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Antología de OneShots por Agnes-San

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Notas del capitulo:

Este es el septimo shot y creo que ya voy acercandome a los veinte xDD

Perdonen los errores gramaticales y los de dedo :P esq me puse a corregirlo pero solo llegue a la pagina numero 6 y me aburri mucho y la verdad me da mucha flojera releer lo que yo escribo :D

Una chica me dijo que podía buscar una beta-reader y me preguntaba si a alguien le interesaría  :B  

Si a alguien le interesa mandeme un imbox a Agnes San y nos ponemos de acuerdo :D

 

GERMENOFOBIA

 


 


Se relamió los labios con esa grande lengua jugosa, sudando como un cerdo lleno de gérmenes y aun así se miraba tan sexy, levantando el brazo secándose el sudor, que le escurría por su frente, ¿a qué sabría su sudor?. “Salado es obvio” me respondí solo.


Salí de mi coche rumbo a la segunda clase, seguramente llegaría tarde porque me había pasado cerca de diez minuto admirando a un maldito trabajador del edificio que estaban construyendo, que seguramente era un analfabeto, pero sin duda era el analfabeto más sexy que había conocido, con su espalda, sus hombros varoniles quemándose bajo el sol, brillando cuando su asqueroso sudor lo envolvía, cuando se le escurría por la cara y él inconscientemente se levantaba la camiseta de manga corta  y se lo secaba, dejándome apreciar su vientre lleno de cuadros, su ombligo hundido y la venas que saltaban cerca de las alas coxales.


Eché una última miradita antes de entrar al edificio que tenía por escuela, durante toda la clase aburrida de cómo ser buenos empresarios y no sé qué demonios más me la pase pensando en un idiota que no sabía de mi existencia y que además todos los días andaba de exhibicionista para ver si alguna chica, si, de las zorras que tenía como compañeras lo volteaba a mirar y allá iban y se paraban enfrente de la construcción solo para verlo trabajar, para ver sus bíceps contraerse deliciosamente mientras acarreaba las vigas o las otras cosas que les servían como herramientas.


Y ¿Quién se creía esa idiota para verse en los espejos de mi auto? Había una chica igual de “ofrecida” que las demás que se acomodaba el cabello en los espejos de mi coche, y para colmo se atrevió a tocarlo y moverlo, me apresure a ir donde estaba la chica de cabello rubio, que se le miraba horrible y tacones que hacían ver más grande su trasero, solo para que luego le causaran una escoliosis que ni ella misma sabría cómo estaba su columna originalmente.


—    Disculpa —llamé su atención — ¿podrías darme permiso? —pregunte de la manera más atenta y sin caer en lo vulgar.


—    Si, lo lamento —se apartó.


¡Qué asco!, había manchado mis cosas con sus gérmenes. Como siempre; saqueé una toallita y limpie la superficie donde había tocado, posterior a ello me desinfecte las manos, no deseaba que me contagiara su bajo nivel moral.


Subí a mi auto y no arranque de inmediato, solo me quede a contemplar toda su suciedad, de nuevo se levantaba la camisa y de nuevo mis ojos se perdían en su abdomen, en ese moreno y tan apetecible abdomen que seguramente sería más apetecible si se diera una ducha.


Algo golpeo el vidrio regresándome a la realidad.


—    Key, olvidaste tu libreta. —dijo Taemin; lo mire ceñudo y él solo se alejo del vidrio, para que yo lo bajara. De él era del único que no tenía asco además de mí  y mis padres.


—    Gracias bebé. —le sonreí de manera amable.


 Él siempre iba a ser mi vecino, más chiquito que yo, el que jugaba conmigo en el lodo, antes de que yo cayera enfermo en el hospital y de ahí le agarrara un temor insano a los gérmenes; y me convirtiera en un “maniaco de la limpieza” como todos le llamaban, yo prefería llamarlo “ser precavido”. Él (Taemin) era el único que me entendía, siempre y cuando no anduviera el cavernícola de Minho cerca.


—    Sube, te llevo a casa —le dije, él rodeo mi auto y se sentó en el asiento del copiloto.


Mire de reojo al chico guapo que  seguía levantando tierra, y más tierra y eso me provoco algo de repudio.


Según mi madre mi obsesión con que las cosas estarán limpias ya estaba llegando a niveles  superiores.


