Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Antología de OneShots por Agnes-San

[Reviews - 247]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste :D

 

    • Cuando nadie mira.



 

 

Recién se había dado cuenta de sus preferencias sexuales, solo tenía doce años y sus ojos ya seguían al vecino guapo, que se la pasaba haciendo ejercicio en su habitación, el que salía a lavar su coche y dejaba que le sudor se le resbalara por la frente y la camisa se le pegara la cuerpo, no quería decirle a mamá por que de seguro lo regañaría, tampoco a papá porque sería peor que un regaño.

 

Minho así se llamaba su vecino, vivía con su novia, una chica muy bonita, se preguntó si algún día él estaría igual de bonito que esa señorita que mostraba sus piernas cada que la oportunidad se le presentaba, el espejo le decía que no, que él jamás llegaría a estar como esa mujer, él era un chico, tenía doce años y estaba tan plano como una tabla o quizá más.

 

Comenzó a imitar el caminado de la vecina para ver si así Minho se fijaba aunque fuera una vez en él, pero no dio resultado y con el paso del tiempo ese caminado se le hizo parte de la rutina, ya no podía deshacerse de ese caminar de modelo como le decían los chicos en su escuela.

 

¡Modelo! le gritaban al principio, cuando paso a segundo de secundaria ese apodo quedó atrás para convertirse en “princesa” por su amor a las cosas de chicas, porque algaba a las niñas que vestían bonito, pero siempre era en cuanto a su ropa sin prestarle atención siquiera a su rostro, en tercero de secundaria el apodo cambió por otro más acorde a su personalidad, sarcástica, regañona, caprichosa y con un sentido único de la moda, todos los niños y las niñas lo llamaban “diva”.

 

Pero su padre se enojaba mucho porque su hombrecito no era una mujer para que lo llamaran así, él era todo un macho, hecho y derecho, sin embargo sus vecinos ya comenzaban a hablar y dudar de las preferencias sexuales de ese niño de quince años, con extraño caminar y apretados pantalones.

 

—     No me gusta cómo te llaman. —Le dijo su papá cuando entro al auto y uno de los chicos, uno de los más guapos le gritaba un “diva, hasta luego” a Kibum no le molestaba, a él le gustaba ese chico centímetros más alto que él, algo flaco pero su rostro era muy guapo.

 

—     No te preocupes papá, no me molesta. —sonrió y su papá solo se molesto un poco más de lo que ya estaba.

 

—     Debería de molestarte, eres un chico Kibum, esos apodos son para las señoritas, para las niñas. —Kibum solo hizo caso omiso y se apretó el cinturón de seguridad.

 

Su papá continuo parloteando más cosas sin embargo él seguía viendo por la ventana para ver a las personas que pasaban, su vista se poso en el chico del perro feo, pero aunque el perro era asqueroso según su vista, el muchacho parado a un lado de ese animal era muy, muy guapo, no quería que su papá lo encontrara viendo a un chico así que presto atención al frente mientras distraídamente comenzaba a echarle miradas a ese chico unos años más grande que él.

 

Aun recordaba la vez que lo encontró viendo  a Minho por la ventana, gracias dios que salió su novia en ese momento y pensó que en realidad estaba viendo las largas y torneadas piernas de la señorita, el hombre solo sonrió y le removió el cabello antes de marcharse.

 

Ese día tanto su madre como su padre lo sermonearon por no defenderse del sobrenombre que le habían puesto los niños que estaban con él en clase.

 

—     Mamá a mi no me molesta. —dijo cuando su padre ya no estuvo presente. —yo no sé por qué tienen que hacer un mar en una gota de agua. —se quejo cogiendo una manzana y dándole una mordida.

 

—     Kibum, es que esos apodos no están bien, porque eres un hombre, y además te hace quedar mal con las chicas, y eres muy guapo para que te desprecien solo por un sobrenombre así. —le dijo su madre.

 

—     Pero no me interesa lo que las chicas piensen. —habló de nueva cuenta y su madre solo se rio de su ocurrencia.

 

—     ¿Y qué me dices de Yoona? Tu padre me dijo que  no parabas de mirarla. —se burló su madre.

 

—     En realidad… —paró en seco su dialogo al notar que su papá entraba por la puerta.

 

Despues ya no volvió a hablar de ese tema, solo le pidió a los chicos que conocía que no le dijeran así (diva) algunos entendieron y otros simplemente lo molestaron más de lo que ya lo molestaban.

