Es tan difícil describir un sentimiento, pero es mucho más fácil sentirlo. Amor. Tarde mucho en darme cuenta del significado de ese hermoso sentimiento, pero tuve el valor de decirlo.
Mi vida se podía resumir únicamente en mis excelentes calificaciones. Lo primordial para mí, era únicamente estudiar, demostrarle a mis padres lo buen alumno e hijo que podía ser, ser el orgullo tanto de mis profesores como de mis compañeros de clase, recibir cientos de halagos por mi inteligencia. Pero sobretodo, demostrarme a mí mismo, hasta donde podía llegar.
Los días de escuela fueron, en ese momento, lo mejor para mí. Presentar trabajos a tiempo, aprobar los exámenes, participar el clase y leer todos los libros que me fueran posibles.
Siempre creí que ser un alumno aplicado me llevaría a conseguir muchas cosas. Pero jamás imagine que eso me iba alejando de las personas.
Veía a muchos de mis compañeros reír y platicar sobre fiestas a las cuales habían asistido, bromear sobre algún acto vergonzoso que alguno de ellos había hecho. Mientras ellos compartían divertidas anécdotas, yo me encargaba de aprenderme las fórmulas del examen del día siguiente.
En cierta forma mi vida era lo que se podía decir como monótona, pero todo eso cambió cuando lo conocí a él.
Él era, todo lo contrario a mí, tenía muchos amigos, siempre sonreía con honestidad, era alguien conversador y amistoso, era lo que en el fondo, a mí me hubiera gustado ser.
La primera vez que hablamos fue por casualidad, habíamos chocado en la entrada de la biblioteca, mientras yo salía, él entraba. Lo primero que hizo fue sonreírme mientras pedía una disculpa. Yo por mi parte me quedé mirándolo fijamente. Era la primera sonrisa sincera que alguien me había dedicado.
La segunda vez que lo vi, fue en la clase de educación física, cuando por descuido su balón de baloncesto había golpeado mi hombro. “lo lamento, ¿te encuentras bien?”, fue lo que dijo. Yo solo había desviado mi vista mientras asentía. No sabía por qué sus ojos y voz me hacían sentir tan incómodo.
La tercera vez que lo vi, fue en el parque de la ciudad. Había discutido con mi madre, ella quería que completara mis estudios en estados unidos, pero yo me negué, había algo en mi interior que me impedía apartarme de mi país natal. Me encontraba abrazando mis rodillas sobre uno de los bancos, ocultaba mi rostro, mientras dejaba que las lágrimas corrieran por mi rostro. No solo lloraba por lo de mi madre, sino de frustración, frustración por pensar como era mi vida, lo que estaba haciendo con ella. Era una vida vacía y sin emociones.
- ¿estás bien? – reconocí su voz, él se sentía tan cerca. Afirme aun conservando mi misma posición – no lo creo – dijo él. Levante un poco mi rostro, dejando solo a la vista mis ojos. Él se había sentado a un lado mío, mirando hacia la ciudad
- Te importaría dejarme solo – solté de forma seca, él me miró y acercó su mano hacia mí, acariciando mi cabello
- No debes llorar solo – sentía su mano deslizarse hasta mi oreja, acariciándola de forma tan delicada y dulce, su mirada varonil reflejaba un sentimiento desconocido para mí – me llamo jonghyun, pero dime jr – su nombre se quedó grabado en mi mente, mientras yo seguía mirando su rostro, en especial sus ojos. Las lágrimas habían cesado, pero ese sentimiento de vacío en mi corazón seguía presente, pero no duraría mucho.
Lo que había comenzado con unas simples palabras, se había convertido en una buena amistad. Durante los días y semanas siguientes, él se encargó de mostrarme aquello que por mucho tiempo yo me había perdido. Me enseño a disfrutar de la vida. Compartíamos nuestros ratos libre jugando videojuegos o yendo a pasear. Sus tres mejores amigos ahora también lo eran míos. Tal vez, jr era aquello que yo necesitaba.