 


*~*~*~*


 


Deje a Taemin en la entrada de su casa, su mamá siempre lo recibía en la puerta, le daba un abrazo y me saludaba con la mano alzada, ella jamás me tocaba, gracias a Taemin que le había advertido que no me gustaba el contacto con cosas sucias. No es que ella estuviera sucia, al menos se miraba siempre muy limpia pero los gérmenes que no se ven seguro que debían de invadir su ropa.


Me duche por segunda vez en el día, mi madre decía que me iba a deslavar si continuaba con esa rutina de toma dos baños al día o lavarme las manos cada que tenía oportunidad, trataba de que mis uñas estuvieran totalmente limpias y cortas, porque además de la boca son una de las partes más sucias del cuerpo.


Me recosté en la cama y suspire el aroma a fresas  que siempre había en mi cuarto, amaba ese perfume y de un momento a otro mis pensamientos se vieron totalmente saturados de ese chico guapo y totalmente sucio que me gustaba sin saber porque, pero jamás dejaría que me tocara porque siempre lucía demasiado sucio, todo sudado y lleno de tierra.


Solo lo contemplaría de lejos mientras duraba la creación de ese edificio que estaba construyendo.


 


*~*~*~*


 


 Me había levantado tarde, me bañe más tarde de lo usual y la culpa la tenía ese que se paseaba sin camisa por todas partes. Un momento, no tenía camisa. Dios, sus pectorales se veían tan perfectamente tonificados, su abdomen lucía oblicuos finamente marcados y el sudor bajaba por su cuello, haciendo un recorrido delicioso hasta perderse en el ombligo, y que asco.


Me lave la cabeza de pensamientos sucios que se apoderaban de mi cerebro, saque mi libreta, mi libro, mis cosas, les di una limpiada con antibacterial y los puse en mi mochila rosa.


Miré en el espejo que todo continuara perfecto, que mi rostro siguiera maquillado, que el delineador no se hubiese corrido y dos toques al cristal de la ventana llamarón mi atención, me imagine que era Taemin así que antes de siquiera voltear baje el vidrio.


—    Hola bebé. —Lo salude aun viéndome en el espejo, mi ceja no estaba bien, una se veía más arqueada que otra. —Mi ceja se ve fea.


—    Hola, lamento molestarte pero ¿podrías mover tu auto? Es que van a descargar…. —Esa no era la voz de mi Taemin, por fin después de unos minutos voltee y me encontré con el chico sucio y sexy apoyando su brazo  y cabeza en el techo del auto; lo estaba ensuciando.


Me miraba fijo, con sus ojos extraños posados en mí, me hacía sentir nervioso y más por que no podía dejar de admirar su sonrisa brillante, sus dientes totalmente blancos, su boca grande, y ese sudor perlando su frente.


—    ¿Podrías quitarte? Estas llenando de gérmenes todo. —En realidad no sabía que contestar, y fue lo primero que salió de mis labios.


—    Perdón. Y te miras muy bien aun y con la ceja fea. —dijo sonriente, luego se apartó para que yo moviera el carro.


Lo aparque en otro sitio diferente y limpie ahí donde él con toda su suciedad había tocado.


Su voz era tan perfecta, tan profunda y llena de sentimiento y esa sonrisa que se cargaba encima, además de ese cuerpo que pocos lograban conseguir; me pregunté si haría más ejerció aparte de su trabajo.


Baje del coche y él levanto la mano y me grito un “gracias” que me hizo flaquear.


 


*~*~*~*


 


—    Es la segunda vez que se lo preguntó. —habló el maestro de física avanzada, como odiaba esa materia y el tipo que la impartía era un idiota que siempre tiraba litros de saliva en cada palabra que pronunciaba.


—    Lo lamento, no puse atención. —confesé, él me miro con fastidio y luego regreso a su clase a hablar de la relatividad y no sé qué jodidos más.


Taemin me alcanzó a la salida, se abrazo a mi cintura, él había alcanzado mi altura en poco tiempo, a veces las chicas nos miraban extraño, los chicos nos gritaban cosas y francamente a mi no me importaba, a él le salía natural besar mis mejillas, igual que a mí el decirle bebé, porque él siempre iba a ser mi bebé, no importando la edad que tenga, o la estatura.


Y justo en ese momento caminaba conmigo abrazado, él era el único que podía tocarme de esa manera, al único que se lo permitía, y ya se habían hecho varios rumores de nuestra cercanía.


