Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Zero por himiko-chan

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo! ¿Cómo han estado? Espero que mejor que yo .-. estoy inundada de tareas y mi horario de clases nuevo es un asco - quiero tirarme del tercer piso de la uni - En fin¡¡¡

 Lo unicó bueno es que he tenido inspiracion por toda la semana lo que es ¡Genial!, de hecho estaba tan inspirada que empeze a crear otra historia alterna con estos mismos personajes, de hecho lo escencial esta en ese pero ahora si, por peticion de otra amiga, la que si queria el mpreg, lo hize. ¡Tambien algunos Dabbles sobre el mismo! 

Bien, quizas si me guste un poco el mpreg :3, pero como ya dije, en este no, por eso para complacer a mi comadre y a moi, lo estoy haciendo. ¿Les dije que sera de Zombis? Pues sera de Zombis... Respecto a eso dire que estar viendo tanto residen evil junto con The Walking Dead te hace mal...

Pero weno, olvidando mis debagues mentales, aqui esta el nuevo capitulo.

¡Que lo disfruten!

Capítulo 15

 

 Hoy he decidido morir.

 El día de ayer he visto de nuevo a los muertos rondar por mi habitación, mirándome y murmurando contra mí, pero entre ellos hay un niño que no abandona mi puerta. En cuanto salgo de mi habitación ahí está, frente a mí, acusándome, culpándome… Por alguna razón él no quiere irse y le tengo miedo.

 No quiero ir a la cama porque él está junto a mi cabecera. No quiero cerrar los ojos, porque hasta en mis sueños entra.

 Por favor… solo déjame solo.

De verdad lo siento… lo siento… lo siento tanto.

 

— ¿Qué…?  

  Ayer, si, definitivamente yo no estaba aquí. ¿Acaso me he desmayado en alguna misión y termine en este lugar? Lo dudo… yo no recuerdo nada al respecto pero…

— ¿Sangre? – me doy un rápido vistazo pero no encuentro ninguna herida sobre mi cuerpo, al menos no una reciente, sin embargo me duele un poco la espalda, brazos y mis piernas. – No creo que sea mi sangre… ¿Qué es esto? Es… - sí, si era mi sangre, pero ¿Desde cuándo estaré aquí que está herida parece estar a media recuperación? No pueden haberme dejado tanto tiempo aquí, ¿verdad?

   ¿Qué pasaba? No comprendía nada, solo sé que debo salir, pero en cuanto trato de poner ambos pies en el suelo, he terminado allí. Esto era por demás vergonzoso. ¿Qué demonios me había pasado para llegar a este estado? ¿A caso yo…?

 No era tiempo de pensar en eso (y por ende en sus consecuencias), lo importante es salir de aquí. Me ayude a levantarme con la vieja camilla y la seguí usando como apoyo hasta llegar a la puerta de salida. En cuanto pude abrir solo pude encontrarme con ese blanco inmaculado que vestían las paredes. Este lugar siempre ha tenido ese ambiente de hospital… no, ese olor a antiséptico, alcohol y demás sustancias es como el de una morgue. Es por eso que odio este lugar.

  Si soy sincero, este sitio es donde tengo tantos recuerdos de mi “infancia”, y es aquí desde que empecé a verlos. Sí, yo también creo que perdí la razón desde niño pero no podía negar ver esas sombras y demás seres espectrales rondar a mí alrededor.

 ¿Cuántos de ellos terminaron muertos por mi culpa? Creo que desde que cumplí los 9, la verdad ni yo mismo recuerdo cuando… ¿6, 7 años? Quizás. Lo único que sé con exactitud es el arma en mi mano y el horrible sonido que hizo cuando apreté del gatillo. Era un anciano… uno que decidió abandonar a Dimitri. No hay forma de abandonar la familia, a menos que sea en un ataúd.

