Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y todo comenzó con su número por rockmonster

[Reviews - 101]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola !!... Eh... 

Se huele el olor a final en el aire... 

:3

“¿Ayudarme?”, pensé. Eso sí que era extraño. Últimamente con mi hermano ni siquiera hablábamos, cuando éramos pequeños siempre estábamos juntos y jugábamos mucho. La pasamos bien hasta que él comenzó a tener problemas por todos lados debido a su actitud en la escuela y en casa. La distancia entre los dos se formó cuando lo mandaron al internado.

Después de todo, me parecía lindo de su parte querer volver a acercarse a mí.

-          Cuéntame, ¿cómo es mi cuñada, es bonita? -, me dijo.

No tengo idea de cómo supo que se trataba de una chica, pero con eso claro me ahorraba muchas explicaciones, así que le respondí simplemente.

-          Es hermosa. La persona más gentil y adorable que existe

-          Y tú la quieres mucho…

-          La amo

-          ¿Y el problema es…?

-          Se va, mañana, y lejos

Pensó por un rato.

-          ¿Le has preguntado si quería escaparse contigo? -, me dijo de pronto.

-          Sí, pero me ha dicho que no quiere causarme problemas

Cruzó los brazos. Yo estuve a punto de ponerme a llorar de nuevo, pero la voz de Martín me lo impidió.

-          ¿Te estás rindiendo?

-          ¿Qué?... ¡¿Y qué más puedo hacer?!

-          Seguir luchando por ejemplo

-          ¿Cómo se supone que haría eso? No hay manera…

-          El amor todo lo puede

Sequé mi rostro, apretando los puños.

Martín se fue de mi habitación en un rato más. Yo me bañé, me puse pijama y me fui a la cama sin comer. No tenía ganas de nada. Sabía que llorando no iba a llegar a ningún lado, por lo que me calmé y medité con cuidado las cosas. Me dormí pensando que era el cumpleaños de Cristina y yo ni siquiera había podido saludarla como corresponde, tampoco le había dado un regalo.

Desperté antes de que saliera el sol y me quedé mirando el techo de mi habitación. Pensaba en todo el tiempo pasado con Cristina, lo imbécil que fui al no aceptar  que ella sí me gustaba cuando debí hacerlo. Pude haber aprovechado momentos con ella desde antes, pero a pesar de todo no me arrepentía de muchas cosas, como por ejemplo actuar en la obra, pero sobre todo no me arrepentía de haber ido a esa fiesta con Leo. Él siempre me apoyó y me dijo que tenía que ir con la verdad por delante, ahora estaba con Isabel y eso me ponía muy contenta.

También pensé en Martín, quien me había tratado de ayudar sin que se lo pidiera y además era parte de la historia desde hacía mucho tiempo, pero nunca lo supo.

Estaba ahí en mi cama, con los ojos entrecerrados, pensando que yo no quería que Cristina se fuera, porque no soportaba la idea de que no iba a verla más. Ella me había prometido que no se olvidaría de mí, y yo creía en su palabra, sin embargo aunque me dijera eso en mi vida quedaría un vacío difícil de llenar.

Me senté, puse mi cabeza entre mis manos, moviendo mi corto cabello.

Escuché de pronto un auto pesado arrancando su motor, cortando el silencio de la mañana. “El camión…”, me dije. Por arte de algún impulso me puse de pie y bajé las escaleras de la casa. Una vez abajo comencé a correr hacia afuera. Sin importarme que me encontrara en pijama, descalza y sin gafas seguí corriendo hasta su casa, donde el camión ya se iba.

Alcancé a divisar unos ojos verdes por el espejo retrovisor, pero no me miraban. Yo no paré de correr, no sabía cómo ni de donde había sacado tanta energía a esa hora de la mañana, lo único que quería era que el camión se detuviera.

Como vi que ya no podía alcanzar al camión simplemente corriendo comencé a gritar. Grité con todas mis fuerzas, gastando mi último aliento.