—    ¿Quieres que te lleve a casa? —cuestione abriendo la puerta del piloto.


—    Quiero que me lleves a comer. —dijo él apoyando su cabeza en mi hombro.


—    Sabes que no me gusta comer fuera de casa, no sé si lavaron bien los platos antes de servir o si se lavaron las manos antes de preparar el alimento. —Me quejé y él solo hizo un puchero, rodé los ojos con fastidio, porque siempre que hacía ese gesto yo terminaba cediendo ante todo lo que él quisiera. —Está bien.


—    Te amo —Dijo dándome un beso en la mejilla.


Eché una miradita a la construcción y no vi a nadie a parecido al cavernícola sexy y lleno de bacterias y tierra. Subí a mi auto, desinfecte el volante y me senté, Taemin ya había tomado asiento en el copiloto.


—    Key, mira ese chico de allá —Señalo son sus dedo flaco hacia la construcción. Estaba apuntando al mismo chico que había dicho que mi ceja estaba fea.


—    ¿Qué tiene? —pregunté haciéndome el sorprendido.


—    Es guapo —dijo una vez más. —y no ha parado de verte, creo que le gustas. —comentó y algo dentro de mi interior comenzó a tintinear.


—    Qué asco, esta todo sucio y lleno de gérmenes además suda como un cerdo y… —no agregue lo último que mi cabeza pronuncio por que iba contra mis normas, yo no declararía que alguien todo entierrado era sexy, no de ningún modo eso saldría de mi boca.


—    Bueno, pues si tu no lo quieres… —él no terminó la frase y entonces intuí por donde iba todo, a él también le gustaba ese chico que siempre era un exhibicionista, y no se cansaba de presumir su cuerpo, quise decirle que no, que yo lo había visto primero pero sabía que jamás le hablaría a una persona repleta de enfermedades.


Mire un rato a Taemin y este no me devolvió la mirada, solo se dedicó a mirar a ese chico chaparro y con mirada de cachorro moribundo. Volteé el rostro para el frente y me dispuse a arrancar el auto, sin embargo algo volteo mi cara con mucha velocidad, tenía los ojos de Taemin mirando los míos y sus labios estaban pegados a los míos, me aparte de manera espontanea.


—    ¿Qué te ocurre?  —pregunté molesto y él solo se río.


—    Nada, es solo que deseaba probar tus labios. Saben dulces. —vociferó antes de pasarse los brazos sobre la nuca.


—    Idiota. —argumente todavía muy molesto.


El motor ronroneo y solo alcance a ver su espalada a la distancia reflejada en el retrovisor.


Cuando llegue a mi casa, fue la misma rutina de todos los días, lave mi boca hasta hacer que las encías me sangraran, desinfecte mi cepillo de cabello, tome una larga ducha.


Prepare la tina, no quería un baño cualquiera, no, deseaba uno con perfumes y velas aromáticas, uno que me hiciera olvidar el mal rato que Taemin me había hecho pasar y a mi mente solo venía su rostro, un rostro apuesto, su sonrisa brillante, tu torso perfecto y su espalda ancha.


Y de repente sus manos grandes toscas estaban acariciando mi cuerpo, casi podía sentir sus labios succionando la piel de mi cuello, su mano envolviendo mi miembro, masajeándolo y yo ahogando suspiros, mordiendo mi labio inferior para no dejar escapar gemidos que amenazaban con salir disparados. Una vez que sentí una ola de placer concentrándose en mí bajo vientre y explotando fuera de mi cuerpo, de pronto esa figura se marchó, y sus manos se convirtieron en las mías.


 


*~*~*~*


 



  • -Disculpa —habló alguien a mis espaldas, por inercia volteé y ahí estaba él caminando hacia mi persona.


No respondí solo me quedé estático, como aun no creyendo que me hablase a mí, por un momento creí que de adelante saldría una chica con bonito trasero y curveadas piernas, pero tal chica no apareció, solo su persona enterrada y pequeña continuaba caminando hasta mi altura.


—    Se le cayó esto a tu novio —me tendió un pequeño librito.


—    ¿Qué novio? —cuestioné totalmente fuera de sí, aun no agarraba el libro, más por que la ver sus manos  vi mucha tierra en ellas, totalmente asquerosas.