  Quede sobre cargado sobre la puerta, la verdad no tenía ni idea de que hacer, ni si quiera entendía porque no había nadie conmigo en aquella habitación. Nunca había pasado algo así, siempre estaba constantemente vigilado, por si en algún momento se me ocurrió tomar algún bisturí y lo acercara  mi garganta; sinceramente eso no era tan descabezado.

 Algo pasa, no sé qué es pero siento que algo me falta, siento que me han quitado algo que realmente quería, ¿Qué es? ¡Pero qué cosas digo! Me siento tan extraño…

— Solo estoy mareado y cansado… debe ser eso.

  Cierro los ojos y trato de recordar lo que ha posado, pero nada. En cuanto abro los ojos ese niño está ahí… no…no… ¡Desaparece!

 “¿Qué es lo que le diste?”

— ¿Eh…? – me gire pegando mi oído a la puerta. Esa voz… ¿Por qué me causa ese extraño temblor?

“¡Salvar su vida!  Solo quería salvarlo - Noah… ¿Qué hace él aquí?- ¡Lo juró!”

 — ¿Qué demonios pasa aquí? – claro, tampoco era que fuera a entrar e interrumpirlos. Primero tenía que saber qué es lo que estaba haciendo Noah aquí y quien era ese hombre que se escuchaba dentro.

 “¿Qué es lo que le diste?”

 “Era una droga experimental. Dimitri la tenía en una caja fuerte en este edificio.”

— ¿Droga…?

Los frascos amarillos – ¿Hay más personas dentro? - ¿verdad?”

“Si… los tenía como último recurso por si algo así pasaba. A Axel se le pidió que los sacara de aquí, esa era su verdadera misión: Recuperar esos frascos.”

 Me aleje como si el solo contacto con aquella madera quemara tanto como el ácido. ¿Droga… misión? ¡¿Qué es lo que me paso?! No quería saber, algo me decía que esto solo iba a empeorar cuando lo supiera.

—Tengo que salir de aquí…  - pero ni si quiera me podía parar apropiadamente, esto tiene que ser una pesadilla, tal vez si me concentro yo despertare… ¿verdad?

 Deje de lado la camilla y me como pude me fue arrastrando por el largo y blanco pasillo. No importa lo vergonzoso que sea esto, no quiero saber, no quiero ver a Noah… ¡No quiero saber de quién es esa voz!

 

“¿Sabes Axel? Hay una cosa en la que ambos nos parecemos. ¿Lo has notado?... Creo que es porque ambos necesitamos a quien amar… ¿Sabes a quien amo yo?... lo sabes…. ¿Acaso no lo quieres aceptar?”

 

— ¿Qué fue eso…? – en cuando levante la vista del suelo, ahí estaba de nuevo aquel niño, pero esta vez porque siento que algo es diferente… su mirada, ¿lastima quizá? ¿Por qué sentirías eso por mí? ¿A caso eso son… lágrimas? – no merezco ni si quiera una sola de ellas.

“¡He dicho que es suficiente Zhenya!”

 Al parecer algo malo debe estar pasando para escucharse esos gritos. No, no debe importarme, yo debo… ¿Qué es lo que señalas niño? ¿Crees que debo regresar? No, es peligroso.

— Si entro ahí… sé que nada será igual. ¿Por qué no solo desapareces? Yo no seré perdonado nunca por ti, ni por ninguno de ellos… Simplemente debo morir.

 “No… no debes. Debes ir… te espera… te espera…”

— ¿Quién…quien me espera? - ¿Por qué demonios preguntaba algo tan estúpido? Ya no comprendía nada.

 Sabía que no era buena idea, pero no podía huir siempre, después de todo, en algún momento tendría que enterarme de todo. Mejor que sea antes.

 Primero una pierna y después la otra, sé que puedo hacerlo. ¿Por qué mis piernas están tan debilites? Otra pregunta más a la cual debo de dar respuesta. — Listo.

 Respire profundo y, tomando el arma que mantenía debajo del dobladillo del pantalón, abrí lentamente la puerta para encontrarme con la imagen de un chico que nunca había visto justo a un pie de aquella habitación.