 

—     Kibum. —le habló el chico que le gustaba, él ya no le decía diva, ya solo era Kibum para él.

 

Ambos estaban en el baño, por alguna extraña razón siempre se encontraban en el baño.

 

—     Yeong. —sonrió y él chico solo lo metió a uno de los cubículos vacios.

 

—     ¿Qué ocurre? —se sorprendió, pero los labios de ese muchacho lo callaron.

 

Su primer beso se lo estaba dando un chico, un chico que le gustaba mucho.

 

—     Me gustas, Kibum. —susurró ese niño sobre sus labios, por un momento Kibum lo miró a los ojos buscando mentira pero no había nada.

 

Kibum salió regalándole un último beso y una sonrisa cómplice.

 

Pero las cosas no le salieron muy bien, pues no paso mucho antes de que su papá se diera cuenta que entre ese niño que visitaba mucho a  Kibum y este pasaba algo extraño, de nuevo lo regañaron y él se molesto mucho, finalmente terminó con su primer novio y a este no pareció importarle mucho que digamos.

 

 

 

*~*

 

 

 

—     Mamá, papá, ella es Taeyeon, es mi novia — la presento como desde hacía una semana lo había planeado.

 

En realidad solo se había conseguido una novia para callarles la boca a los vecinos y a sus padres, pero más a los vecinos chismosos que se la pasaban criticando su corte de cabello, su color rubio, su caminado y su vestimenta.

 

—     Mucho gusto —saludo la muchacha cortésmente.

 

—     Hola, Taeyeon, yo soy la mamá de Kibum y mi esposo. —su papá tenía una sonrisa en los labios, una que no había visto en mucho tiempo, estaba feliz, lo conocía muy bien como para afirmarlo.

 

Ella era muy bonita, era inteligente, un poco reservada, y perfecta para él, era más grande también, vivía con sus padres y su hermano menor, pero a Kibum no le importaba mucho su familia.

 

—     Eres muy bonita Taeyeon. ¿Cómo conociste a Kibum? —preguntó su madre interesada en la historia que tenían para contar.

 

—     En realidad yo trabajo en una tienda de ropa y Kibum fue a comprar un día ahí… —sus mejillas se encendieron, ella era muy tímida y a veces llegaba a ser una estúpida, sin embargo aun así a Kibum se le hacía perfecta.

 

Le gustaba un poco, pero nunca la había mirado con otros ojos o con otros pensamientos que  fueran los de “es muy bonita” o “tiene excelente gusto a la hora de vestir”, ella lo hacía  sentir muy masculino, en realidad cuando paseaban tomados de la manos no sentía nada, era como si trajera paseando a su hermana pequeña, simplemente no había mariposas en su estomago cuando la besaba o cuando le hacía algún cariño, no había nada.

 

Sus vecinos seguido lo miraban pasar con su nueva novia y solo se cuchicheaban cosas, pero a él no le importaba mucho porque sabía que los había dejado boquiabiertos, y solo quería ir hasta sus caras y enseñarles la lengua por imbéciles, pero eso era de infantes, eso no estaba bien por qué él ya tenía novia.

 

 

 

*~*

 

 

 

Había estado pasando por ella a su trabajo todos los días, siempre la llevaba hasta su casa para que vieran que él era un buen novio y ese día no era la excepción.

 

Ya estaba quince minutos atrasado y esperaba que Taeyeon aun estuviera ahí, la encontró sentada en una banquita, jugando con su celular de caratula rosa y colguije de gato, sus celulares se parecían mucho, él de él también llevaba caratula rosa, solo que sin el colguije, y era de un rosa más llamativo.

 

—     Perdón por la tardanza. —se disculpó y su novia lo volteo a ver sonriendo.

 

Él siempre vestía muy bien y Taeyeon lo halagaba mucho por eso, a veces ni siquiera parecían novios, más bien un par de amigas hablando de ropa y combinaciones. Así era su relación, así se llevaban bien y funcionaba todo, algunas veces ni siquiera se besaban, solo se tomaban de la mano y caminaban hasta casa de Taeyeon donde se despedían.

 

—     ¿quieres pasar?  Te presentare con mis papás. —lo alentó ella.

 

—     Está bien —contestó Kibum.