—    El chico que ayer te beso. —contestó aun tendiéndome el librito.


—    Oh, no, no, él no es mi novio, solo es mi vecino idiota. —aun seguía molesto con Taemin pro haber hecho eso.


—    Pues no se qué concepto tengas de “vecino idiota” —se mofó él, mientras yo buscaba en mi bolso el antibacterial y lo escudriñé con la mirada.


Arranque el libro de su mano de manera brusca, lo llene de antibacterial y lo limpie con una toallita desechable, también procedía a desinfectar mis manos.


—    Me llamo Jonghyun. —habló él tendiéndome una de sus asquerosas manos llenas de polvo, tierra y demás.


—    Si me disculpas debo irme. —dije antes de salir huyendo, no solo era el hecho de que me daba repulsión los gérmenes, sino que también me avergonzaba mucho el que me mirara y mirarlo después de que gimiera con su rostro pegado a mi mente.


 


*~*~*~*


 


Había pasado una semana desde que sabía su nombre, sin embargo él ya no me volvió a hablar y por un momento me sentí culpable, él seguía siendo tan exhibicionista como siempre, y las chicas en la escuela me molestaban cada día más y más; en especial cuando él les sonreía o cuando saludaba a Taemin con la mano y por primera vez odie a mi bebé.


—    ¿Qué tienes Key? —preguntó Taemin en el asiento del copiloto, tomó mi mano entre la suya como siempre lo hacía y por primera vez encontré asqueroso su toque, retire mi brazo enseguida.


—    Nada, estoy aburrido. —hable  desinfectándome la mano y él solo me miro divertido.


—    Jonghyun y yo somos novios. —habló de repente y entonces quise que la tierra me tragara.


—    ¿Qué? —interrogue sobresaltado. Sabía que Taemin y ese trabajador se habían hecho amigos y su declaración me dolió mucho.


—    Es broma —dijo riéndose. —pero ame tu cara, en serio Key si te gusta porque no simplemente te acercas a él.


—    Él no me gusta, además está lleno de gérmenes y enfermedades. —hice cara de asco tratando de ocultar algo evidente, bueno para que Taemin se diera cuenta es porque me había vuelto muy evidente.


—    Ya deja eso de los gérmenes, dedícate a disfrutar la vida, y no te encierres en esa burbuja de limpieza, si sigues así jamás tendrás novio. Y a Jong también le gustas, pero dice que le da miedo hablarte. —habló ya al final, saliendo del coche y sin dejar de reír.


Por un momento le di la razón pero luego llego a mí un sinfín de nombres de enfermedades que podría contraer si yo dejaba que Jonghyun me tocara.


—    Vamos Key, la película va a empezar pronto. —llamó mi atención.


 


 


*~*~*~*


 


EL destino me estaba jugando chueco, en las mesas estaba Jonghyun sonriéndole y sosteniéndole la mirada a una chica de cabello largo. Trate de hacerme lo más pequeño posible para que no me viera y sin embargo solo volteé un momento a verlo y sus ojos parecía fijos en mi.


Casi pude ver salir de sus labios un “me permites” y luego se paró de la silla donde estaba sentado.


Me voltee haciendo como que no lo vi, hasta que una mano se poso en mi hombro. Giré mi cuerpo para encararlo y me encontré con su rostro algo más bajo que yo, pero totalmente guapo.


—    ¿estás solo? —cuestionó mirando para todas partes.


—    Creo que te están esperando, además yo no te conozco.


—    Si, lo sé. Es que la vez pasada no pude presentarme como es debido, bueno en realidad no me dejaste… Ten una cita conmigo. —habló claro, suplicando con los ojos.


Mordí mi labio, lo vi de pies a cabeza y ya no parecía el trabajador del edificio en construcción, estaba muy limpio, no sudado, traía una playera decente y un pantalón también. Por un momento estuve tentado a decirle que si pero luego recordé a la chica que hacía unos momentos a acompañaba.


—    Creo que te siguen esperando. —dije como respuesta.


—    Ella no viene conmigo, en realidad estaba comiendo y ella esperaba a su amiga así que le ofrecía asiento y comenzamos a charlar; es muy gentil. 


“y una zorra” a complete mentalmente.


—    ¿Una cita? ¿ahora? —él asintió y tomo mi mano, quise arrancársela y desinfectarla pero no lo hice.


—    Si. —respondió él ilusionado.