— A los pecados no se les entrena en cualquier lugar y… a Axel le traían aquí para… -  Noah siempre ha tenido miedo a estar solo en ese lugar – Solo no la abras, de verdad. No quisiera vomitar lo último que tengo en el estómago.

— ¿Cómo sé que no estás solo fingiendo no saber el paradero de Axel? –

— Porque estoy aquí – le respondí. – Ahora – ordene – aléjate de esa puerta – no tenía ni idea quienes eran la mitad de ellos, pero algo me decía que ese chico lo había visto antes… ¿Dónde? No tengo idea.

— Axel… - sonrió - ¡Estas bien! – Sin pensarlo mucho le dispare a una considerable distancia, dado que por alguna razón sabía que no debía herirlo.

—Ni si quiera lo intentes Hatori, sabes muy bien que nunca fallo un tiro, menos a esta distancia.  - ¡¿El segundo pecado y el primero aquí?! Esto no es bueno… nada bueno. ¡¿Qué demonios sucedió?!

— Axel –  inmóvil, si, el solo sonido de esa voz me dejo paralizado, pero… ¿Por qué?

 En cuanto lo mire mi corazón dio un salto y mi cabeza repetía una y otra vez que era un idiota, uno muy apuesto. ¿Apuesto… ¡apuesto!?

 — Un paso más y… - no lo hagas… ¡Vete!

— No lo harás – afirmo – tu nunca podrías dispararme, no a mí.

— ¿Y porque no? – ¿Quién se cree que es? Si yo quisiera esto sería tan rápido…  Ni si quiera me había dado cuenta cuando había dejado de apuntarle a aquel niño y mantenía el arma a un par de centímetros del rostro de ese hombre, aun así, él no dejaba de acercarse a mí.

— Porque me amas. - ¿Qué dijo?

— ¿Quién eres?

— Axel – fue ahí donde escuche de nuevo la voz de Noah. – baja el arma, ¿quieres?

— ¿Por qué?... ¡¿Quién es él?! - ¿Por qué no deja de mirarme? ¡No me miras así! – aléjate…

— Axel… - ni si quiera puedo moverme, ni pude evitar que él quitara el arma de mis manos.

— No te acerques…

— Axel… - ¿Por qué…? No me toques… no me mires…

“No existe el amor Axel, si existiera, tu madre no te hubiera abandonado. Pero supongo que fue porque se dio cuenta que eres incapaz de sentir algo por otro ser vivo. Tu nunca amaras y nunca nadie te amara”

  Su mirada cambio por completo al momento de alejar su mano de un manotazo, incluso los otros se quedaron algo asombrados. Este sujeto es malo para mí, por alguna razón me hace sentir diferente.

  Busque con la mirada a Noah, quien parecía recio a acercarse a mí, por eso no evite que mi voz reflejara tanta furia al hablarle. — Tú y yo debemos hablar.

— Lo sé – respondió - ¿ahora?

— ¿Tu qué crees? – pregunte irónico.

— Lo siento – susurro – no pensé que fuera pasar algo así.

— ¿Perdida de memoria? – pregunte sin dibujar una sola línea en mi rostro. Noah solo asintió, haciéndome sentir aun peor.

— Lo lamento. – susurro. ¿Cuántas veces has dicho “Lo siento” Noah? ¿Cuántas veces lo sientes de verdad?

— No importa – conteste – solo sácame de aquí y llévame con Dimitri.

— No creo que sea buena idea – el que Noah desviara la mirada no me hacía sentir nada bien. Algo había pasado.

— ¿Por qué?

— Mira… - se despeino sus rubios cabellos – es complicado, ¿sí? Solo… no creo que sea conveniente regresar con Dimitri. Quizás debamos irnos lejos, aprovechando el caos por el que está pasando la familia Cacciatore.

¿Huir? ¿De qué demonios estaba hablando Noah? ¡No podemos simplemente desaparecer! Tome una gran bocanada de aire, tratando de poner en orden mis ideas, y sobre todo, ignorando la mirada del otro sujeto a mi lado, que por fortuna mía – creo – no entendía nada de lo que hablábamos.