 

Ella sonrió y le dio paso, en el saloncito estaba un perro feo dormido en el tapete, y en ese momento las escaleras tintinearon diciendo que alguien bajaba, su vista se encontró con la de un chico de playera negra ceñida a los brazos y al torso, se le antojaba sumamente sexy ese muchacho que había bajado, ese que le sostenía la mirada.

 

—     Jonghyun, ¿Dónde están papá y mamá? —cuestionó Taeyeon y fue cuando el chico saco su vista de la de Kibum.

 

—     Salieron hace un momento, no sé a qué hora regresen. —habló con una hermosa voz profunda y de nuevo pegando su vista en el chico que estaba sentado en el sillón, el rubio de piel blanca.

 

Taeyeon formo una “o” en sus labios y reparo en que Kibum aun estaba ahí.

 

—     Jonghyun, él es Kim Ki… Roo bajate de ahí —se interrumpió por tratar de bajar a la perrita fea que se había subido al sillón y estaba acostada a un lado de Kibum.

 

—     Key, ¿cómo llave en ingles? —cuestionó algo extrañado por el raro nombre de ese sujeto, un raro nombre que le quedaba perfecto.

 

—     No, en realidad es Kibum —habló el rubio de ojos resaltados.

 

Jonghyun no era idiota y ese niño se le hacía extraño, tenía los ojos resaltados, resaltados de manera que se miraban más hermosos, en realidad ese chico era muy bonito. Kibum le extendió la mano y Jonghyun enseguida la tomo, dándole un fuerte apretón.

 

—     ¿Cómo estás Key? —habló al momento de apretar su mano, esas manos parecían las de una señorita, estaban delgadas, igual que su portador y su piel era muy suave.

 

Kibum no contesto solo hizo un gesto de dolor al sentir sus huesos chocar unos con otros, el  hermano de Taeyeon era un bruto, nada que ver con su hermana, después de dejarlo adolorido se dirigió hasta donde estaba Roo su perro.

 

—     Taeyeon, deja a Roo en paz… ven muñeca —le habló a su animalejo y al momento de cogerla en brazos Kibum ya no pudo apartar los ojos de esos bíceps que se marcaban perfectos, de las venas que se le antojaban tan llenas de sangre, tan varoniles, tan sexis.

 

—     Kibum creo que hoy no podrá ser, mejor ven mañana en la mañana. á ser, mejor ven mañana en la mañana. —dijo apenada la chica sacándolo de su trance.

 

Kibum sonrió y aceptó ir al día siguiente.

 

Jonghyun se despidió alzando la mano de ese niño extraño, ese que se hacía llamar Kibum, y era novio de su hermana aunque ni siquiera parecía novios, en realidad se preguntaba cual de los dos era el activo en esa relación, por que más bien parecía que se lo follaban en vez de follar, luego se rio de su ocurrencia.

 

—     Deja de reírte Kim Jonghyun —lo regaño la chica una vez que Kibum se marchó.

 

—     Pero me estoy riendo con Roo — se defendió y el malhumor de su hermana se disipó.

 

—     Mentiroso, deja de reírte de mi novio, él es muy lindo. —habló con su cara de enamorada y Jonghyun de nuevo comenzó a reírse.

 

—     Claro se maquilla los ojos. —habló sarcástico, pero no negaba que aun así esos ojos de gato en plena cacería le resultaban muy atractivos.

 

—     Mejor búscate a un novia y deja de criticar a Kibum —se molesto de nuevo y se fue a encerar en su habitación.

 

 

 

*~*

 

 

 

Al día siguiente Kibum ya se había alistado para ir a casa de su novia, aun eran las ocho de la mañana y él ya estaba ansioso por ir, estaba perfumado, bien vestido, peinado, totalmente dispuesto a conocer a la familia de su novia.

 

Salió de casa media hora después, su padre ya se había ido a trabajar y su madre estaba en la ducha.

 

Llego a casa de Taeyeon en solo quince minutos, gracias a que no había mucho tráfico, estaba a punto de tocar el timbre cuando la puerta se abrió dejando ver al chico de fuertes brazos.

 

—     Key, Taeyeon está durmiendo aun, pero si gustas puedes acompañarnos a hacer ejercicio, porque si la despierto ahorita se pone de malhumor—habló con la perrita caminando a su lado.

 

—     Creo que te acompaño. —habló poniéndose algo nervioso de tener tan cerca a Jonghyun.

