Andrew abrió los ojos, era de día, mas no había sol, se tallo un poco los ojos, despertando completamente. Estaba solo en la habitación, el lado de Derek, estaba des tendido y aún estaba algo tibio, por lo que supuso Andrew, Derek apenas se había levantado.
Se escucharon algunos ruidos fuera de la habitación, por lo que con flojera, Andrew se levantó de la cama. Tomo su celular de la mesa de noche, y lo prendió mirando la hora. (8:39 am)
Camino perezosamente por la habitación hasta llegar a la puerta, al abrirla escucho más atentamente los sonidos. La tv estaba encendida y había alguien en la cocina.
Comenzó a caminar lentamente, tallándose aun los ojos, y bostezando.
- Buenos días hijo – hablo el padre de Derek mientras se levantaba del sillón de la sala.- ¿cómo amaneciste? – palmeo mi espalda mientras me acompañaba a la cocina.
- Buenos días señor Sabik, ¿ya desayuno?
- Eh, Betty está preparándonos el desayuno no te preocupes.
- Pero son mis invitados, no me puedo permitir que ustedes… - Louis y Andrew llegaron al comedor, donde Betty Sabik tenía preparado un desayuno para dioses.
- ¡Buenos días corazón! – dijo Betty, quien iba entrando al comedor depositando una jarra de jugo de naranja en el centro de la mesa. – ¿amaneciste bien?- le dio un beso en la mejilla.
- Si, señora Sabik, ¿ustedes?- Andrew tomo los platos que también traía Betty en brazos y los puso sobre la mesa. – ¿amanecieron bien?
- Muy bien la verdad. – sonrió Beatriz, dándole una palmadita en la espalda a Andrew.- siéntense a desayunar iré por el café.
- No, yo voy señora Sabik, usted siéntese a desayunar… - dijo Andrew mientras iba a la cocina por la jarra térmica de café.- disculpen pero… - deposito la jarra en la mesa mientras tomaba asiento.- ¿saben dónde está Derek?
- Creo que tu vecina tuvo un problema con algo y vino a pedirle ayuda. Cuando nosotros íbamos saliendo de la habitación él iba cerrando la puerta de la entrada. – dijo Louis mientras serbia café en las tazas de él y su mujer.
- Enserio… - dijo en voz baja.- ¿tiene mucho?
- Ha de tener como unos treinta minutos o menos, no te preocupes querido, ya llegara. – dijo Betty mientras endulzaba su café y le dirigía una tierna mirada a su yerno.
- ¿Te sirvo Andy?… - pregunto Louis, cambiando la conversación.
- Por favor.- mientras Louis le servía café, tomo un plato y se sirvió hot cakes, un poco de tocino, unas salchichas italianas y un poco de huevo frito. Comenzaron a desayunar en silencio.
La puerta de la entrada se abrió, y Derek entro temblando de frio, se acercó al comedor donde estaba su familia.
- Hace un frio de los demonios fuera.- se acercó a sus padres – buenos días madre- le beso en la mejilla- buenos días padre.- le dio una palmada en la espalda, luego se dirigio a Andrew, quien tomaba un sorbo de su taza de café.- buenos días amor- le dijo al oído seductoramente, dándole un tierno beso en los labios, y tomaba asiento a su lado.
- Buenos días señor Sabik, que bueno que nos acompaña a desayunar esta mañana – dijo burlonamente Andrew.
- Perdona, la vecina de enfrente me pidió ayuda con la batería de su carro y como buen caballero no le podía decir que no- sonrió y le dio un beso en la mejilla mientras apretaba bajo su mano el muslo de su chico. Este al sentir la presión se sonrojo un poco.
- Entonces, tortolitos, ¿pasaron bien la noche?- volvió a preguntar Beatriz.
- Si, madre- rio- muy bien, ¿por qué preguntas?
- Bueno, después de tan agitada noche, sumándole la candente muestra de pasión entre ustedes, imagine que estarían tan cansados que… - no termino de hablar pues Andrew se comenzó a ahogar con el café que bebía, mientras estaba rojo de vergüenza.
- ¡MADRE!- y Derek, que le daba palmaditas en la espalda para ayudarle y que también estaba algo sonrojado, no pudo evitar reír bajo ante las indiscreciones de su madre. Louis en cambio, solo pudo ponerse de pie y ayudar a Derek, ambos le daban palmadas en la espalda a Andrew.
- Has de ser una maquina si lo haces gritar así.- rio Beatriz. Derek abrió los ojos en grande y poniéndose aún más rojo, se levantó de su lugar,
- ¡MADRE!