Logré que Cristina me viera por el espejo retrovisor. Ella le dijo a su padre que detuviera el camión y en menos de tres segundos estaba frente a mí, besándome con pasión.

-          ¿Qué estás haciendo?... -, me dijo.

-          No dejaré que te vayas

Se rió. Vi como sus padres nos observaban desde el camión, se habían bajado y estaban conversando.

-          ¿Y cómo piensas hacer eso? -, dijo sin dejar de sonreír.

-          Te raptaré

-          ¿Sí? Ya puedo ver el aviso en las noticias: “Loca en pijama secuestra a su novia porque no quiere que se vaya lejos de ella”

Esta vez fui yo quien rió.

-          No suena mal -, dije.

Cristina me sonrió con ternura en los ojos y comenzó a caminar hacia el camión. Me lanzó un beso por el aire, yo hice como que lo atrapaba y lo puse en mi pecho, en mi corazón. Subió al vehículo, el cual empezó a andar al instante.

Caí de rodillas a mitad de la calle, pero no lloré.

Me fui a mi casa con un sentimiento extraño. Tenía pena, pero pensaba que las cosas no habían terminado tan mal. Por lo menos la había visto sonreír y eso era definitivamente algo bueno.

Cuando llegué mi hermano estaba tomando desayuno. Me dio los buenos días y me dijo que lo acompañara, así que me senté a su lado con una taza de té caliente.

-          Se ha ido -, me dijo de pronto.

-          Sí

-          Bueno, hay muchos peces en el mar, hermana

Sonreí de medio lado.

-          Pero ninguno como ella -, dije, captando su atención.

Me miró un buen rato, como esperando algo.

-          No voy a llorar -, le dije un poco molesta.

Sorbió su taza de leche. Luego fue a su cuarto y se cambió de ropa, poniéndose algo estilo deportivo.

-          Voy a correr un rato, ¿quieres venir?

-          No -, le dije levantándome y dejando mi taza en el lavaplatos.

Realmente Martín me impresionaba.

La semana escolar comenzó de nuevo, al parecer todos estaban enterados de la mudanza de Cristina, por lo popular que ella era.

Leo, apenas me vio, corrió a preguntarme cómo estaba. Se sorprendió al verme tan calmada.

-          No sé qué decirte… lo siento Ale

-          Estoy bien, no te preocupes

-          Pero…

-          Voy a extrañarla mucho, lo sé, pero me quedo con buenos recuerdos y eso es lo que importa

Me sonrió.

Fue una semana dura, con exámenes por doquier y casi ningún momento de relajación. Los recreos eran divertidos con Leo e Isabel. Eso era lo que me ayudaba a distraerme.

El viernes por la tarde mi dirigí hasta mi casa como siempre, pensando que se venían las fiestas de fin de año. Al llegar a la puerta me detuve un segundo. No sé por qué razón miré hacia lo lejos, donde antes había visto el camión de mudanza en frente de la casa de Cristina. No había nada en especial, pero después de unos segundos vi cómo una figura de cabello negro salía de ahí y caminaba hacia donde yo estaba parada.

Contuve la respiración. Pensé que la vista me engañaba, sin embargo cuando esa chica me vio y comenzó a sonreír lo supe de inmediato: era Cristina.

Tiré mis bolsos al suelo, aún sin poder moverme de la impresión. Dejé que se acercara un poco más y luego fui hacia ella. No fueron necesarias palabras para expresar lo que sentía en ese instante. Simplemente cerré los ojos y volví a oler el perfume de su cabello y sentí el metal de su piercing chocar con mis labios.

 

Notas finales:

El próximo capítulo será el último...

Ya veré como lo termino, algo inventaré :D Y tengo que hacer algunas explicaciones también ! x3

Bueno, ojalá les haya gustado el fic y gracias por estar siempre leyendo y comentando...

No sé si vuelva con otra historia, porque tengo una en mente pero es algo totalmente diferente a todo lo que he escrito hasta ahora... Siempre hay que probar cosas nuevas, eso creo XD 

Cuidence !! Adios :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).