 

El parque estaba realmente cerca así que en menos de lo que canta un gallo llegaron hasta ese oasis dentro del desierto de concreto. Key se había quedado sentado en una banquita, se había cruzado de piernas y miraba a Jong correr, ese chico sin duda lo atraía mucho, su trote que movía sus cabellos, sus músculos, que jugara como niño pequeño con ese perro feo.

 

—     ¿No te gusta hacer ejercicio? —cuestionó a su lado tomando asiento también en la banquita.

 

—     No me gusta sudar… además no tengo ropa de deporte. —dijo mordiéndose las uñas en señal de nerviosismo.

 

—     No muerdas tus uñas, le hacen mal al cerebro. —habló el chico a su lado y con la mayor suavidad del mundo aparto su mano de la boca.

 

Nunca antes alguien había hecho algo así, nunca lo habían visto de la manera que ese muchacho lo miraba, se perdió en el desierto que eran sus ojos marrones, mordió su labio inferior y la vista de Jong se clavo en esa acción.

 

Después de que Jonghyun lo izo correr una vuelta al parque y que él se la pasó maldiciéndolo, se dio cuenta que en realidad ese chico era más agradable que su hermana, cuando se quedaba atrás, Jonghyun corría hacia él y lo estiraba para que continuara si camino.

 

En cambio en otro descubrió varias facetas de ese niño maquillado, su lengua llena de impropios por ejemplo, que definitivamente odiaba el ejercicio y que era un berrinchudo de lo peor, pero de alguna manera le gustaban sus labios.

 

—     Espero que ya esté despierta. —habló Jong dejándolo pasar.

 

—     Si. —argumentó Kibum, con algo de timidez.

 

Para sorpresa de Ambos no había nadie en la casa, al menos no despiertos, Kibum chequeo en su celular la hora y ya pasaban de las diez de la mañana, pensó seriamente en irse pero la compañía de Jonghyun le resultaba sumamente cómoda.

 

—     Esperare un rato más. —dijo Key sosteniéndole la mirada a ese extraño y muy guapo chico.

 

—     ¿Quieres algo de tomar?

 

—     Si. —asintió tomando asiento en el sofá de doble plaza.

 

Jonghyun le llevó un vaso de refresco naranja, pero él no tomaba ningún tipo de refresco por que tenía mucho gas y no le gustaba, se sentó a un lado suyo  y encendió la televisión, en un programa de variedades, uno de esos que a él tanto le molestaban.

 

—     Mira Key, esa chica de rosa tiene bonito trasero. —le apuntó a la chica de minifalda rosa y altos tacos que hacían ver su trasero más grande.

 

—     Si se quitara los zapatos su trasero disminuiría considerablemente, además no me gustaría ver sus pies cuando se le deformen por usar ese tipo de zapatos. —dijo como si nada y recibió la mirada extrañada de Jonghyun.

 

—     ¿seguro que no eres una chica?  —cuestionó llevando una de sus a la entrepierna de Kibum y palpando sus genitales, acción que hizo al otro saltar.

 

Su cara se tornó de un rosa muy bonito, Key se levantó de donde estaba, dejo su bebida en la mesita de cristal y estuvo a punto de marcharse.

 

—     Key, espera, perdón… no creí que te molestarías. —caminó hasta ese chico que aun estaba rosa, pero no sabía si por la vergüenza o por el coraje, lo volteo de los hombros y sus ojos llenos de lagrimas lo cautivaron.

 

—     No tenías por que hacerlo. —soltó algo molesto, algo avergonzado y una de sus lagrimas calló.

 

—     Perdón… no pensé que fueras así de sensible. Mira mejor vamos al baño para que te acomodes y mientras voy a despertar a Taeyeon para que venga. ¿sí? —habló suave, y Kibum asintió.

 

Jonghyun lo guio hasta el baño, y Kibum se dejo hacer por ese chico que estaba tomándolo de la cintura con su cálido toque, con su toque tosco, tan varonil que le encantaba de una manera poco sana.

 

—     Solo deja de llorar y ponte bonito para que te presentes a mi familia. —le dijo cuando estuvieron en la puerta del baño.

 

—     Está bien. —asintió algo avergonzado por su comportamiento.

 

La mano de Jong viajo hasta su mejilla y las apretó un poco.

 

—     Ahora vengo. —le dijo antes de intentar irse.

 

Kibum no tenía idea de porque pero había estirado a Jonghyun evitando que se marchara, Estaba tan cerca suyo, era unos centímetros más chiquito que él, pero esa musculatura se le antojaba exquisita, sus labios de igual manera y sus ojos llenos de suplica igual.