— Estás demente – respondí con tranquilidad. – No me quedare aquí, con ninguno de ellos – respondió señalándolos.

— El sentimiento es mutuo – hablo al fin Yevgeny.

— ¿No sabes que es de mala educación meterte en lo que no te llaman? – conteste.

— No cuando es tan divertido ver a ambos pelear. Ese hombre ahí – señalando al hombre de antes – es mi jefe, que por horrores del destino – dijo sarcástico – se ha fijado en ti, cosa que no me interesa en lo más mínimo, pero desgraciadamente tengo que sacar a ambos hermanos de aquí y te agradecería que nos acompañaras. – Su mirada fría me hizo estremecer – Dile que lo recuerdas y que debe irse con nosotros, después de eso, has lo que quieras.

— ¿Y qué es lo que se supone que debo recordar? – la verdad tenía miedo de lo que este respondiera al respecto.

— ¿De que estas hablando Yevgeny? – la voz furiosa de ese hombre de tras mío me hizo dar un  paso más hacia Noah.

— Nada importante – respondió en inglés – solo preguntándole por la salida.

— Entonces – retome la plática - ¿Qué relación tenemos él y yo?

— Te ha estado jodiendo hasta el cerebro los últimos meses – creo que la cara que he puesto ante semejante revelación vale la pena ser grabada para la posteridad – eres algo así como su… - parecía pensarlo con diversión antes de contestar – su experiencia sexual más emocionante antes del matrimonio. No quiero entrometerme pero, como compañero, te sugiero que te alejes cuanto antes de él, después de todo, sería una lástima perder a un pecado como tú por un estúpido capricho de mi inútil jefe.

 ¿Capricho, eh? Sonrió con nostalgia, ¿en qué demonios estaba pensando  yo en ese momento?

— Axel – me voltio con brusquedad hacia él – no sé qué demonios te ha dicho – me dejo mientras lanzaba miradas furiosas a Yevgeny quien solo se limitaba a sonreír – pero no es verdad.

— ¿Entonces no eres mi… mi amante?

— ¿Eso dijo? – Parecía estar peleando consigo mismo, pero después volvió a mirarme de esa forma que me hacía estremecer – somos más que eso, ¿sí? – no me moví, ni si quiera pestañee y él al fin me libero de su agarre. – Lo único que tienes que saber, es que todo es culpa del idiota de ahí – ósea Noah – y que te amo. – se escuchó tan sincero que no… no sé qué me pasa. – Hablaremos en cuanto salgamos. – sin decir nada más, me dio un pequeño beso en la cien. Este hombre me asusta.

 Me separe tan rápido de él, como si su contacto fuera alguna clase de veneno mortal, pero no puedo evitarlo, no sé porque no puedo ni si quiera el pensar en dañarlo. — Vamos.

— ¿Ya estas mejor? – preguntó el joven a quien le apunte antes.

—Noah, consígueme algo para el dolor. – lo he ignorado a propósito. No quiero saber nada de esta gente.

—Se te pasara pronto. – Dijo – No será nece…

— No te lo estoy preguntando.

— Pues lo siento, pero no hay anda que pueda darte. – respondió molesto.

— Solo lo diré una vez Noah, ¡No cuentes conmigo! Regresare con Dimitri y no tienes que preocuparte por que mande por ti, le diré que has muerto. Así que hazme un favor y evita tus rabietas conmigo. – terminado aquello, salir furioso de la habitación y apresure el paso hacia mi próxima parada: el estacionamiento.

 

 

 Camina sin mirar atrás, no importa lo que escuches, no les mires a los ojos. — Cuenta, 1…2…3… 4. Vuelve a empezar… - El solo saber que ellos observan cada uno de mis movimientos me pone de nervios. ¿Por qué este niño no puede dejarme solo ni si quiera ahora?

 Pero sé que él me perseguirá toda la vida. No existe forma que pueda escapar de él… jamás.

