Querido Key
Querido Key:
Se que es muy tarde para decírtelo, se que las cosas han cambiado mucho, se que probablemente ya ni te acuerdes de mi. Si aun me recuerdas, espero que así sea, dejare que te quedes con esa imagen que te mostré la última vez, la del chico de veinticuatro años que solo te miro marcharse, el que no te detuvo, deseo que siempre me recuerdes así, en ese tiempo donde estaba en mis mejores fachas.
Es irónico que después de tanto tiempo te escriba esto, pero me case, se podría decir que soy feliz, espero que tu también lo seas con la persona que elegiste para que compartiera una vida contigo; Sabes, soy feliz hasta que tu recuerdo llega a mi mente y entonces mi felicidad pasajera se esfuma, y entonces recuerdo tu sonrisa sincera, tus dedos cálidos acariciando mi rostro y de nuevo una mueca muy parecida a una sonrisa se forma en mi rostro de “puppy” como tu le decías y luego termino bañado en lagrimas reprochándome el que te dejara ir, el que te lanzara a los brazos de un desconocido.
¿Recuerdas la vez que nos conocimos? Estaba nevando y tú caminaba solo en la calle cubierto hasta las células, con las mejillas totalmente rojas y estabas llorando.
—¿estas bien? — te pregunte y tu simplemente negaste con la cabeza. — ¿Te sucede algo malo? — cuestioné de nueva cuenta.
—Me han asaltado hace unas calles abajo — respondiste tratando de no llorar pero estabas muy asustado.
Tenías veinte años y eras muy sensible, tanto que incluso creí que eras una chica en apuros por eso como todo buen caballero con armadura salí en tu apoyo, tu gabardina blanca no ayudaba mucho para poder identificarte y además tu rostro siempre fue muy bonito, algo alargado pero siempre supiste hacerlo lucir de la mejor forma.
Te lleve a tu casa ese día, alagaste mi coche y yo odie te vecindario por ser de muy mal gusto y estar apestado de borrachos y chicas de la calle, con sus minifaldas mostrando mucha carne y muriendo de hipotermia causa del frio que hacía.
—No las juzgues. —dijiste cuando viste que las miraba con repudio. — cada quien sabe por que hace las cosas —terminaste de hablar dejándome anonadado por la seriedad en tu tono.
Posterior a ello supe algunas cosas de ti, como que trabajabas en una tienda de conveniencia, estudiabas diseño y vivías con tu abuela en ese lugar de mala muerte.
Yo ya no recuerdo muy bien, espero que tu si pero la segunda vez que entablamos una conversación fue por que entre a la tienda donde trabajabas y aunque yo jamás fumé, compre una cajetilla de cigarros solo para verte una vez más, para poder disfrutar de tu extraño mirar.
— ¿hace mucho que trabajas aquí? — cuestioné como si no supiera.
—No mucho, cerca de un año. — hablaste y sonreíste entrecerrando los ojos y dejándome como un idiota colgado a tus expresiones, jamás lo supiste pero desde el momento en que te mire comencé a sentirme atraído hacia tu persona. — ¿te paseas por aquí muy seguido? —por un momento me sentí descubierto pero tu pregunta era sincera y mi respuesta debía ser igual.
—En realidad, trabajo a pocas cuadras — si era cierto, mi papa era el dueño de la compañía pero eso tú ya lo sabes ¿No?
Mi papá falleció hace tres años ahora yo soy quien ocupa su puesto, ya soy dueño de la compañía, ahora ya puedo presumirte que soy amos y señor como aquella vez que te reíste de mí y no me importó por que me gustaba verte así de contento.
—cuando sea dueño de la compañía de mi padre, te invitare a comer todos los días. —dije presumido y tu solo reíste alto.
—Si es que alguien más listo no te gana el puesto, por que tu no eres muy listo que digamos — hablaste atragantándote con tu propia bebida.
Si supieras cuanto te extraño, si supieras que busco cualquier excusa para no estar en la cama con mi mujer por que siento traicionarla, pues lo único que miro es tu rostro contraído de placer, imaginando que es a ti a quien tengo rendido a mis pies, soy un idiota por haberte dejado ir, y lo lamente cada mísero día de mi vida.
Esa noche en el restaurant después de dos años de ser simplemente amigos, tu decidiste dar el primer paso sin embargo yo ya estaba comprometido con victoria, mis padres lo habían hecho por mi propio bien, por que ya muchos especulaban que su único hijo era un “chupapollas” y se enculaba aun chico. Yo también me sentía ofendido por eso y para probar mi hombría lo único que hice fue callarme y aceptar todo.