Por primera vez le di una oportunidad a alguien, me la pase desinfectandome las manos y él solo sonreía por mi manía de estar limpio, Jonghyun evitaba por todos los medios tocarme, solo a veces rosaba su manos con a mía y musitaba un quedo “lo lamento” y luego cuando yo sacaba el antibacterial él esbozaba una sonrisa muy bella si su boca no estuviera apestada de bichos.


Una vez que me subí al carro él solo me dijo “cuídate” y me despidió con la mano en alto, no hubo nada, no hubo abrazo, no beso, nada y me sentí vacío por alguna razón  que no comprendía del todo.


Mamá preguntó que donde había estado toda la tarde y como no me gusta mentir, le dije la verdad; ella se alegro mucho, aunque fuera un chico mi cita, me dio un sonoro beso en la mejilla y dijo que le contaría a papá; si algo agradecí siempre a mi familia era que mis padres no eran cerrados a nada.


 


*~*~*~*


 


Y ahí estaba de nuevo lleno de tierra, de nuevo sudando, de nuevo se miraba tan sexy con la luz del sol acariciando su piel, y por un momento envidie esas partículas doradas que lo hacían transpirar. Salí del auto y él agito la mano en mi dirección, yo hice lo mismo y él se gano la represalia del ingeniero encargado; me sonrió y se encogió de hombros; yo solo trate de devolverle la sonrisa.


Mi día fue un completo asco, primero porque no tuve con quien charlar, Taemin no fue, y aunque él era dos años menos siempre encontrábamos tiempo para hablar, platicar de cosas sin sentido o reír y segundo por algunos de los maestros no fueron y al final solo fui para hacer bulto, pero al menos me quedaba el gusto de haber visto a Jonghyun, aunque solo fura un par de minutos.


Para cuando salí ya no había nadie construyendo, nadie martillando, nada, todo estaba en total silencio, busque por todas  partes a Jong pero no estaba, quizá se habían ido temprano por ser viernes.


Pasé un rato a casa de Taemin, su madre fue la que me recibió, ella era muy guapa de ahí había sacado Tae toda su belleza, su padre no era feo tampoco, sin embargo ya era un poco grande para su madre, eran como una ciruela pasa y una cereza, además la mujer era muy atenta, solo que no me gustaban sus uñas extremadamente largas y llenas de pintura, por que unas uñas largas más esmalte solo quieren decir una cosa: gérmenes.


—    Está en su habitación, ya sabes donde es. —me indico la ubicación de Taemin, mi bebé.


Le agradecí la información y subí las escaleras hasta llegar a donde estaba el cuarto de Tae, su risa izó eco en mi cerebro, toque la puerta dos veces antes de que él saliera a abrirme.


—    ¿Estás ocupado? —cuestioné tratando de observar hacia adentro.


—    No. —dijo como niño pequeño antes de abrazarme, correspondí a su abrazo, él aun era un niño, igual de alto que yo pero un niño al fin.


Me rodeo hasta quedar detrás de mí, sus brazos continuaban en mi cintura y caminaba conmigo, era por eso que todos confundían nuestra amistad, sin embargo a él parecía no importarle, a mi la principio si me molestaba que nos gritaran insultos sin embargo con el tiempo entendía que solo eran seres sin cerebro, llenos de prejuicios.


—    Key, me gusta mucho tu perfume. —habló contra la piel de mi cuello.


—    Te lo regalo, si quieres. —contesté algo incomodo con su respiración en mi cuello.


—    No, me gusta solo como huele en ti; y creo que tienes algo que contarme, por esos estas aquí ¿Verdad? —quise decir que no, que se equivocaba, pero él era muy intuitivo o yo muy predecible.


—    En realidad… —titube antes de continuar, primero porque le había dicho que no me gustaba Jonghyun porque estaba apestado de gérmenes y segundo porque siempre era él el que iba conmigo en busca de consejos y no al revés.


—    Te conozco mejor de lo piensas. —vociferó apartándose de mí.


—    Es solo que… me siento extraño —traté de desviar la conversación a otra parte.


Su mano contorneo mi rostro, y yo simplemente lo mire extrañado, él siempre había tenido ese tipo de arranques, quizá era porque no tenía novia, ni novio y si no supiera que babea por el idiota ese que siempre dice estupideces me atrevería a pensar que tenía otras intenciones conmigo.