 

De alguna manera extraña ya estaba besando al hermano de su novia, la chico que lo había hecho llorar, al que lo había manoseado solo para comprobar que no fuera una chica, ese que lo trataba de manera suave y sus besos se sentían geniales, más su manos alrededor de su cintura, enterrando de manera brusca sus dedos en la carne, lo pegaba  la pared sin nada de tacto.

 

Estaba restregando su pierna sobre sus genitales, no sabía si lo hacía adrede o solo inconsciente pero eso le estaba ocasionando un gran problema, estrangulo un gemido en la boca ajena y recibió una sonrisa de parte de ese chico que lo estaba poniendo duro.

 

—     Espera… no está bien… —dijo y Jong solo lo calló con un beso más.

 

—     Eres como una chica, cállate Taeyeon no se enterará. —susurró en su oreja mientras dejaba resbalar una mano debajo de la playera que portaba Key, manoseaba su abdomen plano y posteriormente se dirigía hasta donde estaba el mayor de sus problemas, una erección que lo estaba torturando.

 

No sabía en qué momento paso pero ambos ya estaban con las manos en los genitales del otro dándose placer mutuamente, besándose cuando tenían oportunidad, separándose cuando el aire les faltaba gimiendo al unisonó y sudando.

 

—     Ah~ … ya voy a terminar…—grazno Jonghyun en su oído y eso mismo fue lo que dio rienda suelta a su orgasmo.

 

—     Yo también… ah~ —habló dejando que un gemido se deslizara por su garganta mientras la boca de Jong se comía sus labios.

 

Luego de un par de minutos Jonghyun fue el primero que salió, en busca de su hermana, Key se quedó un poco más de tiempo, cuestionándose si eso que había hecho estaba bien, todo dentro suyo le gritaba que no pero de alguna manera se sentía liberado, limpio el sudor en su rostro y los restos de semen que había en su mano, se acomodo lo mejor que pudo las ropas y salió.

 

Para ese momento Taeyeon ya estaba en la sala, la señora Kim estaba bajando las escaleras seguida de su esposo y Jonghyun estaba sentado en el sillón con la sonrisa más bonita que jamás miro. Sonrió para su novia, la madre de su novia lo invito a comer y durante todo el día solo se la paso buscando la mirada de Jonghyun.

 

 

 

*~*

 

 

 

El timbre sonó horriblemente, nunca le había gustado ese sonido, además ya no había nadie en casa, solo él en pijamas y el horrible timbre que no dejaba de sonar, volteo los ojos pensando que probablemente su madre se le había olvidado las llaves.

 

—     Mamá espérame. —le dijo con tono de fastidio.

 

Al abrir la puerta se encontró con un rostro muy familiar pero que no era el de su madre, si no uno que conocía muy bien el de Jonghyun.

 

—     Hola Key. —saludo regalándole una gran sonrisa.

 

—     ¿Qué haces aquí? — cuestionó extrañado viendo esa sonrisa que tan hermosa le parecía.

 

—     ¿están tus papás? —preguntó mirando hacia adentro.

 

—     No.

 

—     Bien.

 

Jonghyun se adentró como si conociera esa casa de toda la vida, Key cerró la puerta tras de sí, y Jonghyun lo tomo de los hombros estampándolo en la puerta, besándolo con impaciencia, devorando su boca, mordiendo sus labios, succionándolos, aferrándose a esa cintura que tanto le gustaba, esa que le parecía más femenina que masculina y quedando prendado por esos ojos salvajes que tanto le gustaban.

 

—     Key, me gustas. —susurró en medio de ese beso.

 

—     Esto está mal, me gustas, pero está mal, soy novio de tu hermana.—vocifero el rubio tomando la cara de ese chico en su manos.

 

—     No me importa, me gustas mucho, incluso tus pijamas rosas. —dijo haciendo hincapié en ese atuendo color salmón que llevaba puesto Kibum.

 

Kibum sonrió, tenía mucho que no le gustaba realmente alguien, y Jonghyun era la persona que siempre había estado esperando, con él sentía ese cosquilleo en el estomago, ese terremoto cuando lo besaba, cuando lo acariciaba, cuando estaban juntos y sabían que de un momento a otro saldría Taeyeon y los descubriría echándose miradas de más que amigos.