 

— No sé si es conveniente decirlo – susurro Joshua a Eliot y Noah – pero, ¿No está más extraño de lo normal?

— Nunca me había gritado de esa manera – sí, Noah seguía en shock. Para él era tan extraño que Axel se comportara de esa manera con él. Nunca le había tratado así.

— Tal vez recuerda lo que le has hecho. – respondió con odio Eliot.

— Aunque sea así – respondió el otro frunciendo el ceño – nunca me ha contestado de esa forma. Axel es demasiado tranquilo y bueno, excepto claro cuando es Amón pero de ahí en fuera él es… - se quedó callado de repente, cosa que sorprendió a los otros, pero aún más al ver que se dirigía hacia Axel. - ¡Axel! – El otro se detuvo y le miro molesto - ¿Qué edad tienes?

— ¿Eso importa? – contestó fastidiado.

— Si, ¿Qué edad tienes? – Volvió a insistir – La que tú recuerdes que tienes. – aclaró.

— 15… es lo único que sé. – le respondió para luego seguir su paso.

— No puede ser…

— ¿Eso es malo? – preguntó Nozomi.

— ¿Alguno recuerda a Axel a los quince? – la mirada que Eliot les lanzo a los otros tres pecados buscando una respuesta, le dijo que sea lo que paso en esa época, no era nada bueno.

— Tiene que ser una broma – susurro Jeremy – Dime que no está en la fase, “No quiero morir, pero si quieres disparar no me quitare”.

—Yo diría que está en la parte – dijo con diversión Yevgeny – donde todo su mundo es en negro. Pensé que nunca volvería a toparme con él en semejante estado.

— Cuanto… ¿Cuánto dura el efecto de esa cosa?  - sonaba por demás amenazante, que Noah no pudo evitar mirar hacia Axel para que le salvara de Eliot, cosa que no funcionó muy bien.  - ¡Responde! – pero sin duda con aquel grito logró que este al fin fijara su mirada en él pero no exactamente para admirar su belleza.

— No… no tengo idea.

— Suéltalo – el ruido del arma al quitarle el seguro le hizo liberar al otro de inmediato – aléjate de él. – retrocedió un par de pasos y volteo hacia él. – Ven ahora Noah.

  Le obedeció, aun a regañadientes, porque pocas veces eran las que Axel en realidad le ordenaba algo de esa forma. De verdad no entendía cómo podía tener tan mala suerte.

— ¿Ya puedes bajar el arma? – la voz de Leonard sonaba con molestia. Si había algo que le molestara era que apuntaran o amenazaran a su hermano menor.

— Te sugiero que la bajes ya Axel Cacciatore. – pero a pesar de la silbante voz de Yevgeny, este no lo hizo. Parecía estar luchando contra algo y eso no les agradaba nada.

— ¿Papá…? – Elizabeth seguía mirando la escena sujeta de las ropas de su tío, asustada de que algo malo le fuera a pasar a su padre.

— Estoy bien Lizzy, tranquila – le sonrió – todo estará bien, ¿verdad Axel?

 Pero este estaba muy lejos de estar bien, algo le ocurría y sin más, para sorpresa de todos, tomo de la camisa a Eliot y lo arrastro lejos de los otros, a la habitación más cercana. Eliot no salía del asombro, en realidad ahora si podía sentir un poco de miedo, en especial cuando este cerro el lugar  y, ¡Oh, sorpresa! Al parecer tenia doble puerta que evitaba que el ruido saliera.

 Quizás su Axel si estuviera un poquito deschavetado, pero ¡Dios, qué bien se veía molesto! Si iba a morir, al menos quería evitar pensar en ello y ver la parte positiva.

— ¿Axel? - ¿Asustado? ¡Para nada! Pero si Axel no le daba la cara en los siguientes segundos, quizás sufriera un colapso nervioso. - ¿Está todo bien? – no hubo respuesta. – Axel… - se acercó, aunque fuera mala idea, le preocupaba, siempre era así.

