A quien corresponda;
Busco al Coronel Steve Rogers, al amor de mi vida.
Lo aleje de mi, era para lo mejor era la única opción era tan infeliz a mi lado ya no sonreía con el mismo brillo que cuando lo vi aquella noche en la plantación de el Dr. Banner, aquel hombre que nos presento, no presento.
Me acuerdo de esa noche como si hubiera sido ayer, (aunque ya paso casi un año) Era una noche húmeda calurosa, estaba de mal humor, no estaba acostumbrado a ese clima y no me agradaba en lo mas mínimo pero no me quedaba de otra mas que estar allá en Luisiana, Bruce había decidió establecer una plantación de algodón y yo iba invertir una cantidad generosa de dinero, y por pura lógica quería ver a donde se iba a ir mi dinero. La noche transcurría lentamente, y aburrida, a pesar de que el lugar estaba retacado de Mujeres y Hombres de dinero y poder, Listos para dar su dinero a Banner por que el Gran Anthony Stark (osea yo) había considerado la nueva manera de cultivación de el Dr. Como un excelente paso hace el futuro. Estaba sentado en un sillón grande de terciopelo rojo, Con mi vaso de wiski, miraba a la gente de mentes simples alagarse hipócritamente unos a otros con conversaciones frívolas y que no cautivaban mi atención por mas de un par de segundos, antes de darme cuenta me encontraba en el sillón sentado con la mente perdida, y mis ojos inconscientemente viendo a la entrada de la estancia, de la nada Salí de mi transe cuando vi que entre un hombre, vestido en traje de Coronel de tropas, Era alto muy alto de pecho ancho y musculoso, piel blanca y cabello rubio, con un corte militar y bien peinado, sus labios de un rosa pálido exquisito y muy bien deliñados, casi femeninos pero le asentaban bien con si quijada bien cuadrada y muy masculina, Luego me fije en sus ojos, tenia os ojos mas azules que jamás había visto azules como el hielo y las pestañas largas haciendo un hermoso marco a ese color. El atractivo rubio se quedo parado en la puerta con mirada de un cachorro perdido buscando alrededor de la estancia hasta que porfin encontró a quien buscaba y fue en ese momento que lo vi sonreír por primera ves, alzo la mano muy alto y la movió rápidamente
“¡Bruce!”, exclamo el rubio,
Este estaba del otro lado de la grande estancia, pero lo escucho e inmediatamente se dirijo a el
Ya de esto no escuche su platica ya que yo me encontraba algo lejos solo vi como se saludaban como si hubieran pasado años desde la ultima vez que se vieron.
Antes de darme cuenta ya se estaban encaminando hace mi.
“Tony,” dijo Bruce “Te quiero presentar a un gran amigo mio, nos salvamos la vida mutuamente en el tiempo que fui medico en la guerra, Este es Coronel Steve Rogers” este sonrió.
“Un placer Coronel Rogers, Soy Anthony Stark pero dígame Tony” respondí cortes mente al estirar la mano para estrechársela.
“El placer es mio, Tony y por favor usted llámeme Steve” me respondió con una cálida sonrisa y estrechándome la mano como los soldados hacen, me refiero que envés de tomar mi mano me dio un fuerte apretón en ante brazo.
El resto de la noche me transcurrió demasiado rápido a su lado, charlando y riendo como si nos conociéramos de toda la vida, así se sentía como si hubiera crecido a si lado, Banner aparecía y desaparecía por ratos atendiendo a otros invitados, para ser sincero ni Steve ni yo nos importaba un carajo que hacia estamos mas que entretenidos.
Cuando llego hora de marcharse estaba lloviendo a cantaros, Steve había venido en su caballo de sangre pura, blanco, un fino y esplendido animal, a la altura de su jinete. Yo en cambio fui en mi carrosa negra, jalada por mis dos caballos tan negros como mi carosa,
“Si quieres yo te llevo a donde tengas que ir Steve” le ofrecí, rezando que aceptara para que continuemos con la agradable charla en el camino. Este acepto y engancho a su caballo blanco al frente de mis dos caballos negros, hacia un hermoso contraste, yo espere dentro de mi cómoda carrosa.
Cuando subió estaba empapado, esto le sentaba muy bien.
“¿le incomoda si me quito la chamarra de el uniforme Stark?” ya se había desabotonado unos 3 botones,
“para nada, al contrario ínsito no quiero que se valla a enfermar”
Se la desabrocho y acento a un lado llevaba puesta una camisa de manga larga blanca algo húmeda y transparentosa bien pegada a su cuerpo marcando sus esplendidos brazos y su pecho magníficamente esculpido al igual que su abdomen, en el pecho tenía bordado unas pequeñas letras en dorado “S.R.”
