido.

 

-Eso es por hacernos soportar sus ruidos raros- se quejaba Key –“no Hyung espera…no Hyung” –imitándolo- si tanto te disgustaba te hubieras defendido- cruzándose de brazos.

 

-Además es venganza, no pedida, de Onew, por traumarlo tanto tiempo- decía Jjong.

 

El alto chasqueó la boca y cruzó los brazos- vámonos, tenemos trabajo- gruñó –metiches-

 

Una vez que llegaron a casa, Minho se fue directo a su habitación, Onew entró minutos después.

 

–No pensé que ellos te hicieran esa broma- se disculpaba.

 

-No es nada, me lo busqué- dijo, llamándolo a costarse a su lado.

 

-¿Por qué?-

 

-Creo que Taemin jamás te dijo cómo me ayudaba a bañarme- abrazándolo –él solo me quitaba las vendas de las manos y la cabeza, después me dirigía a la regadera y yo hacía lo demás; entonces me esperaba a que me vistiera para colocarme de nuevo las vendas en mi habitación. Pensé que lo sabías, por eso no dije nada.

 

-No te creo -

 

-En serio; a veces se metía conmigo pero era diferente, no lo podía ver y mis movimientos eran limitados por lo que me ayudaba, pero jamás me… bueno…lo que tú hiciste-

 

-Pero, yo pensé que él…-

 

-No-

 

-¿Tú nunca…?-

 

-No-

 

-¿Y los besos?-

 

-¿Cuáles?

 

-¿Tú y Jonghyun?-

 

-Sí; él es bueno en eso, me enseñó hace tiempo…¿eh?, no, espera, no como piensas, o sea si pero no…es decir, él y yo no nada y con Taemin tampoco; ellos son como mis hermanos, jamás pensaría en ellos como…yo solo quiero a una persona-

 

-Shhh- besándolo dulcemente –creo que debo agradecerle que jamás me dijera nada, así pude aprovecharme de tí- riendo maliciosamente.

 

-Esa risa da miedo- sonriendo.

 

-Y eso que no te he dicho la idea que la causó- arrodillándosele encima.

 

-¿Qué me piensas hacer?-

 

-¿Recuerdas lo que te dije en el baño?...serás mío-

 

-¿Qué?- alejándose rápidamente –no juegues hyung-

 

-Hoy caes ante mi- reía -no te preocupes por los gritos… hoy les programé ensayo hasta las dos de la mañana, así que no hay nadie en casa-

 

-¿En serio?- poniéndose de pie, retador. –Entonces no tendré que reprimirme… ahora veremos quién cae ante quién-

 

-¿Así que en el baño sólo fingías ser lindo?-

 

-Estaba desvalido-

 

-No te creo, y aún si lo fueras, no puedes enfrentarte conmigo- mirándolo lascivo -

 

-hyung…¿Eso es un reto?-

 

-Casi una apuesta-

 

-Acepto-

 

 

**************************************FIN*****************************

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).