 Se quedó a solo dos pasos detrás del chico, desde ahí podía ver como este temblaba lentamente y apretaba con furia sus manos. Le toco levemente por el hombre y de inmediato sintió la tensión del chico. — Ey… - susurro – Axel, lo que sea que… - pero no continuo, de hecho, ni si quiera le importo, no cuando era besado de esa forma por el menor. ¿Qué pasaba? Ni idea, pero eso no evito que “involuntariamente” rodeara el cuerpo del otro atrayéndolo aún más.

— Lo siento – susurro contra sus labios – pero no puedo detenerme…

— No lo hagas – fue lo último que alcanzo a decir antes de volver a estar siendo devorado por esos deliciosos labios. ¡Como lo había extrañado! Sin importar cuando lo intentara, nada le había causado tanto placer con un solo beso, no importaran que aquellas mujeres fueran realmente hermosas, Axel era Axel y nadie podía reemplazarlo.

 Se extrañaban y si ninguno de los dos podía decirlo, sus cuerpos sí. Eliot sintió como Axel se empezaba a restregar descaradamente contra él, sea lo que sea que le estuviese pasando a él le encantaba. — Te quiero… - susurro en su oído – te quiero.

— No digas cosas que no sientas – le respondió mientras se abrazaba con más fuerza contra su cuerpo. Se sentía tan mal, y ni si quiera entendía como había llegado al brazos del mayor.

 Eliot tomo su rostro y le hizo mirarlo. — Es verdad. Te quiero.  – el beso fue suave, sin rastro de ese salvajismo lujurioso que los había poseído hace algunos segundos. – Ya no puedo. – él no entendió, hasta que Eliot lo alzaba entre sus brazos y era casi arrojado contra aquella mesa de metal, mientras las cosas caían ruidosamente al suelo. – No sabes lo mucho que te necesito… - y sin más preámbulos, lo que quedaba de su ropa fue de inmediata destruida por aquellas manos. Axel no sabía si moverse y huir o dejarse hacer lo que fuera por aquel hombre.

— Estoy sucio… - y eso fue lo único coherente que logro armar ante tal manera de ser despojado de sus ropas, porque para ese punto, ya estaba completamente desnudo. – Por favor… yo…

—Diablos… yo también necesito un baño pero, si no estoy dentro de ti en los próximos 10 segundos, definitivamente voy a enloquecer.

— Ya lo estas – dijo completamente sonrojado por las palabras escuchadas del otro. – solo… solo dame unos minutos, ¿sí? Debo… al menos… - respiraba con dificultad, no podía evitar estremecerse si aquel hombre le miraba de aquella manera. ¿Cuántos hombres no lo habían mirado así? Pero en este algo era diferente, todo en él era diferente.

— Al diablo con eso… - lo jalo hacia él - ¿sabes? Lo gracioso es que nosotros tenemos sexo cada medio año.  Así que para bien de mi salud mental, debemos cambiar eso. – Lo beso – Unas tres veces al día sería perfecto – sonrió. – me encantas cuando te sonrojas. – pero antes de poder replicar, ya estaba siendo besado de nuevo.

— Eres tan extraño… de verdad. - ¿Qué demonios se le había metido? No sabía, pero lo que si sabía era rodear con sus brazos a ese hombre mientras lo besaba y empezaba a meter sus… ¡Oh dios! ¿Cómo podía mover esos dedos dentro así?

 

 

— ¡Papá! – el grito desgarrador de Elizabeth se escuchó tanto como sus golpes a la puerta.

— ¡Cálmate cielo! – trato en vano de consolar a la menor Leonard, quien seguía golpeando una y otra vez la puerta con sus ya lastimadas manos. - ¡Zhenya, has algo!

— ¿Qué demonios quieres que haga? Le dije que se alejara de él. Ahora quien sabe que cosas le estará haciendo ese lunático. – Pero antes de continuar miro a Noah – Y todo por culpa de este imbécil.