Intente mantener mis ojos en los suyos pero su cuerpo era tentador de mira, y él lo sabia, me ya que sonreía cada ves que mi vista deambulaba alrededor de su cuerpo.
Todo transcurría bien la conversación igual de agradable que la vista de su cuerpo. Hasta que repentinamente la carrosa paso demasiado rápido por un bache que no se veía por el agua y nos sacudió a ambos, y como el impacto fue mas fuerte del lado de Steve lo mando hace el frente cayendo sobre mi, primero me apachurro contra el sillón, luego cuando se alzó con los brazos y me miro a los ojos, me miro con esos ojos azules de tal manera que enseguida me sonroje.
Lo tenia a tan poca distancia no me pude resistir, lo bese, lo bese para encontrar que el no ponía absolutamente ninguna resistencia, muy al contrario. Cuando me di cuenta ya me había alzado y y montado sobre sus piernas. Comenzamos a destrozarnos a beso, nos mordíamos los labios como dos hambrientos nuestras lenguas estaban enredadas en una lucha donde ninguna planeaba ceder… me tenia abrazado en la cintura y con los brazos alrededor de su cuello mis dedos jalando su cabello rubio.
Me comenzó a besar el cuello, lamiéndolo, mordiéndolo marcándolo como suyo. Me desabroche la chamara y la camisa y comenzó a lamer mis pezones poniéndolos duros y sensibles excitándome, sentía mi hombría endurecerse y también sentía la de el, sentía como se ponía dura que tenia un tamaño descomunal, de repente sentí como la carroza paro.
Mi chofer exclamo “Señor Stark, hemos llegado a la casa de su acompañante”
“¿te bajaras aquí?” le pregunte mientras me seguía besando el pecho
“No” fue la uncía respuesta que recibí antes de que me jalara salvajemente de el cabello y me tirara al otro lado del carruaje y me continuara besando como un salvaje, eso me éxito aun mas nunca nadie me había tratado de semejante manera. Yo Tony Stark empresario, mujeriego siempre llevaba las riendas en la cama.
“continua a mi casa” le grite al chofer prácticamente atragantándome en la lengua de Steve.
El resto del viaje fue ente mordidas, rasguños y besos, un viaje que se me hiso demasiado corto
Al llegar nos bajamos mal aliñados y con el cabello revuelto, entramos rápido y subimos rápidamente a mi habitación. Allá mismo sin pesarlo Steve me arranco la ropa, dejándola casi jirones y yo la de el, fue sinceramente un salvajismo, cosa de nuestros instintos mas bajos y anima listicos, (cosa que a mi no me pasa yo soy un hombre racional.)
Sin embargo me deje levar esa noche me deje llevar por la pasión que corría en mis venas. Sin previo aviso él se sentó en la orilla de mi cama con sabanas de seda azules, el contraste su cuerpo hacia en mi cama era exquisito. Al sentarse me tomo de las caderas acercándome a el, beso mi estomago y mi pelvis mordiendo mi piel con delicadeza, haciendo que una exquisita euforia invadiera mi piel.
Con un repentino jalón a mis caderas me obligo a arrodillarme ante el, a la altura de su bien erecta hombría, gruesa caliente, tentadora. Yo nunca había sido el pasivo en una relación con un hombre estaba nervioso.
Lo mire a los ojos y el sonrió y me acaricio mi labio inferior, me dispuse a complaceros mi cuerpo solo quería darle satisfacción así que puse manos a la obra, o mejor dicho boca a la obra.
Empecé a lamer su virilidad lentamente de la punta a la base envolviéndola en mi lengua, sintiendo el calor de ella en mi lengua. Saboreándola lentamente, en verdad no hay nada como el sabor de la virilidad de mi rubio, es un sabor único.
Luego que la deje choreando de mi saliva y él estaba sonrojado con el corazón acelerado y la respiración pesada, comencé a jugarlo con mi mano mientras bajaba mi lengua a sus testículos, los lamí y mordí levemente, los bese, pero sobre todo los succione mientras movía mi mano llena de mi saliva y de la humedad natural que soltaba su pene.
Estaba agarrando por puños la sabana de seda azul en sus grandes manos gimiendo, estaba a falta de respiración, sonrojado, se veía hermoso en mi cama. Me encanto verlo asi, bajo el encanto de mi lengua y mis labios.