—    ¿Por qué demonios no lo aceptas y ya? —cuestionó cansado, yo solo deje entre abiertos los labios por que no sabía qué era lo que hablaba, él seguía contorneando mi rostro su pulgar estaba en mi labio superior y yo ya estaba muriendo del asco que eso me causaba y fue aun peor cuando metió su dedo en mi boca.


Corrí despavorido al baño, enjuague mi boca y solo podía escuchar sus risas. Una vez que terminé la labor de lavar mi boca, salí y Taemin estaba sentado en la cama, lo miré con reproche y tomé mis cosas.


—    Key, perdón. —hizo un puchero pero yo estaba muy enojado como para creerme sus mentiras. —Kim Kibum, tu problema es ese.


—    Tú que sabes de mi problema. —Le grité molesto, él siempre hablaba como si tuviera la razón.


—    Si fueras menos germenofobico, si estuvieras menos obsesionado con la limpieza, quizá Jonghyun ya estaría en tu cama. —él tenía razón pero no se la daría por supuesto, porque no dejaría que alguien me manchara con sus enfermedades, no caería de nueva cuenta en el hospital; no señor. —eres muy bonito, guapo, lindo, pero nunca dejas que nadie se te acerque por tu problema con lo gérmenes, dime ¿acaso alguien además de mi te ha besado?— no conteste por la simple y sencilla razón de que no había nadie que me hubiera besado, bueno en realidad no dejaba que nadie se me acercara.


—    No, pero eso no me importa. —Me marche molesto, ni siquiera me despedí de su madre.


Caminé hasta mi casa, subí las escaleras a mi habitación totalmente molesto, dejando caer todo mi peso en cada pisada, como si con ello también abandonara un poco el coraje que traía encima, tal parecía que no había nadie en casa, pues no se escuchaba la voz de mamá ni la de papá.


Seguí con mi rutina de limpieza, me lave la boca tratando de eliminar la suciedad restante que el dedo de Taemin había dejado en mi cavidad bucal y luego me di un baño, como todos los días.


Mi vida ya no era vida, todo era una rutina, ir a la escuela, no dejar que personas apestadas de bichos me tocaran, llegar a casa, bañarme, limpiarme lo más posible, recortarme las uñas si es que habían crecido aunque fuera un milímetro y mientras todos los demás chicos de mi edad se divertían yo estaba muy ocupado viendo que todo en la cocina estuviera perfectamente bien lavado, que ni hubiera manchas en los platos, que duraran más tiempo del requerido en el lavavajillas o que los muebles no estuvieran cubiertos de polvo.


El celular comenzó a sonar, imagine que era Taemin tratando de disculparse así que ni siquiera me fije en el número.


—    Mande. —argumenté aun molesto por la actitud que había utilizado Tae para hablarme unos minutos antes.


—    ¿Puedes venir al parque? Es que hace muy buen día, y no quiero que te lo pierdas. —habló al otro lado de la línea.


 


*~*~*~*


 


Jonghyun y yo ya habíamos salido un par de veces pero él seguía solo mirándome, la segunda vez que salimos Taemin había arreglado la cita a mis escondidas, y a él le había echado mentiras.


Esa era la tercera vez que salíamos, en realidad él me habló por teléfono de improviso, así que me metí a bañar lo más rápido que pude eso me tomo cerca de treinta minutos ya que nunca estaba del todo limpio, sequé mi cabello y delinee mis ojos, mi ceja seguía dispareja así que trate de cubrirla con el flequillo, después de todo a Jong también le parecía fea.


Salí de prisa y ahí lo encontré, sentado en la entrada, parecía aburrido, como si llevara horas esperándome, estaba limpio, no tenía sudor perlando su frente, la polera que traía solo remarcaba de manera deliciosa sus brazos musculados.


—    ¿tienes mucho esperando? —cuestioné sintiéndome culpable.


—    No, en realidad, tengo poco tiempo —dijo sonriéndome, sabía que él mentía, siempre fue muy transparente.


En ese momento supe que lo amaba, me había enamorado de Jonghyun, él era muy amable conmigo, siempre trataba de cuidarme, nunca me tocaba porque yo no permitía que me mancharan con sus gérmenes y siempre me llevaba a sitios donde no hubiese mucha gente.


