-Cállate!!!!-Grito Ciel-
-No eres más que un huérfano mimado!- Saco el anillo con el emblema de la familia Phantohive de su dedo anular tirándolo contra el escritorio-
-Cállate maldito perro!- Tomo la taza de té que descansaba a un costado de el lanzándola y chocando contra la puerta- A mi no me vengas a tratar así!-
-Ya hace bastante tiempo que te trato como yo quiera!- Abrió la puerta mirándolo por última vez- Ya ni siquiera sabes dar buen sexo, pendejo engreído … realmente no sirves para nada que no sean dar órdenes!- Salió azotando el rectángulo de madera. Los ojos de Ciel se abrieron por el asombro de las palabras… mientras unas gotas salinas corrían por sus mejillas, se dejo caer en el asiento pesadamente-
-E…esas son tus palabras…pa…para decirme, que ya no…. Me amas? HAAAAAAAAAAAA!!!!- El pequeño grito con dolor y rabia retumbando en toda la mansión-
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-Amo Sebastian… que sucede?- Pregunto Meyrin asustada por el grito escuchado-
-No es de tu incumbencia- Salió de la mansión hecho una furia, dando zancadas y golpeando árbol que se cruzaba por su camino. Hasta que en un momento detuvo su andar colocando sus manos en la cara y cayendo de rodillas- Como… le pude decir eso- Se lamentaba mientras secaba esas lagrimas, nunca pensó que realmente lloraría alguna vez-
***
Ciel se encontraba en su cuarto sentado en la cama, mirando como el sol se proponía a ocultarse. Las lágrimas se habían secado ya hace un rato, sus ojos estaban vacios, su mente en blanco sumido en un pequeño trance del cual no se daba cuenta de sus acciones, en su mano descansaba una navaja con rastros de sangre impregnada por la culpa de esos cortes que adornaban sus brazos y partes de sus piernas, giro su vista hacia la puerta ya que escucho que se abría observando a su ama de llames con una bandeja entre sus manos…
-Bocchan, su cena- La chica dejo caer lo que traía al ver los innumerables cortes que se dieron a deslumbrar cuando se levanto para mirarla de frente - Amo!!!- Grito, Ciel dejo caer la navaja, una sonrisa macabra se dibujo en su cara y empezó a caminar hacia ella quedando a unos centímetros-
-Hermoso no?- Le dijo mientras su risa alocada resonó, empujo a la chica y salió corriendo. Las carcajadas no se detenían… bajo las escaleras, abriendo la puerta principal saliendo de la mansión sin punto fijo… corrió y corrió sin un lugar donde ir, perdiéndose entre las malezas y árboles, cayó al suelo volviéndose a levantar y seguir desapareciendo definitivamente-
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-Meyrin!!!- Grito Finny al ver el rostro aterrado y blanco de su amiga- Meyrin!!!- La tomo de los hombros sacudiéndola levemente-
-Bocchan… esta…- Las palabras no salían, no podían el shock era demasiado-
-Donde está el joven amo?-
-Bocchan esta bañado en rojo- La chica callo desmayada-
-Brad, Tanaka-San!!!- Grito desesperado, no paso mucho tiempo hasta que los nombrados llegaron a socorrer-
-Que es esto!!!- Grito el rubio cocinero a ver unas pintas rojas en el piso- Finny, que paso con Meyrin- Corrió a su lado, mientras Tanaka aparecía con unos paños húmedos a haberse percatado de lo sucedido-
-Meyrin habría subido a dejar la cena a Bocchan, mientras arreglaba las rosas del salón principal, cuando termine vine para ver que no me quedara más que hacer y apareció así- Tanaka se agacho poniéndole un paño sobre la cabeza-
-Finny llévala a su cuarto, está pasando por un ataque nervioso muy grande- Dijo el anciano, el muchacho la levanto, estando a punto de entrar a los pasillos la puerta principal se abrió mostrando a Sebastian afligido y cansado- Sebastian-Sama-
-Donde está Ciel?-
-No lo sabemos, Meyrin fue la última en verlo, pero esta desmayada-
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La luna brillaba hermosamente en el cielo oscuro, Ciel aun sumido en sus pensamientos recordaba amargamente esas palabras, las lagrimas caían abundantemente, realmente era un bueno para nada?, Seria verdad que ya no podía satisfacer a su pareja?... y si todo era así porque simplemente no acababa con su vida?...