Estabas tan radiante como todos los días, tan lleno de energía como un niño que ha comido muchos dulces, estabas tan hermoso, tu sonrisa brillante me encandilaba de la manera más cegante posible. Una recuerdo perfectamente todo Key y perdón que haga que tú lo recuerdes pero no quiero que pienses que jamás sentí nada por ti.
—Jonghyun, puppy— temaste mis manos entre las tuyas. —se que es difícil para ti que sea yo quien te lo diga… —hiciste un a pausa muy larga y miraste directo a mis ojos, posterior a ello te sonrojaste de la manera más adorable que conocí. —Me gustas.
—Si a mi también me gustas como amigo, eres el mejor —desvié el tema y sentí que mi corazón se despedazaba junto con el tuyo, tu formaste una “o” con los labios que me hubiese encantaba besar, estabas desilusionado, sin embargo no te diste por vencido y volviste a tomar mis manos.
—No, no me estas entendiendo. — por supuesto que te entendía pero decidí hacerme el desentendido para que nadie nos insultara, a veces me gustaría vivir muy lejos de esta nación, irme a un lugar donde no discriminen por ser diferentes, ir a donde sea que tu estés y llevarte conmigo algún lugar muy lejos de Corea , un lugar donde si nos peritan amarnos. —Me gustas como novio, como pareja. — dijiste finalmente sin soltar mis manos y viéndome de lleno a los ojos, buscando una respuesta en ellos, una respuesta que mis labios no darían.
Ya con las manos entrelazadas las personas nos miraban extraño, y las señoras conservadoras se cuchicheaban cosas al oído, fue más el bullicio cuando dejaste un espacio inexistente entre nosotros y depositaste un beso casto en mis labios, un beso que jamás voy a olvidar y siempre lo sentiré mío, y lo guardare con celo, egoístamente, por que fue el único beso que me diste.
Yo guarde silencio y tú me miraste formando una sonrisa demasiado hermosa en tus labios acorazonados.
—Me voy a casar — te informe y tu sonrisa preciosa se borro enseguida, cerraste los ojos como si quisieras borra ese comentario de tu memoria y cuando los abriste estaban brillosos, llenos de lagrimas; me sentí la peor escoria de la humanidad, mi corazón se apachurro y mis arterias estrangularon mi cuello formando un nudo que atosigo todo intento de tragar, me sentía morir a cada maldito segundo que moría en un silencio infernal.
Por fin las lágrimas se hicieron presentes y tú te marchaste dejándome sentado, aun procesando todo lo que había sucedido, mientras todo el personal dentro del restaurante hablaba de las abominaciones que éramos.
Esa noche llore lo que jamás había llorado en mi vida, quería ir hasta tu lado y abrazarte, decirte que yo me sentía igual que tu, sin embargo no hice nada solo me quede como un maldito parasito sujeto a una hombría de la que jamás fui dueño y ahora lo entiendo. Deje que te marcharas de mi lado con tal de demostrar que era un macho hecho y derecho y sin embargo ahora simplemente juego a ser feliz al lado de la esposa que ni siquiera puede darme un hijo, juego a vestir de traje y dar ordenes a monos que solo las siguen por conveniencia.
Key, mi Kibummie, mi llavecita, si supieras lo que daría por estar compartiendo esta vida contigo, lo daría todo. Se que después tu abuela falleció, dejaste de trabajar en esa tienda y te mudaste al extranjero a seguir tus estudios, se que conociste a un hombre que no se apenaba que lo vieran a tu lado, tomándote la mano; lo odie por tener el valor que jamás poseí, lo odie por que él si tuvo el valor para besarte enfrente de todos, era un modelo alto y fue criticado por muchos en las revistas por todos los abrazos amorosos que te regalaba, a ti su diseñador.
Cuando te vi en esas paginas de revista con él rodeándote la cintura, parecías muy feliz y yo me sentía un más miserable de lo que ya era, termine por destrozar mi corazón, te amo, toda la vida lo he hecho y perdona que te lo diga hasta ahora que ya no estas a mi lado, ahora que te fuiste y eres feliz con una persona que no soy yo. Mi corazón y mi alma te lo llevaste ese día en el restaurante, se quedo en ese beso que me diste, ese beso que te llevaste contigo, así deposite mi corazón y mi lama para que te perteneciera, mi cuerpo ya solo es un mecanismo que se mueve al darle cuerda sin embargo tu eres la llave para darme cuerda y ahora ya no tengo mucho por lo que seguir con vida.
Espero que algún día me perdones por ser tan estúpido, probablemente mi esposa encuentre esta carta y la destruya luego de ver su contenido, probablemente si llegue a su destino (tus manos) pero siempre te voy a amar y ya estoy listo para partir donde se encuentra mi corazón y mi lama.
Por siempre tuyo Kim Jonghyun, el puppy que jamás dejo de amarte.