Durante toda la tarde estuve viendo sus manos, deseaba entrelazarla con la mía, sentir su calidez, pero él simplemente las escondía metiéndolas a las bolsas de sus pantalones, pensé que alomejor no quería tocarme pro que yo también le causaba asco, por que yo también estaba lleno de gérmenes asqueroso.


Me fue y dejo hasta la puerta de mi hogar, para la despedida solo me sonrió y alzó la mano agitándola en el aire, yo no quería esa despedida.


—    Jonghyun. —hablé y él enseguida borro la sonrisa de su boca, quizá había sido el tono que utilicé, quería llorar porque todo este tiempo me había portado como un idiota.


—    ¿Qué ocurre? ¿te duele algo? —interrogó acercándose un poco, pero dejando suficiente espacio para no tocarme y eso me dolió mucho.


—    ¿Te doy asco? —dije mientras un lagrima cálida resbalaba por mi mejilla. ¿Y si decía que si? Y ¿si ya no quería verme nunca?


—    No, claro que no, tu eres la persona más ordenada y limpia que conozco, nunca me darías asco —habló con su voz protectora, esa que me hacía estremecer y sin embargo seguía muy separado de mi.


—    ¿Por qué no me tocas entonces? —estaba siendo muy caprichoso, lo sabía pero solo deseaba que él me abrazara aunque su cuerpo estuviera cubierto de suciedad, aunque me llenara de gérmenes.


De inmediato sus brazos me rodearon, eran tan anchos, diferente de los míos; él era tan varonil, tan jodidamente apuesto y estaba demasiado sucio, sin embargo su suciedad ya no me daba asco.


—    ¿puedo besarte? —pregunté quedo.


—    ¿Qué? —dijo incrédulo.


Baje enseguida mi mirada, definitivamente me estaba portando muy caprichoso, me avergoncé de mi propia actitud.


—    ¿quieres pasar? —volví a cuestionar zafándome de ese abrazo en el que hasta ese momento estaba preso. Él solo asintió con la cabeza.


No quería soltar su mano, así que lo llevé hasta la cocina, en casa no había nadie porque mis padres estaban de vacaciones, se habían ido a pasar unos días a la casa de la abuela.


Solté su mano una vez que entramos y de inmediato fui a lavarme, él solo me vio extrañado y yo me sentí mal poro eso, sonrió para que no estuviéramos incómodos.


—    ¿vives solo? —preguntó de repente.


—    No, mis papás están de vacaciones. —lo mire un momento y él seguía viendo todo con detenimiento.


Esa noche me entere que él era el hijo del ingeniero que siempre lo estaba regañando, aun estudiaba pero solo lo hacía los fines de semana, que cantaba de maravilla y si iba  al gimnasio.


 


—    Jong. —dije desde mi posición. Su mano estaba en mi cabello revolviéndolo, delicadamente, yo cerré los ojos disfrutando su cercanía.


—    Mande.


—    Me gustas. —hablé y él detuvo toda caricia.


—    ¿de verdad? —su voz sonaba como si le hubiesen echado un balde de agua helada en la cara.


—    Sí, me gustas mucho. —volví a decir y sus labios atraparon los míos, por un momento quise ir y lavarme la boca, frotar las encías hasta hacerlas sangrar pero Jong no se merecía eso. Cerré los ojos, sus labios eran perfectos, grandes, suaves, dulces.


—    Tú también me gustas, siempre me has gustado; desde que escuche tu voz. Me dijiste bebé ¿lo recuerdas?  —recordé ese hecho y de inmediato em avergoncé, claro que lo recordaba, imposible olvidar su cuerpo tan cerca de mí, transpirado, brilloso.


—    Perdón, es que pensé que eras Taemin. —me disculpe aunque algo tarde.


—    Eres demasiado perfecto, déjame besarte otra vez.


Me levanté de donde estaba y me senté de manera digna, su aliento chocaba contra mi cara y por primera vez mande a los gérmenes al demonio, ya no me importaba un maldito comino. Solo lo quería mío, quería que ese chico con ojos de cachorro solo me mirar a mí, que no volteara a ver a las zorras que se le insinuaban de manera descarada.


Su labios se posaban sobre los míos, su lengua entraba en mi boca, nunca había besado a nadie así, sentía su saliva haciendo el amor con la mía, nuestras lenguas apareándose como si de dos serpientes en celo se tratase, nuestras narices se rosaban y yo ahogaba suspiros.