— Mi papá… ¿él va a morir? – preguntó a su tío.

— No lo creo – miro con furia a Zhenya – estará bien, estoy seguro que Axel no le hará nada. – o al menos eso esperaba. – solo tenemos que esperar.

— No tenemos tiempo que perder – hablo Hatori – la prioridad es salir de aquí.

— No sin mi hermano – rebatió.

— Oigan – hablo Nozomi, haciendo que todos le miraran – sé que es extraño pero… creo que si deberíamos salir de aquí. De veras,  debemos salir de aquí.

— ¿Por qué? – objeto molesto Leonard.

— Porque esas cosas están llegando. – dijo Rey señalando hacia atrás donde aquellas cosas que parecían humanos se estaban reuniendo pero que aún no los atacaban.

— Tu padre estaré bien Lizzy. – Sonrió leo – Vamos de aquí. – lo primero era poner a su sobrina a salvo, después se preocuparía por su hermano menor.

 

   En qué momento habían pasado de la mesa al suelo, no tenía idea, así como no sabía cómo es que permitía a aquel hombre hacer lo que quisiera con él. En ese momento podía matarlo y solo por ser él, no metería ni un dedo. De verdad que estaba demente, pensó.

  Y Eliot, bueno, él estaba demasiado ocupado en pensar y todo su cerebro se concentraba en causarle más placer al menor que tenía debajo de él. Amaba cuando este gritaba su nombre, como enterraba sus uñas en su espalda y sobre todo, como su cabello se pegaba a su rostro y sus ojos se perdían en el placer que le daba. Era ahí cuando no pensaba en nada, solo en Axel y él, así que si el mundo se acabara en esos momentos, ¡Al diablo con el jodido mundo!

  — Esto… ha sido…

— ¿Genial? ¿Asombroso? – sonríe mientras lo aprieta más contra su pecho.

— En realidad iba a decir que fue estúpido, pero si, también lo demás… supongo.  – no podía mirarlo a la cara, era demasiado vergonzoso después de todo.

— ¿Quieres hacer algo estúpido de nuevo? – su sensual voz no resulto como tanto como esperaba. La reacción de Axel fue completamente lo contrario.

— ¿Quieres que Yevgeny y los demás nos asesinen? – le miró fijamente.

— Acabas de matar todo el romanticismo. – Respondió apartándose un poco de él – pero tienes razón… Van a matarnos. – declaró.

— Estas demasiado calmado – le dijo algo malhumorado mientras se levantaba, cosa que no molesto en nada al otro por la vista que le dio el menor, sin embargo si la cicatrices que tenía en su espalda que no tenía la última vez que se vieron.

— Bueno, que puedo decir – respondió mientras se sentaba – el tipo siempre ha sido un amargado y cuando se entere de que hemos estado teniendo sexo salvaje – y es que lo sabrá – nos matara a ambos, pero al menos moriré feliz.

— Que estúpido – dijo mientras buscaba algo que ponerse.

— Para mí no.

— Pero lo es – afirmó – el solo hecho de fijarte en mi es estúpido. No soy alguien con el que deberías relacionarme.

— ¿Y tú como sabes con quienes debo relacionarme? – respondió molesto.

— Porque no eres una persona ordinaria – su voz sonaba tranquila pero por dentro sentía el deseo de gritarle y huir. – No eres como yo y los otros. No debes relacionarte conmigo.

— ¿Por qué? – pregunto exasperado.

— Porque soy un asesino, ¿Qué más razones necesitas que esas? Rayos… no hay nada que ponerme.

— ¿Crees que yo nunca he lastimado a nadie? – Se levantó del suelo y le tiro su camisa – No eres el único que ha tenido que matar a otros.

  Pero Axel solo pudo soltar una pequeña risita mientras le devolvía su camisa. — ¿Matar? ¿Crees que es solo eso? ¿De verdad piensas que es tan sencillo? He torturado a personas, he arrancado sus miembros mientras aún estaban vivas, he asesinado a padres frente a sus hijos – y fue en ese momento que algunas imágenes que quería olvidar volvieron – he lastimado a tantas personas que estoy seguro que si el infierno existe, tienen un lugar reservado para mí. Créeme, matar es sencillo, cualquiera puede hacerlo, pero… hacer lo que hace un pecado, eso… tu jamás lo comprenderías.