 

—     ¿Quieres venir al cine conmigo? —preguntó Jonghyun en su oído y él se mordía los labios, mientras ese mar de emociones se agitaba en su interior.

 

—     ¿Cuál iremos a ver?

 

—     No lo sé, solo quiero pasar un rato a tu lado. —habló en su oído nuevamente y ese susurro lo hizo temblar.

 

—     Yo escojo la película, y me tendrás que comprar una bote grande de palomitas —lo chantajeo de la manera que siempre lo hacía con sus papás y Jonghyun asintió con una sonrisa.

 

 

 

*~*

 

 

 

Cada día pasaba menos tiempo con Taeyeon y más con su hermano, Jonghyun lo besaba mejor, lo trataba suavemente, a veces sentía que lo celaba de su propia hermana, ya habían tenido esa charla y Kibum no estaba dispuesto a dejar a Taeyeon y que sus vecinos empezaran a decir cosas.

 

A veces la mamá de Kibum invitaba a la chica a cenar y esta asentía a veces era al revés, y era la familia de Taeyeon los que lo invitaban a él, los besos con Taeyeon se hicieron lejanos, aun se tomaban de la mano al caminar pero él solo deseaba que esa mano se convirtiera en la tosca de Jonghyun, que esos brazos flacos que poseía la chica se transformaran en los de Jong, su puppy, el perro callejero, el que lo besaba como si no hubiese un mañana, como si se fuera a terminar el mundo, ese que lo acariciaba sin el mínimo de los prejuicios, con caricias toscas cuando estaba molesto y celoso, con caricias suaves y tiernas cuando iba a su casa, cuando nadie los veía, cuando Taeyeon no se daba cuenta, y en ese momento le tomaba la mano debajo de la mesa, mientras con la otra sostenía la de su novia.

 

—     Kibum ¿trabajas? —cuestionó el señor Kim.

 

—     Estudio. —habló él, tomando la mano de Jonghyun, soltando la de Taeyeon para tomar su vaso de limonada.

 

—     Estudia arquitectura. —informó la chica a su padres.

 

—     Mi papá es arquitecto así que se podría decir que estoy siguiendo los pasos de mi padre. —habló algo decepcionado porque él no deseaba ser arquitecto.

 

—     Es no es lo que deseas ¿verdad? Key —habló Jonghyun dándose cuenta de inmediato, mientras su familia lo volteaba a mirar extraño y Key apretaba su mano más.

 

—     No me quejo, es una carrera bonita. —desvió el tema para evitar más preguntas y le regalo una sonrisa que hechizo más a Jonghyun.

 

Kibum volvió a tomar la mano de Taeyeon y soltó la de Jonghyun, cosa que molesto al último y se levantó totalmente enfadado, Key solo sonrió a la familia que estaba anonadada por ese repentino cambio de humor.

 

—     Iré a ver qué es lo que le sucede. —habló Taeyeon.

 

—     Mejor voy yo, creo que se sentirá más cómodo que hablarle a su hermana mayor. —dijo Kibum y el padre de familia solo asintió.

 

Salió en busca de Jonghyun que se había encerrado en su habitación, ya conocía esa casa gracias a su puppy, giró el pomo de la puerta esperando que estuviera abierto, y para su sorpresa no lo estaba.

 

Toco varias veces.

 

—     Jong, ¿me abres?  —pidió suave, esperando que le dieran paso.

 

—     Vete.

 

—     Ábreme. —pidió un poco más molesto.

 

El otro saco el seguro de la puerta y esta cedió, Kibum lo empujo dentro, aventándolo y cerrando de nueva cuenta.

 

—     Vete Key. —pidió antes de salirse de control, antes de besarlo, y hacerlo suyo, porque eso es lo que más deseaba en ese momento.

 

—     No quiero, quiero que me beses, quiero que me abraces, lo quiero, te quiero. —dijo lanzándose a sus labios, a su perdición.

 

Key beso con hambre esos labios, mordía el inferior para encontrarse con la lengua de Jong.

 

—     Te amo Key, no quiero que estés con mi hermana, te quiero solo para mí, quiero tenerte para mí solamente, que me beses solo a mí, Taeyeon no te hace feliz, tú no la quieres…

 

—     No, yo si la quiero… pero no de la manera en que te quiero a ti.