Quería sentirlo más cerca de mí, y no sé en qué momento terminé sentado en sus piernas, con sus manos manchando mi abdomen, acariciando cada parte, alzando la polera, quitándomela y lanzándola lejos, quería hacer lo mismo con su ropa, quería que desapareciera de su cuerpo, que dejara de cubrir su perfecta anatomía.


Me deje desvestir, deje que me tocara como nadie jamás lo había hecho, que amasara mis piernas, que estrujara mi espalda, al mismo tiempo que yo me divertía conociendo su anatomía más de cerca, el sabor de su piel explotaba contra mis papilas, era mejor de lo que lo había imaginado.


—    Me encantas. —dijo contra mi oído, algo que me hizo estremecer, bajó su lengua por mi cuello, dejando húmedos besos, succionando la piel; eso era lo más asqueroso que alguien me había hecho y aun así estaba disfrutándolo, dejando salir sonidos de gato con cada beso, con cada caricia; cada vez que su manos subía y bajaba por mi miembro despierto y que él con gusto atendía.


—    AH~ —gemí alto, más alto de lo que ya antes lo había hecho.


 


Sus besos continuaban, bajaban por mi pecho y su lengua llenaba mis pezones de saliva, los succionaba. Parecía tan experto, y yo era un imbécil a su lado, que solo gemía como una virgen siendo desflorada.


—    Jong~ —gemí. —te amo Jong.


—    Yo a ti, déjame amarte… se mío. Kibum, se mío. —pidió viéndome a los ojos, quería que él tomara todo de mi.


—    Tómame… ah. —él abrió mis piernas, sabía lo que sucedería y trate de prepararme mentalmente aunque pero lo quería ya.


 


Me dolía mucho y estaba llorando pero no me importaba por que por fin Jong era mío y yo suyo, ya no le tenía asco, ya solo quería que sus manos me acariciaran que sostuvieran las mías, que ya no me dejara ir.


—    Ah~ Jong, más…más. —definitivamente me sentía una puta gimiendo, pero no me importaba mucho porque algo adentro se rosaba contra el pene de Jonghyun y me hacía  delirara del placer que sentía.


Él acelero las embestidas y yo me aferre más a su cuerpo, no quería que al despertar ya no estuviera, que todo haya sido un sueño.


Solo sentí mi orgasmo y su cuerpo convulsionó encima del mío llenándome con su semen. Nos quedamos un rato así hasta que ambos regulamos nuestras respiraciones. Él salió de mi interior y me dedico un profundo “te amo” al que correspondí gustoso.


Delinee sus brazos, eran tan bellos, tan grandes, tan fuertes y me abrazaban  como queriendo no soltarme, me aferre a esa ancla que me mantenía preso y suspire cerrando los ojos, no lo dejaría ir nunca aun y con toda la tierra que tuviese encima, mi germenofobía hacia él desapareció.


 


*~*~*~*


Me abrazó por detrás, aun cuidaba no estar tan sudado cuando me tocaba, que sus manos estuvieran limpias, y el edificio en el que trabajaba ya casi estaba terminado, así que solo lo miraba siendo sexy unos cuantos minutos al día, cuando me veía aparecer se acercaba a saludar y se iba  a terminar su labor, sonriéndome.


Lo había invitado a comer porque mi madre quería conocerlo, mi padre no se opuso menos porque mi obsesión con la limpieza iba en picada, sería porque me la pasaba la mayor parte del tiempo con Jonghyun, charlando o escuchando sus bromas sin sentido que me hacían reír. Me encantaba estar con él.


Taemin había dejado de abrazarme o darme besos, primero porque él ya tenía un chico bastante celoso, y segundo porque yo ya tenía a Jonghyun que lo hacía cada que tenía oportunidad.


Y ahí estaba pegado a mí, besando mis mejillas, yo me inclinaba un poco para que él lo hiciera con libertad, y odiaba mi estatura por eso.


—    Estás mis papás. —balbucee quedó. Porque aunque no nos veían aun así estaban presentes.


—    Te amo Bummie. —habló contra mi boca.


—    Yo a ti, pero hay que regresar, aun esperan la limonada. —él se separó y sonrió volviendo al comedor…


 


 


 

Notas finales:

espero que aun y con todas las faltas les haya gustado :D

espero review :D

Kisses *3*


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