— Él que no lo comprende eres tu – le desafío mientras se terminaba de acomodar los pantalones – Ya te dije que eso no me importa.

— ¡Pero a mí sí!  - Le grito ya exasperado. Axel a pesar de aun estar desnudo, estaba demasiado frustrado para notarlo. Se pasó ambas manos por su cabello tratando de peinarlo de forma desesperada - ¿Sabes cómo nos dan nuestro numero? – dijo ya más calmado.

— No

— Depende de la cantidad de personas que mates. Es una clase de juego perverso entre las familias. – Se volvió a pasear por la habitación, hasta que por fin encontró una vieja bata de hospital – en ellos miden tu destreza, fuerza y… tu inhumanidad. Entre más cruel seas, tendrás un número mejor. La razón por la que gane… - sintió su voz quebrarse al continuar mientas se acomodaba la vieja bata – es porque mate a un padre frente a su hijo después de torturarlo por horas. El niño gritaba y grita y yo… no podía detenerme, sino terminaba, ellos me terminaban a mí. Cuando todo termino, ellos soltaron al menor y corrió directo hacia a mí y pensé “Tratara de matarme” aun así no me moví, seguí en ese lugar, incluso cuando este se lanzó contra mi arma. Me dije que si disparaba, no le detendría, pero no hizo. ¿Sabes qué edad tenia? – pero Eliot no respondió – solo 12… doce años y eso no le detuvo de jalar del gatillo frente a mi mientras me miraba a los ojos. Él apunto directo a la cabeza y jalo. Yo nunca pude evitar apartar mí vista de sus ojos hasta que él los cerró. Esa – dijo dándole al fin la cara – esa es la clase de persona que soy yo.

— ¿Querías hacerlo?

— ¿Qué? – no se esperaba eso.

— ¿Te gusta hacerlo, lastimar a otros?

— Es mi trabajo.

— Eso no responde mi pregunta Axel.

— ¿Tengo opción? Este es mi trabajo Eliot.

— Pero lo odias – rebatió – lo odias tanto que por eso querías que ese niño te asesinara.

— Tú no sabes…

— Detestas tanto esto que piensas que no mereces ser amado, por eso te asusta tanto el pensar en quererme, que el solo sentimiento no lo vales. – se acercó y Axel retrocedió.

— No es…

— Prefieres estar solo y evitar la realidad porque sabes que es horrenda por donde la mires. Crees estar solo y vistes siempre de negro para recordarlos, a todos y cada uno de los que asesinaste.

— Basta…

— Miras hacia tu ventana y te imaginas lo que sería ser libre, lo que sería tener una familia…

— ¡Es suficiente! – grito ya con lágrimas en sus ojos mientras se cubría ambos oídos con sus manos.

— Pero… - dijo mientras quitaba sus manos de su cabeza – ya no estás solo y no necesitas una familia, porque yo soy tu familia. Solo me necesitas a mí… y yo solo te necesito a ti… solo a ti.

— Eso no es… - lo abrazo con fuerza, como si temiera que en cualquier momento Axel fuera a huir.

— Te amo.

— No puedes…

— Te amo tanto… - y Axel lloro contra su pecho como nunca antes se lo habían permitido, fue entonces que cayó en la dulce inconciencia en brazos de aquel hombre.

  En cuanto lo tuvo en sus brazos, sus ojos centellaron con toda la furia que Eliot Kuznetsov podía tener y en ese momento juró que si era necesario mataría a Dimitri Cacciatore para liberar a Axel. Nadie más le haría sufrir, de eso se encargaría él personalmente.

Notas finales:

>.< ¿Les gusto? Espero y si.

Pliis, no olviden sus comentarios :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).