- ¡BEATRIZ! – gritaron padre e hijo al unísono – No seas tan liberal…
Beatriz comenzó a reír a carcajadas, mientras veía la actitud de los tres hombres, Andrew, que ya se había recuperado ahora tenía su rostro oculto entre sus manos tras, Derek, había ocultado su rostro en el cuello de su pareja y Louis reía en su mente por las indiscreciones de su amada mujer.
Después del desayuno, Andrew había tomado una ducha rápida, y tras ponerse unos jeans y un sweter salió en dirección a su trabajo.
Derek había insistido en llevarle, Andrew le convenció en que tenía que encargarse de sus padres.
Salió de su casa en dirección al trabajo, su horario de entrada era normalmente era de tres a ocho de la noche, por la escuela, pero puesto a que ese día era feriado, y no tenía clase, cambio su horario con un compañero, dándole tiempo de descansar tras haber ido al black Friday.
Llego a “JULIA’S” a las 11:54am. Entro por la puerta de empleados que da directamente a los vestidores.
Al entrar se encontró con Kyle, Nathan y Bryan. Quienes estaban terminando de quitarse el uniformes y poniéndose la ropa de calle. Y tras él iba llegando Edward y Fred. Se saludaron y comenzaron a ponerse el uniforme, que consistía en un pantalón negro y una camisa blanca con corbata guinda.
Salió de los vestidores y saludo a Merrik, el gerente y a Gabrielle, su amiga, quien también le hacía de mesera.
- ¿Cómo pasaste la mañana Andy?- pregunto Gabrielle viendo en complicidad a Merrik.
- Gaby… me quiero morir… - dijo Andrew mientras rojo de la vergüenza les contaba sobre su ardiente noche y las indiscreciones de su suegra por la mañana. Haciendo a sus jefes y amigos reír sin más.
- Sí que fuiste silencioso – rio Merrik- eso te ganas por romper tus propias reglas.
- Vaya par de amigos ustedes. – rio avergonzado Andrew.- bien, hora de trabajar.
El día transcurrió normal, la mayoría de los clientes de “Julia’s” eran personas tranquilas, solo le toco una mesa con una gran familia y niños que, aunque a Andrew le encantaran no podía evitar ponerse tenso y estresarse cuando le tocaba atender una mesa con niños traviesos.
Cerca de las cinco de larde, llego una mesa con dos hombres que a simple vista se notaban de mucho dinero y muy especiales. Andrew rogo porque no le tocara atenderles, y como si el destino le odiara, los hombres se dirigieron a su mesa principal, Andrew, derrotado, le pidió a Gabrielle y a Edward si alguno le cambiaba de mesa, pero estos al ver a los clientes se negaron. En sus interiores maldijo a Bernard, el chico con quien cambio turno, y tomando dos menús, se dirigió a la mesa.
- Buenas tardes señores, bienvenidos a Julia’s. – con una linda sonrisa en su rostro les entrego el menú. – ¿les ofrezco algo de tomar?
- Sí, me traes un black velvet * – dijo uno de ojos azul pálido, cabello negro y piel clara.- Micah…
- Si, esto, un cuatro jinetes* por favor… - pidió mientras mostraba una perfecta sonrisa. Sus ojos negros, su cabello igual y su piel más clara que la de su acompañante.
- Enseguida les traigo sus bebidas. – dicho esto volvió a sonreír y dio media vuelta hacia el bar.
- Gracias lindura- dijo el de ojos negro.
- Micah… - susurro el de ojos azules en forma de reproche. Andrew les ignoro y fue a sus labores.
Andrew llego al bar donde Fred servía los tragos. Se miraron y Fred no pudo evitar sentir pena por Andrew. Sabía que cuando ese tipo de clientes llegaban, Andrew no podía hacer más que quedarse callado y sonreírle de la mejor forma.
Volvió a la mesa y deposito a cada hombre su trago. – ¿están listos para ordenar?
- Si –dijo el de ojos negros – tráenos por favor una lasaña y una ensalada con aderezo italiano.
- De acuerdo, ¿algo más?
- Si, tu, en mi cama, ¿se cobraría extra? – ambos hombres rieron, mientras el de ojos negros se comía a Andrew con la mirada. – ¿qué dices? – Andrew solo sonrió y tras dar unos pasos hacia tras, se dio media vuelta y fue a la cocina.
Se quedó un rato en la cocina, la verdad que había tenido que atender antes pero estos se pasaban de la raya. Una vez estuvo lista el pedido les llevo sus platos y tras un seco “Provecho” salió de nuevo a la cocina. Miro el reloj, su turno estaba por terminar y aún tenía esa mesa. Su celular vibro, lo saco de su delantal “Derek”, suspiro, tal vez hablando con él se tranquilizaría un poco.