-Acepta que ya no te ama- Le decía su voz interior-
-Quizás tengas razón- Susurro al aire-
-Regresa y termina con todo esto-
-Y por que regresar- Mirando el mar desde un acantilado- Si aquí sería más fácil-
-No te gustaría dejarlo con la conciencia intranquila por el resto de la eternidad?-
-Sería divertido, pero yo no soy así-
-Vamos no seas malo, si él te hiso sufrir… porque tu no a el?-
-Solo por esta vez vocecilla te are caso- Ciel dio la última mirada a ese mar azul profundo que se desplegaba frente a el, dándole la espalda comenzó su nuevo andar a la mansión…-
***
Sebastian corría por todos lados de ese frondoso bosque, sin rastros de su pequeño, se sentía desesperado, el contrato sido finalizado hace años así que el sello había desaparecido, realmente estaba asustado y lamentándose por haberle dicho esas palabras. Se sentía un idiota… estúpido, ya no tenía más vocabulario para insultarse a sí mismo, recordó una conversación de un par de años atrás y esa plática era que lo tenía con los nervios de punta…
-Sebastian, si algún día deseo morir?- Le pregunto inocentemente-
-Por favor Bocchan no me asuste de esa forma- Ciel le sonrió para luego besarlo-
-No te preocupes, tendrás que soportarme hasta el fin de los tiempos- Sebastian le abrazo fuertemente mientras depositaba un beso en su frente-
-Las únicas formas son, que sean mis manos que acaben con tu vida o las tuyas propias-
-Siendo así, tendrás que crear una paciencia única conmigo-
-hehehe- Rió dulcemente mientras tomaba esos pequeño labios-
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Ya cansado volvió a la mansión, abriendo la puerta y subiendo las escaleras, suspiraba tratando de concentrarse en donde ese pequeño mocoso se había metido, dobló en la esquina de un pasillo mirando el piso, hasta que el sonido de un disparo lo izo mirar al frente, encontrándose como los 3 sirvientes hombres en la puerta de la cual era habitación de Ciel y suya, Corrió hasta toparse con la imagen del niño arriba de una mesa con una cuerda entre su cuello y un revolver entre sus manos.
-Joven amo, por favor baje de ahí- Le decía Finny asustado-
-Ciel!!- Grito asustado, mientras observaba esa mirada perdida y esa sonrisa macabra ese bello rostro-
-Hola demonio- Rió un poco apuntándolo con la pistola-
-Váyanse- Dijo Sebastian fríamente-
-Sebastian-Sama pero…- Hablo Brad-
-Dije que se fueran!!!!- Grito sobresaltado, ya que a el las balas no le hacían nada… pero a los otros si. Los tres se retiraron dejándolos solos- Ciel…- Se acerco con paso lento- Baja de ahí- Un disparo salió golpeándole en el brazo-
-Por que tendría que bajar? Si al final es esto lo que quieres- Le hablo venenosamente-
-De que hablas? Acaso te volviste loco!- Le grito mientras acortaba mas la distancia-
-Te acercas más y votare la mesa- Le amenazo- Loco, si creo que me volví loco por enamorarme de un demonio-
-Mi pequeño, baja de ahí y hablemos-
-Hablar, hablar que!, si ya me dejaste todo en claro- Esos ojos azules ya no brillaban-
-Ciel por favor, no te comportes como un crio!!!- El ojiazul le saco la lengua, con un movimiento brusco la mesa dio contra el suelo, el mayor se tiro contra el, lo mantuvo en alto mientras cortaba la cuerda. Cayeron los dos al suelo Ciel bajo el se movía frenéticamente, Sebastian le quito el revólver de la manos y con un rápido movimiento lo dejo inconsciente.
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El sol brillaba y se colaba por las cortinas dando de lleno en los ojos del joven conde, se levando quedando sentado con las piernas estiradas. Sus brazos estaban vendados, miro por todos lados de la habitación descubriendo a Sebastian sentado, sumido en sus pensamientos mirando hacia la puerta, aun se sentía herido, pero ahora puede racionar más tranquilo… sabiendo que también tiene la culpa de la reacción de Sebastian el día anterior, trato de hablar, pero solos suspiros hondos salían junto con lagrimas. El mayor desvió su mirada topándose con la del menor, se levanto deprisa y lanzo a abrazarlo fuertemente. Ciel no reaccionaba… en su interior sabia más que nadie que las palabras expulsadas ayer eran simple mentiras, con esos abrazos rodeándolos el dolor de su pecho disminuía, lentamente subió sus brazos pasándolas por la espalda de Sebastian terminando de descargar todo lo que sentía.
Pasado ya unos largos minutos ambos se encontraban recostados en la cama aun con sus brazos encima del otro, tranquilos sin ningún rencor en sus corazones, Sebastian le acaricio el rostro…
-Perdóname- Susurro el mayor besando su frente-
-Perdóname tu a mí, yo fui el estúpido que te provoco- Ciel le acariciaba el rostro-
-Lo que dije ayer…- Ciel le puso un dedo en los labios haciéndolo callar-
-Eso ya no importa, por que se que a pesar de todo no es verdad- Sebastian lo abrazo fuertemente- Ahora solo abrázame más y no me dejes ir nunca de tu lado, por que eres todo lo que tengo en este mundo y por que eres todo lo que más amo- Ciel se monto encima del besándolo, Sebastian respondiéndole, acariciándole la espalda..-
-Te amo- Le dijo sinceramente el mayor-
-Y yo a ti- Esa mañana… esa tarde y parte de la noche solo suspiros gemidos y confesiones volaron por la habitación. De apoco Sebastian notaba como los ojos de su amado niño volvían a retomar ese brillo que tanto ama… Por que simplemente sabía una cosa… Que ya nunca podría dejar a ese niño, le había domado de una forma que nunca creyó posible, tomo ese corazón de demonio guardándolo entre sus manos con mucho recelo de otros, sin dejar que otro lo tocara.
Si no mides las palabras, puedes llegar a herir a la persona que mas amas... destrozando su alma y corazón a un punto que no allá un retorno para sanar su herida.... Así que piensa dos veces lo que dirás porque puede ser que al final no allá vuelta atrás.
FIN.