Pero,… ¿Por qué todo cambia en un abrir y cerrar de ojos?, ¿Por qué tuvo que decir que yo le gustaba? ¿Por qué dijo que me amaba desde hace mucho tiempo?
Todo había cambiado desde ese día, a pesar que él intentara acercarse a mí, hablar conmigo, yo no podía, tenía miedo, no de sus sentimientos, sino de no saber lo que siento.
Amor, había mencionado él, pero ¿Qué era el amor?
Como definir ese abstracto sentimiento, es casi confuso.
Sus marrones ojos aparecían en mis sueños, observándome como siempre, tratando de buscar algo en mí, como yo lo hacía con él. No fue hasta el día siguiente que Ren, había llegado al borde de las lágrimas hasta donde nos encontrábamos Baekho, aron y yo, que mi corazón comenzó a latir con fuerza.
- Tuvo un accidente – decía ren angustiado, tratando de hablar lo más claro posible – se encuentra en la enfermería, pero está inconsciente – salí corriendo lo más rápido que pude hacia la enfermería, poco me importaba no ser buen corredor, solo quería verlo.
La enfermera me había dejado entrar, explicándome que el golpe que se había dado contra el poste del arco donde jugaba partido, no había sido grave, y que dentro de poco él despertaría. Un suspiro de alivio salió de mis labios, mientras ella salía de la habitación.
Yo me acercaba hacia él, quedando a un lado de la camilla, observando sus parpados, su nariz y finalmente sus labios, delgados pero hermosos.
“minhyun, tú… tú me gustas, desde hace mucho”
Sus palabras rondaban mi mente, haciéndome enrojecer, haciéndome sentir cosquillas en todo mi cuerpo, y concentrándose en mi estómago. Fui bajando mi rostro, hasta rozar mis labios con los suyos, sintiendo una pequeña corriente en esa zona, que me obligó a apartarme, temiendo que él se haya dado cuenta.
Fui a sentarme a uno de los asientos, para esperar que él despertara, no pensaba apartarme de su lado.
Un mensaje de aron me llegó:
“vamos min, esta es la oportunidad para que le digas lo que sientes por él, suerte =)”
¿Lo que siento por él?
Me gustaba estar a su lado, pasar el tiempo con él, disfrutar de su sonrisa y reír sinceramente junto a él, mostrarme tal como era solo con él y en especial, sentirme protegido a su lado. Eran tantas cosas que me gustaban de él, que cuando nos habíamos separado, extrañaba sentir cada una de ellas.
- Minhyun – escuché que me llamó, lo miré, él estaba mirándome también. Y si esto que sentía… era amor.
- Shh, descansa – mi voz la sentía más suave, mi corazón no dejaba de latir con fuerza y mis piernas no dejaban de temblar
- Lamento haberte preocupado – no pude evitar molestarme
- No digas eso, eres especial para mí – dije lo que sentía, mi mano había tomado la suya, apretándola sin mucha fuerza – eres más que un amigo, tu realmente me gustas – acerqué mi rostro para poder besarlo, pero él no me dejó hacerlo
- Lo dices por lastima – susurro apartando su mano de la mía – tu no sientes nad… - lo besé antes de seguir escuchándolo. Quería retroceder el tiempo y haberme dado cuenta mucho antes de lo que en realidad sentía. Sentí sus labios moverse junto a los míos, su mano atraía mi nuca hacia él, haciéndome intensificar aquel beso.
- No soy bueno en esto, pero en serio me gustas, te amo mucho – me recosté sobre su pecho, sintiendo los latidos de su corazón, eran igual de rápidos que los míos
- Minhyun, eres lo mejor que me ha pasado, en este momento, soy la persona más feliz del mundo – sentí un beso en mi cabeza, cerré los ojos tratando de no recargar todo mi peso en él
- Descansa, yo estaré aquí cuando despiertes – traté de no sonar muy cursi, pero supongo que él amor nos hace hablar sin pensar.