- Hola superestrella – saludo algo apagado
- Hey corazón, ¿te sucede algo?- pregunto Derek preocupado
- No, para nada, es solo que ha sido un día agitado, es todo. – rio de forma nerviosa – ¿dónde estás?
- Bueno, la cena de ayer se terminó por completo, y mi madre vacío la alacena en ese desayuno, así que deje a mis padres en la quinta avenida, y se me ocurrió ir por ti para ir a Wal-Mart o Ralph’s a comprar lo de la semana. ¿Qué dices?
- Si, suena bien. Te aviso cuando salga. – suspiro, volteo a su mesa y vio que los hombres estaban por terminar su pedido- tengo que cortar, te veo ¿sí? Adiós.
Se acercó de nuevo a los hombres – ¿todo bien?- sonrió
- Si todo bien … - sonrió hacia Andrew
- Pero estaría mejor si me dieras tu número de teléfono lindura. – otra vez el de ojos negros.- Andrew se ruborizo un poco – que pasa, dije algo indebido- sonrió. al otro lado del lugar, Merrik observaba a Andrew, esperando algún movimiento por parte de los clientes para correrlos de ahí, Gabrielle por su parte estaba cerrando una cuenta mientras veía por el rabillo del ojo a Andrew.
Andrew negó con la cabeza
- Tráenos la cuenta por favor.- hablo el de ojos azules. Andrew asintió y dando media fue por la cuenta.
Le susurro a Merrik lo pedido y tras darle la nota, se la llevo a los clientes, luego de darle la tarjeta de crédito y hacer el pago, Andrew les devolvió la nota con su pagare. Cuando estuvo a punto de retirarse el de ojos negros le puso el pie, asiéndolo caer, solo que este le sostuvo en sus brazos antes de caer, haciendo que la mayoría les volteara a ver. – Deberías de tener cuidado - sonrió maliciosamente el de hombre.
- Micah, ya estuvo – reprocho el de ojos azules.- déjale.
- Vamos Kevin, no me digas que no es apetecible… - Andrew se quiso levantar más el hombre le sujetaba de la cintura, mientras bajaba una mano a su muslo. Asiéndolo estremecer. Merrik salió de su lugar y se dirigió a la mesa cuando vio alguien más acercarse.
- Andrew Jesse Romanov… - Andrew alzó la vista y vio la figura de su amado Derek, asiéndole sentir en ese momento aliviado pero a la misma vez asustado. – ¿qué estás haciendo?
- D…De…Derek, no es lo que parece… - Andrew quiso levantarse pero ese sujeto le mantenía sujeto descaradamente, y a su alrededor los comensales comenzaban a hablar.
- Andrew… ¿ese es tu nombre?- pregunto y acercándose a su oído le susurro – es hermoso- le susurró al oído.
- Quita tus manos de el- dijo mientras sujetaba el brazo de Andrew y le jalaba hacia el.- no te atrevas a tocarle de nuevo. – le abrazo protectoramente.
- Derek… - Andrew se soltó del abrazo de su pareja y disculpándose con los clientes se fue a los vestidores. Derek miro a los hombres, luego a Merrik, este se les acercó pidiéndoles se retiraran y luego fueron a ver a Andrew. Este estaba sin camisa, mostrando su hermoso torso, ya tenía puesto los jeans y se estaba acomodando los tenis. – lo siento, al momento de caer al suelo y ver su expresión me quede helado, no supe que hacer.
- No te preocupes Andy, ha sido mi culpa, creí que lo tenías todo bajo control y por eso no intervine. Lo siento. – se disculpó Merrik mientras apoyaba su mano sobre el hombro del chico.
- No te preocupes Merrik, fui yo quien dejo que se saliera de control… no vemos mañana ¿sí?- Merrik asintió y se despidió de su amigo y de Derek.
Salieron por la parte de empleados y se dirigieron al carro, entraron en el y en silencio se quedaron dentro sin hacer nada. Detrás de su carro estaba una camioneta negra con vidiros polarizados y dentro los hombres del restaurante hablaban.
-¿sabes quién es?- preguntó el de ojos negros
-Derek Sabik, estrella de soft rock y tv.- respondió el de ojos azules
-sí, y parece que hemos descubierto un buen secreto- rio el de ojos azules.
En el carro, Andrew estaba en silencio, observando a Derek por el rabillo del ojo, antes de que este encendiera el motor, Andrew le tomo el rostro y le beso, ruda y desesperadamente, haciéndole quedar sin aliento.
- Lo siento, pero lo necesitaba. – Dijo Andrew algo sonrojado. –Derek, sabes que te quiero y que no haría nada para lastimarte, lo sabes ¿verdad?
Derek sonrió, le beso tiernamente en la comisura del labio y le abrazo –lo se amor- dicho esto encendió el motor y se fueron en camino a Wal-Mart.