 

—     ¿Cómo me quieres a mí? —preguntó torciendo la boca de una manera extraña, sabía que para Kibum él solo era un juego con el cual satisfacer sus deseos carnales, para que se lo tirara un par de veces y solo eso, pero él si se había enamorado de ese niño de caminar de modelo y bonitos pómulos rosas.

 

—     Te quiero mío, he pensado seriamente decirle a Taeyeon pero no encuentro como hacerlo… ámame —pidió antes de que Jonghyun lo tomara de la cintura y lo besara de manera insaciable, dejándole los labios rojos, hinchado listos para ser besados de nueva cuenta.

 

—     Te amo… mi rosita caprichoso. — dijo en su boca, aventándole su aliento que arremetió contra su piel.

 

—     Puppy, debemos regresar. — habló en medio de esos besos que le repartía el mayor en su cuello.

 

La puerta comenzó a sonar impaciente y ambos se quedaron en shock, se miraron mutuamente antes de separarse  y Jonghyun fue a abrir. Taeyeon estaba ahí esperando a que le abrieran, sabía que algo extraño sucedía entre Kibum y Jonghyun, lo había notado por esas miradas que compartían, cuando Jong tenía atenciones dulces hacia Kibum él adquiría un tono rosado  y no quería aceptar pero desde al principio sabía que Kibum no era como todos los demás chicos, él era más delicado, más bonito, se arreglaba muy bien y tenía sus mismos gustos en ropa.

 

—     ¿Qué ocurre? —cuestionó mirando a Key que se mordía los labios con impaciencia.

 

—     Nada, Key y yo queremos hablar contigo. —Jonghyun la metió a la fuerza y a Key se le bajaron los colores de golpe.

 

—     ¿ocurre algo malo? —cuestionó de nueva cuenta.

 

—     Perdóname Taeyeon, soy tu hermano y Key es tu novio, pero me enamore de tu novio. — Dijo por fin y a Kibum estuvo a punto de darle un soponcio.

 

—     ¿Me estás diciendo que están juntos? —cuestionó dejando que sus ojos se llenaran de lagrimas.

 

—     Taeyeon, no… espera… eso no… —intentó hablar Kibum porque no quería dañar a la chica, pero tampoco deseaba perder a Jonghyun.

 

—     No te preocupes Kibum, yo ya lo presentía, jamás me miraste de la manera que miras a Jong… además creo que de todas maneras nuestra relación siempre fue una farsa.  —

 

A Kibum se le aguaron los ojos, en realidad no sabía que decir, ella era una gran amiga que no quería perder, la quería, la quería mucho pero nunca como una esposa, o alguien con quien compartir su vida.

 

—     ¿Podemos seguir siendo amigos? — cuestionó algo nervioso por la respuesta.

 

—     Claro que si tonto. —de repente sus lagrimas se fueron y él la abrazo. —cuida a mi hermano ¿sí?

 

—     ¿a dónde vas? —pregunto Jonghyun al verla salir por la puerta.

 

—     Iré a decir a mis papás que nuestra relación terminó. —salió en busca del comedor

 

—     Vamos. —lo alentó Jonghyun y Kibum caminó algo temblorín. —Yo te defenderé si dicen algo.

 

—     Gracias. —tomo la mano de Jong y bajo las escaleras, al final soltó la mano de su puppy cuando estuvieron en el comedor.

 

 

 

*~*

 

 

 

Kibum agradecía que los papás de Jonghyun no fueran tan cerrados como los suyos, y que aceptaran su relación con Jonghyun.

 

Jonghyun lo besaba cuando nadie los veía, cuando sus papás no estaban en casa, porque las visitas de Jong a su hogar se intensificaron, y él agradecía que ambos padres trabajaran hasta tarde .

 

—     Te amo puppy~.

 

—     Te amo. —dijo cuando se acostó encima de la cama, sintiendo las paredes de Key apretándolo, lo  estaba cabalgando y él se aferraba a esa cintura llegando más dentro de él.

 

—     Ah~ —gimió sintiendo el semen de Jong haciéndose paso entre sus carnes.

 

—     Te amo. —susurró una vez más.

 

—     Yo a ti Jonghyun…

 

Kibum se acostó a un lado de la cama junto al chico que lo hacía retorcerse de placer, burlándose de sus papás, sintiéndose un criminal al hacer eso cuando nadie los veía, por amar a un chico cuando no había nadie en casa.

 

 

 

 

Notas finales:

gracias por leerlo y kisses *3*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).