Hasta que volví a subir con mi lengua lamer la punta de su pene, me agarro del cabello con fuerza y me obligo a meterlo en su totalidad a mi boca. Demasiado grueso para mi boca pero el me obligo, lo forzó hasta el fondo de mi garganta. Me agarro de los lados de mi cabeza y a moverla rápidamente haciendo que me atragante pero no puse ninguna resistencia… deje que continúe solo puse mis manos en sus rodillas para ayudar con el impulso… no tardo mucho y se vino se vino en mi boca pero fue tanto que me salió por las comisuras de la boca. Sentía como la gran vena de su masculinidad latía en mi boca, sentí como quedaba flácida.
Trague todo su semen caliente, tenia un sabor particular pero no desagradable. Antes que me pudiera lamer lo que tenia a los lado de mis labios me alzo por los hombros y me beso, me beso llevándose su seme entre el beso. Eso fue particular pero eso solo me éxito aun mas, saber que su perversión no tenia limites.
Me sentó en sus piernas viéndolo a la cara con mis piernas bien abiertas y envueltas en su cintura. Me beso mi cuello mi pecho, mis pezones me acuerdo que cuando comenzó a morder mis pezones me volví loco comencé a gemir como una mujer, sentía como sus grandes manos me acariciaba mi cuerpo, mi espalda mis muslos, mi trasero.
Luego me metió su dedo en mi boca llenándolo de saliva luego abajo su mano y lo metió a mi entrada, no mentiré me dolió nunca había sentido esa sensación pero no me importo cuando comenzó a moverlo sentí como mi cuerpo reaccionaba con los movimientos que hacia con ese dedo, luego fue introduciendo otro y otro, Estoy muy seguro que solo fueron tres pero no se ese detalle lo tengo algo borroso.
Luego me tiro en la cama boca abajo, y de una sola embestida me, sentí como me partió en dos solo pude gritar pero mi grito fue absorbido por mi cama.
Me monto como un toro solo es escuchaban mis gemidos y gritos, y el aporreo que se daba mi piel contra su piel, sentía como su gran virilidad llegaba hasta mi prostara tocándola una y otra ves esa sensación me volvía loco solo podía babearme, tenia mis manos contra la cabezera de la cama pero sentía como se debilitaban mis brazos, con cada embestida que me daba.
Hasta que no pude mas y me vine me vine en mi cama manchando mis sabanas de seda, poco después el termino salvándolo y expulsando sus líquidos en mi espalda.
Asi estuvimos hasta altas horas de la mañana hasta que ni uno pudo mas y nos quedamos dormidos, yo sobre su pecho desnudo, el abrazándome con un brazo.
Cuando desperté el ya no estaba, esto me entristeció lo cual se me hiso raro, pero no me queje me levante me bañe en mi tina y me vestí.
Baje a comer algo ya que morirá de hambre, cuando baje alla estaba el leyendo el periódico.
“Valla hermoso has decidió despertar” me dijo con una gran sonrisa.
Al verlo y escucharlo sentí como el dolor de mi corazón se levanto “Buenos días Steve” le respondi con una pequeña sonrisa.
“queras decir buenas trardes son las 4pm. ¿Qué después de anoche no me daras un beso?”
Esto me s¡tomo por sorpresa, pero me acerque y lo bese como si fuera cosa de todos los días.
Pasamos una tarde amena, hasta que fue hora de que se marche, aunque me partiera al alma pero tenia que irse ambos teníamos obligaciones.
Así pasamos muchas noches de pasión, y tardes de compañía, el prácticamente viva en mi casa, dormía, comía, y todo lo demás allá.
Pero como siempre mi ser auto destructivo comenzó a buscarle problemas a todo, comencé a pelear con el a alejarlo de mi, a embriagarme y a decirle cosas de mal gusto.
No se porque tengo esta tendencia de alejar a la gente que me quiere de mi.
La realdad es que lo amo mas que nada, más que a nadie, lo quiero recuperar. Lo tengo que recuperar lo amo, ya estamos a la marca de un año que lo conocí por primera ver. Llevo 3 meses sin saber de el y me muero por eso.
Alguien dígame donde esta por favor. No puedo seguir sin el.
Sinceramente,
Anthony Edward Stark.
“Steve esta es la carta que le mando a todos que te conocen, fue lo ultimo que hiso antes que fuera asaltado en un callejón por tu casa ebrio” (banner) “le calvaron un cuchillo en el abdomen y de desangro.”
Fin